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Jimin estaba recostado en su cama, ¿cómo se sentía? ¡Se sentía furioso! Desde que Yoongi supo que su amigo, ese tal Jung Hoseok se encontraba viviendo en uno de los departamentos de enfrente de su edificio, ha estado con él la mayoría del tiempo, ¡y es que Jimin no se esperaba que esos dos fueran tan unidos!

Escucho como la puerta del departamento era abierta, sabía que Yoongi había llegado de su paseo con Hoseok, en la mañana le había informado que saldría con Hoseok a dar una caminata y tal vez desayunar.

Jimin se incorporo y salio de su habitación, encontrándose a Yoongi que dejaba una bolsa en la mesa de centro.

- ¿Jimin? Por un momento creí que no estabas.

El pelirrubio no le respondió y se recargo en la pared con los brazos cruzados mientras veía al pelinegro.

- ¿Qué tal tú cita?

Yoongi lo miro confundido, ¿cita? Ni siquiera fue una cita, solo había sido una salida normal con un amigo.

Hace bastante tiempo que no veía a su amigo Hoseok, era muy obvio que quisiera pasar el rato con él, pero enserio Jimin se veía muy enojado cuando le decía simplemente que pasaría la tarde con Hoseok.

- No fue una cita, solo..

- No me mientas Min -Yoongi parpadeo un par de veces-, y no me mires como sino comprendieras la situación.

- Pues no veo el motivo por el cual debas estar molesto.

En eso tenía razón Min Yoongi, pero claro Jimin no se dejaría, y menos cuando en ese momento en verdad se sentía muy cabreado.

- Yoon, solo quiero que entiendas que no te quiero volver a ver con él.

- ¿Qué?

- No me hagas repetirlo.

Yoongi rodó los ojos, agarro la bolsa que estaba en la mesa de centro y se la entrego a Jimin.

El pelirrubio de mala gana agarro la bolsa y saco lo que había en ella, era una taza, Jimin no comprendía porque le estaba dando eso, además la taza tenía un curioso dibujo de un perrito blanco de orejas negras vestido de amarillo.

- ¿Qué significa esto?

Yoongi no comprendía porque no sabía lo que significaba aquello.

- ¿Eres idiota o qué? -Jimin miro al pálido-. No puedo creer que hayas olvidado que hoy es tú cumpleaños.

¡Mierda!

Era cierto, estaba tan concentrado en como hacer que Yoongi regresará con él para poder seguir con su plan, que se le olvido por completo que hoy era su cumpleaños, eso explicaba los constantes mensajes de Taehyung que ni siquiera había leído.

Yoongi dio un suspiro.

- Hice que pusieran tú nombre en la taza -Jimin miro la taza-, me gustan esa clase de detalles, por eso salí con Hoseok, iba a envolverla, pero ya no importa mucho.

Yoongi se alejo de Jimin y fue directo a su habitación cerrando la puerta con algo de fuerza.

Park Jimin sonrió al ver la taza, era amarilla con aquel personaje que le sonreía mientras guiñaba un ojo, y claro decía su nombre, pero también decía feliz cumpleaños,  paso una mano por sus cabellos y suspiro.

Dejo la taza en la cocina, y después se dirigió a la habitación de Yoongi, sabía que ese chico por más que le dijera que le pusiera seguro a la puerta, esté no lo hacía, así que fue fácil ingresar, despacio abrió la puerta y vio que el pálido estaba acostado en su cama dándole la espalda a la puerta.

Jimin con cuidado camino hacia la cama de Yoongi y se recostó en ella, Yoongi sintió como sí alguien hubiera subido a su cama, pero creía que era su imaginación así que lo ignoro por completo.

El pelirrubio miro por unos momentos a Yoongi que aún le daba la espalda, así que paso su brazo por la cintura de Yoongi y lo atrajo hacía él para abrazarlo. El pelinegro se sobresalto al sentir aquello.

- Tranquilo, soy yo.

- ¿Pues quién más puede ser?

Jimin sonrió al escuchar eso, acaricio los cabellos azabaches de Yoongi, esos leves toques le estaban gustando a Min Yoongi.

- Lo siento -susurro Jimin dándole un beso en la coronilla-, soy muy estúpido a veces.

- ¿A veces?

Jimin sonrió ante la pregunta sarcástica de Yoongi.

- Bueno, siempre ¿feliz?

- Puede ser.

- Para verte tan tierno, no eres tan fácil de complacer ¿no es así gatito?

Jimin no recibió respuesta, la respiración de Yoongi era tranquila, Jimin supo en ese momento que Min Yoongi se había quedado dormido, sin más se acomodo aún abrazando al azabache, le dio otro beso en la coronilla y se dispuso a dormir.

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