- ¡No lo puedo creer! -dijo Taehyung sorprendido.

Yoongi y Jimin se encontraban paseando por un pequeño parque situado casi en medio de la ciudad, y claro Taehyung no podía creer lo que sus ojos veían en esos momentos, ¡es que era increíble!

- ¿Qué pasa Tae? -Jungkook llegó entregándole a Tae su malteada de fresa.

Señalo a los dos chicos que se encontraban paseado, Jungkook escupió su bebida en el suelo al ver a esos dos juntos.

- ¿¡Pero qué carajos!?

- Exacto -Taehyung miro a Jungkook-. ¿Crees que sean novios?

- Novios.. ¿¡novios?!

Jungkook negó repetidas veces con la cabeza, eso era casi imposible, y más por ese Jimin, no podía ni siquiera imaginarse que esos dos fueran pareja.

- Apuesto a que lo son, y solo Jimin finge que no es así, después de todo tarde o temprano tenía que caer de nuevo en el amor.

- No creo que esto sea una realidad, es más una teoría, Taehyung no creo que Jimin sea tan fácil de conquistar.

- ¿Bromeas? Claro que lo es.

- Taehyung, lo conozco más que tú y créeme que le enoja que piensen eso.

- ¡Oh..! Eso explica mucho.

Taehyung una vez había intentado coquetear con Jimin y no le había funcionado, al final termino con un brazo lastimado por el tremendo golpe que le había dado Jimin.

Ambos chicos observaron a la pareja que se había detenido, al parecer Jimin estaba comprando algunas botanas, Taehyung sabía a la perfección que no las compartiría con el chico de piel pálida.

- ¿Y sí los seguimos? -Taehyung lo había pensado, más sus labios lo dijeron.

- ¿Estás demente? Sí Yoongi se entera de que lo espié mientras estaba al parecer en una cita con Park, me mata.

- Tonterías -dijo Taehyung restandole importancia-. ¡Vamos!

Jungkook no lo comprendía, ese chico vaya que era extraño, a veces le hacía preguntas que Jungkook incluso se quedaba pensando demasiado en como responderle, a pesar de ser compañeros de departamento, Jungkook sentía que había encontrado a la persona más extraña y amable del planeta.

Pensaba a veces que Taehyung era un caso perdido definitivo, y es que a veces podía llegar a ser extraño, como la vez que lo encontró hablándole a una mandarina y pidiéndole permiso para que la comiera, o la vez que lo encontró interpretado a Darth Vader en la cocina, o también cuando lo descubrió comiendo a las dos de la mañana.

- No los voy a seguir y no me vas a convencer.

- Te daré mi colección de video juegos sí me acompañas a espiar a esos dos.

- Trato hecho.

Taehyung sabía como convencer muy bien a las personas. En especial a Jungkook, ese chico era muy aficionado a los vídeo juegos, le recordaba a Kim Seokjin su antiguo compañero de clases, que a pesar de que era mayor se comportaba siempre muy simpático, y claro era un gran fanático de Mario Bros. 

- ¡Vamos, se están alejando!

Taehyung dejo de pensar en viejos recuerdos y junto a Jungkook corrieron para alcanzar a sus amigos que iban algo conversadores, se pusieron a una distancia prudente y ocultos entre arboles y arbustos cercanos a ellos.

- ¿Crees que nos vieron? -pregunto Taehyung.

- Oh claro que los vimos -una voz a sus espaldas los hizo ver detrás de ellos, allí estaba Yoongi con los brazos cruzados como esperando una explicación-. ¿Nos estaban espiando?

- Sí... digo ¡no! -dijo Jungkook.

- ¡No nos hagan daño! -dijo Taehyung dramático abrazando las piernas de Yoongi-. ¡No fue mí idea! -señalo a Jungkook-. ¡Ese conejo tiene la culpa!

Jimin que estaba viendo toda esa escena comenzó a reírse y Yoongi lo miro.

- Deja de reírte y ayuda un poco Park.

Jimin lo miro y se acerco para abrazar por la espalda a Yoongi, lo que sorprendió a los tres chicos y sobre todo más a Yoongi.

- Discúlpenlo, pero es que no le gusta que lo espíen cuando lo beso -Yoongi se sonrojo.

- ¡Son novios! -grito Taehyung sorprendido.

- Por supuesto que no -dijo Yoongi tratando de alejarse de Jimin.

Jungkook sonrió, al parecer su querido amigo Min Yoongi estaba logrando algo en Jimin, pues Jungkook sabía que a pesar de que lo que había dicho era una pequeña broma para molestar a Min, tenía una sonrisa que decía que tal vez Min Yoongi estaba ganándose un lugar en el frío corazón del rubio.