- ¡Hey hermano! -sintió como un fuerte golpe fue dado a su brazo izquierdo.

- ¡Auch! -sobo la zona afectada, dándole una mala mirada a su amigo, Kim Taehyung.

- No te quejes no fue para -y está vez le devolvió el golpe-, ¡oye!

- Te lo tenía merecido.

De nueva cuenta ambos chicos miraron el gran edificio que estaba frente a ellos, bueno no era para exagerar, el edificio tenía quince pisos, y Jimin para su fortuna estaba en el segundo piso, justo en el departamento 217.

- Me pregunto ¿quién será tú compañero?

Jimin dio un largo suspiro, no le interesaba en lo absoluto quien pudiera ser su compañero de departamento.

- Sea quien sea, espero le quede claro que no me gusta mucho el desorden.

- No creo que sea un desordenado -Taehyung miro a Jimin-, ¿crees que sea una chica?

- ¡No lo es! -dijo Jimin-. Es un tal... -reviso el papel que tenía en la mano-, ¿Min Yoongi? Que nombre más...

- ¿Bonito?

- No iba a decir eso.

Taehyung sabía perfectamente lo que iba decir, hace dos años que no ha cambiado para nada la actitud de ese pelirrubio y a veces hasta él se preguntaba porque no se había apartado de él, la mayoría se había alejado por los comentarios y acciones de Park Jimin.

Desde que ella ya se había ido para siempre de su vida, el chico había cambiado por completo, sí sonreía era de vez en cuando, se la pasaba la mayoría del tiempo muy serio y enojado, Taehyung con trabajos le sacaba una sonrisa, y eso tenía que hacerlo, mientras hacía el ridículo frente a muchas personas que lo miraban raro.

- ¿Quieres que te acompañe?

- No tengo tres años Taehyung -dijo Jimin agarrando sus cosas-, supongo que es hora de que entre, ¿cuándo iniciaban las clases?

- Dentro de dos semanas -respondió el castaño mirando el edificio-. Avísame cuando estés con tú compañero, ¡es emocionante! ¿No crees? Tener compañero es genial.

- Pues a mí no me parece tan genial.

- ¡¿Hasta cuando dejarás esa actitud tan pesimista!? 

Jimin lo miro indiferente, no le interesaba cambiar su actitud en lo más mínimo.

- Te dejo Tae, que me aburro aquí afuera solo escuchando tus quejas.

- No sé como podemos seguir siendo amigos.

- Ni yo.

Sin más se despidieron, Jimin entro al edificio, y subió por las escaleras, sabía que muy pronto subir y bajar las escaleras sería una pesadilla, y no era porque no le gustase hacer ejercicio, a él le encantaban los deportes, sino que era porque se le haría un camino monótono que lo llevaría al mismo lugar una y otra vez, y eso le aburría.

A pasos rápidos busco con la mirada el departamento, había varios alumnos, después de todo ese edificio era uno de los que la escuela daba a los alumnos para que se hospedasen mientras estudiaban en la universidad.

Cuando vio el número, no dudo ni un segundo más y agarro su llave para abrir, y allí vio el lugar, no era pequeño pero tampoco tan grande, era excelente para que dos personas vivieran allí.

- Vaya, al menos no hay desorden -dijo Jimin.

Jimin dejo sus cosas en el sillón que se encontraba de lo que parecía ser la estancia, miro alrededor, todo se veía normal, decidió mirar las habitaciones, al parecer su compañero aún no llegaba.

Pero al abrirla se llevo una gran sorpresa, era su compañero, estaba acomodando sus cosas, el cabello de ese chico estaba de un color azabache además de que se podía notar que tenía algunos mechones pintados de azul, Jimin miro los brazos de ese chico, tenía una piel tan blanca como la nieve.

- ¿Min Yoongi? -pregunto. Aunque era obvio que era él.

El nombrado se giro y Jimin pudo ver su rostro, sus ojos gatunos, sus labios finos.

- Sí soy yo, tú debes ser Park Jimin.

- Por supuesto -contesto frío, eso le extraño un poco a Yoongi-. Bien ya que nos presentamos, será mejor que empiece a acomodar mis cosas.

- ¡Claro! -Yoongi respondió con una sonrisa, y claro está no fue correspondida.

De alguna manera ese chico había llamado la atención del azabache, y más por la razón de que no mostraba ni siquiera una pizca de agrado hacia él.