v.

A PESAR DE QUE LE COSTÓ BASTANTE DORMIR, entre vuelta y vuelta en el cómodo colchón su cansancio finalmente venció consiguiendo que durmiera tan profundamente que se sobresaltó mucho cuando oyó unos golpes en su puerta. La voz de Delta, que comenzaba a irritar, pedía que se levantara cuanto antes para que llegara a tiempo al primer día de entrenamiento. Apartó las cálidas sábanas de su cuerpo y después de pasar unos segundos colgando del borde de la cama se levantó para prepararse.

Aún con sueño notaba el contacto de sus pies sobre el frío suelo, consiguiendo que comenzara a despejarse. Pasó al baño para hacer sus necesidades, lavarse la cara con agua muy fría y cepillarse el cabello agarrándolo en una coleta de altura media. Llegó al comedor y, como en el día anterior, la mesa estaba llena de opciones para elegir como desayuno. Optó por un par de tostadas con mantequilla, un zumo de melocotón y un pequeño bol con cereales y plátano, necesitaba conseguir bastantes nutrientes y vitaminas pero sin excederse con las cantidades para no acostumbrar a su cuerpo a recibir cantidades elevadas de comida. Despúes regresó a su baño para cambiarse de ropa y calzado y lavarse los dientes. Sabía que debía irse cuanto antes para llegar puntual al entrenamiento pero no pudo evitar reflexionar.

Había momentos en los que pensaba que todo lo que estaba viviendo era un sueño, pero luego la realidad llegaba de golpe. De nuevo los gritos de Delta la sacaron de sus pensamientos y fue a reunirse con Brett. Dentro del ascensor se estaba bien pero era imposible para Cecily evitar sentir escalofríos por todo su cuerpo. Estaba nerviosa, de eso no tenía duda, y sabía todo lo que se jugaba (su vida, que no es poco).

Las palabras de su mentor se repetían una y otra vez en su cabeza, "aprender lo máximo que pueda, elegir una posible arma para la Arena, centrarse en las áreas de supervivencia y primeros auxilios y hacer todo eso sin destacar ni llamar la atención de los profesionales ya que significaría llevar una diana en la espalda". Sí, no pintaba muy bien la situación para los tributos del Distrito 9, pero por lo menos lo intentarían y si perdían lo harían con la cabeza bien alta; no iban a darle esa satisfacción al Capitolio y al Presidente Snow, de eso estaban seguros.

Cuando llegaron al centro de entrenamiento ya había algunos tributos pero otros muchos todavía no estaban. Por lo que Cecily pudo observar, algunos estaban deseando con ansias comenzar para usar las armas mientras que otros (incluyéndose) solo querían que todo acabara. Cuando ya estaban todos se colocaron de manera circular alrededor de la instructora que, después de presentarse, pasó a explicar cómo funcionarían los entrenamientos, los ejrecicios obligatorios que harían, las normas de convivencia, horarios y por último la recomendación de no centrarse solamente en las armas.

Una vez dicho eso cada uno fue por su parte, Cecily junto a Brett fue pasando por las diferentes áreas, primero se centró en la de supervivencia, aprendiendo cómo iniciar un fuego (que seguramente no utilizaría ya que la mayoría de las veces hacer un fuego significaba hacer una señal de tu localización por la luz y el humo, que a su vez equivalía a una muerte cuando otro tributo te encontraba) o cómo hacer pequeños cuchillos, dagas o lanzas con materiales que puedes encontrar si no consigues ningún arma de la Cornucopia. Luego ambos muchachos dieron una vuelta en las diferentes secciones, escuchando atentamente a los monitores y viendo así por las descripciones, pesos, etc. cuál podría ser su arma elegida.

La comida la tomaban con el resto de tributos aunque, a excepción de los tributos de los distritos 1 y 2 que comieron juntos, el resto se sentaron en mesas distintas, separándose por Distritos. Y era comprensible ya que en unos días se matarían entre ellos y hacer lazos afectivos lo haría más difícil, para Cecily ya era complicado pensar que era amable con Brett sabiendo que solo uno iba a vivir en el mejor de los casos. Ambos hablaban en susurros de manera discreta y se dedicaron toda la tarde en aprender primeros auxilios y hacer diferentes nudos. Regresaron a su respectivo piso cansados tanto física como mentalmente y al entrar por la puerta los bombardearon con preguntas. El pobre Brett pidió que le dieran cinco minutos para despejar su mente y darse una ducha, y los adultos se lo permitieron disculpándose por su poca atención sugiriendo que Cecily también hiciera lo mismo.

La muchacha regresó al punto de partida de ese día y se quitó la ropa sudada para después pulsar unos botones de la ducha todavía sin meterse ya que, como pudo comprobar segundos después, no entendía el panel y puso el agua demasiado caliente. Una vez que consiguió estabilizar la temperatura del agua y evitar que lanzara jabón en sus ojos, se adentró en el chorro de agua pasando sus manos por su rostro con pesadez. Terminó de ducharse pocos minutos después y volvió a ponerse el mismo pijama del día anterior junto a un nuevo conjunto de ropa interior blanco sencillo y unos calcetines limpios. Volviendo a la sala de estar se sentó en una cómoda butaca con una manta sobre ella e instantes después el pequeño Brett también apareció con sus pequeños rizos plastados por la humedad y entonces se dio comienzo al interrogatorio.

―¿Cómo ha ido el primer día chicos? Estoy a punto de acribillaros a preguntas pero creo que será mejor dejaros hablar primero y preguntar después.

―Ha ido bien, supongo. Hemos sido un poco penosos en uno de los ejercicios obligatorios, yo me he resbalado al subir dos veces, aunque solo fue intencionado la primera vez, y Cecily se ha caído al pasar unos aros colgantes pero, he de decir que lo hizo con mucha gracia.

―Vale, ¿y habilidades?

―Hemos aprendido bastante de supervivencia y primeros auxilios, además nos explicaron un poco de anatomía básica y los nudos se nos han dado muy bien, sobre todo a Brett, pero no somos tan virtuosos en camuflaje, creo que no es lo nuestro.

Ambos adultos tenían el semblante serio, analizando las palabras de sus tributos, buscando la manera de ayudarlos. Agatha finalmente hizo la pregunta que todos estaban esperando.

―¿Y qué hay de las armas? Supongo que no habréis usado llamativamente alguna, ¿cierto?

―En efecto, hemos seguido todas vuestras indicaciones y solamente hemos aprendido a sujetar cuchillos, dagas y pequeñas hachas. Además, tampoco es que pudieramos hacer mucho teniendo a unos cinco metros a los profesionales haciendo pedazos a los muñecos de práctica.

―¡Sí! Y me aterran bastante. Stella, del Distrito 1, asusta no solo con su mirada sino que degolló con una espada a dos maniquís de un golpe y Bruno, del 2, corta objetivos con sus cuchillos y katana como si fueran panes.

―Eso es cierto Brett, puede que su objetivo fuera intimidarnos y lo han conseguido, pero eso no quita el hecho de que no solo nos han mostrado sus habilidades sino también sus puntos débiles. He notado que el chico del Distrito 1, Wally, no tiene mucha resistencia ya que hizo bastantes parones de descanso mientras se lucía. O Bruno del 2, mucha fuerza pero poco cerebro, se deja llevar por la emoción y la ira.

Los mentores estaban satisfechos con las observaciones y comentarios que oían, aún más cuando el otro chico también aportó su opinión.

―Los dos del Distrito 4 no parecían muy entusiasmados con el entrenamiento y ni siquiera eran tan buenos haciendo números. Y al no verlos cerca de los tributos del 1 y 2 podría ser posible que no formaran parte de la manada de los profesionales, aunque propongo no perderlos de vista ya que, nosotros más que nadie sabemos que puede haber otros que no quieran mostrar sus habilidades antes de los juegos.

―Lo comentamos un poco entre nosotros, asegurándonos de que nadie nos oyera, y creemos que por el peso y sus múltiples uso podríamos probar a usar cuchillos. Si no me equivoco tú los utilizaste en tus juegos ¿no Agatha? ¿Nos puedes enseñar? Ya sabemos más o menos la parte teórica, solamente necesitamos ponerla en práctica y perfeccionarla de la mejor manera posible.

Pasaron unos segundos de silencio, unos con expresión pensativa y otros con esperanza en el rostro. Finalmente la mujer asintió y comentó que después de cenar convertirían el salón en una improvisada sala de entrenamiento. Y así fue, cuando cenaron y los avox encargados de la limpieza y comida se retiraron, pasaron a la acción. Fred comentó que el Capitolio cambiaba las instalaciones todos los años, incluyendo muebles, decoración, etc. por lo que no importaría mucho si usaban los cuadros de lienzo como dianas. Eran conscientes de que había cámaras pero dudaban mucho que les dijeran o hicieran algo. Todo por el espectáculo, según ellos.

Otro capítulo menos para que Cecily tenga que ir a la Arena, aproximo que eso suceda dentro de dos o tres capítulos. ¿Qué os ha parecido? Parece que nuestros tributos favoritos van en serio y ya comienzan a observar posibles enemigos, ventajas, etc. Creo que el escenario que he elegido para la Arena de los Juegos es bastante innovador dentro de los fanfics porque quería explorar nuevos terrenos y no limitarme al desierto, jungla, ruinas de una ciudad... Espero sorprender con mi elección y no causar mucha tristeza con los acontecimientos que se aproximan.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo! :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top