secret tape

El día de la presentación había llegado. Ambos decidieron no verse durante todo ese día hasta que llegue el momento de reunirse.

—Buena suerte. Soobin hyung estará por aquí —dió un beso en la frente de su amigo y fue hasta su lugar.

La escuela vería a los mejores alumnos bailar en un dueto.

Cada una estaba por diferentes lados del salón esperando para ser llamadas.

—Bien... Ahora recibamos a dos alumnos, los mejores que está Universidad pudo haber tenido; ¡Chan y Felix! —una luz los alumbró hasta que llegaron al centro.

Toda la escuela miraba con alegría a ese par bailar juntos. La química entre ambos era genial, era sorprendente. Muchos se sorprendían al ver lo bien que se llevaban después de todos esos años de tonta rivalidad.

Hasta que la música paró y la pose final apareció; Chan abrazandolo de la cintura, sus rostros a unos centímetros y sus labios a punto de unirse.

Los maestros los felicitaron y los demás aplaudieron.

Y después de que habían dicho que el baile había empezado, sus compañeros fueron a rodearlos y felicitarlos. De un momento a otro ambos lograron escaparse de ahí.

—Felix... Yo solo quiero que me des un poco de tu tiempo libre —sonrió. —Te juro que solo estoy hablando tonterías.

—Bien, entonces yo quiero que me des un poco de tu torpeza —le dió un beso en su mejilla.

—Siento que es momento de decir esto, pero es que es el momento tan más cliché de la vida, en un baile de graduación —ambos rieron.

—Vamos, solo dilo. Ya sabes mi respuesta —movía sus manos enlazadas.

—Estas últimas semanas han sido geniales, Lix, realmente soy muy feliz, espero que tú también sientas lo mismo —Felix asintió repetidas veces con una sonrisa —. Después de esos años de rivalidad estamos juntos, es demasiado inesperado, pero me hace bastante feliz, así que te quiero preguntar algo, ¿Quieres ser mi no-

Felix lo besó. Fue un beso de algunos segundos, pero para ellos fue el beso más lindo y largo que han dado.

—Sí. Claro que sí.

—Así que después de todo algunos sueños se vuelven realidad —mencionó Chan, mientras que Felix lo abrazaba soltando una risa.

La noche estrellada llegó mientras ellos se daban un cálido abrazo, y ahora su tonta rivalidad sólo sería un triste recuerdo para ambos...

Hace algunos años, cuando Felix tenía 13 y Chan 14.

—Debo seguir odiando a Chan... —escribía Felix en su lista de cosas por hacer cuando fuera grande.

—Debo dejar de amar a Felix... —se repetía Chan, llorando en aquel cubículo del baño después de negarle sus sentimientos.

Porque solo los dos saben la promesa que se hicieron y no se cumplió.

Fin.

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