black pearl
El fin de semana pasó. Ambos no hablaron todos los días siguientes. La coreografía estaba prácticamente lista así que cada uno decidió no ir a ensayar, sin siquiera consultarselo al otro. Simplemente no querían verse después de lo ocurrido.
Sólo faltaban dos semanas para el día de la presentación y ellos no habían vuelto a verse. Se escondían entre sí.
Pero un día ambos decidieron ir al salón. Pensaban que los otros no estarían muy confiados en el lugar, cada uno entrando de diferentes lados.
Felix se quedó quieto al verlo, quería salir de ahí. Chan dejó caer su mochila de su hombro y comenzó a correr hacia él.
—Chan... —dijo al ver que no tenía salida.
—¡Tú! —aunque él no quería era como si sus piernas caminaran por si solas —¿Por qué te fuiste ese día? ¿Al menos te detienes a pensar por mis sentimientos? —comenzó a llorar, sorprendiendo por completo al menor —Después de todos estos años abrí mi corazón, al menos debiste decirme que no querías nada.
—¡No llores! —lo abrazó y lo llevó a las gradas, sentandolo y sentadose a su lado.
—Sé que tal vez no te gusto por todo lo que hemos pasado, pero esto me duele mucho —limpió las lágrimas que caían — Esa noche yo me sentí muy feliz y estás semanas han sido mis favoritas... Incluso si hiere puedo soportarlo, solo por ti.
Felix comenzaba a llorar.
—¡Me gustas, Chan! y creo que también ha sido así conmigo desde siempre... Pero creo que lo aguanté para protegerme e intenté convencerme de que te odiaba —reprimió sus lágrimas—. Solo tenía miedo de admitir lo contrario, aún así no lo logré, porque en tus ojos debí verme muy lindo, al igual que tú en los míos. Quería huir, porque en ese entonces la manera en la que me mirabas se hacia más pesada, era algo que no podía manejar —las lágrimas caían por su rostro.
Chan alzó sus grandes ojos para mirarlo.
—Seguramente me veías como una gema brillante y blanca pero por dentro es otra cosa —Chan a este punto paró de llorar y ahora lo escuchaba —. No era capaz de mirarte, no con todas esas emociones revueltas. Pensaba que perdería todo si lo hacia, dejarme caer en tus encantos como todas las demás personas —soltó una pequeña risa, haciendo sonrojar a Chan — Solo me dices que soy bonito, ¿Por qué te gusto tanto? Llegué a esta conclusión los últimos días.
—Felix, yo tampoco lo sé. Pero no por eso tienes que dudar, tú solo me viste como una competencia pero yo solo quería que tú me notaras... Aunque siempre tuve claro que yo era un extraño para tí, era bastante claro —lo abrazó.
Felix recorrió sus manos para acariciar el negro cabello de Chan.
—Está soy yo, mi verdadero yo. Ya lo viste ¿Te irás? ¿Te alejarás de mí por ver lo tonto que soy?
—... No me iré, estaré contigo de ahora en adelante... Chan, salgamos sin esperar alguna respuesta —lo besó.
—Es...pera —logró hablar a mitad del beso.
Felix se detuvo y lo miró aún con su rostro entre sus manos.
—¿Hablas en serio? —abrazó su cintura.
—Sí, tengamos citas y hagamos todas esas cosas que hacen las personas que se gustan, cuando creas que estoy seguro hazme la pregunta —sonrió.
—Felix, seguría con esto si estuviéramos en casa. Mejor vamos a ensayar —la tomó de las muñecas jalandolo hasta el centro —. Bien, quédate aquí yo pondré la música —cuando Chan se volteó, Feliz saltó sobre su espalda derribandolo y quedando sobre él.
—Hagámoslo de nuevo... —siguió besándolo.
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