addict
Ah, la secundaria. Esa etapa donde te das cuenta que la vida es una mierda y todos siempre buscan ser los mejores.
Y nuestro querido Lee Felix no se salvaba de ser como todos.
Ser el hijo menor no es tan fácil como dicen, todos los dias tenía que esforzarse más por destacar entre sus hermanas.
Desde pequeño se esforzaba tanto por sobresalir y enseñarle a su familia que era mejor que sus hermanas, y felizmente, todo iba bien respecto a su plan, siendo el número uno en todo.
Hasta que entró a la secundaria y conoció a Bang Chan.
Ese tonto pelinegro que comenzó a ganarle aquel puesto en baile -el cual era el mayor talento de Felix-, matemáticas, deportes, música... Todo.
Chan siempre estaba donde Felix estuviera.
Desde la perspectiva de Felix, Chan hacia eso solo era para joderlo, pero la perspectiva de Chan era algo más diferente.
Era el niño prodigio que todos los maestros querían y que seguramente tenía un gran futuro asegurado. Ganador de concursos y por el que todos morían.
Pero detrás de esa máscara perfeccionista se encontraba un adolescente queriendo ser notado solamente por una persona, la persona que en realidad le gusta; Felix. Uh, no saben todo lo que ha hecho Chan por ese chico.
Si Felix entraba a un concurso, Chan también lo hacía y quedaba de primero. Si a Felix le gustaba una chica, Chan se apresuraba a apartarlas de el mediante al sacrificio de tener que salir con ellas.
Habían cruzado una que otra palabra en algún momento, y habían tenido conversaciones de menos de un minuto. Pero cuando Felix notó la manera en la que Chan lo miraba decidió apartarse un poco y evadirlo. Ya que cuando de repente te haces el centro de atención de alguien que no esperabas, no puedes evitar pensar en ello.
Felix se sentía confundido siempre que sentía aquella mirada clavarse en su espalda. Era un gran peso, del cual no podía deshacerse.
"¿Chan era algo como un hombre homosexual?" Era lo que Felix pensaba desde que aquel extraño comportamiento empezó.
Solo que cuando llegó el momento donde Felix lo enfrentó estando solos en un salón abandonado, Chan lamentablemente negó todo, reprimiendo sus sentimientos cada vez más.
—Yo... Te gusto, ¿verdad? ¿Eres gay o alguna clase de eso? —comentó con nerviosismo, jugando con su cabello castaño entre sus dedos. Subía y bajaba la mirada esperando ansioso una respuesta —Siempre estás mirándome de una forma extraña... Al principio pensé que sólo querías competir conmigo pero mientras más lo pensaba sabía que no estaba equivocado... Y se está volviendo insoportable.
Chan soltó una amarga risa y con su sola mirada hizo temblar a Felix, haciendolo retroceder, mientras que Chan lo acorralaba cada vez más hasta que la espalda de Felix se topó con aquel pizarrón lleno de polvo.
—Tienes una gran imaginación, Lee... Yo sólo vine aquí ya que quería saber porqué me estás evadiendo, ¿y tú me sales con está mierda? —rodó los ojos—, sal de tu imaginación, Lee... Y, aunque fuera el caso de que me gustaran los hombres yo nunca me fijaría en ti, Felix. Por favor aléjate de mí —Chan abandonó el lugar enseguida, dejando a Felix avergonzado.
Pero eso era lo que siempre hacía Felix, estar lo más lejos de el, sólo que a los minutos Chan llegaba a donde el estuviese. Hasta se fue a la misma preparatoria que Felix, teniendo más oportunidades en las mejores escuelas fuera de la cuidad.
En la preparatoria no hubo mucho cambio con su actitud, y digamos que Felix se acostumbró. Felix le pidió disculpas por su actitud de adolescente inmaduro, las cuales Chan aceptó.
Felix era el quien siempre dirigió su propia vida y era adicto a brillar. Pero Chan solo quería que Felix se volviera adicto a él.
Ahora se encontraban en la Universidad, donde su historia comenzó a crecer y comenzaron a brillar juntos.
—¿Tienes en mente tu proyecto final? —preguntó Soobin, mejor amigo de Felix, mientras veían el pizarrón con nombres en cada cláusula: baile, canto, rap, actuación, etc.
—Síp —respondió con gran confianza—. Armaré mi propia coreografía, ya que ví que todos se fueron a canto o a rap. Así me será más fácil destacar —hablaba mientras terminaba de escribir su nombre en la cláusula de "baile", siendo su nombre el único. Por el momento.
—Tienes razón —sonrió, mostrándole apoyo a su amigo, en eso el timbre sonó —. Debemos ir a clases —ordenó el mayor.
Justo cuando se fueron, Chan iba pasando por ahí y se detuvo a ver el pizarrón, colocando rápidamente su nombre en la cláusula de baile, justo abajo del nombre de Felix.
—Espero que algún día me entiendas —dijo en silencio mirando en dirección a los chicos y cómo ambos se alejaban cada vez más. Porque aunque esa vez lo negó todo, sólo se mentía a sí mismo y se lastima.
Al día siguiente Soobin rebosaba de los nervios por darle el papel de los resultados en las elecciones de proyectos.
—Felix, adivina quién más se metió a baile.
El rubio arrebató sutilmente la hoja de las manos de Soobin, apretándola entre sus manos mientras más veces releía el nombre de Chan.
—Agh. ¡Bang! —gritó, y corriendo se fue de ahí comenzando a buscarlo por todas partes. Hasta que lo encontró en un salón leyendo.
—¡Tú! ¿Por qué te inscribiste a baile? —fue hasta su silla y lo acorraló poniendo sus manos sobre la mesa del asiento.
—Lee, no eres el único que puede armar una coreografía. Ni siquiera ví que estuvieras en esa tonta lista —respondió con serenidad, sin siquiera dirigir su vista a el rubio.
—No es cierto, era el único en esa lista, tú sólo haces esto para molestarme, admíte-
Chan se levantó de golpe, interrumpiendo a Felix y haciendo que este diera un paso hacia atrás con nerviosismo.
—Me tienes cansado, Lee —musitó con una sonrisa. Una sonrisa que hizo que Felix sintiera un escalofrío en su espalda baja y sus mejillas se tornaran rojas.
—¿Yo? T-tú eres el que siempre se interpuso en mi camino desde que llegaste —Chan siguió acorralandolo hasta que la espalda de Felix se topó con la pared.
La misma jodida situación que la de hace seis años.
—¿No te das cuenta? —por primera vez Chan tomaba la iniciativa, y está vez sería sincero.
—¿De q-qué? —balbuceó, haciendo reír más a Chan.
Chan tomó las pálidas manos del rubio y las acercó a su mejilla.
—Aunque lo haya negado seis años atrás... siempre me has gustado.
De repente las piernas de Felix comenzaron a temblar, en cualquier momento caería al piso sino fuera porque Chan, con su otra mano, lo había tomado de la cintura.
—¿Q-qué?
—Deja de actuar como un niño y habla bien — regañó.
Felix aclaró su garganta y lo miró fijamente.
—Siempre voy a estar brillando por tí, Felix —Chan esperaba por una bofetada o una patada, pero en cambio, Felix solo lo miraba.
Chan sonrió.
—No digas tonterías —apartó su mirada, pero no sus manos y tampoco lo negó.
—¿Ves? No lo puedes negar, porque... —se acercó al oido de Felix —Ya eres adicto a mí.
La piel de Felix se erizó al sentir esa caliente respiración en su oido y tan cerca de su cuello.
—Chan, yo-
—¿Qué sucede aquí? —una maestra entró al salón junto con Soobin y otros amigos.
Felix se separó en seguida y Chan lo soltó.
—M-maestra Lee, aquí no pasa nada...
—Vámonos, Soobin —corrió hacia su amigo e hizo una reverencia ante su maestra, para después salir rápidamente.
—¿Qué estaba pasando, Chan? —interrogó la señora.
—Nada interesante, maestra Lee. Solo hablabamos de los proyectos —respondió con una sonrisa viendo hacia la puerta.
¿Quién dirige el espectáculo ahora?
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