034.
Kim Namjoon
Debía hacer algo para detener todo el peso de sentimientos que estaban albergando mi corazón, en como sus gestos de incomodidad parecían romper algo que nosotros mismos habíamos creado, por eso no sé si arrepentirme de preguntarle algo de eso. Y ahora que lo recuerdo, lo mismo pasó hace un par de meses, cuándo nos encontramos a Taehyung en ese bar, cuándo la inculpó de ser Yuju. No tengo prejuicios sobre Yuju, pero sigo pensando que jamás podrían ser las mismas personas, no.
Tampoco entiendo la insistencia de decir que son las mismas. Pero entre más veo como desvía su mirada, más me duele saber que de igual manera existe algo que nos está separando, una mentira, las que odio tanto.
Mi mirada fue a la entrada de la cabaña. Un par de chicos habían entrado con bastante ruido incluido. Nos podían ver, así que la tomé de la mano, pegándonos más contra la pared, y yo cubriéndola por completo entre mis brazos. No podía desconfiar de ella, ya le había dicho que cualquier cosa yo estaba dispuesto a escucharla, además, ella sabe lo que significa que alguien te mienta por tanto tiempo.
Después de escuchar como los pasos se alejaban por las escaleras, sentí su mano sobre mi pecho, separándose de mí poco a poco. Si le pedía una disculpa, quedaría mal, y si no lo hacía también, pero anhelaba su respuesta, algo.
—Espero que mañana podamos...
—Nos vemos mañana.
Lo arruiné ¿cierto? Sin despedirse, ni un beso, ni una sonrisa, simplemente se alejó de ahí... de mí. Dejaré que esto pase, pero mañana hablaré con ella de verdad. No es posible que le crea al idiota ese, que a mi propia novia, pero necesito que ella me diga toda la verdad de lo que pasó entre ellos dos, por qué en serio empezaba a fastidiarme la situación.
Taehyung, el mismo Jungkook, mi padre, y ahora su exnovio, ¿por qué todos tenían que decir que Yuna era Yuju o que me miente? Lo mejor será ir a mi habitación a descansar.
•
Aunque no tuviese un permiso, no era algo que me importara mucho, puesto que no se dieron cuenta. Pero casi no pude dormir, así que decidí salir a correr bastante temprano por la mañana. Realmente puedo decir que el fresco de la primera hora, ese aire frío, hizo que mi mente se pudiera despejar por completo.
Después de una larga ducha, recibí la llamada de Jungkook. Sonaba bastante alegre por qué su relación con su novia era genial, aunque me preocupa el hecho de que siga sin hablar con su hermano, o decirle la verdad a Bora. A veces, las mentiras pueden provocar baches en la relación. Gracioso...
Me comentó que quiere que lo acompañe a Las Vegas, para la competencia que tiene. Según tengo entendido es importante, y yo le aseguré que iría con él, así que tendré de ir. Es hasta el 22 de este mes, más o menos en 3 semanas. Tal vez los ánimos entre Yuna y yo estén mejor, sería lindo que ella fuera conmigo, que viajara por primera vez.
Terminé de comer, así que me levanté y me dispuse a salir de la cafetería. En madrugada -que no podía dormir-, medité de que debía hacer las cosas bien, así que, buscaré a Rowoon y hablaré con él. Y, cuándo me encuentre con ella, haré todo lo posible por aclarar las cosas y decirle que tomé la decisión de quedarme en Corea por un tiempo indefinido, por ella.
La pregunta ahora era, donde podría estar ese tipo. Me quedé en la entrada de la cafetería, mirando hacia las cabañas, algunos ya estaban en sus talleres. Iré al centro del campamento, tal vez lo vea por ahí, o tal vez a Yuna. Pero antes de llegar a mi destino, escuché unas risas que llamaron mi atención hacia donde provenían. Era él.
Estaba con un par de amigos, parecían venir de hacer ejercicio o algo parecido. Fui hasta ellos, decidido. Los otros chicos me reconocieron de inmediato, llamando la atención de Rowoon que se giró, para verme.
—Sí, en verdad es el famoso Kim.
Escuché entre murmullos.
—¿Podemos hablar?
Lo miré, viendo como esté apenas parecía tener movilidad en su rostro por lo serio que estaba. Soltó su mochila y con una mirada de reojo a sus amigos, pareció aceptar. Me di la vuelta, para caminar un poco lejos de ahí. Me detuve en la entrada del bosque, viendo como este simplemente metió sus manos en los bolsillos de su pantalón, arrogante.
—¿Qué quieres?
—Necesito que me digas todo lo que sepas de Yuna. ¿Por qué te empeñas en decir de qué es una mentirosa? ¿Qué sabes de ella según tú?
Viendo con pena, realmente así se podía decir que era ese gesto asqueroso, se mofó.
—Así que te dudas de tu novia —Me fastidiaba—. Está bien de que aclares las cosas antes de tener tantas dudas de ella, que no puedas cargarlas más, porque si no luego acabarás como yo, hasta que descubras quién es en verdad la mujer con la que estás.
Mi sangré empezó a arder, una expresión que ya podía entender. Formé mis manos en un puño, acercándome un poco a él.
—Te juro que te vas a arrepentir por estar mintiendo, mejor dime lo que sabes según tú.
—Ese no es mi trabajo. Pero sabes, puedo decirte algo; Estoy más que seguro de que Choi Yuna regresará conmigo, fui el primero en su vida, su padre me adora y aún más, a pesar de lo que me hizo, la sigo amando. Algo, de lo que no creo que seas tu capaz de hacer.
Y antes de que me acercara a él para tomarlo a la fuerza, se dio la vuelta, yéndose de ahí. En primer lugar, no entiendo cuándo empecé a volverme tan agresivo, soy de los que dicen que con golpes no se arregla nada si es algo liviano. Pero, con simples palabras que él pronuncia, hacía que quiera cerrarla, no sé si es por qué tengo miedo de que sea verdad lo que dice.
Esto me está volviendo loco.
•
Me di la vuelta por decimocuarta vez, no podía dejar de pensar. Me tocaba ir a uno de los talleres hace dos horas, pero después de esa pequeña platica, mi cabeza me da vuelta, hasta el punto de decir que tuve que tomar una pastilla para el dolor.
Sí, podía decir que estaba loco, por qué sentía inaudibles voces, recuerdos que no eran importantes antes, pero ahora sí lo parecen. Este lugar tendrá algo que llama las desgracias, porque no puedo dejar de pensar en todo desde que llegué a aquí, no, desde que llegué al país, desde el primer momento en que miré a Yuna.
Escuché la puerta sonar, así que me puse de pie para ir a abrir. Se trataba de un maestro.
—Kim, vamos a una comida de despedido de este gran retiro. Debe venir con nosotros, también lo organizamos por usted, puesto que nos alegra su compañía.
Bueno, no puedo seguir negándome. Acepté, así que me cambié de ropa para parecer un poco más formal. Salí junto al maestro, que según recordaba era el tutor de Yuna.
Este día se estaba pasando volando, por qué cuándo salimos pude darme cuenta de como el cielo ya quería oscurecer. Escuché al maestro hablar sobre proyectos que la universidad tiene planeados, he de admitir que parecía que intentaba que yo mostrara interés. La verdad no me preocupa si es por qué tal vez necesiten algún mayorista, yo podría ayudar.
Miré que se trataba en la misma cabaña donde comíamos. Entramos, viendo que solo estaban los maestros, y un par de jovencitas que estaban por salir. Se siente cálido, todos eran amables y los temas de conversación que empezaron, sí que me parecían interesantes, no por nada eran maestros de arte.
Quise compartir mi conocimiento sobre las pinturas que mencionaron, hasta que uno de los maestros, empezó a explicar datos que me dejaron impresionantes, que no tenía. Pero, no podía seguir escuchándolos por las voces de las jovencitas que pasaron a nuestro lado.
—Seguro que vuelve con Rowoon.
—No entiendo como pudo dejar a un hombre como él.
Inconscientemente, o mejor dicho, lleno de preocupación, me puse de pie, sin importarme las miradas que recibí. Fui hasta las chicas que terminaron de salir del local, yo saliendo con ellas. Las detuve, anhelando saber de qué hablaban.
—¿Perdón?
—Lo siento, es que escuché vuestra conversación —Me miraron confusas—. Dijeron algo de un tipo llamado Rowoon y...
—¿Conoce usted a Rowoon? Entonces es verdad que se está volviendo famoso.
—Hablar con el mismísimo heredero de una gran empresa, valió algo.
—Ahora que lo dices... —Después de hablar entre ellas, me voltearon a ver— Usted me parece familiar...
—¿Quién es la persona que volverá con Rowoon?
Y mientras una de las chicas pensaba en algo, la otra parecía querer contestar.
—Su ex pareja. Es que ella fue a buscarlo a su cabaña, y estamos seguras de qué seguro se enteró de que el hombre Kim heredero tuvo una plática con él.
—Ah, ya sé quién es usted...
Las dejé ahí, para salir casi corriendo a donde sea que estén. Le puedo dar su espacio, no me importa que le hable a otros hombres, pero ¿por qué lo tuvo que ir a buscar? Antes de llegar a la que parecía ser la cabaña donde se quedaba su grupo, pude ver a Yuna caminar hacia el bosque, mientras Rowoon la seguía.
No puedo mentir, pero algo dentro de mí gritaba que no fuera, pero mis pies fueron más rápidos y empecé a seguirlos. Pasaron más de mil pensamientos por mi mente, el problema era que ninguno era bueno. La posibilidad de que volviera con él, o que hubiese un interés mutuo, sería nulo, puesto que según yo... conozco sus sentimientos por mí, pero ahora mismo no estoy seguro de nada.
Me detuve en el momento en que miré que ellos lo hicieron. Me quedé bastante lejos, detrás de un árbol. El cielo estaba un poco más oscurecido, eso me ayudara a que no notaran mi presencia. Desde aquí, apenas podía verlo a él de espalda y a Yuna moviendo sus manos, como si estuvieran teniendo una discusión.
Si me escondo, solo demostraré mi baja autoestima en no creer en ella, ¿no? Pero nuevamente mis pies se movieron, acercándome más, escuchando apenas sus voces. Pegué mi espalda al gran árbol, tratando de prestar lo mejor atención posible.
—Lo que necesito es que me digas la verdadera razón por la que te buscó, no hay más Rowoon.
—Bueno, es que no hay más Yuna, tu novio ya empieza a sospechar de ti... muy lento me parece.
Mi corazón iba tan rápido, que podía escucharlo latir, más que la voz de Yuna que se volvió inaudible. Con mi mayor esfuerzo, sin que me descubrieran, me acerqué más, esta vez escuchando con más claridad. Volví a pegar mi espalda contra el árbol, deseando que no dijeran nada malo.
—Pero dime, ¿le contaste algo?
Sentí un nudo en mi garganta, y mi respiración iba rápida. Esto no sería nada grave.
—No es mi obligación contar tus cosas, sino la tuya.
—Mientes, seguro le has dicho algo.
Subí la mirada, viendo como se empezaba a notar la luna, una luna menguante, tan preciosa.
—Escucha Yuna, en verdad me siento mal por tu pareja, por ese hombre que se ve terriblemente enamorado de ti, capaz de hacer cualquier cosa, hasta negarse a sus propias dudas. Me duele admitirlo, pero tal vez su dolor sea más grande de lo que yo sentí cuándo te vi ese día...
—Cállate.
—Yuna, vuelve conmigo, sé que las cosas han cambiado. No sé en qué palabras decirte que comprendo por qué hiciste esas cosas, pero ya está en el pasado, sé que dejaste el club otra vez.
Puse mi mano sobre mi pecho, tratando de tranquilizar mi respiración por lo agitado que me sentía. Cerré mis ojos, deseando no estar aquí, haciéndome creer que sería mejor regresar a la cabaña como si nada hubiese pasado.
Tragué saliva, como si eso ayudaría en algo.
—Si de verdad dejaste a Yuju a un lado, estoy seguro de que las cosas pueden funcionar.
Entonces, sentí mis mejillas calientes. Estaba confuso con respecto a mis sentimientos, ni siquiera tenía idea de como ordenar mis pensamientos, no sé qué es lo que está pasando, no, es más que gracioso, mi propio sistema me estaba preparando para esto.
—¿Por qué eres así conmigo? Aléjate de una vez por todas, por favor, ya no me busques.
Abrí los ojos de golpe, teniendo tantas imágenes pasando por mi cabeza. La primera vez que conocí a Yuju, ese flequillo estúpidamente obvio, cuándo conocí a Yuna y el color de sus labios era de la misma tonalidad, cuándo Taehyung la "confundió". Ja, Ja, la reconoció... Después Jungkook comparándola, cuándo la vi bailar para mí como Yuna, mi padre dejándome claro que eran la misma persona, cuándo cantó... ya la había escuchado antes.
Era un completo ingenuo, no, un imbécil, un total imbécil. Ja, tenían la misma voz.
Resoplar con un poco de fuerza, reprimiendo las ganas que tenía de gritar. Estaba enfado por qué todos parecían saberlo, menos yo, los chantajes de Rowoon, que me haya mentido, que me haya visto la cara.
—Tal vez debes decirle ya a Namjoon de que tú eres Yuju.
Relamí mis labios, y pasé mi mano por mi mejilla que esa lágrima ya estaba seca. Sin ánimos de nada, me di la vuelta, dando un par de pasos, viendo directamente donde ella, viendo como sus ojos caían sobre mí, como su rostro se tornó asustado, tan afligido como estaba mi alma ahora mismo.
Caminé un poco más, quedando frente a ella. Imbécil, soy un imbécil.
—Na... Nam... Tú... ¿Acabas de lle...?
Tragué saliva, porque sentía como un cuchillo atravesaba mi garganta.
—Así que es lo único que te importa, Yuju.
Empecé a ver sus ojos cristalizados, y no entiendo por qué me duele tanto, no sé qué me duele más, si verla así, o como algo se está desmoronando.
—Rowoon, por favor, vete.
Su voz estaba tan fina que no quería saber qué podía pasar después. Tuve que desviar mi mirada viendo como el tipo no se iba.
—¿No escuchaste? ¡Que te largues! —Me miró serio, rabioso, egocéntrico, y yo ya no podía contenerme más— Hijo de perra.
Me abalancé contra él, dejando un puño contra su mejilla, pero este rápidamente se levantó viendo hacía mi y tirándome al suelo. Encima de mí, quiso lanzarme un golpe, pero entonces lo empujé, ahora yo poniéndome encima de él, aventando tantos golpes que fuera posible, aunque sintiera un par de golpes que alcanzaba a darme.
—¡Detente! ¡Deténganse!
Poniéndonos de pie, sentí como me dio un puñetazo en mi barriga, pero aun con ese dolor, volví a tirarlo al suelo con una patada. Mi cuerpo no dolía para nada, dolía mi alma.
—¡Namjoon!
Y cuándo quise agacharme para darle un golpe, sentía como alguien quiso tomar mi mano, así que quise desacérame de esas manos tirando hacia atrás a la persona, me arrepentí en el momento en que escuché su quejido. Me puse de pie, asustado, viendo a Yuna en el suelo.
Traté de limpiar mi sangre del labio, viendo como esta me miraba con miedo, para después empezar a llorar. Sentí cada parte de mi cuerpo temblar, no sé qué estaba pasando, me sentía como un niño pequeño, solo quería salir corriendo de ahí.
—No me iré de aquí, estaré cerca.
Me quedé de pie, solo viendo como Rowoon la ayudaba a levantarse, para después alejarse un poco. Dio un par de pasos, acercándose a mí, los mismos que di yo para alejarme de ella.
—Nam... mi amor... escúchame.
—¿Eres Yuju, no? —Algo dentro de mí, deseaba que lo negara. Pero, bajó la cabeza, sollozando. Escucharla, llorar así, solo hizo que sintiera más rabia, no sé cómo describirlo, pero tantas mentiras me estaban enfermando— Me has mentido todo este tiempo.
Subió su mirada, esa mirada tan triste que me daban ganas de ir a consolarla.
—Tenía mucho miedo, nadie sabía que yo era Yuju, solo Rowoon por qué lo descubrió y en realidad yo trabajé todo ese tiempo ahí por nece...
—Detente
—Escúchame, trabajé en ese lugar por necesidad
—¡Detente! —Las lágrimas empezaron a salir, y el dolor en mi pecho me afectaba más de lo que quisiera admitir— Es como si no me conocieras... ¿Acaso yo te estoy juzgaría por ser una bailarina? No me importa si lo hiciste por necesidad. ¿Sabes que es lo que me duele en verdad? ¡¿Lo sabes?!
No pude evitar alzar la voz, haciendo que esta cerrara los ojos cada vez que lo hice.
—Es que, no tienes ni idea lo que he sufrido por haberme enamorado de Yuju, y de ti al mismo tiempo... ¡Cuándo sois la misma persona! ¿Lo entiendes? ¿No sabes el dolor que sentía de estar contigo y pensar en mi morena Yuju? La morena Yuju, la del pole dance, que eres tú.
Empecé a reír como un psicópata, eso es lo que parecía, eso es lo que me hacía parecer la mujer que estaba frente a mí. Mi móvil empezó a sonar, y era lo único que se escuchaba, al igual que algo quebrándose, pro completo.
—-No sé como fuiste capaz de engañarme, como negaste ser ella, o peor, ¿por qué me miras así? —Llevé mis manos a mi cabeza, sollozando por lo mal que me sentía. Soy un completo egoísta con mi corazón, porque me dolía verla de esa forma— Luché... luché con mi mejor amigo, con mi padre, por ti, y era capaz de hacerlo con todas las personas que hablaran mal de ti, cuándo solo decían la verdad.
Subí mi mirada hacia el cielo, ahora completamente oscuro, iluminado por la preciosa luna y las miles de estrellas. Suspiré, viéndola, para después girarme. Apenas pude dar un par de pasos, cuándo sentí unas pisadas detrás mi, para posteriormente unos brazos abrazando mi cintura.
—Espera —dijo en un hilo de voz—, no te vayas, escúchame por ahora, déjame hablar ahora a mí. Yo, yo te lo iba a decir cuándo volviéramos.
Bajé la mirada, viendo el agarre de sus manos. Fui a estas, haciendo que me soltara, entonces me di la vuelta, teniéndola cerca de mí. Sus ojos tristes, sus mejillas rojas, al igual que sus labios... no tengo lástima por mi propio dolor, sino por el de los demás.
—Yo, perdóname por no habértelo dicho antes... por dudar de que tal vez no me aceptaras, tenía miedo de que me juzgaras y...
—Yuna, sabes, necesito estar solo y pensar.
—No, tú hablaste... ahora, ahora deja que yo también lo haga.
—Ahora mismo, no te quiero escuchar —Quise darme la vuelta, pero entonces me detuve para decirle algo antes— Y... —sentí como mi voz se quebraba—. Sabes, tenía miedo de que los demás tuvieran la razón sobre ti, porque yo también sospechaba que eras Yuju. Tal vez es cierto lo que dicen, el amor... te ciega.
Tragué saliva, dejándola ahí, no sintiendo sus pasos y me dolía, pero en verdad necesito estar solo. Podría resultar un tema sencillo de procesar, pero los sentimientos, cuándo son de cierta índole, son más complicados de proyectar. Jodidas semanas, disputando contra mí mismo, con quien podría tener una oportunidad, cuándo en realidad me estaba viendo la cara de idiota.
Es fácil decir "si lo hubieras sabido antes, no la aceptarías". Pero me conozco, y me duele que ella no me haya conocido en todos estos meses. Si hubiera sido hasta una mujer que se acostara con otros hombres, que casi lo hace conmigo, no podría juzgarla, ni a ella, ni a otra, puesto que cada quien decide su vida, cada quien hace lo que quiera y no tenemos derecho a cuestionar las acciones. Pero tampoco existe el derecho de mentir por toda la cara.
Y es que me siento tan mal por haberla dejado ahí, por haberla hecho yo llorar, por enterarme de su mentira, contradictorio.
Sé que se sentirá horrible, y tampoco me quiero justificar, pero creer que le hacía infiel a ella, todo por pensar en Yuju, fue tan egoísta. Es como si todo se hubiera acumulado. Tuvo tantas oportunidades de decírmelo, y solo lo aprovecho para mentir.
Saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón, viendo varias llamadas perdidas y un par de mensajes. Se trataba de JungEun. Miré desde la barra de notificaciones... lo que me faltaba.
•
Hi
Bueno, ¿Que tal?
Quiero aprovechar esto para comentar mi punto de vista con ustedes. El personaje masculino: Namjoon, tuvo esa reacción, pero eso no significa que esté de acuerdo con su forma de actuar. Como aclaración, esto lo entenderán más adelante.
Si sienten empatía con él, es normal, pero en mi opinión, talvez la hubiera dejado explicarse, pero bueno, esto es para del desarrollo, de ambos. Además, mientras escribía esto, en verdad me sentí en la piel de ambos y me dolió.
Decidme que opináis, no se guarden comentarios, quiero leeros.
Dios les bendiga.
xoxo
—Herbst
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top