030.
Kim Namjoon
No sabía que mis manos podían sudar de la forma en que lo estaban haciendo. Solo podía ver hacia la cocina, además de la mesa, ya que la mirada fija del padre de Yuna, me ponía nervioso, vaya que estaba más que molesto conmigo.
Yuna convenció a su padre de mantenernos tranquilos, que al menos pudiéramos hablar, dar una explicación, aunque sea. Por eso, ahora me encontraba sentado en el suelo, frente a él, que solo nos separaba una mesa. Al menos, agradezco de que haya puesto "en su lugar" al tipo ese Rowoon, que quería estar presente, como si esto le incumbiera. Era demasiado testarudo como para entender que lo que tenía con Yuna ya acabó.
Gracias al cielo, esta regresó con los tés que su padre la había mandado a hacer. Los dejó enfrente de cada uno, para luego sentarse a mi lado. Traté de mantener un poco mi distancia, no quería ocasionar problemas por no haber solucionado las cosas antes. Si tan solo también hubiese tenido el valor de hablar con el señor, tal vez no estuviésemos en estas circunstancias.
—Está tardando bastante en explicarme por qué tiene una doble vida ¿No le parece lo suficientemente incorrecto que esté en una relación con mi hija sin mi consentimiento, entrando a mi casa como si no fuese este un lugar honrado, como para que también tenga una esposa e hijo?
—Señor, lamento tanto haber hecho que nuestro primer encuentro haya sido un desastre, y ahora tiene un mal concepto de mí.
—Mal concepto no, puesto que yo lo vi con mis propios ojos con ese bebe en sus manos.
Sentí la mirada de Yuna sobre mí.
—Quiero aclararle el día de hoy muchas cosas, señor. En primero, quiero decirle que amo a su hija, y jamás sería capaz de engañarla, o de hacerla sufrir —No podía ser capaz de ser el causante de sus lágrimas—. En segundo, soy padrino de ese bebé. Para dejarle todo claro, que vea que mis intenciones son verdaderas, puedo contarle que la mujer que se encontraba a mi lado, hace muchos años tuvimos una relación, hasta que decidimos cortar aquello que teníamos para simplemente ser muy buenos amigos. Ella tiene esposo, pero este tuvo que viajar a otra ciudad por un largo periodo, por ello me encargué de ayudarla.
Yo creía que mi padre no se daba cuenta de las veces que vine a escondidas a Seúl cuándo me mudé a Australia. Al principio era por la relación que tenía con ella, pero justo cuándo nos distanciamos, no supone que regresé a Australia y no pise suelo coreano hasta unos meses, pero no fue así. Me enteré de que Sooyoung se iba a casar, claramente eso me sorprendió, me dolió, ya que con ese hombre con el que estaba tenían varios años de conocerse, es decir, antes de mí, pero por lo visto era demasiado inmaduro para ella.
Cuándo llegué a su boda, vi lo feliz que estaba, que seguramente yo no podía darle lo que ella necesitaba, así que no me puse triste, lo comprendí y lo acepté. Ese día conocí a su esposo, un fascinante hombre que contó que hace unos días se enteraron de que serían padres. Ella fue mi gran amor, guardaría su recuerdo como una gran memoria donde aprendí tanto, que ahora, después de tanto, encontré a alguien con la que comporto tanto y no podría dejarla ir.
Voltee a ver a Yuna, quien escuchó atenta a lo que dije. Parecía que quería decir algo, pero en eso su padre habló primero.
—Se supone que es verdad lo que dices... ¿Qué es lo que en verdad tienes con mi hija?
Tomó un poco de su té, completamente serio que me asustaba.
—Después de unos meses de conocernos, le pedí formalmente de que me permitiera ser su pareja, lo que ella aceptó. Yo hice esa propuesta por qué mi corazón estaba completamente enamorado ya de su hija.
Mi único pensamiento era dejar todo y mudarme a Corea si eso significaba no estar lejos de ella, aunque tenga que aguantar a mi padre con sus amenazas.
—No creo que...
—Señor, lamento interrumpirlo, pero —De estar sentado, me acomodó mejor colocándome de rodillas—, me gustaría tener su permiso, para que esta relación sea realmente forma.
Me miró unos segundos fijamente, para luego a su hija, la cual le hizo una seña. Este rendido acabó su té.
—Lo pensaré, puesto que apenas te conozco y no dejaré que un tipo cualquiera ande tras mi única hija. Por eso mismo, sin ofenderte, seguiré pensando que Rowoon es mejor para ella.
Jodido tipo, me tiene harto. Ojalá poder haberla conocido antes, en vez de estar hundido en el club ese ilusionado con una bailarina, pude haber venido por casualidad a este barrio y conocer a mi Yuna.
—Comprendo. Haré lo imposible para agradarle, conociéndome, demostrándole que lo que siento por Yuna, es real, que la amo.
Solo me pregunto el dilema que podría haber si él no me acepta, sé que para ella su padre es importante, más sabiendo que solo lo tiene a él como la persona que más ama, que ha estado para ella en todo momento.
Al ver como se puso de pie, también lo hice, viendo como su padre también lo hizo, pero en camino a algún lado de la casa.
—Nam...
Tomé su mano con fuerza, para luego salir ambos de su casa.
—No tienes por qué preocuparte. La coincidencia fue una advertencia de que no podíamos estar posponiendo esto.
—Pero no me gusta que piense mal de ti. Y lo que más rabia me da, es que siempre piense que yo pueda volver con Rowoon.
Tal vez no era el momento, pero la intriga me estaba matando.
—Veo que lo quiere bastante ¿Acaso a tu padre no le gustó tal vez que tú lo dejarás?
Evitó mi mirada.
—Rowoon y yo terminamos nuestra relación mutuamente. Él terminó conmigo primero, yo lo acepté sin más.
Oh, puede ser que haya sido por un problema grave, pero entonces sigo sin entender la forma tan insistente en que ahora proclama estar nuevamente con ella. No creo que seguir con el tema sea necesario, digo, no voy a preguntarle sobre sus relaciones pasadas.
Recordé cuál fue el objetivo principal de haber venido aquí, asía que de mi pequeña maleta que colgaba de mi hombro, saqué un par de libros, dándome cuenta de que cuándo los vio, sus ojos brillaron.
—Quería darte estos libros. Recordé que los tenía, y puesto que tú un día me dijiste que querías leer 1Q84 de Haruki Murakami, lo conseguí en una versión coreana —Tomó los 4 libros, viéndolos maravillada—. Ah, también te traje este libro de poesía de Jeong Hoseung, con apuntes dentro.
Saqué el libro que dije, para dejarlo encima de los otros.
—Ah, Nam... yo... te agradezco por haberte acordado.
—No tienes por qué agradecerme.
Podía verme atribulado, pero con su sonrisa olvidaba las penas. La dependencia era un problema adictivo, del cual fui preso, pero ahora comprendo que lo tomé de la forma equivocada. Mi amor no dependía de estar todos los días junto a esa mujer, sino con los recuerdos y memorias gratificantes que creamos con los simples segundos que pasábamos juntos.
Esto, de ver como miraba simples portadas de libros que no había leído, se convertía en un momento que tendré presente por el resto de mi vida. Sus ojos brillaban emocionados e ilusionados, ojalá ver su reacción ante las notas que dejé dentro.
—Sabes, aún no he podido decirle a mi padre lo que pasó con respecto a mi madre.
Subió su mirada, y hablar de su madre abiertamente ya no parecía tan triste. Nunca la había escuchado hablar sobre esa mujer, puesto que seguramente le dolía, pero desde entonces algo cambió.
—Cuándo creas que es el momento adecuado, te recomiendo que lo platiques con él. Puede ser que se moleste, pero no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, ya que será muy tarde —Bajó la cabeza, así que me acerqué a ella tomando su mentón para poder ver su rostro—. Tu padre lo entenderá cariño, toma la iniciativa y díselo.
Asintió. Le di un beso en la frente, puesto que estábamos en la calle, solo faltaba que alguien me reconociera y le fuera con el chisme al padre de Yuna, creando más conflictos, así que mejor me reservo.
—Trataré de decirlo, pero a veces es difícil decir una verdad que pueda doler.
—Si la verdad duele, es mejor escucharla que vivir en una mentira, ¿no? No te preocupes más.
Me equivoco al decir que no parecía afectarle, pero después de decir eso a penas me miraba a los ojos, será mejor que pasé los días y ella se sienta cómoda cuándo le cuenta a su padre la verdad. Seguramente le dolerá mentirle a una persona que ama.
•
Pasé en medio del gentío que había esta noche en el club. Al ser socio de Wonwoo, el día de hoy me tocaba venir a verlo, puesto que estarán hablando de negocios, sobre la gran franquicia en marcha. Iba solo esta vez, sin Wang, el jefe de seguridad, por ello tuve difícil llegar a la parte trasera del sitio.
La parte de atrás cada vez parecía más lujosa y reservada para persona que venían hacer negocios, aunque también de disfrutar a las mujeres semidesnudas que había por el lugar. Subí las escaleras, viendo intrigado todo el lugar, hasta que llegué a la parte de arriba, justo la sección 7, donde siempre se encontraba. Ahí pude mirar a esos hombres alrededor de la mesa.
Me acerqué a ellos, y justo cuándo notaron mi presencia, Wonwoo se levantó para saludar.
—Que bueno verte —Era verdad, después de todo lo que pasamos para encarar a mi padre, era bueno verlo, estaba bastante agradecido con él—. Te presento a Yemin, Sam que son unos nuevos socios, los cuales están a cargo del club que se abrió en Busan.
Hicimos una reverencia al tiempo, todo para luego mirar a un tipo calvo, ya que lo había visto, y al imbécil de Lee Min-hyuk. Me senté, viendo como prontamente tenía una copa frente a mí, la cual empecé a tomar, escuchando como la reunión había empezado. Sentí tanto asco cuándo Min-hyuk me miraba, solo me revolvía mi estómago recordando como hostigaba a Yuju.
No me hacía mucha falta venir a este lugar, no tengo motivos realmente interesantes para venir, digo, antes podía ser por ella, o por mi amigo y pasarla bien, pero ya no están en mis planes dos de esas. Aun así, me gustaría saber que fue de Yuju, deseo que esté bien y haya podido encontrar un empleo mejor que esto.
Al parecer alguien estaba cantando, su voz era dulce y tranquila, que al menos me daba paz en medio de las frases desabridas que podía decir Min-hyuk, deberían echarlo en definitiva.
—Puedo quedarme aquí.
—No, Lee. Sé que aportarse una gran cantidad, la cual no era tan necesaria, pero este club yo lo dirijo, al igual que los demás. A ustedes como saben que tienen porciones de las otras, y tendrán de la nueva en Daegu, pero tampoco te pases.
—Oh Jeon, pero el hombrecito rico de Kim tiene el 80% de este club, ¿en qué cabeza cabe que él no mande por encima de ti?
Cuándo este negocio iba a iniciar, yo no tenía todo mi dinero, no quería hacer un movimiento que alterara a mi padre, por ello Wonwoo puso toda mi parte, pero ahora que regresé de Seúl, todo lo mío fue devuelto, lo que hizo que las acciones de la empresa subieran, y yo tuviera un 80% por la cantidad que había comprado. Ese porcentaje se lo devolvería a Wonwoo prontamente, cuándo se establezca el próximo club, para que él no tenga perdidas o quieran extorsionarlo.
Con respecto a Min-hyuk, un pedazo de grano en el culo. Desde que lo conozco ha sido insoportable, también siendo amigo de Joheon, ambos eran iguales. Su ambición por el dinero de papi los hace tan asquerosos.
Me puse de pie, cansado ya. Fui hasta el barandal, bajando mi cabeza para ver a la mujer que estaba cantando. Tengo que pensar en como hacer para hacer que el padre de Yuna me acepte, que vea que no lastimara a su hija, por supuesto, que aunque ame al otro tipo, yo soy quien la hace feliz.
—Nam —Miré a Wonwoo colocarse a mi lado—, después de todo, ¿al final seguirás con financiar ese proyecto?
—Por supuesto que sí.
Hace un mes llegó panfleto a la biblioteca donde trabajo, hablando sobre un proyecto universitario que se hacía cada año, un voluntariado en la cual los estudiantes desarrollaban sus capacidades, y demostraban todo lo que habían aprendido. Por lo visto, varias bibliotecas cercanas eran colaboradas y buscaban otras entidades empresarias para que ofrecieran recursos que financiaran un proyecto sin ánimo de lucro. Me llamó la atención y estaba dispuesto a ayudar, literalmente ese era mi trabajo en Australia, siendo colaborador de una asociación marítima.
Necesitaba mi dinero, puesto que lo devolvió, ayer fue un día poniéndome al día económicamente. Le di lo que faltaba a Wonwoo y de paso, me puse en contacto con la directiva de esa universidad que estaba con los dueños de la supuesta campaña donde iban los jóvenes estudiantes. Por lo que escuché, les hacía falta una gran cantidad aún, así que fui la ayuda para terminar de recaudar fondos.
—Que bueno que él hizo todo,
—Pero siento que tiene algo entre manos.
Mencioné, hablábamos de mi padre.
—¿De qué hablas?
—Cuándo recibí la notificación de que me entregaron mi dinero en partes, en una me habló mi padre, diciendo que tenía algo importante que quería que yo viera.
—Tuviste que preguntar que era.
—Seguramente algo para joderme.
No podía verme bien, feliz, tranquilo. Tenía todas las copias de sus fraudes, personas que podían testificar en su contra por los malos negocios que hacía, no quería hacer algo que lo pudiese dañar, pero si lo hacía, sería para defender a mi madre, la cual ha sufrido todo, sobre todo a las nuevas personas que solo sabe acosar.
—Si piensas mucho en eso, harás lo que él quiere, fastidiarte.
Es que era así. Ya estaba demasiado exhausto, así que lo mejor sería que me fuera. Me despedí de Wonwoo y de sus socios, para luego encontrarme con Wang al inicio de las escaleras. Este hombre era uno de los mejores trabajadores que podía tener aquí.
—Hola Kim, lamento de haberle ido a buscar.
—No te preocupes hombre. Me alegra volver a verte, ¿cómo te va?
Empezamos a bajar las escaleras. Miré como a Solar en la barra con unas de sus empleadas, cuándo regrese pasaré a saludarla. Salimos del lugar, para darme cuenta de que ahora la parte principal estaba más lleno de lo normal. Wang se colocó a mi lado, tratando de hacer que no me magullaran tanto.
—¡Oye, ¿por qué hay tanta gente hoy?!
Lo peor era el ruido que se mezclaba con los gritos de esos hombres y la música que casualmente había empezado. Me detuve viendo al centro, donde había el espectáculo de las bailarinas.
—Es que hay mucha emoción, puesto que hay una nueva empleada que tienen ganas que sea igual que una bailarina que había antes.
La gente parecía un poco loca. Gracias a que mi móvil estaba en vibrador, sentí que me llamaban. Saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón, queriendo contestar. Seguí caminando con la ayuda de Wang hasta la salida, tapando mi otro oído para escuchar bien quién estaba al otro lado de la línea.
—¡¿Sí?!
—¿Namjoon? Dios amado, qué horrible ruido —Bueno, mejor hubiera dejado que sonara—. Es posible que me escuches, necesito decir algo.
—¡¿Qué quieres ahora?!
El ruido se hizo más fuerte, las luces se apagaron, dejando solo la luz en el centro donde saldría la bailarina, lo que hizo que detuviera mi andar.
—Escúchame, tengo evidencias sobre tu amada novia. Es eso lo que te quiero enseñar, para que veas que nunca te mentí.
Hubo un silencio sepulcral justo cuándo él dijo eso, lo que hizo que lo escuchara con claridad. Otra vez con lo mismo, inculpando a alguien de algo cuándo ni siquiera la conoce. Suspiré, viendo como salía la bailarina tras bambalinas, con el mítico antifaz.
—¡Sería bueno que te limites a nuestro acuerdo, que me dejes en paz!
La música empezó a ir poco a poco más fuerte, mientras aquella mujer bailaba en ese palo de aluminio, con tanta facilidad que me recordaba a ella, cuándo la veía hacer eso, seguramente querían remplazarla.
—Tu novia se llama Choi Yuna y vive en Jeju, ahí la conociste ¿no es así?
Sentí un nudo en mi garganta, hasta calor me dio, puesto que sentí sudor en mí frente al escuchar como dijo su nombre. No sé qué es lo que está tramando, pero si se atreve a difamarla, a buscarla o hacerle algo, estoy dispuesto a todo por destruirlo.
Guardé silencio, simplemente viendo a la bailarina y escuchando todos los hombres gritar el nombre de la nueva.
—¡Búscate una vida!
—Tengo principios, jamás me atrevería a buscar sobre una cualquiera como la novia que tienes. Escúchame hijo, quiero que estés con una mujer elocuente en la vida, alguien honorable, no una que ha trabajado por muchos años en un bar de mala muerte bailando como una asquerosa y prostituyéndose.
La respiración me hacía falta. Miré a Wang, el cual me estaba mirando ya preocupado. Tomé su brazo, estaba que me llevaba el diablo sin creer la capacidad que tenía ese hombre para joderme la vida en cualquier momento en que se lo propusiera.
—¡Cállate!
—Tal vez esa te ha estado ocultando quién es en realidad, que se llama Choi Yuna, y no Yuju, o no sé como es que tú la conoces. Tengo evidencias, necesito que te alejes, o haré lo imposible porque te deshagas de ella.
Alejé el móvil de mi oreja, cortando la llamada y guardando mi móvil. Formé mi mano en un puño, sintiendo mi sangre, hervir, mi cabeza tambalear, recordando la cara de Yuju y a la vez a Yuna. No pueden ser la misma persona, no, claro que no. Ella jamás me mentiría de esta forma, jamás... ¿jamás?
•
—Herbst
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top