Cap. 16 - Contramedidas

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https://youtu.be/E4Sj2J5jvBo

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La retirada de los cuerpos de Krieg era algo inaudito... pero... ¿Qué sentido tenía desperdiciar la vida por una batalla que ya estaba perdida? El coronel Tairon lo sabía, y ahora que eran la única fuerza militar activa no tenía sentido sacrificarse por nada. La derrota es amarga, pero Imperio aún vivía, y ellos también. Así que aún había algo por lo que luchar otro día.

Las naves de Krieg ascendieron de la superficie del planeta, llevando consigo los sobrevivientes de la batalla, ya fuesen del Astra Militarum o de los propios cuerpos de Krieg. La derrota era igual de amarga para ambos. Y el comisario Harrus no era la excepción. Pero entre sus amargos pensamientos, una pregunta retumbaba en su mente tanto como en la del coronel Tairon. ¿Cómo fue que esa armada de orkos pudo haber llegado tan dentro del territorio Imperial sin ser descubierto? Las ideas eran descabelladas, pero la única respuesta que les venía a la mente es que hubiesen surfeado por las mareas de la disformidad y hubiesen emergido de la propia Cicatris Maleditum. Pero eso era impsible... ¿No?

En tierra, los vencedores celebraban euforicamente, aunque cuando algunos de ellos no estaban tan contentos de ver las lanzaderas regresar a las naves y alejarse de la atmósfera del planeta.

Kurnet: - ¡Regresad aquí! ¡Cobardez! ¡Regresen y peleen como es debido! - Gritaba a los cuatro cientos como si algún humano pudiese escucharlo.

Murray: - Tranquilo. Retirarse para luchar otro día también es una buena estrategia. -

Kurnet se dio la vuelta al escuchar sus palabras, mirando con mal genio a su compañero y al grentchin que aseguraba sería su rival ene esta guerra.

Kurnet: - Cobardez... Eso es lo que son... -

David: - Supongo que los humanos no aprecian tanto una batalla... -

Kurnet: - Exacto. Por esos son más pequeños y enclenques. -

Murray: - Son más pequeños porque tienen una anatomía diferente. No luchan hasta la muerte si no es necesario. -

Kurnet: - Aburrido. - Dijo tras dejar escapar un gruñido.

Murray: - Por eso se retiran. Para reforzar y regresar con más fuerza. -

Kurnet: - Oh... Eso si me interesa. ¡Que regresen! ¡Aquí los esperamos con gusto! -

Murray: - Bueno... Ya dejemos las chacharas... Kanan debe estar esperándonos. -

La horda de pieles verdes siguió a los campeones en una lenta marcha hasta las puertas de la ciudad, donde encontraron un escenario lleno de cadáveres y marcas de la batalla, pero ningún cuerpo de piel verde.

Los nobles que seguían a Kanan estana dispersos por cada rincón de la ciudad. Un pequeño puñado de esos tipos bajo el mando del Kanan el Indomable fue suficiente para someter a toda una ciudad en apenas una hora.

Las fuerzas del Astra Militarun que se retiraron no tuvieron tiempo para reaccionar, pues la llegada repentina de Kanan y su fuerza de élite por el costado los tomo de sorpresa, y la mayoría de las tropas perfectamente formadas para la retirada calló antes de siquiera ser capas de desenfundar sus armas. Fue una terrible carnicería. Una de la cual el orko de pelo blanco se convirtió en el maestro de orquesta, moviendo sus efectivos de forma precisa y letal.

Los nobles no atacan de frente sin más. Son también una de las unidades más inteligentes de la horda, y aquellos que seguían al Kaudillo acababan sus órdenes al pie de la letra. De hecho... no eran muy orkos desde un punto de vista más global. La horda de orkos entró en la ciudad haciendo un gran desorden, desmontando cuanta chatarra pudiesen para reparar y construir nuevos vehículos. Asaltando los almacenes y degustando de la "asquerosa" comida humana. Un derecho de un invasor defensor, pero el repentino sonido de un disparo llamó la atención de todos.

Kurnet: - ¿Que esta pasando aqui? -

Las dos manos del Kaudillo llegaron a la escena junto a David y un grupo de pieles verdes que le seguían. No era normal prestarle atención a una pelea entre orkos, pero que un noble de la guardia personal de Kanan matase a un orko de menor rango era bastante raro, pues estos dos grupos nunca se encontraban en los campamento. Si este noble tenía algo que decir, era mejor escucharlo.

Noble: - Órdenez del Kaudillo. "No tocar a ziviles o a cualquiera que perder voluntad de luchar." -

Oír eso fue sin duda extremadamente extraño para el resto de orkos, quienes miraban a los miles de humanos agrupados sobre las plazas, los prisioneros de su victoria. Miles de rostros asustados, pero tan confundidos como los propios orkos. Pensaban que serian asesinados por pura diversión, pero la idea de dejarlos vivos como esclavos era aún más alarmante. Los esclavos de los orkos no solían tener un final agradable.

Kurnet usualmente hubiese protestado por eso, pero si eran órdenes del Kaudillo el las cumpliría al pie de la letra. Ningún piel verde se atreverían a cuestionar las órdenes de los nobles orkos, y los únicos que podían, Kurnet y Murrey, no desafiarían las ordenes de su líder.

Noble: - El kaudillo decir que sus tres brazos deber ir a verlo. Centro de la ciudad. Ligar llamado "administratur". -

Murray: - Administratum. -

Noble: - Si. Sentirlo. -

Kurnet: - ¿Sus tres brazos? Creí que solo éramos dos. -

Murray: - Parece que ya no. -

La vista de los dos campeones se puso sobre el grentchim a sus espaldas, quien estaba tan o incluso más sorprendido que los orkos presentes.

David: - ¿Yo? -

Murray: - Eso parece. -

Kurnet: - Ja ja ja. Mi rival se está acercando. Perfecto... la lucha será así más justa. -

Murray: - Vamos belicoso... El Kaudillo nos espera. -

Gracias a sus dominios del bajo gótico, los dos orkos y el grentchin fueron capaces de guiarse por las calles de la inmensa ciudad hasta llegar a un enorme edificio que efectivamente decía "Oficinas del Administratum" escrito sobre la puerta. Además, habían dos nobles cubriendo la entrada.

Subir a uno de los últimos pisos no era muy agradable, sobre todo para Kurnet, quien hacía lo mejor para disimular su miedo a las alturas. Para los pieles verde, ver estructuras tan ostentosas era una total pérdida de recursos y tiempo. Años para construir algo que se haría añicos con una simple explosión. Los humanos a veces eran muy tontos a pesar de creerse los seres más listos de la galaxia.

Tras un pequeño recorrido llegaron a un local, donde encontraron a Kanan haciendo lo posible por usar un ordenado, intentando obtener tanta información como fuese posible, pero con esas enormes manos y dedos como salchichas las pequeñas teclas era como querer agarrar una aguja con las manos embarradas en aceite.

Murray: - Esas maquinas... no están hechas para nosotros. -

Kanan: - Si... Ya lo estoy sufriendo. -

Kurnet: - Pensé que íbamos a celebrar la victoria... ¿Qué cosa de humi estas haciendo ahora? -

Kanan: - Necesito toda la información que pueda. Mapas, estadísticas, mundos aledaños, inventario y cualquier cosa que puede ser de utilidad de este planeta. -

Kurnet: - Brrrr... Aburrido. -

Kanan: - No te preocupes. No nos demoraremos mucho en este planeta. Tan pronto como pueda extraer todo lo que necesito de esta basura de computador. -

Murray: - Supongo que quieres tener todo listo para entonces. -

Kanan: - Correcto. Kurnet, Murray. Organizad a los chicos y tomen todo lo que puedan, pero no se excedan. No podemos llevar todo. Reparad las naves y los vehículos y mirada que podemos utilizar de los soldados caidos. -

Kurnet: - Necesitamos comida. Esos humanos pueden ser muy buen sustento. -

Kanan: - No es necesario. -

Kurnet: - ¿No es necesario? -

Kanan: - La batalla nos dará todos los cadáveres que necesitamos. No debemos perder el tiempo matando civiles. Limpien el campo de batalla y recuperen todo lo que puedan. -

Kurnet: - Grrr. La carne de orko es asquerosa. Pero es lo que hay. Muy bien. -

Kanan: - Partiremos en siete noches. Mientras tanto... "Sean amables con nuestros anfitriones." -

Murray y Kurnet se retiraron, dejando al caudillo solo con el grentchin, quien no hacía más que preguntarse por qué estaba allí, aunque había algo que le causaba curiosidad.

David: - Limpiar el campo de batalla es más difícil que matar prisioneros... ¿Por qué? -

Kanan se tomó un tiempo para pensarlo. Decir que matar civiles no tenía ningún sentido y era innecesario, pero ese sería un argumento que ningún piel verde vería con buenos ojos. Pero al menos tenía una buena idea.

Kanan: - Venganza. -

David: - ¿Venganza? -

Kanan: - Si. Aquellos que sobreviven a una batalla siempre quedan marcados. Odio, temor, venganza. Los sobrevivientes querrán venganza contra sus atacantes y esos los lanzará a la batalla con más intensidad que antes. Si viramos en un futuro, puede que encontremos una batalla aún más gloriosa. -

Eso era la peor justicmficacion posible, pero un piel verde la idea haría que sus ojos brillasen como estrellas ante la ilusión, y David no era la excepción, quien ya fantaseaba otra épica batalla contra los cuerpos de Krieg que tanta resistencia a su avance.

Kanan: - Ahora ven aquí. Necesito que tus dedos de espagueti toquen esas teclas. -

David: - Pero... Kaudillo. Yo no se usar ese trasto. -

Kanan: - Por eso nos vamos en siete días. Si pudiera hacerlo yo nos iríamos mañana mismo. -

Los datos que Kanan obtuvo en ese lugar fueron de vital importancia. Si bien el único piel verde de más o menos ser capaz de entender esos números era Murray, en las manos de Kanan era una información invaluable. Mundo aledaños con infinidad de recursos fueron victimas de su avance, aumentando el poder militar de la horda tras cada victoria.

Más números, más vehículos, más explosivos, más armas más dakkas. Todo lo necesario para que un orko se lance feliz a un campo de batalla.

El avance de la horda por el sector Calaxis era imparable, y lo que comenzó como un simple ataque orko en un mundo sin importancia se había convertido en un tema de urgencia. Tanto, que el propio Archicardenal Ignato, "Emperador Bendito y Luminous Vex Cáliz," máximo mandatario de la Eclesiarquía en el Sector Calixis, tuvo que intervenir.

En una habitación oscura de la colmena Tarsis de Scintilla, se alzaba el asiento de poder de este ecleciarca. Una agitación sumamente decorads con elementos góticos muy característicos de la ecleciarquia. Una que llamó la atención del comisario Harrus cuando ingreso al lugar. Curiosidad que fue aplacada por la voz de un servidor, el cual los presentó ante el archicardenal antes de dejarlos solos.

Ignato: - No pierdan mi tiempo. Necesito que me digan que ocurrió en Cantus. -

Clásica prepotencia eclesiástica. No era de extrañar que muchos individuos fuera de la eclesiarquia destestaran esa secta. Aquella que regia sobre el imperio con sangre, hierro y fe. Y Harrus no era la excepción. El coronel Tairon tenía más experiencia con este tipo de actitudes, y esa máscara que nunca se quitaba era perfecta para esconder su descontento, algo que al ecleciarca no podía importarle menos.

Tairon: - Las fuerzas orkos que enfrentamos en Cantus eran muy diferente a cualquier otra que halla visto en mis años de servicio. Sis tácticas, la forma en que penetraron nuestra defensa no era el estilo propio de los orkos. A mi lado se encuentra el comisario Harrus. El vio de primera mano a esta horda, y combatió con ellos cara a cara. -

Ignato: - Eso explica porque un simple comisario está en mi presencia. - Harrus solo se trago el buche amargo, y hablo.

Harrus: - Si, señor. Los pieles verdes no solo atacaron en puntos estrategicos, sino que también portaron armas de nuestros caidos. -

Ignato: - Eso es poco usual sin lugar a dudas. -

Harrus: - En efecto. Aún así, no fuimos capaces de identificar al líder de la horda. Así que no sabemos con certeza a qué nos enfrentamos. -

Ignato: - Ya veo. - El archicardenal hizo una leve pausa para pensar, luego habló. - Y digame... coronel. Esta seguro que eran orkos a lo que se enfrentaron en Cantus. -

Tairon: - Si... Estoy seguro. ¿A que se refiere? -

Ignato: - Sus informes y estos.. reportes... no son para nada lo común tras un ataque orko. -

El coronel se apresuro a acercarse cuando el archicardenal estiró su mano con un panfleto en ella. Era un reporte tras las diferentes batallas y mundos atacados por las fuerzas de Kanan, uno que Tairon no dudo en analizar detalladamente. Y aunque su máscara ocultaba su asombro, su repentino silencio alertó al comisario.

Harrus: - ¿Todo bien, coronel? -

Ignatus: - Tras una invasión orka el planeta suele categorizarse como mundo muerto o perdido. Pero esos datos... Si no están incorrectos... son muy extraños. -

Tairon: - Treinta porciento de las fuerzas armadas sobrevivientes. Cien por ciento de la población civil sobrevivientes. Fatalidades a causa de pánico local. Ochenta porciento de recursos perdidos... No son datos tras una invasión. -

Ignatus: - Estos mundos no sólo lograron sobrevivir. Sino que también fueron capaces de recuperarse en poco tiempo. -

Harrus: - Eso es... imposible. -

Un incomodo silencio inundó la habitación. Mientras más leía el coronel más era su sorpresa, y el comisario no hacía más que hacerse miles de preguntas, algo que el archicardenal también estaba haciendo.

Ignatus: - Coronel. - Su voz sacó al oficial de Krieg de sus pensamientos. - Usted ha sido el único oficial de su rango capaz de sobrevivir. Si bien ordenar una retirada lo hubiese castigado con la muerte, ahora el imperio necesita de sus servicios. -

Tairon: - Gracias por su amabilidad, archicardenal. - Sus palabras portaban algo de ironía y vengo en ellas.

Igantus: - Por ende, será asignado a una fuerza especial para enfrentar dicha amenaza. Debemos detenerlo antes que más mundos caiga. Diríjase al mundo colmena Malfi, donde será asignado a su nuevo superior. -

Tairon: - ¿Bajo las órdenes de que unidad estará mi unidad? -

Ignatus: - Estarán bajo el mandato del mariscal Werhner de los Templarios Negros. -

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Hola a todos. Espero que estén disfrutando de esta historia, y quisiera animarlos a votar y seguirme si les gusta este tipo de fanfic. Y animarlos a leer los otros que he escrito, pues seguro encontrarán algo más de su interés.

-Star Wars

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También comentarles que los Podcast de esta historia están disponible en YouTube hasta el capítulo 9 en el momento de la publicación de este capítulo. 26 de Noviembre.

Si se animan a verlo y experimentar esta historia de otra forma, escuchando a los personajes interactuar con sus respectivas voces pueden encontrarme en YouTube como "Crónicas de un fan." Mismo Angry Bird. Así me dejan saber su opinión y si les gusta, animarme a seguir con este loco proyecto para su disfrute.

Sin más que agregar, gracias por leer y espero que les esté gustando.

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