Tormenta en el Imperio

La flota de los Angeles Sangrientos se estaba dirigiéndose al Sector Caída, su Primarca había llamado a sus hijos para una gran batalla para defender ese sector, donde el capitulo renegado de sus hijos estaba quedándose, pero estaba preparado, pidió refuerzos al Imperio, llamo a una fuerza de las Hermanas del Silencio y advirtió a la inquisición de la presencia demoniaca, por lo que tenían que estar preparados para combatir contra seres mas allá de esa realidad.

Habia escuchado de las Cruzadas Negras, pero realmente dudaba que estuviera tras este evento, esto era demasiado personal, por ahora tomaría sus armas y prepararse, no solía hacer esa clase de movimientos, pero sino reaccionaba ahora, seguramente seguiría atacando aleatoriamente a sus hijos, por lo que esta vez seria definitivo.

Mientras él se dirigía a la batalla se volvió evidente que era un evento bastante importante, ya que mientras hacían los Saltos Disformes la Nave donde viajaba el Primarca fue tragada por una Tormenta Disforme y quedo incomunicada de lo que sucedía en el exterior, aunque al no haber pasado mas de dos semanas todavía se tenia esperanza de que solamente fueran los típicos problemas de comunicaciones.

Sistema Prime

Los reclutas de los Manos se hierro que habían superado varias pruebas, una y otra vez soportando el inclemente ataque de cada adversidad que les gritaba que se rindan, todos ellos fueron separados en dos categorías, algunos marcados con el estandarte de los Manos de Hierro, pero otro grupo fue transportado en naves especiales con rumbo al sistema Prime, la mayoría parecían desconcertados al ver a las IA y se preguntaban que clase de lugar lleno de Herejes era ese.

Al llegar fueron recibidos por los Tecnosacerdotes del Mechanicus, todos estaban llevando consigo recipientes para ellos, antes de entrar a ellos solamente les hicieron una pregunta "¿De verdad lo deseas?", una pregunta que ningún otro capitulo hacia, preguntar por la voluntad de los Marines Espaciales era extraño, el psico adoctrinamiento estaba tan arraigado que apenas tenían pensamientos propios y olvidaron su pasado, pero ellos fueron diferentes.

Guts recordaba perfectamente cada segundo de su vida, podía sentir ese odio ardiente y como quemaba en sus entrañas, pero ahora era distinto, podía controlar muy bien todo, era como si sus impulsos necesitaran autorizaciones para activarse, ya había luchado como un Berserker durante las pruebas, pero fue porque quiso, logro reconocer amigos y enemigos, era un control total sobre su cuerpo.

Lo que sea que le hicieron y todos los procedimientos quirúrgicos estaban haciendo maravillas, incluso los demás Marines Espaciales parecían sorprendidos de que pudiera soportarlo, por ese motivo es que lentamente se gano cierta simpatía de ellos, en especial tras saber que él mismo renuncio a su mano al tratar de destruir a su enemigo, aunque no dijo el motivo completo, y eso fue suficiente, al parecer lograría trabajar bien con esa gente.

Fue adiestrado también en dirigir fuerzas de combate, dirigieron directamente a su mente toda la información que había sobre sus recursos, vehículos, tácticas de Astartes, aprendió todo a un ritmo increíblemente rápido, cuando pregunto porque era así, le dijeron que se estaba transformando en algo mas allá de lo humano.

Y tenían razón, en estos momentos ya era tan fuerte que superaría a cualquier humano normal de su mundo, podria luchar contra los Apóstoles con apenas problemas, pero aun no estaba listo, había llegado a ese lugar para terminar de una vez por todas con su transfiguración para volverse un Astarté.

Pero fue separado de sus compañeros de entrenamiento, fue guiado por un gran pasillo, tan grande que no era capas de ver el final, solamente algunas luces que parecían estrellas en la oscuridad, el piso era blanco, con lamparas en los bordes, había varios guardias, estaban hechos de hierro y parecían no prestar atención a nadie.

Sus pasos emitían un eco que se perdía en la distancia, fue entonces que escucho el final al final del pasillo un martillo golpear el metal, los guardias dejaron de seguirlo y lo dejaron continuar con su camino, las puertas permanecieron cerradas, hasta que al final del pasillo se abrio un a puerta al final del pasillo.

Al internarse en este lugar vio a Ferrus Nader golpeando con su puño alfo dentro de una forja de fuego azul, el calor que emitía era casi nulo, pero al ver el hierro al rojo vivo se dio cuenta que era bastante caliente, el Primarca golpeaba su puño contra el metal de Mata Dragones, agregando mas materiales a la mescla.

Estaba bastante concentrado en su tarea, pero noto la presencia de Guts a sus espaldas, siguió haciendo su trabajo, hasta que decidió que estaba bien, y dejo el metal calentarse un poco mas dentro de un molde muy especial, sumergió sus brazos metálicos en agua para enfriarlos y tras lograrlo los regreso a su estado natural.

Su tamaño se redujo de ese titan de mas de tres metros a una forma mas fácil de entender, aunque tener dos metros de altura no era precisamente común, su cabello plateado como alambres de metal puro y sus ojos de plata como metal liquido, eso era curioso,  aunque no era tan agobiante, aunque su Gen Paria parecía disminuido era incomodo, pero nada que Guts no soporte.

Nader: me entere que superaste las pruebas, felicidades —Le estrecho la mano en un gesto de alago por haber superado pruebas tan temibles en poco tiempo, pero Guts sabia que era para algo importante— Yamato me dejo venir porque quería que viera la Semilla Genética, es... aceptable, no esta perfeccionada, pero dice que es probable que sobrevivan la mayoría

Guts: eso no importa, quiero saber que fue de los demás —Nader señalo a una pantalla en un muro, donde se mostraba a sus compañeros, los dos hombres estaban entrenando arduamente, parecían volverse fuertes— 

El trato que Ferrus Nader hizo con Guts fue bastante concreto, proteger a sus compañeros y asegurarse de que puedan vivir en paz, mientras tanto, el espadachín negro lucharía, trataría de llegar a la meta final para convertirse en un Astarté, a cambio de pasar la prueba era que Nader usaría todo su poder y Autor ida en el Imperio para proteger a sus compañeros y que pudieran estar en relativa paz.

Farnese y Schierke eran psíquicas, era difícil no tener que enviarlas al adiestramiento adecuado, pero estarían bien, Ferrus Nader accedió a deber un favor a un par de personas y tras un pequeño trato con él diablo con una inquisidora envió a las chicas a la Scholastica Psykana, donde serian adiestradas de manera eficiente para controlar sus poderes y servir al Imperio.

Schierke era una Psíquica excepcional, a tan corta edad había aprendido cosas que otros tardaban años en solo comenzar a practicar, pero igual necesitaba aprender a moverse adecuadamente, sin caer en el Caos o ser engañada por demonios, por lo que fue puesta en una clase especial para los mas dotados.

Farnese fue puesta en una categoría alejada de su maestra, pero igual estaba considerada para estar en el mismo grupo de la inquisidora con quien Nader hizo su trato, casi terminaban su adiestramiento y según había recibido informes, parecían estar consideradas para que la antigua bruja pudiera volverse una Inquisidora en el futuro, solamente si mostraba el carácter necesario para proteger al Imperio a cualquier costo.

Serpico era ya demasiado adulto para estar en una escuela adecuada para una posición de poder adecuada, pero lo mando a un planeta para servir como caballero en una corte de un Señor Planetario bastante honorable, estaba entrenando y parecía que en algún punto quizás podria llega a una posición de poder en la corte, ya que estaba acercándose mucho a la hija de un noble, aunque fue advertido de los juegos de poder de ese planeta.

 Isidro había estado tan insistente en querer seguir a Guts que varias veces lo capturaron en naves que se dirigían a los Manos de Hierro, era muy perseverante, ya una vez lo dejaron atado a un yunque para que los dejara en paz ya que el Primarca ordeno no hacerle daño, y de alguna forma se coló en una nave de Ultramar.

Actualmente era un recluta de un capitulo sucesor de los Ultramarines conocido como los Aurores, estaba esforzándose mucho y decía que alcanzaría a Guts algún día, Nader le aseguro que estaría bien, al ser una Semilla Genética tan pura y estable sus posibilidades de supervivencia eran altas, y como Guts dijo, era preferible morir haciendo lo que quería a vivir por siempre como esclavo del destino.

Al final estaba Gasca, ella de verdad fue un problema, siempre estaba moviéndose de un lado a otro, con tantos problemas que era complicado mantenerla en ese lugar, por lo que estaba considerando enviarla a un mundo Cardenal, para que la protegieran las autoridades de la Eclesiarquia en un mundo bastante tranquilo, protegido por Hijas del Emperador y diferentes fortalezas, estaba lejos de los frentes activos y siempre la podria retirar de ese lugar de ser necesario ya que cerca estaba un capitulo sucesor de su Legion.

Nader: cumplí mi parte del trato, pero ahora solo queda saber que deseas tu, si Seras capas de aceptar el costo, hablo de que tu alma dejara de ser alma para ser algo mas, algo que no podrá descansar, solo te vas a desvanecer, la gente correrá de ti o te odiara —El espadachín lo miro a los ojos y se acerco hasta encararlo, con una mirada determinada— 

Guts: ¿Qué diferencia haría con mi vida actual? Al menos si vivo o muero ellos estarán bien, así que si para protegerlos debo desaparecer o luchar en el infierno, que así sea —Su Primarca aplaudió un par de veces, como si lo felicitara, entonces volvió a acercarse a la Forja—

Nader: entonces sigue adelante, cuando termine estarás irreconocible, por decirlo de una forma —Tomo las partes de la vieja armadura Berserker y comenzó a trabajar en ella, sumergiéndola en la forja que le había prestado Yamato— recuerda, a partir de ahora, cuando des un paso adelante los demonios retrocederán dos

Aquel humano camino por el pasillo, cada paso lo acercaba a su destino, hasta llegar a una gran cámara de metal, donde lo esperaba una mesa quirúrgica, no había nadie visible, solamente brazos mecánicos, nada que lo sorprendiera, se acostó y los grilletes se ajustaron como era debido, miro al techo y una gran luz lo ilumino por completo.

Lo que pasaría después marcaria su psique por siempre, pudo sentir un dolor tan intenso que sus gritos se escucharon por toda la sala, logro ver como una garra se incrustaba en su pecho, pero no estaba extrayendo carne o sangre, estaba extrayendo un objeto negro, que se movía salvajemente para liberarse, lo que paso después no lo recordaba del todo.

Podía ver como extraían grandes cantidades de tejido de su cuerpo, una voz hablando acerca de que el Edén estaba reorganizando los patrones genéticos para obtener resultados óptimos y que el Genesis funcionaba a máxima capacidad con cerca de quinientos integrantes sobrevivientes, pero las posibilidades bajaban a cada momento.

Lo ultimo que vio fue las sombras de un Tecnosacerdote a su lado, quien hablaba sobre algo con un ser que no dejaba ver su cara ni algún otro rasgo facial que no fueran sus ojos, solamente sabia que era humano porque logro escuchar su voz, su conciencia lo abandono cuando el ser de metal dijo "Tu contribución fue aceptable, espero que colabores conmigo en otra ocasión", después todo se volvió oscuridad.

En la oficina de Yamato estaban reunidas muchas personas importantes, Vincent, su explorador favorito, quien llevaba un ritmo increíble, desde el despertar había explorado ya cien mundos deshabitados que servían solamente para la extracción de recursos, además de encontrar puntos estratégicos para la colocación de las Anclas de Realidad y Pilares Negros.

En una llamada con un Astropata se encontraba el Fabricador General de Marte, quien estaba en su oficina, custodiado por diez diferentes maquinas guardaespaldas, quienes estaban armados hasta los dientes, sirviendo como una garantía de Yamato para que ningún asesino pudiera alcanzarlo o tomarlo por sorpresa, hasta el momento ya habían evaporado a tres asesinos, aunque solamente uno vinculado a la Inquisición, el resto fueron enviados por rivales políticos o herejes que querían causar inestabilidad.

A su lado estaba un hombre de gran tamaño, con un pulcro traje gris y corbata dorada, su cuerpo era tan amplio que parecía el de un Astarté, estaba fumando una especie de abanó, pero emitía un particular humo azul, que dejaba un aroma frutal en el aire, estaba sonriendo con confianza y hasta cierto punto arrogancia, el Senador Steven Armstrong.

En la antigua Federación Humana él fue quien llego a la cima política, siendo amado por el publico, adquiriendo tanto poder que en cierto momento fue  llamado el "Dueño de Media Galaxia", si bien era poco probable que aceptara irse y dejar todo, tras escuchar a Yamato y lo que sucedería escogió irse y despertar cuando la galaxia estuviera mas tranquila.

No se trataba de un hombre normal o un simple humano amplificado como lo hacían en esa época, era diferente, era parte de lo que fueron llamados Hombres de Oro, en su opinión, algunos de ellos juntos podrían ser oponentes de temer en la arena política incluso para Neoth, pero Yamato escogió solamente a uno, el que considero mas digno de alguna clase de confianza en que haría su labor y que conocía las consecuencias de la traición.

El plan estaba saliendo muy bien, el despertar de las personas a las que había reclutado estaba saliendo tal y como esperaba, ahora solamente faltaba esperar al momento donde pudiera despertar a mas aliados, cuando fuera necesario, no solamente Maquinas o Humanos destacables de la época, planeaba despertar a todos sus subordinados y camaradas.

Vincent: señor Prime, esta todo preparándose, ya tenemos a cincuenta señores planetarios y a cinco dueños de sistemas listos, además de que logramos desviar a los Orkos para que no se acerquen demasiado, los sistemas están pagando bien por la protección de nuestra flota

Quorra. los Caminos de Luz están casi listos para que estén en funcionamiento en todo el sistema, incluso tenemos proyectos y esperamos su aprobación para crear uno directamente a nuestro primer socio, en caso de que acepte

Astrea: yo junto a los cuerpos de limpieza eliminamos a una partida de guerra de Astartes Renegados, no quedaron rastros de nuestra intervención, desintegramos gran parte de los territorios cercanos para que no hubiera señales, parece que se destruyeron mutuamente

Yamato: que siga adelante con lo que ya esta listo, mientras tanto asegúrense de que no se acerque demasiado la Inquisición, Steven, se un buen compañero y asegúrate de seguir investigando sobre sus enemigos, tengo la sensación de que si hacen cosas tan drásticas como e logrado investigar debe haber muchos enemigos esparcidos por allí

Nunca fue un buen político, ni siquiera un político, esas cosas la relegaba para gente mas distante y que sabia moverse en esa basura, Neoth hacia cosas parecidas, aunque era mas activo, en su caso decidió que era mejor dejarle el trabajo a alguien ambicioso pero listo, que no lo traicionaría tan fácilmente, y a quien se encargo de romper para después reorganizar sus piezas y que fuera lo que se espera.

Sus planes estaban funcionando bastante bien, su estancia con Cawl fue mas beneficiosa de lo que esperaba, le dejo entrar a su base de datos en la superficie y llevarse una copia de ciertos archivos, en cambio acordaron cooperar mas adelante cuando fuera necesario para él otro, obviamente no era así, tenían demasiado Ego para admitir que se necesitan o que podrían tener algo que quiere lo demás.

Pero con su conversación se dio cuenta que no necesitaba que el Mechanicus este lejos, los podria mantener lejos pero cerca, planeaba crear un nuevo planeta, uno de peregrinaje para ellos "Mekhane Alpha", se encargaría de crear lo que el Mechanicus quería, y tenia un objeto, o mejor dicho fragmento que podria encargarse de volver a ser su papel del dios de las maquinas, solo esperaba que no lo vuelva a golpear, no quiere tener que cambiar de cuerpo otra vez.

Terra

En medio de la Intriga Política del Imperio existente desde siempre, los Señores de Terra estaban discutiendo sobre sus avances en el territorio político de Ferrus Nader, sabían del Alcance de Medusa, hasta ahora sabían que estaba ocultando algo, pero no sabían que era, les preocupaba como ese alcance podria resultar en una revuelta que cree una secesión.

Estaban tranquilos de momento, no había indicios de que estuviera planeando algún gran movimiento, el Mechanicus no reporto grandes cambios en el Diezmo de Semilla Genética, los planetas seguían mandando recursos sin demasiadas anomalías mas allá de los resultados por fenómenos naturales, por lo que de momento era su mejor opción para mantener el orden.

Estaba reconquistando mundos en nombre del Imperio y parecía ser una situación en la que estaba ayudando a mejorar algunos mundos, eso no estaba mal, quitaba un poco de la enorme carga de trabajo que tenia, pero de todas formas seguían con su plan de usar a Siegfried para mantenerse informados o influir en sus acciones.

Su mayor preocupación era actualmente Yamato Prime, él a diferencia de los demás no contaba con una lealtad o deber en dirección al Imperio, se traba de un individuo con un poder militar con el que de quererlo podria crear otra Revolucion de las Maquinas, o quizás reclutar al Mechanicus para lograr la conquista de muchos mundos.

Actualmente incluso había creado algo llamado Sistema Prime, tenia control oficial sobre veinte mundos que antes eran considerados Muertos, Letales o Rebeldes, pero ahora estaban siendo reformados en cosas muy extrañas, mundos parecidos a los Mundos Forja, pero mas estilizados, planetas fortaleza, tan armados que lo único que se veían eran cañones y muros de fortificaciones que lograbas ver desde el Espacio, pero la Luna que llamo tanto la atención ahora era solamente un satélite en el mundo que renombro Mekhane Prime.

Era un mundo como ningún otro que hubieran conocido antes, maquinas por todas partes, núcleos de energía, aire limpio y plantas naciendo en armonía en la urbanización, solamente tenían imágenes que consiguieron los enviados que él acepto, era alguien que solo aceptaba al Mechanicus, y parecía cuestionarlo a veces.

No habían comenzado ninguna clase de acciones visibles ya que tenia el favor del Primarca Sanguinius, además de suministrar grandes cantidades de armamento, equipo militar y otros artículos, como medicinas y tecnología de punta para el Mechanicus y mundos que pudieran pagar u ofrecer algo a cambio de igual valor.

Era una persona mas lista de lo que pensaban, ya que encontraron rastros de su expedicionario, Vincent, no estaba catalogado como psíquico, pero se encontraron con rastros de decenas de mundos con rastros de destrucción elemental, además de tropas que ayudaron a mantener la estabilidad o luchar contra diferentes amenazas.

Pero encontraron algo tenebroso en todo esto, estaba abriendo una gran cantidad de rutas comerciales en dirección al sur galáctico en el Segmentum Ultima, mundos que antes era un desastre parecían volverse mundos modelo, aumentando su diezmo y calidad de vida demasiado rápido, eso era peligroso.

Si comenzaba a tener demasiada popularidad e influencia podria en algún momento tener una especie de posición de poder, para mandar como quisiera, en un sector de cien mundos ya estaban mejorando y se tenían reportes de que mandaban información al Sistema Prime, y se tenían sospechas de que Mundos Forja estaban enviando recursos a los dominios de Prime.

Tendrían que ser cuidadosos y tratar de reducir su influencia, la Inquisición estaba fracasando en atacarlo indirectamente, solamente lo estaba rodeando y las opciones pacificas se estaban terminando, además de que romper con él seria un gran daño, ya había echado raíces lejos, atacarlo significaría descuidar otros frentes de batalla y dejar que enemigos mas peligrosos y activos pudieran avanzar contra ellos.

Cuarteles de la Inquisición

Había un gran movimiento entre diferentes Ordos, normalmente tenían grandes cantidades de trabajo, pero recientemente habían aumentado mucho las cargas de trabajo de los Ordos Malleus y Xeno, además de la reciente organización del Ordo Hereticus, tenían mucho trabajo que hacer y el Imperio no tenia tanto tiempo antes de tener que ceder una guerra peligrosa.

También se creo el Ordo Prime, especialmente equipado y adiestrado para encargarse de que no se expandiera mas su dominio de esas areas y castigar cualquier intento por acercarse a esa zona denominada paria entre la sociedad Imperial, mandaban mas regimientos y se encargaban de tener un control total sobre los señores planetarios, si no podian atacarlo sin desatar una guerra a gran escala, entonces encontrarían mas maneras, mientras se preparaban para un futuro incierto.

Era como si los supuestos milagros y el regreso de los Primarcas no fueran mas que una calma previa a la tormenta, y ahora tenían un maldito tifón sobre ella, era como regresar a la Herejía, estaban siendo atacados por todas partes, sin descanso o puntos donde pudieran apoyarse para tomar un respiro, solamente había guerra.

En Cadia había un gran ataque demoniaco de las fuerzas de Khorne, acompañado de bandas de guerra de Marines del Caos, no había señales de la Legión Negra, por lo que al menos sabían que su cooperación mutua seria menor, pero de todas formas estaban movilizando todos los medios que tenian, teniendo que mandar a Caballeros Grises y tropas de psíquicos especializados, ya que hasta donde sabian habia aparecido en esa region un Príncipe demonio sin identificar, pero estaba destruyendo todo a su paso y en poco tiempo destruyo la mitad de una flota.

Sus problemas aparecieron entonces en el Segmentum Pacificus, una tormenta disforme había liberado una serie de mundos plagados por Orkos, un inmenso Waaagh se libero y comenzó una inmensa  campaña en los mundos, destruyendo todo a su paso, cada resistencia fue destruida, cada estrategia fue contrarrestada, era como si estuvieran pensando en  sus movimientos y contestando.

Era la Guerra de la Bestia una vez mas, no, no querían pensar eso, era solamente el temor del Ordo Xeno ante un enemigo grande que salió de un agujero infernal, ordenaron la movilización de la Deathwatch y dos capítulos de Marines Espaciales cercanos para eliminar la amenaza lo antes posible, aunque tenían un mal presentimiento.

En él sur comenzaron varias revueltas en los planetas cercanos a las Estrellas Halo en el sur galáctico, estaban tomando mundos y declarándose independientes del Imperio, en su mayoría eran Mundos Colmenas, Mundos Agrícolas y lo preocupante era que dos Mundos Forja fueron silenciados, dejaron de producir armamento y también comunicarse.

Ordenaron a la Guardia Imperial una campaña de castigo, enviando en especial a Siegfried ya que estaba cerca y también a un capitulo de Puños Imperiales, ya que ese mundo Forja era demasiado importante como para arriesgarse a dañarlo innecesariamente, además de reducir el prestigio que podía recibir ese comisario ascendido a Lord Comandante de Flota.

Querían sospechar de Prime, pero él estaba demasiado lejos, estaba en el lado opuesto de la galaxia y no tenia necesidad de tomar esos mundos de esa manera, podria intentar con comercio y también sobornar, pero no podían encontrar nada, era silencio, los Astropatas quedaron silenciados y los mensajes eran lentos.

El ultimo golpe fuerte en esa semana fue el aviso de que el planeta de Medusa estaba siendo atacado por las Bandas de los Hijos del Emperador, eran muchos mas de los que nunca se hubieran visto juntos, luchando de manera casi coordinado, o tanto como pueden tener los traidores, que se dejaban guiar por la excitación de los sentidos.

Por el momento el planeta estaba resistiendo bien, pero reportaron la aparición de un viejo enemigo que no había dado señales de vida, se trataba de un Príncipe Demonio que aniquilo a Guilliman y a Ferrus Manus, esto era personal, atacar su mundo natal con esa saña, era algo con el propósito de enfurecer al resucitado Primarca, Fulgrim.

La Información indicaba que la Nave Insignia de Ferrus Nader estaba moviéndose a toda velocidad en dirección a su hogar, estaba destruyendo todo lo que se interponía en su camino, era acompañado por Skitarii del Mechanicus y se decía que Prime estaba alistando mas equipos y tropas para defender Medusa, pero tardaría algún tiempo.

Mientras tanto parecía ser que la Furia del Primarca se desato, era como una bestia de guerra, cada que una banda de guerra trataba de detenerlo contestaba con tanta fuerza que no dejaba a nadie vivo, destruyendo todo hasta no dejar mas que cascos que tomaban como trofeos o los derretían para no dejar evidencia de que existieron.

Era como un agujero negro devorara la existencia hasta dejar mas que espacios en blanco, según sus cálculos él llegaría en dos meses si nada se interponía en sus planes, por lo que decidieron enviar refuerzos de los Caballeros Grises, aunque no confiaban en él y los Custodes estaban vigilándolos a la espera de traición, era mejor tener al hombre capas de derrotar a Fulgrim de su lado, aunque no sabían como resultaría, eran los viejos amigos, quizás esta vez el traidor logre corromper al leal inquebrantable.

Panto, Narra la Comisario Rut Merlen

Un mundo rocoso, caracterizado por sus llanuras inmensas y cadenas montañosas que rodeaban valles exuberantes, fue un mundo minero, pero actualmente estaba casi vacío, siendo defendido por unos pocos Miembros de la Guardia Imperial, quienes estaban pagando con su sangre cada minuto de vida.

La sangre cubrió el mundo mientras nosotros estábamos tratando de sobrevivir, bombardeos quemaron las fortificaciones, los escudos de vacío colapsaron bajo el ataque de nuestros enemigos, era una matanza sin sentido, extrañas criaturas que solamente pueden ser conocidas como Demonios nos atacaban sin parar.

Nuestros soldados enloquecieron, perdí la cuenta de a cuantos e matado en esta campaña porque enloquecieron, regimientos enteros se voltearon para atacarnos, estamos reducidos en numero y en fuerzas, la voluntad de los soldados estaba mermada, por lo que solamente yo era quien estaba al mando de todo, por lo que ordene una ultima carga.

Logramos tomar una antigua linea de batalla, usando nuestros últimos explosivos para matar a los enemigos, pero estábamos sin recursos, nuestras comunicaciones estaban cortadas y no podríamos regresar, solo podíamos pelear hasta la muerte, ya que caer ante estos enemigos es preferible a ser capturados, y tengo el presentimiento de que no toman prisioneros.

Estaba por caer el siguiente asalto sobre nosotros, tome mi arma y nos preparamos para repeler el ataque una vez mas, estábamos en unas cordilleras, solamente por eso habíamos logrado vivir tanto tiempo, tras nosotros estaba un asentamiento menor con algunos civiles, pero nada mas, quizás si desviamos la atención del enemigo a esa aldea podríamos ganar algo de tiempo.

Estaba por ordenar dejar una brecha intencional en las defensas cuando se escucho algo en el aire, era una melodía extraña la que podía sentir, los demonios frente a nosotros estaban gritando furiosos, algunos se tapaban los oídos, pero seguían atacando, pusimos atención y uno de mis hombres había caído al suelo clamando alabanzas al emperador.

Estaba por reprenderlo por ese colapso cuando el Astropata que nos acompañaba señalo al cielo, esperaba ver las nubes por los incendios o un ataque masivo por aire, pero lo que vi me dejo sin aliento, sobre nosotros había un coro de Angeles, pero no eran como los que había visto antes, eran muy diferentes.

Eran seres de energía dorada que median quizás veinte metros, o tal vez mas, no estaban armados, pero su aura era tan poderosa que parecía que con una mirada nos quemarían a todos, cantaban en una lengua extraña que no conocía, pero solo escucharlo hacia que un fuego en mi pecho me hiciera sentir que todo estaría bien.

Cuando los Demonios comenzaron a atacar un inmenso pilar de fuego aterrizo sobre ellos, era tan fuerte que logre ver como ríos de lava emergían por todas partes, entonces se abrió un portal a la Disformidad sobre nosotros, de donde emergieron naves de una flota.

Cubiertas de daños, como si salieran de la mas fiera batalla, pero todavía funcionando, disparando cañones contra la tierra para que sus enemigos no pudieran acercarse mas a nosotros, yo ordene replegarnos hasta donde estaban los ciudadanos, para evacuarlos a la seguridad de la fortaleza, pero decidí quedarme para ver que sucedía.

Entonces vi como una gran cometa estaba acercándose a nosotros, el fuego desapareció, pero los Angeles seguían allí, cantando hasta que parecía que se desvanecía, se levanto entonces un coloso, las alas estaban extendiéndose por completo, sostenía una lanza en su mano y en la otra una espada, de pie sobre un gran demonio, el cual trato de levantarse, pero la lanza se clavo en su pecho para desintegrarlo.

De pie sobre el caos y haciendo frente a una legión de demonios estaba el ángel, Sanguinius, los Angeles alabaron y terminaron diciendo el nombre del Primarca antes de desaparecer, comenzaron entonces a caer Capsulas de los Angeles Sangrientos, ellos estaban allí para luchar, y acabar hasta con el ultimo enemigo.



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