Ocultos Entre Las Estrellas

La Legión Purgada durante la guerra contra enemigos del Imperio, ellos mismos vieron perdido a su padre genético, tuvieron que escapar para seguir la última orden de su Padre aquel fatídico día, dónde lucharon contra sus propios hermanos de batalla, en su escape desesperado, tirando los colmillos de Lobos Espaciales, arrancaron las alas de los Angeles Oscuros y destrozaron una gran flota de los Devoradores de Mundos.

Los hijos de Tlanextic eran Los Guerreros de Bronce, llamados así por su gran disposición en la batalla, era más que derramar sangre, más que solamente traer honor y Gloria, era básicamente una religión, la guerra era donde se veía la vida misma, la belleza de ver a hermanos protegiendo a los heridos hasta que eran evacuados, el heroísmo de superar pruebas, pero también el horror máximo.

Traicionar a un aliado temporal para destruirlo, derramar sangre ya sea la de los guerreros o la de los civiles, atrocidades de toda clase pasaban a su alrededor, para los Guerreros de Bronce era una vergüenza ver esas atrocidades y peleaban con honor, por eso sus ideas chocaban con cada legión, siendo los Portadores de la Palabra, los Mil Hijos, los Lobos Espaciales y los Lobos Lunares las Legiones con quiénes más tenían afinidad en el campo de batalla.

Las largas campañas durante la Gran Cruzada les pasó factura a un costo tan grande que al día de hoy no habían terminado de pagar, iniciaron como una de las Legiones más grandes, 100.000 Astartes, pero tras los Xenocidios de Rangda solamente quedaban 40.000, perdieron a más de la mitad en una guerra sanguinaria que hasta ese día había Sido la peor para la Humanidad.

Fueron de los que estuvieron en la banguardia de cada batalla contra los enemigos de la humanidad, decadas solamente avanzando contra las oscuras fuerzas que les hicieron imposible la vida, pero nunca retrocedieron, siempre adelante y esperando ganar la batalla.

La mayoria de Legiones tenia caracteristicas unicas, habilidades que les hacen ser diferentes de las demas, en el caso de la XI tenian la habilidad de su primarca, el Espiritu de Lucha, ellos entre mas tiempo pasaban luchando mayor era su fuerza, pero mas alla de eso, incluso curaban sus heridas con cada enemigo destruido.

Se les estaba apodando la marea roja, porque cuando entraban al campo de batalla solamente podia haber sangre en todas partes, sus armaduras eran color bronce, con simbolos de craneos y líneas de diferentes tipos, simbolizando rios y rayos del sol, bañados en sangre casi siempre mostraban marcas.

Sus soldados muchas veces van a mostrar pieles de animaleso adornos haciendo referencia a los animales salvajes de su mundo, cocodrilos para apotecarios, cascos comunes decorados con plumas para los Marines estandar, cascos de jaguar para soldados de elite, las tropas de choque, los soldados de infiltracion cascos y plumas de aguila, y sus Dreadnought eran la encarnación de la muerte, cubiertos de ornamentos con formas de cráneos y lineas que simbolizaban los rios del inframundo.

 Ellos luchaban de muchas maneras de acuerdo a lo necesario, sus tropas de choque regulares, pero tambien los GUerreros Jaguar, los mejores guerrreros que luchaban al frente de la batalla, sirviendo como punta de lanza en cada enfrentamiento, a fin de penetrar las lineas enemigas.

Sus saboteadores eran los Guerreros Águila, famosos por su infiltracion y sabotaje tras lineas enemigas, su mayor victoria fue durante una batalla despues de los Xenocidios de Ragnad, cuando lograron llegar a la retaguardia del enemigo y encerrarlo a un combate a dos fuegos, donde acabaron hasta con el ultimo enemigo en pie

Lo mejor de lo mejor serian los Guerreros Rapados, siempre en los lugares mas peligrosos del campo de batalla, siguiendo al Primarca, el daba el ejemplo, haciendo hasta las misiones mas peligrosas por su cuenta, ya que el se enorgullecia de no hacer nada que él no estaria dispuesto a hacer primero, el Padre Genetico de la Legion era amado por sus hijos, quienes seguian sus ordenes sin dudar,

La historia de la Legión Purgada comienza tras el tercer Xenocidio Rangda, estaban recuperandose de la batalla una vez mas, cansados tras decadas de guerra, tratando de llevar honor a su hogar y proteger a la humanidad de los horrores a los que ellos se habian enfrentado para que jamas lo padescan, pero algo cambio.

Un día solamente supieron que su Primarca les ordenó levantar sus equipos y regresar a casa lo antes posible, defender su hogar Ancestral en el Sistema Planetario Anáhuac y no dejar que su legado fuera pisado por el Imperio, ellos no comprendieron, pero tantos años de la más cruel guerra les enseño a seguir adelante con las órdenes de su Primarca sin replicar.

los restos de la Legion se alistaron junto a algunos miembros del Astra Militarum y se embarcaron en un largo viaje para ir a su planeta natal, eran una formacion inmensa de naves, y debido a ordenes del Primarca es que hicieron un silencio radial completo.

Después comenzaron el escape, primero escapando de los Lobos Espaciales, quienes los rastreaban a dónde fueran, pero siendo recibidos siempre con la acostumbrada ferocidad de los Guerreros de Bronce, ellos no se rendían, no se detenían hasta lograr la Victoria, con cada enemigo caído y sangre derramada ellos se volvieron mas fuertes, pero sus numeros se reducian.

Los Angeles Oscuros eran una fuerza de combate dificil de igualar o superar, en especial cuando ellos teniana a su primarca y ellos estaban sin su padre, quien se quedo atras para proteger un mundo que acababan de proteger, ellos no sabian porque, pero fue preferible luchar contra sus antiguos camaradas, ya que ellos siempre comenzaron las agresiones.

Finalmente llegaron a su mundo, pero ya no era ese bibrante mundo verde lleno de selvas, montañas y mares, no, ahora era un paramo desolado que nunca esperaron ver, la tierra se quemaba, los mares se quemaron, sus selvas y bosques no eran mas que cenizas y la gente estaba muerta, quedando poco mas que algunos grupos de resistencia.

Todo por parte de los Puños Imperiales, quienes estaban arrazando las ultimas fortalezas, no se veia por ninguna parte al Primarca de los Puños IMperiales, pero aunque hubiera estado ellos habrian atacado, las naves entraron en orbita y comenzaron un ataque total por todos los frentes contra los que habian arrazado con su hogar.

Fueron recibidos por una lluvia de fuego de los cañones defensivos, de los Puños Imperiales, quienes estaban ahora siendo atacados por dos bandos, dejandolos atrapados en el centro, pero habian levantado fortificaciones por dos lados, por lo que cada ataque era repelido con eficiencia, a un alto coste de bajas.

Los refuerzos estaban en camino para los leales al Imperio, los Devoradores de Mundos y la Guardia de la Muerte estaban a poco mas de una semana, y una coalición de los Amos de la Noche y de los Salamandra ya estaban básicamente sobre ellos, estarían acabados y su mundo también, el final de su mundo y la historia de la Legión XI.

Fue entonces que se abrió una serie de portales en la Telaraña, de donde cientos de naves de sus hermanos de la Legion II emergieron como un enjambre, atacando a los invasores que estaban en orbita, la balanza de nuevo perdió el equilibrio, y aprovechando la confusión los Guerreros de Bronce lucharon de nuevo con todas sus fuerzas.

Los Caballeros de Argento, la excentrica legion II, casi nunca se les vio luchando en la Gran Cruzada, pero hasta donde se sabia, ellos eran temidos Psiquicos con los que nadie querria encontrarse, eran implacables, centrados y en el campo de batalla eran como un visturi, usando todas sus capacidades para destruirte de la manera mas eficiente posible.

Su Primarca se llamaba Malcolm, nadie sabia de donde aparecio o donde lo encontro el Emperador, solo se conocia que habia luchado en los peores lugares de la galaxia, y que hizo cosas que sus hermanos nunca habrian hecho sin la consecuencia de tener que ser purgados, cosa que los demas reconocian.

Si el talento de algunos era material o psíquico, la tarea de ellos era la de ser incorruptibles, conocer los secretos que nadie mas deberia conocer por el bien de la Verdad Imperial, mientras las demas Legiones luchaban contra horrores aderidos a la realidad material, ellos lucharon en planetas y mundos demoniacos.

Contra los horrores que los Dioses del Caos mandaron a tratar de detener la Gran Cruzada, sus horrores nunca fueron vistos y escuchados mas alla de lo que su primarca le decia a sus hermanos en confidencia, eran enigmáticos, nadie podria saber su especialidad, la Legion Alpha trato de interactuar con ellos, para infiltrar, pero al volver no podian recordar nada.

Los restos de la legion aparecieron sobre el mundo de los Guerreros de Bronce, atacando a los Puños Imperiales sin piedad, sus armas de energia cortaban las armaduras y dejaban tras de si un desastre de metal rojo vivo, sus poderes psiquicos fueron desatados como una tormenta de destruccion, hechizos de todas clases e invocaciones de criaturas de la Disformidad que arrazaban con todo.

Ellos usaban todos Armadura de exterminador, pero al ser 10.000 era mas facil para ellos tener ese numero de armaduras y armas de alta calidad, su mundo natal era desconocido, pero los dotaba de todo lo necesario, su heráldica color plata, con pergaminos y armas de energia, no eran como otras legiones.

El poder psiquico rebosaba en ellos como flamas, usaban una poderosa lanza que hacian fluir su poder psiquico, un tipo de equipo que los Mil Hijos envidiarian y que habrian luchado, pero las Armas Nemesis eran solamente ellos, nadie mas deberia tener acceso a un arma que haria a una legion mas peligrosa de lo que ya era.

Pero no estaban indefensos a la distancia, un Bolter Doble sobre su brazo izquierdo les permitia disparar sin problemas, avanzando contra el horror de la disformidad, pero ahora atacado a los Puños Imperiales sin ningun motivo mas alla de ayudar a sus hermanos de la Legion XI.

Los Guerreros Rapados al ver su oportunidad rompieron finalmente los muros defensivos y entraron como un torrente de sangre que aniquilaba todo a su paso, los soldados del interior de las fortalezas salieron al ataque una vez mas, con una furia cegadora que les hacia lanzarse al combate con cualquier arma, en una marea humana que mancho de sangre la tierra.

Pero los Caballeros de PLata no eran tantos como antes, quedaban poco mas de mil de ellos, no dijeron el motivo, pero estaba claro que enfrentaron un cataclismo que les hizo perder todo, sus unicas palabras fueron "Condenados al Olvido".

Aun con eso ese no era su final, incapaces de aceptar un destino como ese todos se prepararon para luchar otra vez, contra cualquiera que quisiera atacarlos.

Se acercaba una vez mas el enemigo, aun con esa victoria en la batalla habían perdido la guerra, estarían acabados apenas llegaran las demás legiones, hasta que el Templo Mayor hizo temblar la tierra, una gran luz hizo que todos los sobrevivientes retrocedan, si su Emperador les había fallado, si las fuerzas ocultas mas allá del velo estaban conspirando para tentarlos, lo que apareció en su Templo Mayor fue su Salvador y el único dios que necesitaban.

Cuando las fuerzas imperiales llegaron al sector no encontraron el mundo ni rastro de las tropas que habian estado alli, pero no importaba, el Emperador en persona borro todo lo que pudiera hacer referencia a esas legiones, todos fueron borrados, sus grandes monumentos reducidos a polvo, los planetas que tomaron fueron purgados de su memoria, e incluso sus hermanos fueron forzados a olvidarse de ellos.

Sistema Planetario Desconocido, Segmentum Pacificus

En los confines de la galaxia, en el occidente Galáctico cerca de las estrellas Halo había un sistema estelar alejado de todos, sin contactos con el exterior, aislados por milenios por tormentas de Disformidad, un grupo de al menos 50 mundos se habían mantenido lejos de todo el Imperio y sus conflictos desde la era de la Gran Cruzada.

Gente de toda clase habitaban en esos mundos, pero en medio de todos esos mundos estaba el mundo que lideraba a todos ellos, Anáhuac, el mundo que se jactaba de ser hogar de los dioses y que gracias a ellos habían logrado mantener el orden y cierto grado de protección para otros mundos.

En aquel grupo de mundos había decenas de ataques constantes desde todas partes, incursiones de los Drukhari buscando nuevos esclavos para poder seguir viviendo alejados de la Sedienta, Orkos en búsqueda de guerra, incursionando en sus mundos, el caos había llegado en forma de demonios y bandas de Traidores que habían sembrado el terror.

Incluso recibieron visitas de seres que llegaban de más allá de la estrellas, horrores sin precedentes que llegaron arrastrándose de esa zona de la galaxia llena de horrores mas allá de la mente humana, aquellos sistemas eran una zona de guerra permanente en la que sus ciudadanos habían cambiado mas allá de los recuerdos del Imperio.

El sistema estaba bajo el mando de Zyanya, una mujer que tenia el puesto de Gran Regente de Anáhuac, líder de las fuerzas que dominaban en el sistema de cincuenta mundos, una mujer que llego a su posición abriéndose paso entre las líneas de poder, superando cada prueba que se le puso en frente.

Era una mujer de baja estatura, de metro y medio, de rostro suave y poco expresivo, siempre conservando la calma ante los estímulos exteriores, sus ojos eran color verde esmeralda, un motivo por el que su papel también como sacerdotisa le era idóneo.

Cuidaba de su imagen con baños cuidadosos de agua tibia con hiervas y plantas medicinales, así como cosméticas, mascarillas de diferentes tipos, su largo cabello negro estaba cepillado con delicadeza, era tan largo que llegaba a sus tobillos, pero era trenzado y amarrado en un peinado para que le fuera practico moverse.

Usaba ropa blanca de tela de algodón, un manto blanco con hilos de oro, esmeraldas y  obsidiana, casi siempre estaba descalza, pero sus pies estaban protegidos por su capacidad psiquica, si, era la segunda psiquica mas poderosa de todo el sistema planetario, solo por detras de la Gran Sacerdotiza que la presedio, quien estaba semi retirada de la vida publica.

Zyanya habia administrado varios mundos, pero sabia que todavia habia varios sistemas planetarios que podrian tomar, ya fuera por politica o a la fuerza, y tenia el poder para hacerlo.

El Sistema Anáhuac contaba con un eficiente ejército que había luchado y ganado batallas contra cada enemigo que les lanzo el cosmos, y seguían en campañas militares para ampliar sus fronteras entre las tormentas de Disformidad, por suerte tenían las PCE necesarias para construir su tecnología, armas de energía, vehículos blindados y aeronaves que destruyeran todo en el cielo para dejar paso libre al soldado.

Pero también tenían dos ventajas que les harían los líderes indiscutibles de la región estelar, la Primera eran las Legiones de Astartes, dos Legiones habitaban esa región, si el Imperio lo supiera, calcularía su fuerza en cincuenta capitulos aproximadamente, pero no podrían tener un número exacto debido a lo irregular del terreno donde habitaban y que podrían aparentar ser más o menos del número que tenían.

Anáhuac fue el primer mundo al que llamaron hogar los miembros de la XI Legión, dónde su Primarca creció y aprendió el honor de ser un guerrero, la Legión llego allí un día y después el mundo desapareció de su posición original en el oriente galáctico, siendo salvados por su dios principal, Kukulkán.

A diferencia de otros mundos donde el Imperio logro establecer la Verdad Imperial, ellos siempre adoraron a su dios a su manera, el se había ocultado bastante bien y dirigia todo desde las sombras aun cuando la Gran Cruzada habia llegado a ellos, pero se habia terminado el momento de ocultarse y ahora se habia levantado una vez mas.

Kukulkán, un ser con poderes Psiquicos que muchos compararon al Emperador, pero no. el era mucho mas que eso, al ser un usuario de lospoderes de la DIsformidad podia cambiar de forma a su gusto, mostrandose ante la gente como un Hombre de 1.90 metros, de piel morena, su cuerpo cubierto por una tunica verde con muchas plumas, ademas de cubrir su cabeza con un casco de guerrero, que emulaba la cabeza de una gran serpiente emplumada.

Sus ojos nunca estaban visibles, pero su rostro mostraba una sonrisa amable, caminaba entre su publo y conocia todos sus nombres, la gente llevaba ofrendas cuando necesitaban su ayuda, algo que ocurria de manera recurrente, dado su estado perpetuo de guerra contra la galaxia y todo lo que les mandaba.

En aquel dia se habian reunido los grandes lideres del Sistema Planetario, Kukulkán habia tenido una vision y tenian que estar reunidos para ver la llegada de un evento que les permitiria salir de su escondite y mostrarse ante la galaxia, en la reunion estaba Zyanya leyendo un pergamino electronico, a su lado estaba Hurakan, el hijo del dios serpiente.

Si bien Kukulkan era considerado una deidad bastante tranquila, su hijo era su opuesto,el padre era un dios de la vida, los vientos y el agua, era la paz y tranquilidad para todos, pero Hurakan era una fuerza de la naturaleza tan destructivo que dirigia las campañas donde no se esperan sobrevivientes y era necesario el exterminio de una civilizacion.

Sus vientos eran violentos,  lanzaba fuego y relampagos, era una encarnacion de la violencia que su padre casi siempre contendria, era temido por la gente que estaba por debajo de él y preferirian tenerlo de su lado que tenerlo como un enemigo en el campo de batalla, ya que al igual que su padre él eraun psiquico de cuidado, estando debajo de Zyanya y su padre.

Kukulkan: ya me aburri de esperar, esto es tan aburrido —Su vostezo fue escuchado en la habitacion, la deidad tenia los pies sobre la mesa, mientras bajaba su casco para cubrirle la cara y que la luz no lo moleste al dormir—

Hurakan: ¿Por que necesitamos a Tlanextic? hasta donde lo recuerdo estaba mas enfocado en el Imperio de su padre genético que en nosotros

Zyanya: recuerde que se fue por ordenes de tu padre, ademas, necesitamos toda la fuerza posible, tenemos cincuenta mundos, contra incontables mundos, creo que es necesario que sepamos nuestras limitaciones, necesitaremos toda la ayuda que tengamos a nuestro alcance

Las tormentas en la disformidad que los manteniana salvo pronto podrian desaparecer y estarian a merced del Imperio, aunque estuviera postrado en el trono dorado y sus hijos desparecidos, todavia eran una fuerza de combate admirable que necitaban tomar en cuenta, por lo que era necesario estar preparados.

Cuauhtémoc: mi señora, quiero pensar que los preparativos que hemos hecho por siglos seran suficientes, gracias a nuestros Psíquicos pudimos ver los mundos cercanos a nosotros, muchos estan a nuestra merced por su baja tecnología y cercanía, pero los objetivos mas peligrosos serian tomados en dos años cuando mucho

Hurakan: esos trece mundos Forja ya fueron vigilados por varios años, tenemos todo listo para tomarlos, tomaría un año el entrar y tener control de la mayoría de sus recursos, después solo seria cuestión de tiempo tener todo bajo control

Las discusiones no se hicieron esperar entre los dirigentes de esa mesa, gobernadores planetarios que temían por su seguridad, generales y militares del estado mayor que temian por los resultados de una guerra de tal envergadura, sabian que cuando se liberaran las Tormentas Disformes que bloqueaban a los Imperiales de su sector, solamente seria cuestion de tiempo para que entren y quieran someterlos.

Todos se estaban entreteniendo tanto que no notaron el momento en que Kukulkan habia proyectado su mente fuera del recipiente que llamaba cuerpo, su figura estaba flotando por la DIsformidad y sumergiendose en la Telaraña, analizando todo el sector, hasta que encontro su objetivo de busqueda.

Podia ver un mundo bastante extraño, aislado por tanto tiempo que habia dejenerado en una sombra de lo que fue, los Eldar en ese mundo eran tan pocos, los humanos retorcidos mas alla de lo reconocible, era un escenario tan horrible que era triste que le fuera una escena familiar.

Estaba viendo como una ciudad entera ardia con su gente dentro, fuego psiquico arrazaba con todo, pocos lograban escapar de la ira del angel que estaba lanzando su ira contra la ciudad y sus habitantes, mientras que en una piedra apartada se encontraba sentado Tlanextic, el Primarca estaba viendo la masacre sin parpadear, no con horror, mas intrigado.

Tlanextic: Ancestral, veo que sigue dirigiendo a mi pueblo y que pudo predecir exitosamente mi liberacion ¿No fueron muchas coincidencias este siglo?

Kukulkan: alguien de tu especie alguna vez dijo que dios no jugaba a los dados con el universo, pero en estos casos lo dudo, muchos dioses ya lo hacen, yo solamente tome la probabilidad mas ventajosa para nosotros —La forma astral se sento a su lado y contemplo la destruccion— El Hombre es facinante creando armas, incluso el mas grande de ustedes solamente pensaba en maneras eficientes de aniquilarse nutuamente

Al planeta habia llegado una barcaza de batalla de los Caballeros de Argento, por lo que llego el momento de irse, el Primarca metio dos dedos en su boca y silvo con tanta fuerza que aun entre la destruccion logro ser escuchado, el Angel dejo a sus presas y fue tras él, abordando la nave para desaparecer de nuevo entre las estrellas.

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