El Renacer de la Gorgona
La discordia dentro del Imperio de la Humanidad estaba empeorando a medida que la Eclesiarquia parecía tomar más poder y protagonismo en el escenario político, al punto que muchos mundos estaban sufriendo los estragos de los excesos y abusos que cometía la organización religiosa contra la población en general, no importaba que tan fiel parecía ser la persona, el planeta entero podría sufrir un terrible destinó solamente por una sospecha.
En medio de tal escenario se encontraba un mundo agrícola que había estado mal administrado por generaciones, al comienzo no había tantos problemas ya que lograban pagar sus impuestos de manera constante, pero cuando la Eclesiarquia aumento de manera tan repentina los Diezmos todo se salió de control.
Pronto los mundos estaban sufriendo hambrunas, perdieron muchos vidas de seguidores fieles, pero no solamente era el hambre y pobreza, también se estaban llevando el futuro de los mundos por Miles o millones.
Niñas de doce años o menos eran reclutadas para unirse a la Orden de las Consortes del Emperador y entrenar hasta ser la elite de la elite de los ejércitos de la Eclesiarquia, y los niños serían entrenados para entrar a las Fratrias Templarias.
Muchos mundos estaban haciendo todo lo posible para tratar de que estos niños no cumplieran con los requisitos, ya que si se quedaban sin niños también estaban sin futuro, ya que aunque tengan una gran población, en una galaxia donde la esperanza de vida era corta, era necesario reponer números lo antes posible.
Se estaban perdiendo muchos mundos por los salvajes castigos a los que eran sometidos y muchos otros mundos estaban floreciendo a costa de consumir los recursos de otros mundos del sistema, la inconformidad estaba por todas partes y esto hacia que muchos se enojaran, acercando cada vez más la hora de una confrontación.
Los Señores de Terra estaban cansado de esta situación debido a la perdida de poder, no por la situación del imperio, sino que ahora la Eclesiarquia parecía estar alejando cada vez más el poder en su dirección, quitando la autonomía al Adeptus Terra y queriendo interferir en los asuntos de los Astartes.
Se estaban preparando las armas para un inminente baño de sangre que se llevaría a cabo, los Señores de Terra y algunos Capítulos de Astartes estaban preparando sus armas contra Vandire, incluso el Mechanicus estaba listo para mandar sus fuerzas militares Contra la Eclesiarquia.
Pero nos vamos a centrar en Medusa, el planeta de donde se decía había nacido Ferrus Manus, había una reunión importante entre tres facciones, los Capítulos de la antigua legión, como los Garras Rojas, Garras de Bronce y los Manos De Hierro, entre otras.
Una reunión con los Señores de los Capítulos Sucesores era algo que casi nunca pasaba, ya que eran muy independientes entre si y preferían tener relativa autonomía, pero ahora era momento de tomar una decisión sobre un evento que podría marcar un antes y un después en la historia de los Capítulos.
No estaban todos, pero si los más influyentes entre sus congéneres, habían estado hablando durante horas, tratando de llegar a alguna clase de acuerdo, pero siempre llegaban a la misma conclusión, Ferrus Manus estaba muerto, todos vieron como murió y sus pertenencias estaban en Medusa cómo prueba de su deceso.
De esa manera dejaron que el tiempo pasara sin llegar a ningún acuerdo sobre un acuerdo entre como tratar está situación, siempre podría ser un impostor, alguien que trata de robar la identidad de su Primarca para llevarlos lejos del imperio.
La única manera de lograrlo sería que pudieran localizarlo, tenían dos capítulos lo suficientemente cerca para llegar allí antes, quizás todavía estarían cerca del planeta donde se dice que un guerrero se abrió paso por una ciudad colmena traidora usando un martillo y sus manos, sin armadura y salió sin un rasguño.
Estaban en medio de la discusión cuando recibieron un llamado de sus hermanos en el planeta de Prusia, habían acudido para socorrer al planeta de un ataque Xeno, tardaron dos días en llegar, pero al hacerlo descubrieron algo que el mismo Maestro de Capitulo lo hizo no poder regular su respiración de la emoción, su frase fue "La Gorgona a Vuelto".
Prusia
En tierra había iniciado una guerra Contra una incursión de Drukhari que estaban buscando sangre y nuevos esclavos para llevar a su ciudad, los defensores estaban haciendo su mejor esfuerzo y para la sorpresa de los Xenos los humanos eran más rudos de lo que esperaban, pero de todas formas todavía no había posibilidad de irse sin al menos un cargamento de esclavos.
Esa era la emoción que buscaban, si bien eran conocidos por haber dejado mundos vacíos, ellos atacaron Prusia por un motivo en especial, la gente de allí se defendería, esa emoción de no rendirse, de pelear por sus vidas, eso era justo lo que querían experimentar.
Sus maniobras de ataque eran rápidas, y gracias a algunos traidores bien posicionados es que lograron superar varios de los anillos defensivos del planeta Fortaleza, estaban a punto de tocar el planeta, mientras hacían retroceder a los defensores a la mejores Fortalezas que había sobre el planeta.
Mientras avanzaban se fueron cuenta que la gente seguía llegando oleada tras oleada sin detenerse a pensar en sus vidas, luchaban hasta el último aliento, no era de extrañar que ese fuera un planeta de incuestionable lealtad al Imperio y hubieran tenido que sobornar a extranjeros para hacer el trabajó sucio, ese planeta parecía estar formado por nacionalistas dementes.
En tierra, los defensores estaban peleando contra las primeras oleadas de Drukhari que lograban alcanzarlos, físicamente eran superados, pero sus números eran tan abrumadores que se daban el gusto de gastar diez soldados para matar a un solo sucio Xeno, a veces se lanzaban en una ola humana, mataban a cinco, pero la otra mitad lo aplastaba y usaba las armas a disposición para hacer que la batalla terminará rápido.
En la base de comunicaciones del planeta había muchas llamadas de refuerzos imperiales, ya que aún con sus recursos ese era un ataque colosal para un enemigo tan peligroso, estaban llamando algún capitulo de Marines Espaciales, para su suerte un capítulo de Marines Espaciales estaba en la zona y se pusieron en camino para socorrerlos.
Pero en medio de mar de información llegó una notificación, la flota Amanecer Carmesí estaba llegando al lugar, pidiendo permiso para ingresar a su espacio controlado, envío varios códigos de seguridad de Prusia, además de mencionar información que solamente conocería un Prusiano.
Por lo que permitió el acceso ya que necesitaban refuerzos, los combates Espaciales fueron especialmente brutales con la llegada de la flota, ya que avanzaban sin parar por el espacio, chocando deliberadamente contra las naves Drukhari, recibiendo grandes daños pero de alguna manera avanzaban sin problemas e incluso parecían moverse más rápido.
Las naves de apoyo fueron desplegadas y comenzaron combates de alta velocidad contra los Xenos que atacaban el planeta fortaleza, mientras la flota principal seguía avanzando como una lanza directo al corazón de la invasión en el planeta principal.
En la sala de guerra, Siegfried estaba dando indicaciones de su plan de ataque, le estaban brindando información en tiempo real, mientras sus oficiales alistaban a los soldados de su ejército, los equipos se calibran de acuerdo a especificaciones necesarias y también se colocaban el uniforme, sus gabardinas oscuras con máscaras de gas.
Siegfried: ¡Escuchen bien! Nos atacan Drukhari, son rápidos, precisos y preferirían morir antes que ser sus prisioneros, equipos de tierra, Ferrus Nader va a dirigir un asalto a la vanguardia enemiga, mientras los tanques apoyan la fortaleza principal, en el centro del planeta, envíen apoyó aéreo a los soldados del este, al parecer están siendo masacrados
Nader: Ferrus dice que guardes algunas tropas para más tarde, la elite necesita saber dónde desplegarse, y no sería prudente que reveles todas tus cartas
Siegfried: cierto, los Vinculados todavía no deben ser lanzados, los mandaré contigo si necesitas apoyo, aunque lo dudo —La luz roja en la pared se iluminó, marcando que estaban directamente sobre el planeta— señores, hay que purgar algunos sucios Xenos de la existencia
El planeta estaba siendo vaciado lentamente, varios prisioneros eran llevados a las naves de los Drukhari, mientras que sus mercenarios y las creaciones de los Hemonculos avanzaban sobre las tropas humanas, las fortalezas seguían resistiendo en cada frente de batalla, nunca se rendirían sin pelear.
Los defensores esperaban un desembarco tradicional de tropas, con varios cientos de baves de transporte militar, pero en su lugar vieron como iniciaban un bombardeo orbital contra las posiciones tomadas por los Xenos, durante dos días destruyo ciudades que estaban perdidas, Siegfried dijo que era preferible que Prusia Arda antes de permitir que los Xenos las ocupen.
Sus enemigos habían atacado las naves, pero sin importar cuantas veces maten a sus soldados aparecían mas desde las profundidades de la nave insignia, las fuerzas enemigas se querian retirar, pero había un cerco inmenso alrededor del área del planeta, y sin saberlo habían bloqueado su acceso a la Telaraña.
Tras dos días de un bombardeo inclemente las tropas al fin bajaron a tierra en números inmensos, con técnicas de armas combinadas, sus naves de combate estaban atacando a toda potencia, recibiendo bajas increíblemente altas, marchaban de manera forzada sobre campos de muerte y fuego enemigo, contra enemigos mas allá de lo humano, pero ellos tenían algo mejor, un valor inmenso y ningún miedo a la muerte.
Siegfried creo una teoría militar bastante peculiar, en el ataque, quien no teme a la muerte tendrá la ventaja, ya que nunca van a rendirse hasta desaparecer o tener su bandera sobre la fortaleza enemiga, en la defensa, quien tiene mayor deseo de vivir ganara, porque hará lo necesario para que su enemigo no tome sus vidas y lucharan hasta el ultimo aliento.
En este caso, va a atacar hasta que no quede ningún enemigo en tierra, ya había diezmado la flota enemiga para que la evacuación sea mas difícil, pero todavía pueden creer que escaparan, algunos se habían refugiado en una fortaleza lunar de Prusia, pero estaban rodeados.
Fue entonces que Siegfried mando sus puños blindados contra la mayor acumulación de Xenos que estaban masacrando a cualquier enemigo que se le ocurría acercarse a ellos, estaban acumulando mas naves llenas de esclavos que serian mandados a su ciudad de pesadilla.
Los ataques se habían detenido igual que el bombardeo, los tanques se estaban formando de frente preparándose para romper la linea de sus enemigos, los Xenos prepararon sus armas para aniquilar el ataque, sus armamentos se alinearon, algunos deseosos de tomar mas prisioneros para volver con gloria a la ciudad.
Esperaban enfrentar un gran combate contra el ejercito de Prusia, un ultimo combate antes de retirarse, pero en lugar de que saliera a su encuentro todo un contingente de hombres listos para matar, solamente apareció uno, un hombre bastante grande, pero un hombre al final del día, desde su perspectiva, ningún humano podría derrotarlos.
Su altura actual debería ser de dos metros y medio aproximadamente, su tamaño era impresionante, recubierto con una armadura de evidente manos artesanas, unas muy hábiles, un caparazón que protegía su torso, con armas que sobresalían de su espalda para darle apoyo extra en combate.
Estaba blindado casi por completo, excepto por sus brazos, los cuales tenían un brillo oscuro en la plata, la cual se estaba oscureciendo lentamente con cada paso, sus ojos se veían furiosos y su cabello se tornaba plateado oscuro, tomando una apariencia casi metálica.
Lo que mas les llamo la atención era su arma, sostenía un martillo con una sola mano, pero tan grande que solamente parecía que con el peso necesitaría muchos hombres para tan solo levantarlo un momento del suelo.
Era un arma de metal negro en casi todas sus partes, l empuñadura tenia muchos detalles de plata, la cual parecía moverse con vida propia, el metal negro irradiaba una presencia asquerosa para los Eldars Oscuros, el arma estaba lista para usarse y su usuario rugió con ira pura al ver a los responsables de tal matanza.
El hombre correo contra ellos, esperaban que fuera lento y torpe, pero nada mas lejos de la realidad, se movió tan rapido que parecía que se transporto hasta las puertas de la fortaleza, el arma brillo con la luz del relámpago y golpeo la entrada con tanta fuerza que desato un terremoto que se sentiría en todo el planeta.
La puerta reforzada para resistir ataques de artillería pesada, pero cuando el arma golpeo las puertas estas se desprendieron del marco y entraron hasta el otro lado de la fortaleza, como un proyectil que mataría todos los que estaban cerca, Nader entro a la fortaleza con paso firme, mientras los brazos extra de su armadura atacaban todo lo que estaban rodeándolo.
Entro a la fortaleza y entonces pudieron sentir un terror que nunca pudieron comparar mas que el ser enviados frente a la Sedienta, sintieron que la existencia misma los abandonada, era sofocante, solamente veían como la plata viviente se volvía negra lentamente hasta parecer cromo negro, su arma disparaba arcos de energia y parecía una sinfonía de destrucción.
Se lanzaban contra él para matarlo, pero era inútil, el guerrero estaba avanzando como un desastre natural, mientras desde el exterior se escuchaban los tambores de guerra y gritos de soldados alentando al Primarca reencarnado a seguir luchando hasta la victoria.
Entonces reanudaron su bombardeo sobre la fortaleza con incluso mas ferocidad de antes, Ferrus Nader estaba peleando en medio de ese infierno, regenerándose rapido de las heridas mientras andaba ente el fuego, apenas sentía el dolor de las quemaduras, caminando entre el fuego mientras su piel se achicharraba ligeramente.
Ahora estaba frente a frente con el líder del ataque, quien se lanzo contra él con una espada afilada, junto a diez asesinos Drukhari, inicio un combate de alta velocidad, chocando metal contra metal, con cada golpe alguno de los asesinos Moria por el impacto del martillo.
Al querer terminar con todo, Nader cargo energia en su arma y golpeo el suelo, un relámpago aterrizo desde la atmosfera, con tanta energia que levanto el cabello metalizado de Nader, carbonizando los cuerpos de sus enemigos, dejando manchas negras a su alrededor, dejando vivo solamente a uno de ellos.
El líder estaba arrastrándose por el piso, la mitad derecha de su cuerpo estaba carbonizada por la poderosa explosión de energia, estaba aterrado mientras la presencia se volvía tan poderosa que le hicieron desear la muerte, uno de los pies blindados se coloco sobre su pecho y presiono con tanta fuerza que salpico sangre al atravesarlo.
Su verdugo le tomo de la cabeza y tiro de ella con tanta fuerza que la arranco aun con la columna vertebral, manchado de sangre, camino fuera del incendio, al salir, sus brazos se volvieron plateados una vez mas, mientras los soldados del Amanecer Carmesí vitoreaban su nombre una vez mas.
Sobre su cabeza, apareció una barcaza de desembarco, se preparo para combatir, pero Siegfried le detuvo, el general observo la insignia de los Manos de Hierro al lado de la insignia del Capitulo, Ferrus Nader los miro con desconfianza, pero guardo su arma y retrajo las armas para evitar algún mal entendido.
Pero la voz de Ferrus en su mente sonaba melancólica al decir que sus hijos todavía vivían, Nader se sentó sobre una roca, para poder limpiar su arma y esperar el siguiente combate, seguramente irían a la luna del planeta, Siegfried estaba sonriendo como un lobo, sabia que pasaría, pero no espero que ellos mismos vinieran a buscarlo.
Los soldados vieron como el líder de los Marines Espaciales se reunía con Siegfried y Nader en una habitación privada, donde estuvieron encerrados por largas horas, donde la única orden fue bombardear a los Drukhari alojados en la luna, lo mismo para el Capitulo de Astartés.
Al amanecer del tercer día apareció al fin el grupo de hombres, el Maestro del Capitulo se encontraba mas serio de lo normal, tenia una marca de puño en la cara que mostraba algunos implantes metálicos, además de marcas de una lucha, al parecer dura pero rapida, Nader no tenia ningún rasguño, pero Siegfried se tuvo que cambiar de ropa ya que su uniforme estaba roto por intentar detener una pelea.
El mensaje para los miembros del capitulo fue claro, iban a mirar el combate de Ferrus Nader en la luna y escogerían si ese era o no su Primarca, Siegfried apoyaría con sus soldados y dejaría al Primarca reencarnado dirigir la ofensiva, cosa que al parecer no le resulto tan agradable.
Luna de Prusia
Los soldados se colocaron equipos de combate especiales para el ambiente hostil de la Luna, tenia una atmosfera respirable, pero era un lugar engañoso repleto de amenazas, como acido corrosivo en forma de gas y liquido capas de derretir a una persona en pocos personas.
Todos se prepararon para pelear, con mascaras de gas y uniformes un poco mas resistentes a su nuevo entorno de combate, estaban armados con rifles pesados, pero notaron que había un grupo de mil soldados que nunca mostraron su cara,, solamente mascaras de gas con lentes oscurecidos, cargaban lanzadores de proyectiles anti blindados sin problemas y se preparaban para luchar.
El ataque comenzó con un bombardeo como era de esperar, ordenando una formación de tanques al frente de todos para abrir paso, su fuerza era muy numerosa, pero notaron que los mil soldados con lanzadores de cohetes estaban ausentes de la batalla, moviéndose por el flanco izquierdo, donde se cubrieron del ataque.
Ferrus Nader salto al frente de la batalla y comenzaron el enfrentamiento, el ataque era una marcha forzada, el terreno estaba plagado de ácidos que derretían las botas, pero los soldados no se detenían y gritaban furiosos, los Drukhari atacaron por por la espalda en una emboscada, embolsando la fuerza donde estaba Ferrus.
El maestro de capitulo soltó una risa burlona, viendo el error de novato cometido por el supuesto Primarca, pero Siegfried sonrió de lado mientras veía todo desde el espacio.
Siegfried: tranquilo, esto no es el final, solamente es el medio tiempo —Se recargo en su silla, mientras servía una copa de ginebra y ofrecía la botella al maestro de capitulo, quien permaneció de brazos cruzados— quien diría que era tan aburrido ser un Astarté, bueno, a la salud de los Manos de Hierro
En el campo de batalla los soldados encerrados en la emboscada lograron cavar trincheras y responder el ataque que venia de todas direcciones, los Drukhari comenzaron a atacar con mas fuerza, haciendo retroceder al enemigo, mientras que Ferrus ordenaba mantener el frente de batalla un poco mas.
Tras diez horas de combate al fin llego la señal que esperaban, el deposito de municiones exploto en mil pedazos y los soldados especiales de Siegfried comenzaron un asalto con tanques pesados desde la derecha, el punto con menos fuerzas, el choque fue devastador.
Ferrus Nader: ¡Adelante! ¡Que viva el fuerte y muera el débil! ¡Demostrémosle porque la humanidad a tomado las estrellas! —Ataco de frente como la punta de lanza, mientras soldados se lanzaban junto a él con la bayoneta calada—
Muchos murieron en el choque inicial, pero el enemigo también estaba quedándose sin soldados, Ferrus se volvió el puño blindado de sus soldados mientras se acercaban a la fortaleza, rompiendo cada linea de defensa.
Se encontraba avanzando cuando tres inmensas serpientes aparecieron del interior de la fortaleza, median aproximadamente doscientos metros, con grandes cabezas que escupían fuego, pero lo perturbador no era su tamaño o capacidad de escupir fuego.
Las criaturas estaban recubiertas de piel humana, con rostros retorcidos en muecas de horror puro, gritando por la muerte piadosa, brazos y piernas se movían por todas partes y al abrir la boca se veían cuerpos diminutos gritando cada que escupía fuego.
Nader tomo el control de la situación, corriendo contra el aliento ardiente, pero al llegar cerca lanzo su martillo con tanta fuerza que le arranco la cabeza, se lanzo contra la tercer criatura, siendo golpeado varias veces contra el piso, pero no logro dañarlo de manera adecuada, solamente aumentaba su ira.
Tomo a la criatura por la cola y la lanzo a un lago acido, donde comenzó a disolverse, además de varios disparos de soldados cercanos para acelerar su muerte, ahora quedaba solamente la ultima, Nader camino en su dirección con los puños apretados, allí estaba el líder del ataque Drukhari, quien se lanzo al ataque con un par de espadas.
Era muy rapido, el ojo humano lo perdió, corto varias veces en el metal de la armadura, cortando un poco la piel, pero no logro mas que crear heridas que se curaban debido a su condición de Perpetuo, en uno de sus tantos ataques Nader le tomo por el cuello y lo golpeo contra el suelo con tanta fuerza que que el cuerpo del Xeno se volvió una mancha de sangre, donde solamente estaba su rostro.
Estaba sonriendo y riendo con sus últimos alientos, Nader trato de entender que locura era esa, hasta que se vio rodeado por al menos 1.600 guerreros que se preparaban para atacar, Nader sonrió con suficiencia pensando en matar a todos, preparándose para luchar, pero entonces ocurrió algo inesperado, una lluvia de disparos diezmo a los enemigos.
Los Marines del capitulo saltaron al asalto con una furia asesina, disparando y matando con sus manos todo en su camino, los soldados no les siguieron, en su lugar siguieron avanzando a la fortaleza para tomarla, Ferrus entonces tomo el mando y avanzo contra el enemigo hasta estar frente a frente otra vez frente a su legión.
Ferrus: ¿Qué pasa? ¿Tantos milenios sin verme a causado que olviden como se debe pelear? Marchas asia adelante siempre y no te detendrás hasta que el enemigo este pulverizado, romperemos sus filas con nuestros puños y el hierro aplastara la carne
El capitulo lucho como nunca lo había hecho, una vez mas se sentían completos, su padre genético quizás se veía diferente, pero de nuevo los guio como en antaño, mandando unidades a conquistar la luna, hasta que no quedaba ningún enemigo con vida.
Desde su nave, Siegfried sonrió con suficiencia, mientras observaba una figurilla de metal que Nader había creado, la coloco sobre un tablero de ajedrez, estaba moviendo los hilos desde detrás de escenario, le gusto ser visto como la mascota de Nader, nadie lo vería como la amenaza que era, a pesar de que el Primarca le veía como un igual, era bueno ser subestimado.
Porque cuando lo menosprecian no podrán prevenir que esta planeando su destrucción, ahora que el capitulo al fin reconoció a Ferrus Nader como su líder, será mas fácil tener un gran numero de aliados poderosos, hasta donde sabe, el imperio esta en una gran convulsión, Eclesiarquia contra Señores de Terra, sabia a quien apoyar, solamente necesitaba la oportunidad de aparecer como un recurso valioso y conquistar todo.
En la luna, todos festejaban la victoria final sobre los Xenos, salvaron un planeta, pero la victoria se vio opacada cuando todos al fin vieron como se levantaba sobre ellos Ferrus Nader, el Primarca reencarnado estaba alejado de la mayoría, ya que muchos no toleraban su presencia, pero sus hijos genéticos de alguna manera podían estar a su lado mientras no estuviera en un combate demasiado intenso.
El mensaje fue mandado al resto de capítulos de los Manos de Hierro, Ferrus había regresado, quizás algo diferente, pero el espíritu seguía allí, todos los capítulos de inmediato pidieron reunirse una vez mas, poder verlo, pero el alboroto afecto a mas que ellos.
En Terra los señores de inmediato comenzaron a buscar mas información, querian saber si este regreso serviría para equilibrar la balanza de poder, Ferrus nunca fue un político, pero su misma presencia era abrumadora comparada contra Vandire, la Eclesiarquia de inmediato envió emisarios para asegurarse de que era Ferrus Manus.
Incluso la inquisición mandaría a su agente en Prusia para asegurarse de que el caos no estaba tras esto, inclusive otras facciones estaban enteradas y sabian que seria mejor no causar problemas, el imperio temblaría hasta los cimientos cuando la Gorgona regresara para proteger a la Humanidad, o quizás destruirla.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top