El Angel de Baal
La destrucción de la guerra es algo tan horrible que muchas veces las personas se preguntan si esa batalla de pudo prevenir, si se tomaron las decisiones adecuadas y si quizás una acción pudo hacer algo para impedir que los padres luchen contra sus hijos, que hermanos asesinen a sus hermanos en el campo de batalla, es algo que al final no importa, porque rodó termino mal.
Sanguinius acababa de morir a manos de Horus, su alma experimento un ataque tan brutal que su grito se escuchó por toda la Disformidad, todo el dolor y trauma de su violenta muerte llevo a que todo ese trauma se transmita también a sus hijos genéticos en su legión.
Se suponía que debería haber muerto en el puente del Espíritu Vengativo, que su alma debió haber Sido destruida o por lo menos haber Sido tan mutilada que debió perderse a si mismo para siempre para que nunca volviera.
Pero aquel grito en el final de su vida no solamente había traído la maldición de la Rabia Negra sobre su Legión, también desperto algo mucho más peligroso, algo que pudo haber Sido mejor nunca despertar.
El Ángel de Baal despertó en un lugar que su ni la prodigiosa mente de un Primarca pudo entender, no había nada, decir que la oscuridad absoluta le rodeaba era suponer que todavía existía algo, pero no existía algo en ese sitio, no podía ni sentir el aire, o el piso, lo único que lograba percibir eran sus mismos pensamientos y movimiento, el sonido no existía y solo podía escuchar el latido de su corazón.
Su mente lentamente se fracturó, tratando de encontrar algo a lo que sujetarse, si ese era el infierno entonces Horus eligió el lugar adecuado para mandarlo, sin nada, no podía respirar ni tampoco sentía que fuera a morir, era el infierno.
Esas mismas tinieblas le estaban absorbiendo lentamente, era una fuerza con la que no podía luchar, trato de usar todo su poder y habilidades para librarse, pero no podía hacer nada, esa oscuridad se estaba apoderándo de él, creía que la oscuridad lo cubría y se acercaba a una Destrucción total, una real desde un mundo invisible, grito hasta que una vez más su dolor se sintió en todo ese reino.
Pasaba lo que creía era tiempo, pero los conceptos de ese reino eran igual de abstractos que en la disformidad, ni espacio ni tiempo, nada de eso podía existir, no podía haber nada, solamente esperaba poder desparecer antes de sucumbir a la completa locura.
???: No deberías hacer tanto ruidos, destruiste mis posibilidades de descansar otro milenio más —Esa voz, al fin algo además de la nada, Sanguinius busco al responsable por todas partes, hasta que logró ver algo en la distancia—
Una piedra de madera, pequeña como para que una persona de tamaño promedió se tenga se inclinar un poco para no tener que golpear su frente para contra el marzo de la puerta, pero para ese punto decidió que era preferible arrastrarse dentro a tener que soportar la inexistencia misma.
Tomo el pequeño picaporte, abriendo la puerta y teniendo que arrastrarse dentro, sus alas se estaban atorando pero logro cerrarlas, se recargo en la pared y respiro por primera vez en lo que parecía ser una eternidad.
Se tomó de los hombros y respiro profundamente, pudo sentir el aire entrar en sus pulmones, pero también sintió un aroma extraño, miro una mesa repleta de una sustancia morada, además de bolsas de un polímero colorido, que emitían un potente olor de sal y otras sustancias químicas.
???: ¿Otra vez tu? Deberías dejarme dormir, estaba en el medio tiempo de un programa de mi hermano, pero veo que no te rindes, sal y muere afuera
Desde un sofá pequeño se veía una figura bastante extraña para los ojos del Primarca, era una joven, quizás en inicios de la adolescencia, sus ojos negros parecían el vacío mismo, su piel blanca como el papel, y vestia una camisa de colegio con una falda gris.
A su lado había una figura de traje blanco que cubría su cara con un libro que tenía el título "Mis Experimentos", Sanguinius no encontró nada extraño, parecía una cada normal en estándares de algún planeta, no luces fuera de lugar, o cosas que derriten la mente.
???: Debes estar muy confundido, pocos logran llegar aquí sin volverse locos, al menos no sin que Zero o yo demos nuestro permiso —Esa niña salto de su sillón, caminando hasta Sanguinius, rodeándolo y tomando una de sus alas, jugando con sus plumas— soy X, por si preguntas
Sanguinius: ¿Que es este lugar? —Se sorprendió mucho de ver aquel sitio, dejando que esa niña juegue con sus alas, pero era extraño, no podía sentir presencia alguna en ella— que es este sitio
X: es nosotros, la Nada, nosotros dos somos la Nada en su conciencia —Ella tomo una de las bolsas de la mesa y comenzó a comer grandes cantidades de frituras, quedándose cerca del angel— no se que haces aquí, no me gusta, estaba soñando con un mundo extraño y que molestaba a Purple, pero tú me despertaste, ahora tendré que ir a ver mi gato más tarde
Era una plática sin sentido que el Primarca no lograba entender, pero entonces varía pantallas aparecieron a su alrededor, donde se veían a Miles de angeles luchando, a capitanes dirigiendo Legiónes aladas, le llamo la atención uno de ellos, que luchaba en solitario contra interminables oleadas de monstruos que parecían sacados de la Disformidad.
X: veo que te llama la atención Azrael, es el hijo más fuerte de la lámpara de noche de una amiga de Zero, le dicen angel de la muerte y el arma del final, algo como eso, creo que en tu mundo te consideraban algo semejante —La realidad se transformó una vez más, dejando una escalera que llevo a la diminuta chica subir hasta la cara de Sanguinius— pero tú moriste ¿No es así?
Sanguinius: lo hice por el bien del imperio, no dude entonces y lo volvería a hacer —Su lealtad estaba clara, pero a X le gustaba jugar con la gente que llegaba hasta ese sitio—
X: si te parece entonces me seguirás, puede que incluso te mandé otra vez de vuelta, por allí me encuentre otras almas y creo que será divertido —Fue hasta la puerta, pero está vez la hizo tan grande que era fácil que pasará Sanguinius y otros cuatro tanques—
Para el ángel de Baal no había otra opción, por lo que fue hasta la puerta, lo siguiente que vio, fue una pesadilla llevada a la realidad.
Estaba frente al palacio de Terra, pero nada era como en antaño, podía ver cómo millones estaban adorando a su padre, a él y sus hermanos leales, podía ver a los políticos actuando en benefició propio, ordenando campañas de terror contra la población civil del Imperio, todo por lo que lucho, todos los males que quería exterminar se materializaron frente a él.
X le mostraba una calamidad tras otra, los peores momentos colectivos de la humanidad a partir de la muerte del angel, pudo ver todos los Exterminatus, como torturaban a Miles solo para conseguir una confirmación de algo que ya sabían, el cómo todos se degradaban, olvidando la lógica y la ciencia, adorando un cadáver sentado sobre un trono dorado mientras muchos los movían como ovejas a un matadero cósmico.
Camino por quién sabe cuánto tiempo, hasta que al fin llegaron a la sala del trono, más allá de las puertas de la eternidad, caminába entre los Custodes, nadie los notaban, pero lograba ver cómo X tomaba algunas cosas que había en su camino, como pequeños aperitivos o provisiones de los Custodes, quejándose de su insípido sabor.
X: bienvenido a la "Actualidad", mientras todos mueren esto se supone que es el emperador —De un salto llegó hasta el cuerpo putrefacto del emperador, sentandose en un reposa brazos y mirando a Sanguinius— bonito ¿No te parece? Sin esperanzas, ni progreso o sueños, falta poco para que llegue el Olvido y al final la Nada
Sanguinius: ¡Esto es imposible! Se supone que no debería ser este el desenlace, yo... No queda nada
La realidad se deformó, para regresarlos a la sala de X, dónde ella se sentó en su sofá y encendió el televisor, dónde se veía a un muchacho de cabello rubio luchando contra uno de cabello negro, mientras en otra pantalla se veía una gran cantidad de energía verde chocando contra fuego Carmesí.
El angel se quedó sentado a un lado del sofá, observando todos los universos que vigilaban los hermanos, Zero aún estaba roncando, pero Sanguinius solamente estaba allí, moviéndose por inercia, algunas visitas llegaron pero nunca hizo algo por moverse.
Paso el tiempo, no sabía cuando, bien pudieron ser Miles de años o quizás solo cinco minutos, pero al final Sanguinius al fin pudo conectar sus pensamientos una vez más, parpadeo un par de veces, notando que X estaba dormida con los pies levantados en el sofá, Sanguinius se acercó y quitó la revista de su cara, viendo sus ojos cerrados.
Sanguinius: señorita, necesito pedirle algo una vez más —La chica se removió en su lugar, tomando una manta de alguna parte y cubriendo su cabeza para poder ignorarlo mejor— necesito volver, el imperio me necesita, y haré lo necesario para que me envíe de vuelta una vez más
X: no lo se, sería romper muchas reglas, literalmente desintegraron tu alma y por eso llegaste aquí, sería crear una nueva alma, y eso es caro, tener que moldear un cuerpo más, mucha energía y esas cosas caras —Ella frotó su dedo índice y pulgar, con una sonrisa diabólica— ¿Que serías capas de darme para que te deje volver y tratar de salvar un Imperio en ruinas?
Sanguinius: Soy capas de cualquier cosa, si me permite regresar al imperio, si existe manera de proteger y recuperar el sueño de mi padre entonces cumpliré cualquier misión —Ella se acercó a él y le miro a la cara con cuidado, mostrándose indiferente una vez mas—
X: supongo que podría salir algo divertido de todo esto —Señalo la puerta una vez más, está vez la puerta se transformó para abrir un portal directo a la Disformidad, Sanguinius se preparó para luchar, ignorando el daño en su armadura y la falta de armas— esperar, no puedes ir asi, morirás en poco tiempo
Lo dejo en la entrada y fue a una gran caja que se llamaba "Caja de Juguetes", ella rebuscó entre las cosas, ignorando horribles gritos y quejas desde el interior, algunos tentáculos salieron y querían alcanzarla pero tomo una tabla con un clavó afilado para pegarles y hacerlos retroceder.
Su busqué se detuvo cuando encontró algo adecuado, tiro de una empuñadura de gran tamaño hasta que una gran espada más grande que ella fue sacada de su cajón de juguetes, era una espada enorme, perfecta para la gran estatura del Primarca, el metal era color bronce pulido, resplandeciente.
X: toma, la llamo Estrella de Bronce, algo como eso, no estoy segura —Le ofreció el arma por la empuñadura, dejando al Primarca ver cómo aquel objetó se encendía en llamas, el fuego se movía de manera salvaje y solamente se apagó cuando volvió a la funda— era del Guardian de la Puerta, más caliente que el sol de tierra, te eliminará gasta las moléculas, sirve muy bien contra los demonios y los enemigos de tu mundo, Zero lo usaba para calentar el almuerzo, pero ahora conseguimos un sol y es mejor
Sanguinius: estoy muy agradecido con usted, juro que haré lo necesario para devolver todo lo que hizo por mi —No pudo negar que se sintió nervioso cuando ella sonrio, como si expresé que sabe que pagará todo—
El Primarca miro el portal Disforme y salto dentro, al llegar dentro su armadura se regeneró por completo, al entrar la Disformidad trato de tocarlo pero no pudo cambiarlo o siquiera influenciar en él, Sanguinius atacó y comenzó un avance salvaje contra todo el Reino de la Disformidad, volvería al Imperio, dónde fuera y como fuera, la humanidad le necesitaba y viviría una vez más por ellos, para redimirlos de ese horrible estado en que se encontraban.
Actualidad
La guerra en el planeta había alcanzado un punto dónde las matanzas en la calle eran algo normal, la gente veía esto como un indicio del final del mundo, de que no quedaría nadie para relatar las pesadillas que habían ocurridos aquel día en Taladia.
Hasta que vieron el despertar de la Luna, como liberaba cantidades inmensas de energía, la roca desapareció y vieron el metal oscuro remplazar el color opaco de la superficie lunar, ahora emitía energía azul y se veían inmensos posos de energía que iluminaron la superficie del planeta.
Las fuerzas del caos fueron en dirección a la luna, enviando una barcaza para tratar de abordar la estación lunar, si tener conocimiento de que Yamato no estaba de buen humor y había puesto en marcha todos los protocolos dr defensa.
Soltando un enjambre de quinientos Droides de defensa en Espacio Exterior, eran pequeñas naves de combate que disparaban proyectiles sanguijuelas, al ser disparados estos se abrían y Miles de explosivos de plasma se pegarian a la los cascos metálicos de las naves, detonando de manera estridente, generando daños considerables a cualquier enemigo.
Los cañones de Energía comenzaron a disparar, ráfagas de energía destructiva que deformaba el metan de manera exteña, impidiendo que pudieran disparar sus cañoneras, Yamato desde el puente de mando estaba dirigiendo una incursión de la Guardia Onix, sus mejores soldados Droides, había tardado un poco en lograr un programa perfecto para él trabajo, pero lo consiguió.
Eran soldados humanoides en trajes semejantes a los usados por el mismo Yamato, usaban un casco negro, de allí su nombre, sin expresión o razonamientos más allá de cumplir con sus metas, estaban entrenados con programas de los combates más avanzados de la la galaxia, pudiendo ponerse de frente contra cualquier enemigo.
El inventor los fabricó por Miles, incluso millones ya que nadie fuera de Sinapsis conocía el verdadero número de sus creaciones, cada uno tenía nombre propio, identidad, para Yamato cada uno era como su hijo y los trataba como tal, por eso es que durante el comienzo de tensiones entre la humanidad y las Inteligencias Artificiales es que el mantuvo su relacion cercana con las máquinas.
Las máquinas tenían una altura estándar de 1.80 metros, por lo que eran más altos que Yamato, quien media 1.68 metros, siempre estaban equipados con un Bastón Universal, se trataba de una barra que no media más de treinta centímetros, se veía como cualquier otro objetó, negra con líneas plateadas cuando estaba inactiva.
Pero tenía muchas funciones, desde crear armas del inmenso arsenal que conservaba Yamato en su base de datos general, incluso podían correr vehículos de combate, todo a partir de una combinación de Energía y Nano Tecnología.
Una vez más en el planeta, la gente vio como desde la luna caían ciento de cápsulas, emitiendo luz azul mientras entraban en la atmósfera del planeta, hasta aterrizar en silencio en el suelo.
Estás cápsulas eran de tamaño considerable, transportaban hasta diez Guardias Onix, todos dispuestos para la guerra y con la meta de defender puntos estratégicos del planetas, las cápsulas aterrizaron y pronto se levantaron los soldados oscuros, atacando a las fuerzas de caos y Orkos por igual.
Grandes esferas de luces iluminaron la oscuridad de la noche, vehículos de todas clases comenzaron un avancé sobre todas las regiones dónde se encontraban, estaban levantando grandes torres de energía y creaban campos de energía para tratar de aislar ciertas regiones.
El planeta aparentemente imposible de civilizar estaba enfrentando ahora la cuspide de la tecnologia humana, el hombre que en sus tiempos fue llamado el asesino de dioses y el final, ahora estaba comenzando su investigacion una vez mas, planeaba seguir adelante y saber si la galaxia seria conquistada o si escogeria cooperar con las facciones, en el peor de los casos, los erradicaria a todos.
Sanguinius había contemplado las cosas que estaban el imperio, le recordaba la época de la Gran Cruzada, había conquistado muchos mundos y había visto cosas como esas, como los gobiernos habían castigado a sus poblaciones y les sometían, peleó para derrocarlos y llevar la Verdad Imperial, pero ahora tenía frente a él las mismas atrocidades, cometidas por el Imperio de su padre y los que decían seguirle.
Podía ver cómo Miles eran atados a estaban o lanzados al fuego, todo era un caos general, los Orkos estaban matando a cualquiera y el mundo se incesto del caos, de las Legiónes traidoras de sus hermanos caídos al caos.
La Angeloid estaba tras él, el cielo estaba repleto de Demonios, naves de Orkos y traidores, pero ella se protegía tras su escudo o simplemente los cortaba, su espada tan solo necesitaba cortar un poco de la estructura, para desestabilizar el resto de átomos y causar una explosión considerable, todo su la cargaba de energía.
Sus enemigos abrieron fuego, pero el Primarca estaba en su límite, ver todo lo que era la realidad contra lo que alguna vez fue, entro una vez más en un estado de cólera tal que de lanzo a la batalla con todas sus fuerzas, el planeta tembló por completo cuando él entro en combate y comenzó a quemar a todos con la espada de fuego, destruyen a sus enemigos hasta los atomos.
Sanguinius lucho con una ferocidad que no se veía desde el asedió de Terra, sus enemigos comenzaron a retroceder cuando vieron como aparecían más y más fuerzas de combate, Astrea apareció desde el cielo y peleó contra todo lo que tenía de frente, abriendo su camino hasta llegar donde el Primarca.
Ellos se volvieron una máquina picadora, los Orkos más grandes y fuertes perecieron bajo sus espadas, sin que pudieran hacerles un rasguño, Astrea mando un mensaje a Sinapsis y pronto apareció el soporte aéreo, en forma de los Jet de Luz "Drakon", naves de combate de un solo piloto que disparaban plasma sobrecalentado hasta que generaban incendios donde impactaba.
Desde la distancia Vincent estaba grabando los combates y transmitiendo en vivo a la nave principal, los Orkos se acercaban pero gracias al fuego el aventurero creo una tormenta ignea a su alrededor, había movido los vientos como tornados destructores que le mantenían aislado del exterior.
El planeta fue limpiado en cuestión de horas, dejando tras de si imágenes de una batalla aplastante contra el invasor, desde la Sinapsis Yamato estaba ordenando el envío de un equipo de extracción para que tomara cierto objeto que le interesaba mucho y que fue un motivo para estar orbitando en ese planeta desde el principio.
En el frente de batalla la Guardia Onix estaba avanzando como una apisonadora implacable, cuando un enemigo caía solamente lo ignoraban y robots en la tercera fila los arrastraban a camaras de reciclaje.
Gigantescos cubos que consumían materia organiza para crear energía para alimentar la Sinapsis, aunque también era útil para reparar estructuras, pudiendo reemplazar un edificio entero en poco tiempo.
Dirigiendo todo como una cabeza de lanza estaban Astrea y Sanguinius, los angeles barrieron la tierra sin piedad, hasta que llegaron a los últimos traidores, eran parte de la legión de los Amos dela Noche, pero ni toda la banda que habían formado podía contra el poder de un Primarca.
Su nave insignia había Sido derribara por un ataque enjambre de Yamato, quien movió su nave alrededor del planeta para un barrido total de las naves de los Orkos, para cuando terminó la batalla, Sanguinius estaba sobre una montaña de cuerpos y muchas cenizas, mostrando su irá, la cual se estaba apagando lentamente.
Astrea: lo enemigos fueron erradicados, Yamato nos está llamando para que protejamos la extracción del Pilar de Black Stone —El Primarca alado miro al cielo, observando cómo una gran nave estaba haciendo maniobras sobre una sección protegida por decenas de los hombres de ropa negra—
Sanguinius: no... Gracias por la ayuda, pero todavía necesito hacer algo más —Sus intensos ojos se dirigieron a una zona la cual estaba ardiendo, estaba furioso y planeaba terminar con esa locura—
Astrea: me agradas, eres un tipo divertido que actúa ¿Por qué no nos pides ayuda y lo hacemos más fácil? —Se apoyo en su espada como si fuera un bastón, dejando al Primarca pensar en su proposición—
Sanguinius: de hecho, si hay algo que podrían hacer, escuché que Vincent viene de esa nave, supondre que tú también y que tienen métodos de comunicación avanzada ¿Podrían mandar un mensaje?
Ciudad Principal
El último de los grupos de ejecutados estaba congregados en una plaza, con las puertas cerradas y aceite ceremonial estaba siendo rociado sobre ellos, las familias se estaban abrazando en hora del final, mientras Sacerdotes emitían canticos de adoración a su dios.
Vincent había abandonado su posición original y se había infiltrado en la ciudad casi sin problemas gracias al campo de camuflaje integrado en su ropa, los guardias estaban impidiendo que se abran las puertas, mientras que otros estaban ocupados en su absurdo ritual.
En un altar estaba hablando un cardenal, o al menos lo parecía, Vincent podría acabar con el fin un disparo, pero decidió esperar un poco, de todas formas si decidían incendiar ese lugar podría fácilmente evitar un incendio lanzando capsulas de líquido retardante, con esa confianza se movió por el edificio, neutralizado guardia tras guardia mientras seguía la transmisión.
Yamato: "Vincent, Astrea me pidió un favor, acabo de despertar y la gente ya está pidiendo que haga cosas, por esto es que me puse en éxtasis" —El mensaje se escuchó en el transmisor de hondas cerebrales que Vincent tenía instalado, Yamato se escuchaba tranquilo, aunque no oculto su disgusto por el trabajo—
Vincent: dime qué necesitas, creo que están por hacer una masacre y necesitó apresurarme —Uno de los guardias lo vio, pero no pudo ni gritar porque el hombre del pasado saco todo el oxígeno de sus pulmones—
Quorra: "resulta que nos pidieron una transmisión dramática, a Baal Secundus, algo así, después veré si escribí el nombre correctamente, necesitamos que estés en posición nuestro intrépido periodista"
Vincent: claro, porque es mi trasero el que será atacado por un montón de fanáticos religiosos mientras usted se divierten en la base —El tiempo de las sutilezas se había terminado y ahora quitó el disfraz, tomando una lanza y con ella golpeó a los guardias—
Yamato: "¡Ya dije que no me gusta el sarcasmo!, Por eso lo había prohibido" —Al fin termino de transmitir, mientras Vincent una vez más continuaba su avance a una zona alta del edificio—
En el exterior del edificio la gente veía al cielo, como esperando un milagro que los libre de ese destino, los guardias se preparaban para encender el fuego, uno de ellos lanzo la primera antorcha, solo para que su cuerpo fuera reducido a cenizas en un parpadeo.
Sobre ellos apareció una imagen que solamente habían visto en los ventanales de las iglesias y en imágenes sagradas, el cabello dorado movido por el viento, sus ojos irradian energía y en su mano había una espada llameante, el angel de Baal estaba de vuelta y se mostraba furioso.
Desde uno de los techos Vincent estaba grabando todo para poder ser transmitido, Yamato estaba dirigiendo sus antenas de comunicación a varios sectores de la Galaxia, asegurándose de que todos los que Sanguinius le había dicho escucharán su mensaje.
Sanguinius: ¡Basta! ¡Este comportamiento infernal termina aquí y ahora! —Todos los que le vieron cayeron de rodillas al ver al Primarca, mientras sus alas aleteaban en el aire— ¡Este es el imperio de mi padre! ¡Pero no veo más que hacen todo lo contrario a lo que deseaba! Un imperio lleno de miedo, ignorancia y alejamiento de lo que les hace humanos ¡Todo por los movimientos de un solo hombre!
En la Luna artificial, Yamato estaba transmitiendo todo a diferentes direcciones, se aseguraría de que todo el imperio sepa sobre Sanguinius y su opinión de la situación actual, si quería tomar control entonces enviaría esto a todas partes para crear incertidumbre y tener un espacio de poder.
El discurso de Sanguinius duro casi una hora, en los que la gente no se atrevió a decir una sola palabra, solamente escuchaba y se quedaba dónde estaba, fue entonces que una tormenta llego, dejando que el agua limpie las cenizas y el aceite, Sanguinius no fue tocado por el agua y todavía emitía ese aura luminoso que llamaba a la gente.
Sanguinius: ¡Esto es para mis hijos! ¡Voy a ir a Terra! Voy a resolver este embroyo de una manera y otra, soy muy tolerante, pero esto va más allá de cualquier clemencia ¡A quien allá creado todo esto le aseguro que la Justicia llegara y va a pagar por todo!
Apretó su espada y a su alrededor apareció un aura de fuego Disforme que se movía de manera salvaje, todos cayeron en adoración, pero el Primarca movió sus alas y avanzo al exterior del planeta, no sentía problema y pudo llegar a la Sinapsis.
Una de las grandes compuerta se abrieron, permitiendo de Sanguinius y una nave de transporte entrarán, las tropas se moviendo de regreso, una gran cantidad de luz ilumino todo el planeta y después desapareció, dejando tras de si una sensación de éxtasis que nadie pudo explicar.
El mensaje fue escuchado en muchas partes, en Baal los Angeles Sangrientos de inmediato cayeron de rodillas, viendo a su padre Genético con vida, listo para tomar el control una vez más.
El mensaje fue reenviado a todos los capítulos sucesorio, quienes de inmediato se pusieron en marcha, sin dudas ese era el Primarca, pero con eso también se pusieron en alerta, muchos capitulos completos emprendieron su viaje a Terra, otros tenían misiones que cumplir pero de todas formas mandaron parte de sus efectivos, todo con tal de apoyar a su Primarca.
Cuando el mensaje fue escuchado por la Eclesiarquia todas las opiniones se dividieron una vez más, ahora un Primarca, un hijo del Emperador estaba condenando sus prácticas, lo que a Vandire no le gusto nada y provocó su irá, ordenando ahora la desaparición de los Angeles Sangrientos y los Manos de Hierro, además de ordenar que los Adeptus Astartes jugarán lealtad y acatarán sus ordene debuna buena vez.
Esto desato que muchos se nieguen, y quiénes tenían mejor suerte levantaron una resistencia en diferentes planetas y sistemas, muchos se unieron a Sebastián Thor en su Cruzada Terrana, dispuesto a dar final al Reino de Sangre de Vandire.
Al frente de varios ejércitos estaba la flota del Amanecer Carmesí, con Ferrus Nader y veinte capitulos de la antigua Legión de los Manos de Hierro, Siegfried se enteró de esto y de inmediato ordenó que acelerarán el paso, además de pedir que aumenten la producción de las nueva Armaduras y armas, además de que el Mechanicus de Marte se aseguró de comenzar a debilitar las defensas y abrir una puerta para que pudieran llegar.
Se estaba por desatar una guerra sobre Terra, una como no se vería desde la época de la Herejía, Vandire, junto a sus Fratrias Templarias y las Consortes del Emperador, contra capitulos sucesores de los Puños Imperiales, contra los Angeles Sangrientos y los Manos de Hierro, era evidente quien tenía la ventaja, pero Vandire no se iría sin pelear, dónde su mente retorcida y demente pensaba ganaría de alguna manera milagrosa.
Dos primarcas estaban de vuelta y listos para limpiar el desastre del imperio, la historia marcaría a partir de ese momento un antes y un después, nadie olvidaría el día en que los hijos del Emperador regresaron, pero nadie podía predecir si esto sería positivo o solo una ventana de Destrucción, ya que el Reino del caos estaba despierto y estaba esperando para actuar.
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