Capítulo 1

Unos meses habían pasado desde que Natsu llegó a Dalaran, el pelirrosa había aprendido un poco de la magia arcana del lugar y el había enseñado un poco de su magia.

En esos meses conoció a Kael'thas Sunstrider, principe los elfos y miembro del Consejo de los Seis en Dalaran, cabe decir que se llevó bastante bien con el elfo.

Por otro lado también conoció a Arthas Menethil, Príncipe de Lordaeron, su situación era diferente a la que tenía con Kael, pues supo que el príncipe había tenido una relación con Jaina y que después de un tiempo la habían terminado, ese detalle molestó a Natsu bastante, además que el tipo le parecía bastante engreído.

Actualmente el Dragon Slayer y Jaina habían sido llamados por Antonidas.

-¿Que ocurre, Lord Antonidas?- Le pregunto Jaina al viejo Archimago.

-Hay un pequeño problema- Le respondió el Archimago a su aprendiz.

-¿Tiene que ver con los rumores de la plaga que hay en el norte?- Le pregunto Natsu a Antonidas.

-Exacto, creemos que la plaga es de naturaleza mágica, por eso necesito que vayan ahí e investiguen el asunto, he dispuesto que los ayude un enviado especial- Les dijo Antonidas a ambos.

-Siento que no me va a gustar ir con ese enviado especial- Murmuró Natsu para que Antonidas no lo escuchara.

-Haremos lo que podamos- Le dijo la rubia a Antonidas.

-Se que lo harán, buena suerte- Dijo Antonidas para después retirarse del lugar.

Natsu sólo suspiro, mientras Jaina puso una mano en el hombro del pelirrosa.

-Trata de no perder la paciencia- Le pidió Jaina al hijo de Igneel.

-Bien, lo haré por ti- Le respondió del pelirrosa a la rubia, esta sólo sonrió en agradecimiento al pelirrosa para así después ambos marcharse.

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Unas Horas Después

-Príncipe Arthas, ¿Seguro que su amiga va a venir?- Le pregunto uno de sus hombres al príncipe de Lordaeron.

-Estoy seguro, Jaina siempre suele retrasarse- Le respondió el rubio al soldado.

En ese instante vieron como Jaina huia de dos ogros.

-¡Debemos ayudarla!- Exclamó uno de los soldados.

-Bajen sus armas, ella sabe cuidarse sola- Dijo Arthas con calma.

-Karyuu no Houko!- Un tremendo torrente de llamas viajo a toda velocidad contra uno de los ogros, haciendo que este muriera al instante mientras que Jaina se encargó del otro ogro invocando un elemental de agua.

La calma de Arthas pasó a una mueca de disgusto al ver a quien lanzó esa técnica de fuego.

-¿Estás bien, Jaina?- Le pregunto el pelirrosa a la rubia.

-Estoy bien, gracias por la ayuda Natsu- Le contestó Jaina a Natsu con una pequeña sonrisa.

Arthas y sus hombres se acercaron a ambos, Arthas tuvo que guardarse las ganas de golpear al hijo de Igneel.

-Caballeros, les presento a Jaina Proudmoore una agente especial del Kirin Tor y una de las magas con mayor talento del mundo... Y su acompañante, Natsu Dragneel, un mago del Kirin Tor y con bastantes habilidades- Los presentó el rubio a ambos, aunque Natsu noto que a el lo presentó con algo de molestia.

-Hace tiempo que no me escolta ningún príncipe a ninguna parte- Le dijo Jaina a Arthas.

-Así es... Bueno, supongo que hay que ponernos en marcha- Dijo el rubio.

-Nuestras fuentes creen que la plaga tuvo su origen en una región situada al norte, deberíamos inspeccionar las aldeas de la carretera del Rey- Dijo Jaina, haciendo que todos se pongan en marcha, aunque el pelirrosa noto un olor algo extraño.

"¿Porque huele tanto a cadáveres podridos?" Pensó el pelirrosa captando un olor bastante desagradable para el, sólo esperaba que eso no significará nada malo.

Avanzaron inspeccionando las aldeas hasta que llegaron a una donde había un grupo de soldados enfrentando a lo que parecían ser esqueletos.

-¿¡Qué demonios!?- Se pregunto Natsu sorprendido al ver a los esqueletos.

-¡Afiancen sus escudos y defiendanse, sus flechas no nos atravesaran!- Grito uno de los soldados que repelia a los esqueletos.

-¿¡Esqueletos!? ¡Matenlos a todos de inmediato!- Le ordenó Arthas a sus hombres.

Antes de que los soldados atacaran, Natsu ya se había lanzado al ataque.

-¡Natsu espera, no podrás tu sólo contra ellos!- Trato de detenerlo Jaina, pero el pelirrosa no la escucho.

El hijo de Igneel encendió sus puños en llamas y empezó a golpear a diestra y siniestra a los esqueletos, acabando con ellos sin problema alguno.

Los soldados de Arthas estaban impresionados por la habilidad que mostraba el pelirrosa para acabar con los Esqueletos, mientras que el rubio estaba molestó, ya que pensaba que Natsu quería lucirse con Jaina.

El pelirrosa acabó sin problemas con los esqueletos, sólo dio un suspiro.

-No duraron ni para el calentamiento- Dijo Natsu con decepción.

Jaina solo dio un suspiro por la actitud del pelirrosa, sabía que le gustaba pelear, pero no era para que se arriesgara de esa forma.

-¿Que criaturas eran esas, sargento?- Le pregunto Arthas a uno de los soldados que defendía la aldea.

-Muertos vivientes, mi Lord, la aldea entera se ha vuelto loca, hicimos lo posible para defender a los habitantes, pero...- Le explicaba el soldado al príncipe de Lordaeron.

-Llegaremos hasta el fondo del asunto- Dijo Arthas con decisión.

Natsu se había acercado a un granero que estaba ahí, el olor que había captado antes provenía de ahi.

-Que asco, ¿Qué demonios hicieron aquí?- Se pregunto el hijo de Igneel al ver como la tierra alrededor del granero parecía estar muerta, Jaina se acercó a el, al igual que Arthas.

-La tierra que rodea al Granero está muriendo- Dijo Jaina viendo el lugar.

-¿La plaga podría contagiarse al grano?- Le pregunto Arthas a Jaina.

-Esperemos que no, esos embalajes tienen el sello de Andorhal, el centro de distribución de los condados del norte, si este grano puede extender la plaga...- Respondió Jaina mientras veía unas cajas vacías que tenían un sello rojo.

-Entonces estamos en un serio problema, asi que creo que lo mejor sera movernos- Dijo el pelirrosa con seriedad.

Jaina asintió, mientras que Arthas aceptó eso más a fuerza que de ganas.

Avanzaron por un rato hasta que se encontraron en el camino a unos elfos.

-Saludos, somos sacerdotes de Quel'Thalas, hemos venido a curar la tierra de esta extraña maldición- Dijo uno de los elfos con respeto.

-Como siempre, la generosidad de los elfos es bienvenida- Dijo Jaina con una ligera sonrisa.

-Me alegra saber que Kael envió ayuda- Dijo Natsu, aunque inconscientemente, había molestado a Arthas con ese comentario.

-Deben saber que hay un granero al otro lado de esta aldea, es posible que está infestacion maligna se manifieste ahí también- Mencionó uno de los elfos.

-Iremos a examinarlo- Dijo Arthas, haciendo que todos retomarán su camino.

Avanzaron por el lugar hasta que vieron a un grupo de enanos disparando contra algo.

-¿Contra que demonios están disparando tus hombres?- Le pregunto el príncipe de Lordaeron Llegaron al líder de los enanos.

-Estamos acribillando a estos malditos esqueletos señor, toda esta aldea está llena de ellos- Le contestó el enano al rubio.

-Bueno, necesito su ayuda, tenemos que destruir un granero en el otro extremo de la aldea- Le dijo Arthas al enano, eso sorprendió al pelirrosa.

-Yo podría destruir el granero, rubio idiota- Murumuro el pelirrosa para que Arthas no lo oyera, aunque la que si lo escucho fue Jaina, aunque prefirió no decir nada.

-Sin problema- Contestó el enano, para unirse al grupo junto a sus hombres.

Avanzaron por la aldea acabando con los muertos vivientes hasta que llegaron al granero, ahí vieron a un hombre con ropas negras y a una extrañas criaturas, que parecían estar haciendo algo en el granero, aunque el hombre noto la presencia de todos.

-Hemos sido descubiertos hermanos, escapen y continúen con la operación- Dijo el hombre, haciendo que quienes lo acompañaban se fueran del lugar.

-Siento no tener tiempo para charlar un rato, pero el deber me llama- Dijo el hombre para irse del lugar.

El pelirrosa iba a ir tras el, pero se detuvo al ver a una extraña bestia.

-Y pensé que ya había visto cosas extrañas- Dijo Natsu mientras veia a la criatura acercarse.

-Esa criatura parece estar hecha de cuerpos diferentes- Dijo Jaina sorprendida y asqueada de ver a dicha criatura.

-Mejor la estudiamos después de haberla matado, ¿Te parece?- Dijo Arthas, para que el y sus hombres se lanzarán al ataque.

-Dudo que puedan matarlo con sólo espadas, así que...- Dijo Natsu mientras empezaba a acumular fuego en sus manos, Jaina noto eso, así que se concentró para ayudar al pelirrosa.

Los soldados y Arthas no podían hacerle nada a la criatura con sus armas, pero Jaina uso su magia para congelar a la criatura.

-¡Ahora Natsu!- Grito Jaina, para que el pelirrosa acabará con esa bestia

Natsu sólo sonrió al ver que era imposible fallar el ataque.

-Con las llamas de mi mano izquierda... Y las de mi mano derecha... Al combinarlas...- Dijo Natsu mientras juntaba sus manos en el aire, eso provocó que se creará una esfera de fuego.

-Karyuu no Koēn!- Grito Natsu, lanzando la esfera de fuego contra la criatura.

Esta recibió el impacto de lleno, pero la esfera siguió avanzando hasta llegar al granero para después explotar, acabando con la criatura y el granero.

-¡Perfecto!- Grito Natsu al ver que había acabado con la criatura y con el granero.

Arthas sólo veía como el granero ardía en llamas.

-¿Que era Eso? ¿Y quién era el mago vestido de negro?- Se pregunto el príncipe de Lordaeron.

Jaina se acercó a el.

-Creo que el hombre vestido de negro era un nigromante, es evidente que el y sus esbirros son los culpables de esta plaga- Le dijo Jaina al rubio.

-Bueno, estoy casi seguro de que en Andorhal lo encontraremos a el y las respuestas que buscamos- Le dijo Arthas a Jaina.

Natsu había escuchado eso gracias a sus sentidos mejorados.

-Tengo el presentimiento de que las cosas se van a torcer bastante una vez que lleguemos a Andorhal- Dijo para si mismo el pelirrosa.

Sin saber cuanta razón había en sus palabras.

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Y Bueno, hasta aquí el capítulo, espero que sea de su agrado.

Como ven, empezamos por así decirlo, la campaña de los humanos de Warcraft III, así que veremos qué cosas pueden cambiar con el pelirrosa incluido en la ecuación.

Así que sin más que decir...

¡¡¡Sayonara!!!

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