O5

Jungkook.

Las calles de Seúl son demasiado divertidas, se siente bien estar en un lugar así, mis manos están en mis bolsillos, mientras camino en la acera.

Se supone que iré a ver a mi nuevo amigo, uno que hice apenas conocí las tierras de Seúl, me incluyo en su escuadra, y se portó bien.

También me invitó comida, si me dan comida, automáticamente son mis amigos, aunque no recuerdo su nombre… Detalles, detalles.

Todo estaba bien, hasta que veo un rostro conocido, esos ojos inexpresivos escaneaban el tatami en el que estaba parada, parecía ver si era bueno o no. Hay un contrincante frente a ella.

Me mira y no solo eso, parece ponerse algo tensa. Me adentro al local y asomo mi cabeza con cuidado.

Será bueno ver si es buena en esto, me agrada, parece que compartimos mismos gustos, me gusta.

Pensé que era un encuentro amistoso, pero su contrincante parece totalmente burlón, retador, tienen trajes totalmente diferentes, ella usa uno negro y él uno amarillo.

—Ahora veremos si te seguirás metiendo con mis hermanos —dice él y ella hace una reverencia para comenzar—. Si son bravucones no es problema tuyo, ¿te comió la lengua el ratón?

Es un idiota.

Justo cuando dice eso, puedo notar como la mirada de Jungmin cambia, sus ojos parecen los de un dragón, están alargados y oscurecidos.

No solo eso veo como empieza el combate, está el entrenador allí detrás, parece mirar la escena con algo de nervios, estoy de la misma forma.

Patadas y puños, puedo ver a Jungmin dar varios golpes a su abdomen, ella recibe en sus piernas, trata de que no le den en el rostro, ninguno tiene sus cascos y demás, así que los golpes deben ser duros. Ella es buena, veo como da una patada Dwi chagi, golpeando a la altura de los riñones. Una buena patada hacia atrás

Cuando veo que él patea a Jungmin por debajo de su cintura me hace hacer un gesto de dolor, incluso el entrenador mira el combate y frunce su ceño al ver ese movimiento sucio, Jungmin parece adolorida, pero al parecer eso hace que vuelva a dar otra patada, está vez Jungmin le da a la quijada, una patada descendente.

Jungmin se distrae un poco al ver que estoy dentro del local, mirando todo con demasiada atención, y gracias a eso recibe un golpe a su costado, el cual cubre rápidamente con sus palmas. Pero ha sido un golpe fuerte, puede que sus palmas duelan. No solo eso, un rodillazo en su abdomen.

Los rodillazos están prohibidos, eso lo sé muy bien, ese tipo es un tramposo, Jungmin no pierde la compostura y eso hace que aquel idiota se sienta más presionado, tanto para derribarla.

Ni siquiera se en que momento el suelta un empujón haciéndola caer al suelo. Eso la ha tomado de sorpresa. 

Más se levanta cautelosa, como si mirara una presa y la estudiará, en este momento, Jungmin me da más miedo que aquel torpe haciéndose el rudo.

—Metete en tus…

Jungmin gira quinientos cuarenta grados, usando una pierna para el despegue, la patada y el aterrizaje, golpeando su rostro, el cuello de aquel chico se estira y sin más preámbulos, pierde el equilibrio por el dolor, cae hacia atrás, escuchó el golpe que se da y eso me hace hacer un gesto de dolor.

Una patada tornado… Suficiente, será la chica que lleve a Busan.

Y se queda allí tirado ese tipo, ella hace una reverencia y se va a la parte de atrás. Ante todo, ella respeto las reglas básicas de esta arte marcial.

—Primero haz que tus hermanos dejen de molestar a la gente, ella solo defendió a aquella chica, ahora ve a tu casa chico, no quieres que Jungmin se tome en serio tus amenazas —explica su entrenador con demasiada tranquilidad y ayuda al chico a ponerse de pie.

Y así es como se va. No sin antes mirar con recelo en dónde se supone que está Jungmin

El entrenador me mira y sonríe con amabilidad.

—¿Vienes a inscribirte? ¿Sabes acerca de taekwondo?

Se acerca demasiado a mi, parece tan emocionado, se ve que tiene muchos alumnos, y muy buenos, veo una fotografía de Jungmin a su lado, sosteniendo una medalla, las competencias nacionales, ella las gano, a pesar de eso, no sonríe solo su entrenador.

Es peculiar.

—Seria bueno inscribirme, lo haré cuando tenga más tiempo, yo también práctico taekwondo, llevo unos pocos meses, pero vine a ver a la chica.

Y Jungmin sale del vestidor, no de ha cambiado, solo tiene una mochila y la toma con fuerza, mira a su entrenador y él le sonríe.

Ambos hablan en lengua de señas, el parece sorprendido, mirándome a mi y a ella al mismo tiempo, aunque suelta una risotads mientras niega.

—Ay Jung, eres defininitivamente extraña —diice su entrenador y Jungmin se despide, dejándome atrás.

—Vendré luego, gracias por la oferta.

Y lo dejo allí, el sonríe cómplice al ver qué voy detrás de Jungmin.

Corro hasta alcanzarla y veo que come unas papas picantes.

—Esa fue una buena patada, pensaba que ese idiota te iba a lastimar, pensé en meterme y darle una paliza —digo con una sonrisa y ella me invita una papa.

Toma su celular y escribe en las notas.

“Todo estaba bajo control, no necesito un salvador”

—Yo también práctico Taekwondo, es bueno saber que compartimos ese gusto —digo alegre, ella solo me ve, como sino creyera que práctico Taekwondo—. La otra vez que te vi en los videojuegos te invite unas alitas, y no aceptaste, escribiste que no tenías tiempo de esas cosas, ¿ahora lo tienes?

Ella niega y me enseña la foto de una pequeña niña, y se señala a si misma.

—No entiendo jutsus de mudos —digo riendo.

Vuelve a sacar su teléfono y dando un resoplido escribe.

“Soy niñera y no me gustan las alitas, no son jutsus, idiota”

—¡Eso es pecado ¿A quien no le gustan las alitas?! Vale, apenas te conozco, pero soy un romántico de primera, quiero tener una cita contigo, se que pronto la tendremos, porque tú mirada dice más que mil palabras, tu silencio habla por ti y se que aceptas.

Y si es como me voy corriendo sin que ella objete nada, volteo a verla y ella solo saca su dedo de en medio, haciéndome reír. Me voy feliz y sigo corriendo hasta donde se supone que me encontraría con mi nuevo amigo.

Cuando llegó al parque no está en dónde se supone, busco con la mirada, pero no hay ningún chico parecido a ese tipo.

—La puntualidad no es parte de ti, ¿Verdad? —escucho detrás de mi. Por lo cual volteo.

—Me detuve para ver a mi nueva chica —digo feliz y él solo resopla—. Era linda el día que a ti te flechen el corazón como ella lo hizo conmigo, sentirás lo que yo siento.

—No vine a hablar de amor, vengo por algo de vida o muerte, necesito que le ganes solo en una partida a mi rival, te pagaré, juro que te pagaré —ruega y yo acepto.

—Si, acepto, te ayudaré, pronto cobraré ese favor —digo y el salta alrededor de mi. Seúl tiene gente muy rara—. Pero, ¿cómo te llamas?

Su rostro se transforma a uno incrédulo, incluso ofendido. Toma su pecho con dolor y hace un gesto de querer llorar.

—Que triste es que no te acuerdes de mi nombre, cuando fui el primero en darte una mano en los videojuegos, pero está bien, me llamo Kim Sowon…

No termina de hablar pues mira con atención a una chica de cabello castaño, quien está bailando junto a otras, pero parece tan genial.

Ella parece las más apta al baile, Sowon la mira con tanta admiración que parece que su baba caerá.

Sowon deja que termine su baile y saca una tarjeta pequeña, es negra, sofisticada. Y se la da, ella le agradece y Sowon se regresa conmigo con ojos de borrego a medio morir.

—¿Eres recluta? —pregunto impresionado, pues es muy jóven, pero el niega.

—Mi tío es CEO, pero si veo una chica que me gusta, es candidata a ser idol, le doy la tarjeta y mi nombre, para que tío me ayude a conquistarla.

Debería hacer eso con la chica muda, la conquistare a base de competencias en los juegos. Espero verla, las clases ya están cerca, y no creo poder ir tanto tiempo a las máquinas, ni siquiera tengo su número.

Aunque creo que ella no podrá hacerme llamadas, no podrá hablar. No importa, quiero conocerla.

***


Arrastrando mis piernas es como llego a la escuela, odio las clases. Odio regresar a la escuela, ser adolescente no es tan cool. Es brutal, una guerra que nunca acabará.

Aunque también busco a Sowon, dice que viene a esta escuela, al menos así no estaré solo.

¿Jungmin estudiara?

—¿Dónde estarán las listas? —llegare tarde y mamá me matará si recibe una queja de mi.

—¡Jungkook! —escuchó detrás de mi, así que volteo y me alivio cuando Sowon viene corriendo con una gran sonrisa.

—Sowon, buenos días —saludo y veo que varias chicas nos miran—. ¿Por qué nos ven?

Sowon me abraza por los hombros y sonríe enternecido de mi pregunta.

—Somos el dúo de chicos guapos, estoy listo para ser popular —dice sonriendo a las chicas y yo lo hago de la misma forma—. Tenemos rostros hermosos, no por más soy el hijo de Kim SeokJin y Kim Iseul —habla con demasiado orgullo—. Espero te guste llamar la atención de las chicas, yo soy un imán, menos cuando mi hermana está, al parecer mi hermana les gusta más, pero ¿crees soportar tanta atención a nuestra belleza?

Volteo a verlo y parece un tipo divertido, narcisista, pero con un toque divertido.

—Me puedo acostumbrar a eso, pero no creo prestarle atención a las chicas, tengo una en mente, no es excepcional, pero tiene algo, tal vez es porque es un reto.

Sowon se detiene y se sienta en una banca, donde vemos a los carros de los alumnos, padres o maestros.

—Papá dice que ninguna chica se resiste a unas buenas donas de chocolate, aplica su truco, ya lo intente y salió bien, ¿y como es ella? Hablaste mucho estos últimos días estando en los vídeojuegos, y nunca llegó, te dejo plantado, ¿verdad? ¿Cómo la conociste?

Allí suspiró como todo un adolescente enamorado. Y la recuerdo.

—La conocí en el parque estos últimos días de verano, es tan guapa, muy fría, como el hielo, se ve tan bien cuando camina, se ve tan sexy cuando se enoja, es linda —digo coqueto y Sowon levanta las cejas con diversión—. Aunque la comunicación no es normal, es muda.

El amor a tocado mi puerta, hace mucho no lo hace. Jungmin tocó las puertas de mi corazón.

—¿En serio?

Volteo a ver la entrada pues quiero ver quién llega y mis ojos conectan con esa chica.

Tengo tanta suerte, esto es tan conveniente.

Veo a Jungmin con sus audífonos y a una chica de cabello negro a su lado, quien me interesa es Jungmin, sonrío al verla y resopló

—Sí, tiene mucho carácter a pesar de no hablar, es guapa, está en esta escuela, tengo mucha suerte.

Sowon me mira asombrado y abre su boca con algo de interés.

—No sabía que admitieran gente muda, ¿dónde está? —cuestiona y yo señalo a dónde está ella.

—Jungmin, una chica guapa, la llevaré a Busan con mamá —dijo cruzando los brazos.

Sowon me mete un golpe a mi cabeza y yo le miro asombrado.

—¿¡Que te ocurre!? —pregunta alterado y yo tensó mis cejas.

—¿¡A mí!? —cuestiono tomando mi nuca golpeada—. ¿¡Que te ocurre a ti!? Me haz golpeado, loco.

—Quítate de la mente que mi hermana gemela es sexy —refunfuña agresivo y yo me quedo helado al escucharlo.

—¿¡Tienes una gemela!? ¿¡Tu hermana es muda!?

—¡No, no es muda, solo una idiota que no le gusta hablar!

Oh… Así que siempre pudo hablarme y nunca lo hizo, nunca me habían rechazado de esa forma.

Nadie rechaza a Jungkook de esa forma, eso es la guerra, Kim Jungmin

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Ya se le cayó el teatrito a Jungmin con Jk xD.


G_BPotatx️💖

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