━ 𝗼𝗻𝗲 : diagon alley
𝘰𝘰𝘰 ┊ ﹟ 𝗪𝗔𝗥 𝗢𝗙 𝗛𝗘𝗔𝗥𝗧𝗦 ࿐ྂ
↯ CAPÍTULO UNO
▬ ❝ callejón diagon ❞ ▬
[+30 comentarios y +50 votos para el cap 002.]
Si había algo en esta tierra que la menor de los Lupin odiaba más que la malteada de fresa de su padre, era las benditas e innecesarias alarmas.
¿Por qué existían si solo servían para fastidiar la existencia de la humanidad en su completo esplendor? No lo sabía, pero estaba segura de que cuando fuera mayor y fuera la nueva Ministra de magia de Londres, ella misma haría hasta lo imposible para deshacerse de esas cosas del mal.
Por ahora, no tenia de otra más que despertar.
Los rayos del sol se colaban por su ventana. Estos siendo tan calientes (también acosadores) como siempre, robándole todo rastro de sueño que quedaba en el cuerpo de la castaña.
━Dios me odia ━murmuró ella, molesta.
Se dio media vuelta, aún cubierta con sus sábanas, murmurando maldiciones en dirección hacia el sol y su estúpida manía de elevarse tan temprano.
Quería cerrar la ventana y ponerle unas persianas, pero el calor haría que se volviera a levantar para abrirla y seguramente pasaría el resto del día de mal humor por tener que levantarse tan temprano de la cama.
Detestaba el verano.
━Mierda, Artemisia, ¿qué hiciste en toda tu vida para que el sol y todo lo demás te castigue de esta forma? ━murmuró hacia sí misma, mientras se levantaba por el constante tintineo de un picó chocar contra su ventana.
Miró durante unos segundos la gran lechuza negra (parecida a la de su tía Andrómeda) parada ante el alféizar de su ventana semi-abierta, esperando porque ella se levantara y le hiciera caso. Artemisia dejó escapar el gruñido que tenía obstruido en la garganta y se encaminó hacia la ventana.
Abrió el restante, dejando pasar a la lechuza a su habitación. Esta se poso en el estante que colocó la morena un par de años atrás cuando se enteró de la existencia de unos pocos amigos de su padre. Su ceño se frunció cuando observo con minuciosidad a aquella lechuza, la cual claramente no era la de la mujer amiga de su padre, después de que esta soltara la carta que tenía en su pico, en la cama de la muchacha.
━¿Eh? ¿Pero tú quien eres, bonita? ━le preguntó la joven a la lechuza, la cual claramente no le respondió (a la morena le daría pendiente que el tan pequeño animal hiciera eso)━. Ahora no sé porque te pregunto a ti, es obvio que no me vas a responder.
La lechuza movió la cabeza y abrió el picó, como si estuviera esperando un poco de comida. La castaña tomó la carta sobre la cama y la analizó con curiosidad, pues aquel sello con cuatro animales distintos le resultó más familiar de lo debido.
Señorita A. Lupan
2da habitecien
a la izquiarda
Priwatt Dowl #41
━Hogwarts ━soltó, como si una completa sorpresa se tratase, olvidándose de la dislexia por un momento.
Aunque sí que lo era, más para ella, a la cual tachaban de squib cada que no la escuchaban cerca (menos su padre, quien parecía tenerla demasiada fe para ser real).
La morena tomó con más fuerza la carta (la cual no podría leer por su cuenta gracias a su dislexia de toda la vida), sintiendo su cuerpo dar ligeros temblores de la emoción que comenzaba a abarcarla.
Hogwarts se escuchaba lejano cuando recibía las cartas repletas de emoción de Ronald Weasley, el sexto hijo de los Weasley, (un matrimonio pobre pero repleto de hijos) el cual recientemente había entrado a la escuela de magia y hechicería. Si bien antes ya había oído hablar acerca de la escuela, jamás lo había casi vivido a través de las cartas diarias del pelirrojo.
Algunos (si no es que todo el mundo) la habían tachado como la bruja sin magia de los Lupin, o la pobre niña squib que vive al otro lado mío. Ambos eran términos que si bien, nunca tuvieron la intención de lastimar a la más pequeña de la familia, lo hacían.
«¿Una bruja sin magia? ¡Que cosa más ridícula!». Se decía a sí misma cada que intentaba tirar aunque sea una cosa con la cabeza, terminando como una idiota pues nada sucedía.
Ahora podía burlarse del resto de las personas que dijeron que ella no era bruja. ¡Ahí estaba la clara prueba de que lo era! ¡Tómenla, par de vecinas chismosas y metiches!
Rompió el sobre con cuidado y lo tiró sobre su cama, enfocándose en aquel pergamino en sus manos. Este estaba viejo y arrugado –como si la lechuza fuera primeriza y se hubiera desviado un poquito bastante antes de dar con su casa– y observo la pulcra (pero a la vez ilegible para ella) letra del extraño que la había escrito.
Sin perder tiempo, alzó la voz, con cada vibra de su ser saltando en su interior de la felicidad.
━¡Papá! ━exclamó con emoción, bajando las escaleras y corriendo hacia la sala de estar, en donde se hallaba el hombre sentado, con un periódico de "El Profeta" entre sus manos━. ¡Papá! ¡Papi! ━alargó la última vocal, dando saltitos frente a él.
El hombre con cicatrices se dio la vuelta para observar a su hija. Era raro verla así en las mañanas sin que hubiera tomado su batido de galleta.
━¿Qué pasa, Artie? ━preguntó, con extrañeza, dejando de lado el ejemplar de "El Profeta" en sus manos.
━¡Mi carta, papá! ¡Ha llegado mi carta!
Dijo ella, sonriendo de oreja a oreja mientras le extendía el pergamino.
Remus frunció el ceño al escuchar lo que había dicho su hija, empezando a sentirse raro. ¿Ella...? ¿Ella si era una bruja también?
━¿Puedes leerla por mi? ¡Por fis...!
Siguió blandiendo el pergamino ante las narices de su padre, aún saltando ligeramente.
Finalmente el ceño de Remus se relajó y asintió, palmeando una de sus piernas con una pequeña sonrisa en los labios. Rápidamente la menor chillo extasiada y no tardó en tomar asiento sobre una de las piernas del hombre, extendiéndole la carta con cuidado de no arrugarla ni un solo centímetro.
Remus, con sus manos callosas por el arduo trabajo que realizaba durante la luna llena, tomó la carta, dejando un beso suave sobre la coronilla de Artie.
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo, Confederación
Internacional
de Magos)
Querida señorita Lupin:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente, Minerva McGonagall
Directora adjunta
COLEGIO DE HOWGARTS DE MAGIA Y HECHICERIA
UNIFORME
Los alumnos de primer año necesitarán:
-Tres túnicas sencillas de trabajo (negras)
-Un sombrero puntiagudo (negro) para uso diario
-Un par de guantes protectores (piel de dragón o semejante)
-Una capa de invierno (negra, con broches plateados)
(Todas las prendas de los alumnos deben llevar etiquetas con su nombre)
Libros :
Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:
- El libro reglamentario de hechizos (clase 1),
Miranda Goshawk
- Una historia de la magia, Bathilda Bagshot
- Teoría mágica, Adalbert Waffling.
- Guía de transformaciones para principiantes, Emeric Switch.
- Mil hierbas mágicas y hongos, Phyllida Spore.
- Filtros y pociones mágicas, Arsenius Jigger.
- Animales Fantásticos y donde encontrarlos, Newt Scamander.
- Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
- Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
- Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
- Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
- Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
- Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
- Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
Resto del Equipo
1 varita
1 caldero (peltre, medida 2)
1 juego de redomas de vidrio o cristal
1 telescopio
1 balanza de latón
Los alumnos también pueden traer una lechuza, un gato o un sapo.
SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS
━¡Wow! ━soltó en un chillido Artie, con un brillo especial en los ojos━. ¡Papá, no soy una squib! ¿Lo vez? ¡Soy tan normal como tú y el resto...!
Se levantó de la pierna de su padre y empezó a dar vueltas en su lugar, parloteando cosas de las cuales la mayoría no se le entendían ni la mitad.
━¿Cuándo podremos ir por mis útiles escolares? ¡Estamos a poco tiempo de la fecha límite! ━se llevó las manos, angustiada, a la cabeza━. A solo diez días... ¡esa lechuza debió haberse perdido en el transcurso a casa! ¡Nos ha cambiado completamente los planes...! ¿Tú me llevarás, cierto? ¡Mañana mismo! ¿Si? ¡Ese fue nuestro plan desde que tenía cinco y...!
Remus sonrió con pesadumbre, negando con la cabeza.
━Sabes que hoy es luna llena, Artie ━le dijo con pena. A Artemisia se le había olvidado por completo━. No podré asistir contigo así lo desee. Sabes que después de las lunas llenas suelo sentirme algo... indispuesto.
Artemisia, quien comprendía bastante bien el tema privado de su padre a pesar de su corta edad, decidió no opinar al respecto. Se dejó caer en el sofá individual. Remus se puso de pie, camino hacia la cocina y volvió a la sala de estar con un vaso repleto del licuado preferido de Artemisia. Se lo extendió y tomó asiento junto a ella.
━Puedo esperar... Hogwarts puede esperar, papi.
━¿Qué te parece, Lunática, si le digo a los Weasley que te acompañen? ━la mirada de Artie no cambió, seguía estando sobre la pajilla verde de su batido━. Es la mejor idea que tengo ahora para que no pierdas tu primer curso por culpa mía.
El hombre de cicatrices había perdido muchas cosas a lo largo de su vida. A sus mejores amigos, a su ex-pareja, a aquella chica de ojos hipnotizantes de la universidad y ahora, los momentos más importantes junto a su hija.
Pero, ¿qué podía hacer? ¿Ser cruel y hacerla quedarse un año más en casa por un simple pacto que formaron en una noche tormentosa, cuando la más chica escuchó a las vecinas decir que la pobre hija de Remus Lupin estaba llena de desgracias? No. Jamás haría eso. Mucho menos a su propia hija. A su pequeño regalo caído del cielo.
━Está bien ━asintió Artemisia, dándole un sorbo a su batido de galleta━. No estará mal convivir completamente un día con ellos, ¿cierto?
━¿Quieres volver después? ━una mueca surco los labios del mayor. Si bien su hija ya lo había visto en uno de sus peores estados (con heridas húmedas por la sangre y miles de hematomas a lo largo de su pálida piel), no le gustaba que lo hiciera tan seguido, mucho menos cuando comenzaba a ser consciente de lo que le sucedía: le aterraba el hecho de poder generarle temor a su hija, a su cachorrita━. A Molly le encantaría tenerte unos días por allá, y a sus hijos ni se diga...
━Si, Lunático. Voy a volver una vez mis compras culminen ━la seguridad en la voz de la niña le heló la sangre━. Sino, ¿quien va a cuidar de ti en mi ausencia?
Y con aquello, el corazón del hombre se derritió.
Era su adoración, su hija.
Y la amaba.
La amaba con todo lo que tenía.
Porque sin saberlo, ella había caído del cielo cuando él se hundía. Era lo que necesitaba sin saberlo, pero aún así algo que necesitaría el resto de sus días.
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━¿Seguro que quieres que me vaya? No te vez muy bien, pa'.
━Estoy muy bien, tesoro. Nada de que alarmarse.
Remus se encogió de hombros. Artie sonrió ligeramente. El hombre lobo, quien estaba un tanto lastimado del cuerpo (heridas "superficiales" según él), le pasó a su hija los polvos flu que se encontraban en la maceta.
━Sólo van a ser unas pocas horas, cariño.
Las cejas de Artemisia se levantaron.
━Van a estar todos (o la mayoría) de los Weasley... no los conozco a todos, Lunático.
Es verdad. De los siete hijos que tenía la pareja, cinco de ellos eran extraños para ella. Solo conocía a Ronald (no le gusta que le digan así) y a Ginevra, la cual entraría ese mismo año a aquella escuela de magia y hechicería, igual que Artie.
━Pues entonces es un grato momento para que lo hagas ━blandió la maceta delante suya, incitando a la castaña a tomar unos pocos.
━Bueno, papá, me ayudas a subirme el ánimo ━dijo la niña, de manera sarcástica, agarrando su puñado de polvos flu y metiéndose dentro de la chimenea━. ¿Ahora qué?
━Vas a decir: "A la Madriguera" ━le informó Remus, sonriendo divertido ante la amargura de su hija━. No te creo tan tonta como para decir algo similar a "La colmena".
━¿Quién confundiría la Madriguera con una colmena?
━Tu lo harías, cariño.
Maldita dislexia.
La chica lo remedo. Lo cual le sacó una risa a Remus, quien le dejó un beso en la frente a su hija. Artemisia sonrió.
━¿Seguro que estarás bien sin mi? ━volvió a preguntar.
Él, una vez más, asintió━. Estaré bien. Nada que no haya podido pasar más de una vez.
Artie asintió, aunque no muy convencida. No le agradaba dejar solo a su padre en la luna llena, pero él era el que la estaba instando a ir por su cuenta (y en compañía de los Weasley) a comprar todas sus cosas para Hogwarts. Se puso de puntillas –jalo a su padre de los hombros para bajarlo más– y le dio un sonoro beso sobre su mejilla llena de cicatrices.
━Te amo.
━Y yo a ti, Lunática.
Le regaló una sonrisa, la cual estaba reservada solo para su hija, la luz de sus ojos.
━Cuídate, por favor.
Artemisia asintió, le dedicó una última sonrisa a su padre y soltó aquellos polvos flu mientras exclama un «¡A la Madriguera!», y se desaparecía entre las llamas esmeraldas.
Estaba muy segura que había dejado su estómago en su casa. Si había algo en su vida que odiaba la morena, era cualquier tipo de desaparición o hasta teletransportación, pues era como desear que su estómago se volviera un nudo y sus brazos de gelatina. Además, terminaba llena de hollín.
Cayó desde dentro de la chimenea –que por suerte estaba apagada– y se golpeó contra las tablas de madera en el suelo.
Con un par de quejas de por medio se puso de pie, limpiándose el hollín de la cara sin darse cuenta de las miradas curiosas y sorprendidas de todos los presentes. Artemisia se acomodó la coleta –ahora desordenada– y se limpió la ropa con la mano.
Cuando la chica terminó de acomodarse, un carraspeo hizo que diera un pequeño salto en su lugar. Artie se volvió hacia ellos, con suma lentitud y el corazón taladrándole en su pecho.
━Mira Ginny, llegó la muñeca que pediste por navidad ━dijo uno de los pelirrojos desconocidos.
La pelirroja mayor –una señora bajita y de contextura gruesa–, le dio un manotazo a su hijo para que guardara silencio. Le sonrió a Artemisia con amabilidad.
━¡Artie! ━dijo Ron Weasley, apuntando a Artemisia━. ¡Mira que grande que estás...! Pero, ¿qué haces aquí?
La señora Weasley le dio ahora un manotazo a su hijo menor.
━Ronald, tus modales ━regaño la mujer al chico, quien sobaba su mano con una mueca en los labios━. Artie, cielo, ¿quieres algo para merendar?
La chica, tímida ante los pares de ojos sobre ella, asintió en respuesta hasta que sintió una mano, la cual era igual de pequeña que la de ella, jalar de su muñeca para hacerla avanzar hasta la cocina.
Se trataba de la menor de los Weasley, Ginny, a quien le motivaba el hecho de tener energía femenina en medio de todo ese ambiente masculino en el que se veía rodeada diario.
━También es un gusto verte, Ginny ━dijo a la pelirroja, sonriente.
Los que no conocían de plano a la de cabellos castaños seguían mirando a Artemisia con aire curioso. Molly le seguía sonriendo, a pesar de que esta estuviese dándole la espalda al ser guiada por Ginny, como esperando a que dijese algo.
━Bueno, vamos todos a la mesa; nos queda un largo día por recorrer.
El resto de cabezas pelirrojas y una azabache siguieron los pasos de las más pequeñas hacia el comedor, en donde tomaron asiento.
━Así que tú eres Artemisia ━los ojos grises de la introvertida niña recayeron sobre uno de los gemelos. Sabía sus nombres, pero aún no él como diferenciarlos: aquello causaba cierto conflicto en su pequeño cerebro perfeccionista━. Mamá y papá nos han hablado mucho de ti.
━Cosas buenas, quiero creer.
Su voz, susurrante y a la vez melodiosa, provocó un par de risas en los progenitores de las cabezas anaranjadas.
━Claro que si, cielo.
Tomó el emparedado de beicon que la señora Weasley le extendía de manera cuidadosa.
━¿Es tu primer año también?
Los ojos de Artie recayeron sobre la persona sentada delante de ella. Un par de orbes esmeralda brillantes la miraban de forma penetrante. Artie lo analizó de lado a lado, sintiendo cierta impresión al ver esa cicatriz en forma de rayo –tan reluciente y brillante como se relataba en los libros que su padre le leía cada noche– impregnada sobre su frente.
No dijo nada a pesar de que su boca se llenaba de dudas. Mantuvo la compostura lo mejor que pudo, removiéndose en su sitio para simular la impresión que la golpeaba.
━Sí, es mi primer año ━asintió ella, dándole un mordisco al emparedado entre sus dedos━. Estoy emocionada.
━Te va a encantar Hogwarts, Artie ━afirmó Ron, con la boca llena (su madre lo riño por ello)━. Es toda tu línea. Y los Ravenclaw... seguramente te encantará quedar en su casa.
Sabía que Ron, el chico que supuso se llamaba Harry y su amiga molesta (de los cuales el pelirrojo le había hablado previamente) estaban en la gran casa de Gryffindor.
¿Ella estaría en Ravenclaw? ¿Cómo Ron podría saberlo? ¿Tendría como superpoderes escondidos o algo así? ¿Se convertiría en el próximo gran adivino del mundo mágico? ¿Ella quería estar en Ravenclaw? No, ella quería estar en la casa en la que su padre estuvo. ¿Pero tendría lo que se necesitaba? ¿Porque Ronald cree que ella tiene más características de una Ravenclaw que de una Gryffindor?
━Pero si no quieres, puedes pedirle que te deje en la casa que tú quieras ━la voz de Harry resonó en medio del gran silencio que se había formulado ante la conjetura de Ron: todos habían estado esperando alguna respuesta por parte de la menor, pero al parecer se había perdido entre sus pensamientos: Harry finalmente ató su rostro con la inconformidad de quedar en la casa de los listillos━. S-solo digo.
Alegó él al tener de nuevo los orbes grisáceos de la chica sobre él, inquietándolo.
━Coman, niños, coman: se nos empieza a hacer muy tarde para encontrar el Callejón Diagon algo desocupado.
Entonces, Artie decidió reservarse su respuesta para después.
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Después de tomarse rápidamente media docena de emparedados de beicon cada uno, se pusieron las chaquetas (Artie se acomodó la suya mientras tanto) y la señora Weasley, cogiendo una maceta de la repisa de la chimenea de la cocina, echó un vistazo dentro.
━Ya casi no nos queda, Arthur ━dijo con un suspiro━. Tenemos que comprar un poco más... ¡bueno, los huéspedes primero! ¡Después de ustedes, Harry, Artie!
Y les ofreció la maceta.
━Primero tu ━murmuró una dudosa Artie. ¿Cuatro viajes en un día? Tenía que prepararse mentalmente.
Harry vio que todos lo miraban tanto a él como a la reservada chica a un par de metros suyos. Ella está establecido que sabía viajar a través de la red flu, pero él...
━¿Qué... qué es lo que tengo que hacer? ━tartamudeó.
━Él nunca ha viajado con polvos flu ━dijo Ron de pronto, para sorpresa de Artemisia. ¿Nunca de nunca? ¡Que suerte que había tenido ese chico!━. Lo siento, Harry, no me acordaba.
━¿Nunca? ━le preguntó el señor Weasley━. Pero ¿cómo llegaste al callejón Diagon el año pasado para comprar las cosas que necesitabas?
La misma duda surgió en la cabeza de Artie.
━En metro...
━¿De verdad? ━inquirió interesado el señor Weasley━. ¿Había escaleras mecánicas? ¿Cómo son exactamente...?
━Ahora no, Arthur ━le interrumpió la señora Weasley━. Los polvos flu son mucho más rápidos, pero la verdad es que si no los has usado nunca...
Podría morir por la falta de su estómago. Asumió en silencio la morena, analizando la situación.
━Lo hará bien, mamá ━dijo Fred (o al menos así lo recordaba)━. Harry, primero míranos a nosotros.
Tomó de la maceta un pellizco de aquellos polvos brillantes, se acercó al fuego y los arrojó a las llamas.
Produciendo un estruendo atronador, las llamas se volvieron de color verde esmeralda y se hicieron más altas que Fred. Éste se metió en la chimenea, gritando: «¡Al callejón Diagon!», y desapareció.
━Tienes que pronunciarlo claramente, cielo ━dijo a Harry la señora Weasley, mientras George introducía la mano en la maceta━, y ten cuidado de salir por la chimenea correcta.
━¿Qué? ━preguntó Harry nervioso, al tiempo que la hoguera volvía a tronar y se tragaba a George.
━Bueno, ya sabes, hay una cantidad tremenda de chimeneas de magos entre las que escoger, pero con tal de que pronuncies claro...
Ya fue. Pensó Artemisia al vislumbrar el temblor en las piernas del chico de ojos esmeraldas. Se va a perder.
━Lo hará bien, Molly, no te apures ━le dijo el señor Weasley, sirviéndose también polvos flu.
━Pero, querido, si Harry se perdiera, ¿cómo se lo íbamos a explicar a sus tíos?
¿Tíos? ¿El chico vivía con sus tíos?
━A ellos les daría igual ━la tranquilizó Harry, provocando que la curiosidad de Artie aumentara. ¿Como no se iban a preocupar? Si ella se perdiera, Remus movería cielo mar y tierra para encontrarla (o así le gustaba pensar a ella, claro)━. Si yo me perdiera aspirado por una chimenea, a Dudley le parecería una broma estupenda, así que no se preocupe por eso.
Bueno, no se escuchaba como una familia muy agradable de conocer.
━Bueno, está bien..., ve después de Arthur ━dijo la señora Weasley━. Y cuando entres en el fuego, di adónde vas.
━Y mantén los codos pegados al cuerpo ━le aconsejó Ron.
━Y los ojos cerrados ━murmuró la castaña, señalándose unas manchas en el cabello que no se habían caído de su cabeza━. El hollín...
━Y no te muevas ━añadió Ron━. O podrías salir en una chimenea equivocada...
━Pero no te asustes y vayas a salir demasiado pronto. Espera a ver a Fred y George.
Haciendo un considerable esfuerzo para acordarse de todas estas cosas, Harry cogió un pellizco de polvos flu y se acercó al fuego. Respiró hondo, arrojó los polvos a las llamas y dio unos pasos hacia delante. El fuego se percibía como una brisa cálida. Abrió la boca y a Artie se le curvaron los labios por una sonrisa pequeña al ver que un montón de ceniza caliente se le metió en la boca.
━Ca-ca-llejón Diagonal ━dijo tosiendo.
Y desapareció, sucumbido entre las llamas esmeraldas.
━¿Qué fue lo que dijo? ━pregunto la señora Weasley, observando a Artie, Ginny, Percy y a Ron con un deje de preocupación.
━Callejon Diagonal ━murmuraron los presentes al unisón.
━Vayamos yendo para así buscarlo ━la mujer, la cual explotaba de los nervios, tomó de la mano a Ginny.
Era predecible. Se encogió de hombros la castaña, tomando un puñado de polvos flu que Molly Weasley le ofrecía antes de adentrarse en la chimenea. No fui yo la accidentada, al parecer.
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━¿Donde se habrá metido?
Artemisia miró a un angustiado Ron a su lado, encogiéndose de hombros.
━Quizá un payaso le ofreció un barco de papel y el ingenuo se lo aceptó.
Hace poco había leído un libro con una trama similar. Era de terror. Y bueno, había resultado una lectura bastante ligera para la Lupin. Se lo terminó en tres días, y la menor se lamentó el haber tardado tanto en hacerlo.
━Deberías dejar de consumir tanta imaginación muggle ━las cejas de la morena se alzaron al escuchar hablar al pelirrojo━. Piensa que no tendrás tiempo para hacerlo en Hogwarts.
━Los libros muggles son mágicos, Ronald ━farfulló ella, indignada━. Tampoco espero que lo entiendas.
Las orejas de Ron se tiñeron de un rojo escarlata chillante, y cuando los hermanos gemelos del pelirrojo, Fred y George, se preparaban para hacerle burla por haber sido mandado a callar por la niña, la voz del señor Weasley los interrumpió.
━Gracias a Merlin, ¡miren muchachos, es Harry!
El hombre tenía razón. Harry Potter estaba de pie justo afuera del banco mágico, Gringotts, en compañía del hombre más alto que la morocha jamás había visto y una chica apenas unos centímetros más alta que ella. Ladeó la cabeza al comparar su tan embarullado cabello con el del gran hombre: supuso rápidamente que debía de ser la chica fastidiosa de la que el pelirrojo le habló hasta por los codos (aunque Ron no lo admitiría en voz alta).
Los cinco Weasley corrieron por la abarrotada calle, dejando atrás a una calmada Artie, quien se negaba a tan siquiera trotar. ¿Por qué lo haría? No había razón, total, el chico estaba en una sola pieza, ¿de qué serviría correr?
━Harry ━escuchó decir al señor Weasley, jadeando. Por eso no corro, pensó la Lupin━. Esperábamos que sólo te hubieras pasado una chimenea. ━Se frotó su calva brillante━. Molly está desesperada..., ahora viene.
━¿Dónde has salido? ━preguntó Ron.
━En el callejón Knockturn ━respondió Harry con voz triste.
Las cejas de Artemisia se alzaron, curiosa.
Su padre había visitado un montón de veces ese lugar en busca de mata-lobos, el cual se bebe durante la tarde antes de que salga la luna llena.
Jamás la había llevado con él, pues según dicen –su única fuente es su padre– que no es un sitio para niños.
Pero si Harry Potter ha entrado...
━¡Fenomenal! ━exclamaron Fred y George a la vez.
━A nosotros nunca nos han dejado entrar ━añadió Ron, con envidia.
━No es un sitio para niños ━murmuró la de ojos grises, cruzada de brazos.
━La chica tiene razón ━gruñó Hagrid━. ¿Cual es tu nombre?
La niña descruzo los brazos y extendió una de sus manos al hombre, con una pequeña sonrisa ladina.
━Artemisia, Artemisia Lupin.
El hombro tomó su mano sonriente y la agito━. ¡Mira ya, una Lunática en Hogwarts otra vez! ━la soltó━. Rubeus Hagrid.
━Un gusto.
La sonrisa de la pecosa creció. Tener a alguien que conocía a su padre (además de los dos adultos Weasley) resultaba lindo de ver.
Los presentes (exceptuando al señor Weasley) miraron curiosos al semi-gigante por sus palabras. ¿Como era que la había llamado? ¿Lunática? ¿Si habían oído bien?
La señora Weasley apareció en aquel momento a todo correr, agitando el bolso con una mano y sujetando a una apenada Ginny con la otra, interrumpiendo las miles de preguntas que comenzaban a formarse en el ambiente.
━¡Ay, Harry... Ay, cielo... Podías haber salido en cualquier parte!
Respirando aún con dificultad, sacó del bolso un cepillo grande para la ropa y se puso a quitarle a Harry el hollín. El señor Weasley le tomó las gafas, les dio un golpecito con la varita mágica y se las devolvió como nuevas.
━Bueno, tengo que irme ━dijo Hagrid, a quien la señora Weasley estaba estrujando la mano en ese instante («¡El callejón Knockturn! ¡Menos mal que usted lo ha encontrado, Hagrid!», le decía)━. ¡Los veré en Hogwarts! ¡Salúdame a tu padre, Artemisia! ━dijo, y se alejó a zancadas, con su cabeza y sus hombros sobresaliendo en la concurrida calle.
Los Weasley, Harry y Artie subieron a Gringotts y asaltaron sus cámaras acorazadas. Si bien Artemisia no era una chica con mucho dinero (como Harry Potter, por ejemplo), agradecía el esfuerzo que hacía su padre por darle una vida mejor y próspera, por lo que no tenía carencias de absolutamente nada, o al menos no de lo necesario. Aún así, intento entrar sola a su propia cámara, pues lo que menos quería era que los Weasley, quienes extrajeron de la suya los últimos galeones y sickles que les quedaban, vieran los montoncitos dorados dentro de la suya.
Cuando salieron del banco mágico, los de cabellos pelirrojos, Harry, Artie y la chica llamada Hermione junto a sus padres se reunieron una vez más.
Artemisia se sentía incómoda entre las miles de personas desconocidas. Quería volver a casa. Estar con su padre. Quería que su padre estuviera ahí.
Debo terminar con esto rápido.
━Nos veremos dentro de una hora en Flourish y Blotts para comprar los libros de texto ━dijo la señora Weasley, yéndose con Ginny━. ¡Y no se acerquen al callejón Knockturn! ━gritó a los gemelos, que ya se alejaban.
━Bueno, los veo después ━la de ojos grises sonrió hacia Ron antes de darse media vuelta y comenzar a caminar lejos del trío.
━¿A donde vas?
━¡Por mi varita!
━¡No te pierdas!
━¡Jamás lo haría!
Ron miró a sus amigos, asintiendo.
━Esa niña tiene un cerebro enorme, claramente jamás se perdería ━dijo él, negando.
━Es tierna ━repuso Hermione, quien apenas había intercambiado palabras con la morena.
━Es por que no la conoces ━repuso Ron━. Suele ser como tú de repente. Una sabelotodo. Pero es agradable la mayoría del tiempo. Eso si, resulta un tanto extraña a veces.
━¿Extraña? ━las cejas azabaches de Harry se contrajeron entre sí con algo de confusión━. ¿Como que extraña? Si yo la veo muy normal.
━No sabe leer ━una mueca se cruzó por los labios del chico━. O al menos no normal. Tiene dislexia. Su padre le encanta los libros para que pueda así leerlos por su cuenta. Además de que padece de un TDAH.
Hermione le proporcionó un golpe en la nuca.
━¡Oye! ¿Qué te pasa?
━Eso no es raro ━dijo ella, de forma hostil━. Es distinto. Solo eso. No raro.
━Hermione tiene razón ━asintió el de anteojos, observando el sitio por donde la chica se había ido, un tanto distraído━. Se ve gentil, dulce.
━Y no lo digo que no lo sea ━el pelirrojo rodó los ojos━. Solo que se la pasa dentro de su propio mundo. Es distinta. ¡No de mala manera, ya no me pegues!
Harry se relamió los labios, aún con sus orbes esmeralda sobre el sitio por donde se había ido la morena. Sentía curiosidad por ella. Quería acercársele y poder hablarle. Pero...
Siempre había un pero, pero esta vez, no tenía motivos para tener uno.
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Artie se despidió con un ademán de su mano del señor Ollivanders, quien asintió en su dirección en forma de despedida antes de perderse entre los estantes de su tienda. Sin más, la niña salió del local, emprendiendo camino hacia Flourish y Blotts, blandiendo la caja de su varita emocionada.
Había tardado un largo rato en hallar esa varita que se supone, pertenecía a ella. Finalmente fue escogida por una en especial cuya madera era de un gris claro, tenía un extraño relieve que se extendía desde la mitad de la madera hasta el mango de la varita y lo que más llamó la atención de Artie, la pluma blanca perteneciente a una lechuza adherida al mango de esta.
Había pasado a comprar tinta y papel, algunas túnicas negras (pues aún no tenía una casa definida), y uno que otro material que según su lista, era necesario.
Así fue como una hora después, se encaminaba a Flourish y Blotts. No era, ni mucho menos, la única que iba a la librería. Al acercarse, Artie vio para su sorpresa a una multitud que se apretujaba en la puerta, tratando de entrar. El motivo de tal aglomeración lo proclamaba una gran pancarta colgada de las ventanas del primer piso:
GILDEROY LOCKHART
firmará hoy ejemplares de su autobiografía EL ENCANTADOR
de 12:30 a 16:30 horas
Su ceño se frunció. Ese nombre llegó a oírlo entre su lista de útiles. La mayor parte de sus libros estaban dentro del material, la Lupin asumió que alguna de sus profesoras debía de ser fan del hombre y sus miles disque aventuras.
Había autores a los cuales los sentía de una u otra forma honestos, y a este Gildory... bueno, no terminaba de darle buena espina.
━¡Podremos conocerle en persona! —la morena paró su andar al toparse de frente con Ron y sus dos amigos━. ¡Es el que ha escrito casi todos los libros de la lista!
La multitud estaba formada principalmente por brujas de la edad de la señora Weasley. En la puerta había un mago con aspecto abrumado, que decía:
━Por favor, señoras, tengan calma..., no empujen..., cuidado con los libros...
━Parecen caballos desbocados ━el trío se giró hacia la menor al escuchar su voz a sus espaldas━. Hola otra vez.
━Creí que si te perderías ━dijo con falsa lástima Ron.
En respuesta, Artemisia le proporcionó un puñetazo en el hombro.
━Quisieras.
Harry, Ron, Artie y Hermione consiguieron al fin entrar. En el interior de la librería, una larga cola serpenteaba hasta el fondo, donde Gilderoy Lockhart estaba firmando libros. Cada uno tomó un ejemplar de Recreo con la «banshee» y se unieron con disimulo al grupo de los Weasley, que estaban en la cola junto con los padres de Hermione.
━¡Qué bien, ya están aquí! ━dijo la señora Weasley. Parecía que le faltaba el aliento, y se retocaba el cabello con las manos━. Enseguida nos tocará.
A medida que la cola avanzaba, podían ver mejor a Gilderoy Lockhart. Estaba sentado a una mesa, rodeado de grandes fotografías con su rostro, fotografías en las que guiñaba un ojo y exhibía su deslumbrante dentadura. El Lockhart de carne y hueso vestía una túnica de color añil, que combinaba perfectamente con sus ojos; llevaba su sombrero puntiagudo de mago desenfadadamente ladeado sobre el pelo ondulado.
Un hombre pequeño e irritable merodeaba por allí sacando fotos con una gran cámara negra que echaba humaredas de color púrpura a cada destello cegador del flash.
━Fuera de aquí ━gruñó a Ron, retrocediendo para lograr una toma mejor━. Es para el diario El Profeta.
Artie rió.
━¡Vaya cosa! ━exclamó Ron, frotándose el pie en el sitio en que el fotógrafo lo había pisado.
━Eso te pasa por ser un pie grande, Ronald ━se mofó la morena, haciendo reír a Harry, llamando la atención de Artemisia quien se giró hacia él, ocasionando que su ligera risa cesara.
Gilderoy Lockhart los oyó y levantó la vista. Vio a Ron, después a Artie y al final a Harry. Entonces se levantó de un salto y gritó con rotundidad:
━¿No será ése Harry Potter?
La multitud se hizo a un lado, cuchicheando emocionada. Lockhart se dirigió hacia Harry y tomándolo del brazo lo llevó hacia delante. La multitud aplaudió. Artemisia observó como la cara de Harry se encendía cuando Lockhart le estrechó la mano ante el fotógrafo, que no paraba un segundo de sacar fotos.
━Y ahora sonríe, Harry ━le pidió Lockhart con su sonrisa deslumbrante━. Tú y yo juntos nos merecemos la primera página.
Cuando le soltó la mano, Harry hizo el ademán de volver con los Weasley y la chica Lupin, pero Lockhart le pasó el brazo por los hombros y lo retuvo a su lado.
Artie logró vislumbrar la incomodidad en su semblante, haciendo que sintiese pena por él.
━Señoras y caballeros ━dijo en voz alta, pidiendo silencio con un gesto de la mano━. ¡Éste es un gran momento! ¡El momento ideal para que les anuncie algo que he mantenido hasta ahora en secreto! Cuando el joven Harry entró hoy en Flourish y Blotts, sólo pensaba comprar mi autobiografía, que estaré muy contento de regalarle. ━La multitud aplaudió de nuevo━. Él no sabía ━continuó Lockhart, zarandeando a Harry de tal forma que las gafas le resbalaron hasta la punta de la nariz━ que en breve iba a recibir de mí mucho más que mi libro El encantador. Harry y sus compañeros de colegio contarán con mi presencia. ¡Sí, señoras y caballeros, tengo el gran placer y el orgullo de anunciarles que este mes de septiembre seré el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras en el Colegio Hogwarts de Magia!
«¿Por qué justo en este año, Merlín? ¿Por qué». Se lamentó para sus adentros Artemisia, negando con pesadumbre la cabeza.
La multitud aplaudió y vitoreó al mago, y Harry fue obsequiado con las obras completas de Gilderoy Lockhart. Tambaleándose un poco bajo el peso de los libros, logró abrirse camino desde la mesa de Gilderoy, en que se centraba la atención del público, hasta el fondo de la tienda, donde Ginny aguardaba junto a un par de calderos nuevos: el suyo y el de Artemisia.
━Tenlos tú ━le farfulló Harry a la pelirroja, metiendo los libros en el caldero━. Yo compraré los míos...
Por la expresión que traía encima el chico, Artemisia asumió que este tipo de espectáculos no eran de su agrado, y ella lo comprendió: a fin de cuentas seguía un ser humano, no solo aquel niño que sobrevivió a la maldición asesina.
Y aquello le provocó cierta curiosidad hacia el chico.
━¿A que te gusta, eh, Potter? ━dijo una voz que Artemisia no reconoció. Se giró lentamente hacia aquel al que le pertenecía la voz, encontrándose con el chico más pálido que jamás había visto. Era rubio, y misteriosamente compartía ojos grises con ella━. El famoso Harry Potter. Ni siquiera en una librería puedes dejar de ser el protagonista.
━¡Déjale en paz, él no lo ha buscado! ━replicó Ginny, haciendo que las cejas de Artie se alzaran.
Sabía que su amiga tenía un ligero crush en el de anteojos, y bajo su propia perspectiva, era la primera vez que hablaba delante de Harry. Estaba fulminando a Malfoy con la mirada.
━¡Vaya, Potter, tienes novia! ━dijo Malfoy arrastrando las palabras. Ginny se puso roja mientras Ron y Hermione se acercaban, con sendos montones de los libros de Lockhart━. ¿O son dos? Ya sabes, con la que traes atrás de ti... aunque pensándolo bien, es más bonita que la zanahoria andante.
━Ni que tuviera tanta suerte ━se limitó a susurrar la de ojos grises.
El rubio cuyo nombre le resultaba desconocido a la morena sonrió ladinamente al escucharla, haciéndola fruncir el ceño.
━¡Ah, eres tú! ━dijo Ron, mirando al chico como se mira un chicle que se le ha pegado a uno en la suela del zapato━. ¿Te sorprende ver aquí a Harry, verdad?
━No me sorprende tanto como verte a ti en una tienda, Weasley ━replicó el rubio━. Supongo que tus padres pasarán hambre durante un mes para pagarte esos libros.
Ron se puso tan rojo como Ginny.
Dejó los libros en el caldero y se fue hacia Malfoy, pero Harry y Hermione lo agarraron de la chaqueta. La ceja de Artemisia se arqueó, curiosa: jamás había visto una pelea (solo por medio de la televisión), ¿sería tan realista y sangrienta? Quizá, pero debía de admitir que la sangre le provocaba nauseas.
━¡Ron! ━dijo el señor Weasley, abriéndose camino a duras penas con Fred y George━. ¿Qué haces? Vamos afuera, que aquí no se puede estar.
━Vaya, vaya..., ¡si es el mismísimo Arthur Weasley!
Parecía ser el padre del chico que se burlaba de Ron y Ginny momentos atrás. El señor había tomando a su hijo por el hombro y miraba con la misma expresión de desprecio que él.
Eran una réplica exacta, excepto por el largo del cabello: de ahí en más eran como dos gotas malévolas de agua.
━Lucius ━dijo el señor Weasley, saludándolo fríamente.
Lucius... Lucius Malfoy... Remus le había hablado de él anteriormente. Él había quedado absuelto de todo lo que lo unía al Señor Tenebroso por decir que estaba de su lado por la maldición Imperius.
Ahora que lo tenía de frente, debía de admitir que sus dudas con eso crecían.
━Mucho trabajo en el Ministerio, me han dicho ━comentó el señor Malfoy━. Todas esas redadas... Supongo que al menos te pagarán las horas extras, ¿no? ━se acercó al caldero de Ginny y sacó de entre los libros nuevos de Lockhart un ejemplar muy viejo y estropeado de la Guía de transformación para principiantes━. Es evidente que no ━rectificó━. Querido amigo, ¿de qué sirve deshonrar el nombre de mago si ni siquiera te pagan bien por ello?
El señor Weasley se puso aún más rojo que Ron y Ginny juntos (cosa imposible según Artie).
━Tenemos una idea diferente de qué es lo que deshonra el nombre de mago, Malfoy ━contestó.
━Es evidente ━dijo Malfoy, mirando de reojo a los padres de Hermione, que lo miraban con aprensión━, por las compañías que frecuentas, Weasley... Creía que ya no podías caer más bajo.
Entonces el caldero de Ginny saltó por los aires con un estruendo metálico; el señor Weasley se había lanzado sobre el señor Malfoy, y éste fue a dar de espaldas contra un estante. Docenas de pesados libros de conjuros les cayeron sobre la cabeza. Fred y George gritaban: «¡Dale, papá!», y la señora Weasley exclamaba: «¡No, Arthur, no!» La multitud retrocedió en desbandada, derribando a su vez otros estantes.
Una diminuta sonrisa nació en los labios de la morocha. «Con que esto es una pelea». Pensó, cruzando los brazos.
━¡Caballeros, por favor, por favor! ━gritó un empleado.
Y luego, más alto que las otras voces, se oyó:
━¡Basta ya, caballeros, basta ya!
Hagrid, el hombre que la reconoció por ser hija de Remus, vadeaba el río de libros para acercarse a ellos. En un instante, separó a Weasley y Malfoy. El primero tenía un labio partido, y al segundo, una Enciclopedia de setas no comestibles le había dado en un ojo. Malfoy todavía sujetaba en la mano el viejo libro sobre transformación. Se lo entregó a Ginny, con la maldad brillándole en los ojos.
Una chispa de desconfianza brillo en los grisáceos ojos de Artemisia, quien analizó con cuidado el libro a lo lejos. El libro de transformaciones que aquel hombre había tomado primero tenía la tapa más clara, y este, por el contrario, tenía un color más oscuro, casi negro.
Desvió la mirada del libro, creyendo que se trataba nada más de su gran imaginación, no había de otra.
━Toma, niña, ten tu libro, que tu padre no tiene nada mejor que darte.
Librándose de Hagrid, que lo agarraba del brazo, hizo una seña a Draco y salieron de la librería.
━No debería hacerle caso, Arthur ━dijo Hagrid, ayudándolo a levantarse del suelo y a ponerse bien la túnica━. En esa familia están podridos hasta las entrañas, lo sabe todo el mundo. Son una mala raza. Vamos, salgamos de aquí.
Dio la impresión de que el empleado quería impedirles la salida, pero a Hagrid apenas le llegaba a la cintura, y se lo pensó mejor. Se apresuraron a salir a la calle. Los padres de Hermione todavía temblaban del susto y la señora Weasley, que iba a su lado, estaba furiosa.
━¡Qué buen ejemplo para tus hijos..., peleando en público! ¡Imagínate lo que dirá Remus si se entera de todo este espectáculo que montaste frente a su hija...! ¿Que habrá pensado Gilderoy Lockhart?
━Estaba encantado ━repuso Fred━. ¿No le oyeron cuando salíamos de la librería? Le preguntaba al hombre ese de El Profeta si podría incluir la pelea en el reportaje. Decía que todo era publicidad.
Los ánimos ya se habían calmado cuando el grupo llegó a la chimenea del Caldero Chorreante, donde Harry, los Weasley y todo lo que habían comprado volvieron a La Madriguera utilizando los polvos flu, mientras que Artie volvía a casa directamente (estaba exhausta y deseaba ver a su padre). Antes se despidieron de los Granger, que abandonaron el bar por la otra puerta, hacia la calle muggle que había al otro lado. Hermione le sonrió a la menor, diciéndole que había sido un gusto conocerla: la morocha le sonrió de regreso, sintiéndose menos tensa que antes.
━Potter ━la morocha se giró hacia el de lentes, quien dirigió su esmeralda mirada a la menor━. Los lentes... ¡y no te olvides que es "La madriguera" no "el panal".
El ceño del chico se frunció━. ¿Cómo voy a confundir "La Madriguera" con "El panal"?
La Lupin se encogió de hombros.
━No lo sé ━tomó su mochila y jalo su caldero, adentrándose a la chimenea con una expresión serena━. ¿Cómo confundiste "Diagon" con "Diagonal"?
Las mejillas de Harry se tiñeron de un tono escarlata de la vergüenza, y en cuanto iba a responderle con alguna cosa que no había pensado de manera previa, se encontró solamente con un par de llamas verdes que envolvían el pequeño cuerpo de Artemisia.
Lo había dejado con la palabra en la boca, y aquello, misteriosamente, le agrado. Tenía carácter para tener solo once años.
Como Artie le dijo, Harry se quitó las gafas y se las guardó en el bolsillo antes de utilizar los polvos flu, recordando el nombre exacto del hogar de su amigo. Decididamente, aquél no era su medio de transporte favorito.
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