🌙ꪾ〬ꩌ۪٬ླྀ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘.

❝ꓸ᭄ꦿ⃔𝐖𝐀𝐑 𝐅𝐎𝐑 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 ─── Eren Jaeger.
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ sɪᴇᴛᴇ: ᴠᴇʀᴅᴀᴅ.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

————— Artemisia. ——

De lo que me perdí al estar con Eren y la facción de Levi y Hanji... Al parecer Ymir también puede convertirse en titán, tal como lo hacen Eren y Annie.

E Historia... Pues no se llama Christa.

Orlando me había contado algunas cosas que pasaron en nuestra ausencia, me ponía feliz ver lo emocionado que lucía Ori al expresar las veces que luchó y terminó victorioso. Hasta que me habló de algunas sospechas que tiene sobre dos personas en particular.

Eso me dejó cabizbaja y con los nervios a flor de piel.

Actualmente todos estábamos reunidos por fin, nos ayudabamos en subir la muralla e intentabamos organizarnos en lo que llegaban los informes del orificio en el muro. También observamos cono iban subiendo en una camilla a Ymir.

Orlando y Eren estaban a mis lados, con el mismo sentimiento de serenidad, pero confusión a la vez.

— ¿Cómo estará Ymir? — Preguntó Eren en un hilo de voz.

— Le devoraron las extremidades derechas y sus órganos están hecho puré. Una persona normal estaría muerta. — Le respondió un soldado que pasaba por ahí, después desapareció de nuestra vista.

— Nunca pensé que... Ella también fuera uno.  — Murmuré, sin apartar mis orbes sobre el cuerpo mutilado de la morena.

— Ni yo, es demasiado extraño. — Habló Eren en la misma situación que yo.

— ¿Crees que esté de nuestro lado?

— No lo sé, ella es algo peculiar.

Orlando se encogió de hombros.

— Bueno... Iré con Christa a apoyarla. — Dijo Orlando a nuestras espaldas, lo miramos y asentimos — No se alejen mucho.

— Ni tú. — Respondí con media sonrisa hacía él.

Bufó y se alejó de los dos, pero antes me dio una sonrisa de lado.

En eso, un quejido llamó nuestra atención, por lo que volteamos detrás de nuestras espaldas topandonos con Reiner, quien intentaba subir la muralla, solo que su brazo opuesto no se lo permitía.

Eren y yo nos acercamos a él inmediatamente para ayudarlo. Siempre debemos cuidar a nuestros mejor amigos.

— Cuánto tiempo, Artemisia, Eren. — Nos saludó con tranquilidad cuando se enderezó.

— Sí. — Miré su brazo — Por hacerte el héroe, ¿eh?

El sonrió y rascó su nuca, — Dices lo mismo que tu hermano. Pero sí, debía salvar a mis compañeros.

— Que valiente. —vacilé y puse una mano en su brazo para reconfortarlo de su dolor — ¿Y qué tal va? ¿Te duele mucho?

— Más o menos, en un tiempo estará bien. Gracias por preocuparte. —me sonrió.

Asentí, y le hice una seña a Eren para alejarnos y dejar reposar a Reiner, pues por lo que me contó Orlando, no creo que esté de muy buenos ánimos como para tener una charla. Antes de tomar asiento en la orilla del muro, ayudé a Bertholdt subir y finalmente me recosté mirando al cielo azulado.

— Mira, eso es una galleta. — Señalé a una nube redonda mientras sonreía divertida.

— Estás obsesionada con las galletas, Artemis. — Eren se burló de mí con una media sonrisa.

— Y sé hornear las mejores, antes las hacíamos para cenar en casa. — Lo miré de reojo con la misma sonrisa.

— Hay que hacer cuando termine esto. — Susurró contra mi oído, a lo que me estremecí.

— ¡Ah! Está bien, pero no tengo mucho dinero para hacer...

— Tranquila.

Nos miramos durante unos segundos, provocando que un notorio sonrojo se hiciera presente en mis mejillas. Las tapé por los nervios, a lo que Eren rió enternecido.

— Eren, lo del be... -

Fui interrumpida por otro quejido.

— Duele...

Volvimos a mirar a Reiner. Se tocaba el brazo y mantenía los ojos cerrados con fuerza.

— ¿Estás bien, Reiner? — Preguntó Eren mirándolo por encima de mi cabeza.

— No, no lo estoy. — Posó una mano en su boca — Un Titán me mordió el brazo. No sé que hago. Pensé que no lo contaba

Armin estaba subiendo, por lo que lo tomé de los brazos y jalé de él para impulsarlo.

— Incluso alguien tan fuerte como tú se deprime a veces, ¿eh?

— ¿Qué dices? Es la segunda vez que me pasa. — Alzó más la voz y miró directamente a Eren — ¿Verdad, Armin? — El rubio y yo nos sorprendimos un poco cuando lo llamó — La primera vez acabé en manos de un Titán.

Mi entre cejo se hundió con confusión, Armin se quedó pensando unos segundos y asintió lentamente.

— Oh... Aquella vez... — Recordó con los ojos perdidos en el suelo.

— Estuve a punto de morir dos veces, y esta vez Orlando me salvó casi todo el tiempo. — Colocó el puño en su frente y apretó la mandíbula — A este paso estaré muerto en nada. Es el camino que elegí, pero ser un soldado es difícil. Te desgasta la mente antes que el cuerpo.

Definitivamente, lo que decía me confirmaba que no está bien desde lo del castillo en ruinas. Aunque es algo extraño... Espero que no llegue a tal estrés algún día.

Ahora solo debo apoyar a mi amigo.

Bajó la mano y puso sus ojos en los tres.

— Aunque no puedo quejarme hasta que el agujero esté tapado.

— Exacto. — Respondió Eren antes de seguir caminando — Si no, su hogar quedará cada vez más lejos. Tenemos que aguantar aquí.

No me moví en ningún momento. No podía parar de pensar en su reacción, ¿tal vez necesita hablarlo con alguien? Así como hice con Levi e hizo de mi terapeuta por un día.

— ¡Eso es, Reiner! — Bertholdt abrió los brazos y habló en tono nervioso — Regresemos a casa.— Le sonrió cálidamente en la misma posición  — Pronto podremos volver. Comparado con todo lo que sufrimos, ya no queda nada. — Se agachó en frente de él.

Que... Extraños.

Analicé a Bertholdt, parecía también anhelar regresar a su casa junto a Reiner.

— Claro, estamos a un paso de lograrlo. — La mirada de Reiner era abrumadora.

— Pero, ¿qué dicen? — El castaño habló confundido y se giró para verlos de frente, luego me miró a mí que estaba más cerca de ellos.

Reiner no le hizo caso a Eren y decidió mirarme con la misma expresión abrumadora de antes. Yo en cambio, no di señales de emoción en ningún momento, a lo que él pareció entender.

Me alejé por fin de esos dos y me puse al lado de Armin para caminar a donde la mayor Hanji y mi mellizo.
Al parecer había llegado Hannes para decirnos la localización del agujero en la muralla.

Pero no podía dejar de pensar en lo que acaba de pasar.

— No hay ningún agujero. — Anunció mientras apoyaba los brazos en la muralla para subir.

Eren sonó confundido.

— Buscamos durante toda la noche, y la muralla no tiene nada de raro desde Trost hasta Klorva. — Eren fue a ayudarlo a terminar de subir.

— ¿Cómo dices? — Hanji no lo creía.

— Nos encontramos con el equipo de Klorva. Tampoco vimos a ningún titán.

— Pero, ¿entonces como entraron? Habían Titanes... No podían llegar volando ni excavando. — Hablé con la misma duda que traía Hanji.

— Cierto. — Eren concordó conmigo — ¿Revisaron bien? ¿Seguro de que no estaban ebrios?

— ¡No bebimos! ¿Y qué hacen ustedes aquí?

Quedamos en un silencio sepulcral mientras ráfagas de viento se llevaban nuestros cabellos al lado opuesto de dónde venía.

— Si no hay agujero, no hay nada que hacer. — La mayor Hanji rascó a un lado de sus labios si saber que más hacer — Esperemos en Trost.

— Igual no bajen la guardia. — El señor nos miró uno por uno, hasta que paró en mí.

— Hannes. — Sonreí al notar como se sorprendió al verme.

— ¡¿Artemisia?! ¡Pensé que estaba mu- ¡Me alegro de que estés viva! — Sacudió mi cabello con felicidad — ¿Y tu hermano problemático?

Apunté a dónde estaba Christa, Orlando no la dejaba para nada.

— Como crecen... — Suspiró.

Mikasa sonrió hacía mí y me dio un codazo.

— Sí... Me alegra mucho que esté vivo, Hannes. — No despegué los labios en mi sonrisa, un sentimiento nostálgico me invadió.

Unos minutos después, tuvo que retirarse para seguir atento a los muros y ver si no aparecía el tan esperado agujero.

— No puedo creer que no hay un agujero. — Eren miraba incrédulo a otro lado.

— ¿Qué significa esto?... — Armin se alejó.

Abracé de los hombros a Eren.

— Encontraremos una explicación pronto. Hay que descansar por ahora. — Intenté tranquilizarlo.

— Mm... — Asintió levemente y comenzamos a caminar en silencio en lo que se acercaba más a mí.

— Oigan.

Miramos por encima de nuestros hombros a Reiner y Bertholdt.

— ¿Podemos hablar un momento?

— ¿Qué pasa? — Eren fue el primero en hablar.

— ¿Todo bien? — Inquirí, con una ceja enarcada.

Reiner nos miró en silencio por unos segundos, hasta que decidió hablar.

— Hace cinco años destruimos la muralla y atacamos a la humanidad. — Abrí los ojos con exageración — Yo soy el Titán acorazado y él es el Titán colosal.

Mis labios se entre abrieron temblando.

— ¿Qué locuras dices? — Mi acompañante era el único que podía hablar de los dos.

Yo estaba quieta, intentando ocultar mi sorpresa para no alarmar a nuestros compañeros que ya iban avanzando.

— ¿Qué estás haciendo, Reiner? — Bertholdt lo tomó del brazo ensimismado.

— Nuestro objetivo era que la humanidad desapareciera por completo. — Reiner apartó su brazo del alto — Pero ahora ya no es necesario. Eren, Artemisia, si vienen con nosotros ya no tendremos que destruir la muralla. ¿Lo entiendes?

¿Por qué querrían que yo los acompañara?

Es más, ¿por qué nos dice esto?

— Habría sido mejor si estuviera Orlando aquí, pero empezaremos contigo, Artemisia.

Eren los miraba lleno de nervios, pero hacía lo mismo que yo, intentar enmascarar nuestro miedo y no aceptar el hecho de que nos revelara eso.

— Esperen, esperen. No entiendo nada. — Se quejó con una gota de sudor fría resbalando por su sien.

— Les estoy pidiendo que vengan con nosotros. Sé que es repentino, pero ha de ser ahora.

Estaba vagando en mis pensamientos, porque no puedo aceptarlo a pesar de haber tenido las pruebas suficientes como para dudar de aquél dúo.

No entiendo muchas cosas, y no quiero entender lo que me está diciendo en este momento.

Solo permanecía estática, con los ojos bien abiertos al igual que mi boca. Apreté mis puños como acto reflejo.

— ¿Ahora? ¿A dónde iremos? — Insistió el castaño.

— No puedo decirlo. Pero es nuestro hogar. ¿Qué me dicen? No es un mal trato, evitarán la crisis inminente.

Mis ojos no cambiaban de posición para nada. Solo quería.... Quería que esto fuera una broma.

— No lo sé... — Eren se cruzó de brazos y cerró los ojos pensativo, luego me miró.

Los tres me dirigieron una mirada persistente, querían saber cómo podía reaccionar verdaderamente.

Pero no podía... Era imposible.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

El sábado subiré dos caps.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top