🌙ꪾ〬ꩌ۪٬ླྀ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 𝗖𝗜𝗡𝗖𝗢.
❝ꓸ᭄ꦿ⃔𝐖𝐀𝐑 𝐅𝐎𝐑 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 ─── Eren Jaeger.
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄɪɴᴄᴏ: ᴅᴇsᴄᴀɴsᴇɴ, sᴏʟᴅᴀᴅᴏs.
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————— Orlando. ——
— Por ahora hay que subir a la cima, no estamos seguros si entraron más Titanes a parte de ese... — Christa iba subiendo las escaleras a paso lento en espera de que la acompañaramos, nos miró de soslayo y de pronto abrió los ojos asustada — ¡Connie!
Giré a un costado y Reiner se había abalanzado contra el Titán que estaba a unos pocos centímetros de morder la cabeza de Connie, para la suerte de Reiner, el mismo Titán se dio la vuelta y logró tomar el brazo del rubio entre sus dientes con fuerza.
— Genial. — Me quejé en bajo mientras que los demás lo veían horrorizado.
— ¡Reiner! — Christa intentó correr hasta el chico, pero Ymir la detuvo en el recorrido.
Me molesta ese tipo, pero hay algo sospechoso en él que tengo que descubrir lo más pronto que pueda, así que lo ayudaré por el momento...
Iba acercándome con el puño en la mano dispuesto a dejar ciego al Titán, pero cuando Reiner me miró llegar decidió montarlo en su espalda con fuerza hasta encaminarse cerca de una ventana.
— ¡Estás demente! - Grité sin seguirle el paso. Luego miré el cuchillo pequeño que traía Connie, lo agarré rápidamente y subí las escaleras para ayudarlo — No seas un estúpido suicida que se quiere hacer el héroe, a ti no te sale.
— Y tú no te hagas el rudo. — Habló entre quejidos.
Bufé con molestia, ignoré ese pequeño odio que crecía dentro de mí y mejor encajé el cuchillo en la mandíbula del Titán. Lo moví para crear cortes en los músculos de la boca, rápidamente los soltó e hice a Reiner a un lado.
El Titán quedó al borde del ventanal que daba a lo más bajo del castillo en ruinas. Le di una patada para que cayera fuera y no siguiera molestando.
— Eres muy brusco con las piernas... — Escuché a Ymir susurrar.
Di media vuelta alzando una ceja y reí.
— Por entrenar.
Acomodamos unos troncos algo robustos para que la puerta tuviera más resistencia a los Titanes, Connie era el encargado de martillar cada madera.
— ¿Qué hacemos si entra otro? — Preguntó el mismo — Dudo que sigamos teniendo la misma suerte.
— Opino lo mismo. — Asintió Bertholdt sujetando un palo.
— Lucharemos hasta morir. — Respondí en lo que miraba al par de rubios sentados al fondo. Christa estaba limpiando y curando la herida de Reiner.
Sentí una punzada en mi pecho, así que llevé la mano ahí e ignoré a esos dos.
Artemisia...
— Muchas gracias, Reiner, Orlando. — Connie nos llamó — Son muy buenos salvando a las personas, tal vez es por eso que se llevan mal. — Lo miré con seriedad — También esto me recuerda a que Annie también me salvó. Tengo que devolverles el favor.
— No es para tanto. Es lo normal. — Reiner esquivó sus ojos — Soy un soldado.
— Sé que ustedes también darían la vida por mí, solo me encargo de proteger a algunos. — Rasqué mi nuca.
Vaya que me había vuelto algo sentimental desde que los conocí a todos ellos, era nuevo para mí, pero no me disgustaba, de hecho salvarlos me hacía sentir útil y no estar aburrido.
— Que buenas personas... — Susurró asombrado.
Me crucé de brazos y pasé por alto el comentario.
— De momento reunamos cosas que pueden ser útiles para no arrepentirnos si llega el momento de morir. — Ymir caminó al mismo ventanal de donde había lanzado al Titán que mordió a Reiner, se asomó y checó el panorama.
Algo chocó fuera de donde estábamos, eso provocó que temblara ligeramente, y unos segundos después impactó contra la torre.
Todos nos miramos con pánico, así que subimos toda la torre hasta salir de esta.
— ¡¿Qué fue eso?! — Connie fue el primero en llegar y en hablar, luego Reiner y yo subimos.
— No pude ser... — La voz de Christa temblaba al ver a los soldados.
Hay muchas posibilidades de que vayamos a morir, porque esto no pinta a nada bueno.
Nanaba y Gerger acomodaron a los otros dos soldados que los acompañaban en la lucha contra los Titanes, habían sido golpeados con lo que se que cayó sobre nosotros.
— Fue él, el Titán que caminaba hacia la muralla. — Señaló Connie — ¡Tuvo que ser el Titán Bestia!
Titán Bestia... De verdad que no paraban de aparecer Titanes extraños.
— ¡Ah! ¡Se acercan más del doble de Titanes que habían antes! — Gritó Connie con sus ojos puestos al horizonte de dónde provenían los Titanes.
— ¿Cómo así?
— Es como si siguieran una estrategia. — Nanaba se dirigió a Gerger — Parece que están jugando con nosotros...
En ese preciso momento, el Titán horrendo soltó un grito grave y extenso, tuve una sensación extraña cuando gritó de esa forma, aunque mis pensamientos pararon al instante de que unos golpes sonaran bajo nosotros, indicando que los Titanes golpeaban sin parar al castillo en ruinas.
¿Acaso se comunicó con estos Titanes? Hizo los mismo que el Titán hembra en el bosque...
Mi vista estaba fija en los Titanes y en Nanaba y Gerger que no dejaban de luchar aunque estuvieran lastimados, entre abrí la boca cuando Nanaba fue atrapada por los Titanes al igual que Gerger, los dos vociferaban de horror mientras eran masticados y les arrancaban las extremidades de formas atroces.
No... No deberían comérselos.
¿Moriré? Necesito ver a Artemisia.
No puedo morir.
Papá, ¿qué fueron esas cosas que escribías en tus libros?
¿De verdad querías matar a mamá?
— ¿Orlando?
Jadeé y me giré con rapidez cuando me llamaron. Ymir traía en sus manos una navaja, y los demás me miraban confundidos.
— ¿Qué... Qué harás? — Pregunté a la morena, extrañado.
— Pelear. — Sonrió y se puso a mi lado — Ahora muévete.
Me alejé con pasos de regreso hasta quedar junto a Christa, quién me miraba asombrada a la vez en que sus ojos me pedían que la parara.
— Ymir, ¿qué pretendes hacer? — Reiner frunció el seño.
— No lo sé ni yo. — Soltó un bufido, dándoles la espalda para después comenzar a caminar al borde de la torre.
Por último le dijo unas palabras a Christa que fueron inaudibles para nosotros, probó el filo de la navaja y asintió. Corrió para impulsarse hasta los bloques de las ruinas, dio un gran salto y cortó su mano en la caída.
— ¡Ymir! — Christa gritó con terror y con una mano alzada a lo más bajo de la torre.
Mis orbes se abrieron extremadamente, acompañados de una mueca de horror que formé al momento en que Ymir se había lanzado al vacío.
Unos grandes y eléctricos rayos amarillentos relucían alrededor de Ymir, que se iban convirtiendo a gran velocidad en una esfera del mismo color, de ahí salió el rostro de un Titán en formación junto a un grito.
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