Los Caminantes
- AH! Con una chin-
Su consciencia llegó de golpe, recordándole en donde estaba, que había pasado, y con quienes había ocurrido; sus pensamientos se dividieron pero terminaron encontrándose directamente al llegar a pensar en alguien, en una sola persona, en la única persona en la que su mente podía pensar.
- FURI- Agh! -
Sycamore se sostuvo rápidamente de sí mismo al sentir un dolor punzante directamente en su ser; removió con algo de ímpetu sus ropas de contrabando, para ver cómo justo en su costado de sus costillas, una enorme resquebrajadura de su cuerpo comenzaba a crecer.
Sycamore estaba roto, ya no solo de sus mejillas las cuales terminaron por quebrarse aún más debido a la explosión, sino que su cuerpo ahora tenía grietas que de no ser tratadas a tiempo, su ser caería en pedazos.
Pero no había tiempo, y no era su prioridad; Sycamore se puso de pie lentamente, sosteniendo su rostro.
- FURINA! - Grito Sycamore, esperando, fugando escucharla.
- SYCAMORE! SYCAMORE POR AQUÍ! - Cuando recibió su respuesta, no dudó ni un segundo más, comenzando a moverse con dificultades por los escombros del salón; sus piernas flanqueaban cada ciertos pasos y lo hacían querer caer.
Entre el humo, una figura comenzó a posarse; Sycamore apresuró su paso, encontrándose finalmente con Furina; tenía rasguños, a lo largo de su rostro, y con sangre cayendo lentamente de su labio, pero fuera de ello, parecía que la explosión no le afectó del todo.
Sycamore rápidamente se apresuró a ella, y la envolvió con sus brazos, sintiendo su aroma y su miedo en el finalmente. - Te encuentras bien?! -
- S-Si! Estoy bien! Estoy bien! - Dijo Furina rápidamente mientras enterraba su nariz en el hombro del chico, abrazándolo de vuelta. - Tu estás bien?! -
- Al diablo con eso! - Dijo Sycamore rápidamente mientras se separaba, y la tomaba de sus mejillas, mirándola de frente. - Hay que sacarte de aquí! Lo más rápido posible! -
- Q-Que?! Por qué?! Que está pasando?! - Furina cuestionó, pero su respuesta no vino de la forma en la que esperaba.
¡Cough!
¡Cough!
Alguien estaba tosiendo, demasiado fuerte; Furina y Sycamore rápidamente miraron a su lado, viendo como mientras el humo se dispersaba y el fuego poco a poco se alzaba de más, enterrada entre las estanterías de libros, se encontraba la mujer de los Fatui, malherida, posiblemente a punto de morir.
La mujer miró por un momento con su máscara rota a los dos fugitivos, antes de escupir algo de sangre de ella. - Es... el plan de contingencia... -
Furina lentamente la miró, antes de susurrar. - Plan de... de que...? -
- Si nos descubrían... sobre lo que queríamos... - La mujer entonces soltó una leve risa tétrica. - Boom... - Fue su único susurro.
Sycamore abrió sus ojos de par en shock, viendo a la sonrisa tétrica de la mujer; levemente negó, antes de gritarle. - Asi de desesperados están los Fatui?! Poner en riesgo las vidas de inocentes! -
- No podrían culparnos aunque quisieran... - La mujer dijo; su mano cayó ante el suelo, sus fuerzas la estaban abandonado. - Con ustedes aquí... los culparán... - La mujer lentamente bajó su rostro. - .. A ustedes... -
La mujer, finalmente, bajo su rostro hasta el suelo, muriendo; ambos chicos se quedaron en shock, viéndola de frente, pensando en sus palabras, ahora que quedaba? Abandonar mientras podían? Escapar? Correr lo más rápido que podían antes de que todo Liyue estuviera en su contra?.
Sycamore se quedó un momento viendo el cuerpo de la mujer, antes de colocar una expresión más dura. - Y una mierda... -
El chico tomó a Furina de su mejilla, haciéndola mirar hacia el, sacándola de su shock; Furina, parpadeando, lo vio. - Ve y busca a Yelan y a su acompañante! Que te ayuden a sacar a la gente de aquí! - Sycamore entonces lentamente posó su frente con la de ella. - Estos hijos de perra querran volar toda la posada... no voy a dejarlos... -
- Sycamore... - Furina se quedó un momento viéndolo, viendo su determinación; Sycamore no iba, ni dejaría que nadie muriera aquí, nadie más. Lentamente lo atrajo a ella, para darle un leve beso en los labios, conectándolos, transmitiéndole su amor, lo más que pudo. - Ve por ellos... -
Sycamore la vio un momento, antes de asentir. - Te amo... -
- Lo sé... - Furina sonrió, antes de asentir.
Sycamore lentamente se separó de ella, para así, entre los escombros, dirigirse al punto de la explosión; podía escuchar el grito de las personas de toda la posada corriendo y alejándose lo más que podían del lugar, pero los Fatui seguramente ya estaban tomando cartas, no queriendo dejar a ningún posible sospechoso salir.
Y el no iba a permitir eso.
Poniéndose en el borde de un agujero creado por la explosión, Sycamore pegó un salto cuesta abajo hacia el piso bajo de la posada; una caída libre de algunos metros mientras pasaba por los pisos de la posada hasta llegar al vestíbulo.
Antes de tocar el suelo, Sycamore hizo brillar su visión; el sombrero en su espalda se desvaneció h formó el patrón en su parte trasera, permitiéndole así retener su caída, y flotar hacia el suelo.
Sycamore en el aire, poco a poco bajando hacia el vestíbulo, vio en horror como una cantidad abismal de personas intentaban salir del Wangshu Inn, pero básicamente siendo retenidas por guardias Fatui, los cuales imploraban que todo estaba bajo control.
Sycamore gruño, solo intentaban tapar su cometido; su visión brillo, envolviendo su cuerpo en una luz resplandeciente que captó la atención de todos en el vestíbulo. Aquella luz finalmente cedió cuando su cuerpo tocó el suelo, revelando a Sycamore, con sus ropas convencionales, y su sombrero posándose encima de su cabeza.
- ES EL FUGITIVO! -
- EL ABRA INICIADO ESTO?! -
- EL TIPO DEL SOMBRERO! -
Escuchaba de todos lados las clemencias de los civiles, pero Sycamore solo tenía su mirada fija en los guardias que cubrían las entradas del Wangshu Inn: gruñendo, Sycamore comenzó a pasar entre la gente, empujándolos levemente.
Comenzó a llenar sus manos de energía, creando vórtices negros de aire en sus palmas que comenzaban a atraer más y más aire que comenzaba a notar la gente; entonces Sycamore finalmente se posó frente a los guardias, y de un grito ensordecedor, dijo.
- ELEMENTAL! BURST! -
¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMM!!!!!!!
El cuerpo de Los guardias salió colina abajo hacia los pastizales, derrotados, y librando la entrada y salida al Wangshu Inn; Sycamore rápidamente miró a los civiles, los cuales se quedaban pasmados ante la muestra de su poder.
- RÁPIDO! TODOS CORRAN! CORRAN! CORRAN! -
Su grito fue suficiente para que todos los civiles comenzaran a correr; algunos inclusive comenzaban a agradecer de su ayuda, rápidamente pasando por sus lados.
- NOS ACABA DE SALVAR! -
- EL?? PERO EL ERA UN VILLANO NO?! -
- NO VEZ LO QUE HIZO?! -
Sycamore levemente comenzó a pasar entre la gente, de nuevo adentrándose en el vestíbulo, intentando pasar entre las cantidades abismales de civiles intentando librarse del peligro. Tenía que volver adentro; estaba seguro que los Fatui dejaron más explosivos dentro, explosivos que podrían hacer venir la torre abajo.
- MI HIJO! MI HIJO! -
Sycamore volteó ante aquel grito desesperado de una mujer llorando; notando como una mujer intentaba pasar entre las cantidades abismales de gente en busca de su infante, pero era imposible, la fuerza de las olas era mayor a la de la mujer.
Sycamore gruño, y rápidamente hizo desaparecer su sombrero de nuevo, comenzando a volar en el aire sobrepasando a las personas corriendo; buscó con su mirada en todos los rincones, intentando encontrar a un infante solo que buscara a su madre.
Lo encontró, en el fondo hacia las escaleras, un niño cubriendo su rostro intentando no ser pisado por las olas de civiles que pasaban; Sycamore rápidamente voló hacia el, a una velocidad increíble.
El niño lloraba, cubriendo su rostro sintiendo los golpes accidentales de los despavoridos civiles corriendo hacia la salida; pero entonces sintió unos brazos posándose en el, y alzándolo en el aire.
El niño alzó su mirada rápidamente, notando como un hombre de pelo levemente largo y azulado, con ropas tradicionales de una región diferente lo tenía en el aire, volando.
El niño no pudo decir nada de la impresión, pero sus ojos brillando eran clara señal de que estaba demasiado impresionado; Sycamore rápidamente dirigió su vuelo hacia la desamparada madre que lloraba por su hijo.
La madre rápidamente sintió como Sycamore la tomó en el aire sin problemas; sorprendiéndola y asustándola a la vez. Sycamore rápidamente sacó a ambos por la salida, desviándose de la urba de gente que salía de la posada.
El chico rápidamente dejó en los pastizales a la madre, antes de lentamente entregarle a su hijo, a lo cual ella, en llanto, lo tomó en sus brazos, abrazándolo. - Mi hijo! Mi hijo!! -
Ella lloraba; Sycamore los vio un momento, por alguna razón sintiendo algo de nostalgia por algo que él nunca pudo experimentar, pero quizás no era el momento de sentir eso. Rápidamente emprendió vuelo de nuevo, dirigiéndose de nueva cuenta hacia la posada.
El niño vio a la madre un momento, antes de apuntar hacia donde se fue Sycamore.
- Era un superhéroe mamá?! -
Sycamore aterrizó en la entrada del Wangshu Inn; la gente que salía despavorida finalmente cesó, ahora teniendo un vestíbulo libre de civiles; pero no libre de amenazas, porque en cuanto puso un pie dentro, fue recibido por diferentes soldados Fatui saliendo de todos lados.
Vestíbulos, pasillos, puertas, escalones, de todos lados comenzaban a salir docenas de soldados listos para atacarlo; Sycamore se quedó en su lugar, viendo a las toneladas de Fatui básicamente rodeándolo evitando su ingreso al Wangshu Inn.
Lentamente se quedó estático; uno de los soldados dio un paso al frente, y alzó su mano. - Saben las órdenes... quítenle la Gnosis... y dejen el cuerpo en el lago... -
Sycamore gruño, antes de bajar lentamente su sombrero cubriendo sus ojos. - No quieren hacer esto... -
Ninguno lo escucho; todos simplemente empuñaron sus armas con más ímpetu, y con claras intenciones de embestir hacia el chico. Sycamore simplemente levantó sus manos, antes de susurrar.
- Solo digo... no quieren hacer enojar a la dama... - Sycamore lentamente miró por encima de los atacantes, y sonrió. - O mejor dicho... las damas... -
- De que carajos está hablando este hijo de-
¡CRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASHHHHHHH!!
El sonido estruendoso de la espada de Furina chocando contra la armadura de uno de los Fatui; de las flechas de Yelan chocando contra los atacantes y lo que sea que atacara Ningguang hacia los demás, fue la suficiente alarma para sonreír, y lanzarse el mismo a detener a la hermandad que se posaba frente a ellos.
Sycamore flotó en el aire unos segundos, dejando que un enorme vórtice negro de aire se generara debajo de sus pies; vórtice que depositó justamente en los Fatui, ocasionando una enorme explosión que sacó a todos volando por los aires.
Yelan; con su arco, aprovechó esto, sonriendo, rápidamente corrió, dejando que su visión brillara. Yelan se posó justo en medio de una tonelada de Fatuis, y sonriendo, susurró.
- Me preguntó que dirá el dado...? -
¡RAKATARAKATARAKATA!
Yelan fue rodeada por miles y miles de líneas formadas por sus flechas; sacando su arco en alto, y con sus flechas brillando, Yelan comenzó a atacar repetidamente a todos los Fatuis en su rango de alcance, con flechas y flechas saliendo de su arco que atacaban a los enemigos con fuerza.
Furina, sosteniendo su espada firmemente, corrió hacia una tonelada de Fatuis que estaban en fila lista para atacarla; pegando un enorme salto en el aire, con gracia, aterrizó y aplastó su delicada zapatilla en el rostro de uno de ellos, comenzando a saltar entre los Fatui con una sonrisa burlona, algunas veces golpeándolos con su espada.
Entonces Furina tomó impulso, pegando un enorme salto dejándola ver en una pose de estrella y elegancia que inclusive algunos enemigos tenían que admitir de su belleza. Furina abrió sus ojos levemente, y sonrió.
- Brilla en grande!! -
Furina dio varias vueltas en el aire, dejando que la Gnosis guardada en uno de sus bolsillos brillara; entonces los Fatui vieron como una enorme bolsa de agua se alzaba encima de ella, antes de caer estrepitosamente hacia ellos, algunos saltaron lejos, otros estaban en el radio de ataque, cayendo al suelo directamente.
Furina cayó lentamente hacia el suelo, sonriendo. - Jeje... -
¡CRASH!
Furina levemente dio un salto; escuchando detrás de ella el sonido de un cuerpo pesado cayendo contra el suelo de forma dura, rápidamente volteando notando como frente al cuerpo se encontraba Ningguang, alzando una roca brillante amarilla en sus manos que desapareció mientras presionaba con fuerza su puño.
- Asumiré que fueron todos... - Susurró Ningguang.
Yelan lentamente se levantó del suelo, sosteniendo su arco en su mano que inmediatamente se volvió brillo estelar, desapareciendo de este. Levemente volteó, para ver a Sycamore, quien sostenía su costado con algo de dificultades.
- Te encuentras bien, Sombrero...? - Preguntó Yelan, a lo que Sycamore la vio, solo para asentir.
- Nada que no me reponga con algo de cinta... - Gruño, antes de estirar su brazo. - Y dime Sycamore... estoy harto del Don Sombrero... -
Furina lentamente volteó hacia Sycamore, dirigiéndose a él rápidamente para abrazarlo con fuerza; Sycamore le devolvió aquel abrazo con algo de calma, suspirando de que al menos los hayan derrotado.
Ningguang los vio levemente, antes de toser de manera incómoda. - No es por interrumpir su momento, pero... - Ningguang colocó una expresión un poco más seria. - A lo último que supe de ustedes, eran fugitivos desertores de Fontaine y de Sumeru... -
Yelan levemente se colocó al lado de los dos chicos, suspirando. - Están bien, Ningguang... - Dijo la mujer con una expresión seria. - Nos ayudaron... -
- Por ahora... - Dijo la mujer mientras se cruzaba de brazos. - Pero no me gusta tomar riesgos... -
- Ningguang... - Yelan lentamente la tomó de su hombro. - Confía en mi esta vez... lo que sea que los medios han dicho, claramente está exagerado... - Lentamente apuntó al par de comprometidos, los cuales simplemente se mantenían cerca del uno y el otro, abrazados. - Son solo una pareja... -
Ningguang miró a Yelan, aquella mujer que pocas veces daría la cara por alguien de no ser por las razones necesarias, y esta vez podía ver que la cara que daba era una de honestidad y respeto. Ningguang simplemente cerró sus ojos con fuerza, suspirando.
*Bip*
*Bip*
*Bip*
*Bip*
Pero rápidamente los abrió cuando las luces de las armas de los Fatui comenzaron a parpadear intermitente en rojo; todos en el salón, conscientes, vieron como los Fatui en el suelo comenzaron a brillar en rojo intermitentemente.
Estaban apunto de explotar, y hacer que todo se viniera abajo.
Yelan no perdió tiempo; su visión brilló, y en un destello, rápidamente comenzó a envolver a los enemigos con su lazo, conectándolos uno por uno a tiempo récord, dejando que todos fueran amarrados por una línea delgada pero resistente.
Yelan, viendo que tenía a todos en su cuerda, comenzó a jalar, pero era demasiada fuerza para ella, y no los sacaría a tiempo; gruño, y gruño en desesperación, mientras se movía hacia la salida, no iba a ser suficiente tiempo para sacarlos de aquí.
Pero antes de que pudiera gritar, sintió como las manos de alguien le arrebataban el puñado de Fatui que tenía en sus manos brillando; y una enorme ventisca chocando contra su rostro. Yelan cubrió su rostro, antes de levantarlo y ver como aquel causante era Sycamore, quien tomó el puñado de kamikazes y comenzó a volar lejos de la posada, hacia el aire.
- SYCAMORE!! -
Grito Furina corriendo, pero rápidamente fue sostenida por Ningguang, la cual veía impresionada la hazaña del chico. Yelan vio, y vio con impresión como el cuerpo del chico cargaba con esfuerzo y fuerza en el aire al grupo de Fatuis unidos por su lazo.
Sycamore gruñía, intentando volar lo más rápido que podía para alejarse de la gente, civiles, del Wangshu inn, y de todos, para evitar que todos salieran lastimados. Nadie iba a morir, nadie merecía morir.
Sycamore grito, entonces llenó sus ojos de luz, y comenzó a dar vueltas con aquel grupo de Fatuis; su cuerpo comenzó a convertirse en una especie de vórtice de aire, antes de soltar un enorme grito y lanzarlos hacia más arriba, donde no pudieran lastimar a alguien.
Sycamore se quedó un momento mirando, escuchando el insesante chillido de la cuenta regresiva; entonces sus ojos se llenaron de un brillo naranjoso que envolvió todo el cielo.
¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!!!!
- NOOOOOO! NO! NO POR FAVOR! - Gritaba Furina mientras se movía insesantemente de las manos de Ningguang, la cual se quedó muda ante lo que vio.
Quizás Yelan tenía razón sobre los fugitivos, o quizás todo Teyvat estaba equivocado sobre ellos, porque acaba de ver como el chico sin pensarlo dos veces, se lanzó a salvarlos, a defender a la posada, y a defender a Liyue.
Yelan vio con shock como desde el cielo se veía una enorme explosión; su pecho subía y bajaba, y sentía ganas de soltar expresiones que jamás pensó en soltar. Lentamente bajo su rostro, negando, mientras miraba sus manos; no había sido lo suficientemente fuerte, y no había cumplido el propósito de su trabajo.
Furina lloraba con fuerza, mirando la gran bola de fuego que se alzaba en el aire; quería correr, gritar, y ver si Sycamore estaba bien, pero no había forma en la que pudiera hacerlo. Simplemente bajo su rostro con fuerza, cediendo, y dejándose caer ante Ningguang, la cual la envolvió en sus brazos.
Quema...
Yelan lentamente levantó su rostro, juraba que escuchó algo provenir del-
- Quema...! Quema! Quema! Me estoy quemándo! ME ESTOY QUEMANDO! -
Yelan vio en el cielo, y no pudo evitar sonreír aliviada por lo que vio; aunque su sonrisa no duró mucho al ver el estado del chico. Sycamore venía cayendo en caída libre envuelto en fuego, gritando molesto mientras intentaba extinguir las llamas en el.
Sycamore, harto, simplemente activó su visión, haciéndola brillar; entonces antes de tocar el suelo, detuvo su caída, haciendo que la presión y la fuerza del aire extinguieran las llamas, y lo comenzara a bajar lentamente.
Sycamore, suspirando, finalmente hizo que sus pies tocaran el suelo; eso había sido suficiente adrenalina por hoy, y el jamás se cansaba, pero hoy? Hoy simplemente queria pasar el resto del día junto a su esposa en una cama, dormido.
Lentamente hizo aparecer su sombrero de nuevo, y lo movió un poco, dejando ver un poco más su rostro; no notando que aterrizó cerca de los civiles, comenzó a escuchar sus susurros.
- El fugitivo nos salvó... -
- Los noticieros estaban mal... -
- El fugitivo nos salvó! -
- Vamos! Tipo del sombrero! -
- VAMOS CAMINANTES DEL AGUA Y DEL VIENTO! -
Sycamore lentamente comenzó a mirar a sus lados, notando a la multitud de gente rodeándolo, aplaudiéndole, apoyándolo, apoyándolos a él y a su esposa. No pudo evitar soltar una expresión de sorprendido, al ver a los civiles junto a él.
Su mirada se posó levemente en el niño que salvó, el cual estaba en los hombros de su madre; llevaba una enorme sonrisa dirigida a él, de agradecimiento. Sycamore lentamente bajó su mirada, con algo de sonrojo en sus mejillas; la veneración no estaba mal, pero no estaba acostumbrado.
- SYCAMORE! -
El grito de su esposa lo sacó de su vergüenza, alzando su mirada rápidamente, viendo como entre la multitud de gente, pasaba Furina con algo de rapidez; Sycamore sonrió, corriendo hacia ella.
- FURINA! -
Sycamore grito, intentando llegar a ella. Furina finalmente se libró de la cantidad de gente y-
Chu~
Nadie tardó ni un minuto en sacar sus propios dagerroripos y cámaras del milenio; comenzando a documentar como frente a ellos se presenció uno de los besos más profundos y sinceros que pudieron presenciar en sus vidas.
Sycamore y Furina, la pareja, los héroes, los rebeldes.
Los caminantes del agua y del viento.
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