Hasta que nos Veamos Otra Vez...
We'll meet again...
Don't know where...
Don't know when...
But I know we'll meet again...
Some sunny day...
Columbina levemente levantó en sus manos un arrugado papel que estaba en una pila de papeles igualmente arrugados, algunos destrozados, pero todos tenían en una escritura casi perfecta las palabras:
"No olvides"
Levemente sonrió a su manuscrito, mientras el fuego comenzaba a abrazarla desde la fogata frente a ella; aquellos manuscritos en cada hoja tenían un pequeño detalle de un sombrero particular junto con la figura de un pequeño símbolo de la máscara de comedia a su lado.
Columbina levemente sonrió. - Scaramuccia... - Susurró.
Entonces Columbina lanzó el papel hacia el fuego, comenzando a quemarse dejando que el sombrero dibujado se volviera nada más que cenizas; Columbina levemente cerró sus ojos de nueva cuenta.
El sentimiento de recordarlo, forzarse a recordarlo porque Arlechinno los obligó a recordarlo, era doloroso, pero era liberador de alguna forma; inclusive si lo quería de vuelta, Columbina bien sabía que Scaramouche había muerto.
Sabía que Scaramouche dejó de existir.
¡Creeeeeeeeeeeeeek!
- Tenemos un problema... -
Columbina levemente colocó sus manos en frente de ella; movió su cuerpo de manera lenta y calmada como si ese problema no fuera nada para ella; su rostro pronto se encontró con un ser mayor que ella en altura, cubierto por una enorme máscara Fatui, y con un cabello azulado amarrado en una coleta detrás de su enorme y bello traje de sastrería de lujo.
Columbina levemente sonrió al verlo. - Tienes... es la palabra que deberías usar... -
El hombre levemente camino hacia la habitación. - No juego, Columbina... ellos robaron las Gnosis... -
Columbina simplemente levantó su rostro hacia el, manteniendo su sonrisa; levemente con calma murmuró. - Cuando Arlechinno nos obligó a recordarlo... sabías bien que un día se encontrarían... -
- Estas de su lado...? -
- Estoy diciendo... que esta disputa es solo tuya... - Columbina levemente le dio la espalda al Doctor, mientras sonreía ante el fuego. - Ve y acábala... o que ella acabe contigo... Dottore... -
Dottore levemente miró a Columbina; levemente tomó la madera de la puerta con fuerza, respirando fuertemente por su nariz. Columbina no pudo evitar soltar una calmada risa de su ser.
- Es eso miedo lo que percibo, Dottore...? - Levemente Columbina miró por detrás de su espalda hacia el Doctor. - Miedo de que el peor de tus pecados venga a reclamar su revancha...? -
- Alzas tu voz ante tu superior... -
Columbina no mencionó más, simplemente se quedó mirando ante el fuego mientras Dottore se quedaba detrás de él; Dottore gruño. - Soy el segundo heraldo de los Fatui... -
Columbina sonrió; en su mente sonando la misma canción una y otra vez; susurró.
- Y el fue un Dios... -
We'll meet again!
Don't know where!
Don't know when!
But I know we'll meet again!
Some Sunny day!
Wanderers of the Water and the Wind presenta:
Hasta que nos Veamos Otra Vez...
Canción de referencia: We'll Meet Again (VERA LYNN)
¡CRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!!
El cuerpo de un grupo de soldados desperdigados y derrotados atravesó con fuerza una de las paredes que cubrían uno de los pasillos del enorme castillo en donde se encontraban; de aquel agujero comenzaron a emerger Sycamore y Furina, Los cuales se miraron entre sí para así correr por el enorme pasillo que los rodeaba.
- Crei que el plan era ir sin que nos vieran!! - Grito Furina mientras corría al lado de Sycamore, con este con su sombrero de nuevo en su cabeza.
- Bueno el plan no funcionó! - Respondió Sycamore. - Es hora del Plan B! - Grito.
Furina, confundida y agitada, miro como frente a ellos comenzaban a agruparse un grupo de solados listos para atacarlos; preocupada, hablo. - Y cual es el Plan B!? -
Sycamore gruño; haciendo sus ojos brillar en alto mientras su sombrero desaparecía en un destello azul; Sycamore comenzó a generar vórtices de aire entre sus dedos, deteniéndose en seco para dar una enorme vuelta sobre sí mismo, lanzando aquellos vórtices hacia los soldados.
- WIND RISES! -
¡SLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!
Los cuerpos de Los soldados salieron expulsados hacia el techo donde los recibió un frío concreto en el que chocaron fuertemente, cayendo al suelo inconscientes o con algunos huesos rotos.
Sycamore cayó al suelo; sus heridas y sus resquebrajaduras en su cuerpo comenzaban a dolerle, más de lo que el sentía que debería, pero tenía que seguir, o todo iría en vano.
Levemente se levantó, limpiando algo de su mejilla. - El Plan B es derrumbarlo todo... -
Levemente miró a Furina, la cual no entendía nada de lo que le había dicho; Sycamore rápidamente se acercó a ella, tomándolo del hombro. - Escucha, hay una caldera en el sótano del castillo que el Doctor utilizaba para sus experimentos. Si llegamos a ella y la sobrecalentamos, todo el lugar estallará. -
Furina alzó sus ojos de par en par, sosteniendo su espada entre sus manos. - Y-Y cómo saldremos? -
- La caldera tardará en calentarse, debería de darnos suficiente tiempo para llegar hacia el punto de transporte que está en la entrada del castillo... - Levemente el chico se movió hacia una de las paredes, en donde había una palanca rústica que parecía más vieja que toda la tecnología del lugar. - Ya no quiero más muertes en mis hombros, ni quiero que tengas muertes en los tuyos... -
Sycamore entonces tomó la palanca, bajándola; Furina impresionada escuchó como una enorme alarma comenzaba a sonar entre todo el castillo; una vieja alarma rústica que puso en alerta a todos los residentes del lugar.
- E-Eh...? - Susurró Furina, a lo que Sycamore la tomó de su mano.
- Odio a los Fatui... con mi vida, me hicieron daño, demasiado, mas del que podría o quisiera recordar... - Levemente levantó la mano de la mujer, para así cerrar sus ojos con fuerza. - Pero no soy quien decide la muerte de las personas... ya no mas... - Levemente acercó a Furina a él, pegando sus frentes juntas. - Eso fue lo que tú me enseñaste... -
Furina vio impresionada a su esposo, el hombre con el que se casó; sabía que anteriormente en algún punto de su vida Sycamore no habría dudado en dejar que estos idiotas murieran, y ella entendía bien porque ella también quisiera verlos quemarse en sus pecados.
Pero Furina era la Diosa de la justicia, y sabía bien que algo de ella se había llevado Sycamore a su ser; levemente sonrió, asintiendo.
- Estoy orgullosa de ti... - Susurró Furina con una sonrisa, a lo que este asintió con calma.
- Lo sé... - Dijo con un tono de leve burla, para así comenzar a correr junto a su esposa hacia el final del pasillo.
En cuanto entraron al salón, fueron recibidos por hordas y hordas de soldados que corrían desperdigados hacia sus lugares de evacuación, ninguno lo suficientemente atento para prestarles atención a los fugitivos.
Furina y Sycamore se miraron entre sí para hacer un movimiento con su cabeza mutuo, y así correr hacia el costado del salón hacia una puerta de metal enroscada en varios tornillos rudimentarios que llevaba a los sótanos del castillo.
- Ahí! Es ahí! - Gritó Sycamore mientras apuntaba a-
¡SMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!
. . .
Sus oídos zumbaban, y no estaba del todo seguro de sí su cuerpo respondía de buena manera a sus órdenes; un balbuceo lejano era lo único que llegaba a su propia mente mientras sus ojos intentaban dispersar toda la neblina que se había causado entre ellos.
Sycamore levemente levantó su mandíbula del suelo, del frío concreto que cubría el piso del castillo; levemente en un reflejo de un charco de agua frente a él noto como ahora su mejilla estaba mas rota que antes, llegando a resquebrajarse hasta la parte alta de su cráneo.
- SYCAMORE! -
No, el no iba a caer, no así de fácil luego de escuchar el grito de su esposa hacia el; en cuanto levantó la mirada, sin embargo, el estruendoso sonido de una bota cayendo hacia el charco de agua frente a él llenó sus oídos.
Aquella bota era de un material diferente al cuero, resistente, aerodinámico, y perfecto; Sycamore levemente achicó sus ojos al ver aquella bota, de donde la reconocía?
Entonces su mirada subió hasta la pierna, llegando a su cuerpo, y finalmente no pudo subir mas; una mano se posó en su cuello, levantándolo con una facilidad increíble que hizo que todos sus sentidos se reanimarán en alto luego de aquel movimiento.
Sycamore sabía, que en algún momento de su vida el iba a tener que enfrentar demonios de su pasado, sabía que en algún momento esos demonios lo encontrarían de alguna manera u otra; el esperaba que estuviera listo para hacerlo.
El no estaba listo para enfrentar al peor de sus demonios.
- Que gusto verte de nuevo, marioneta! -
¡SMAAAAAAAAAAAAAAAAAAACK!
Dottore, El Doctor, el Segundo Heraldo de los Fatui, propino un cabezazo como nunca en su vida había dado contra la frente de Sycamore, lanzándolo hacia el suelo de nueva cuenta con dolor, mientras este caia de espaldas.
Sycamore levemente se dio la vuelta, mirando hacia su panorama; Furina lloraba, mientras corría hacia el con su espada en mano. Sycamore sintió su corazón, si tuviera, o tal vez si lo tenía? Sintió algo detenerse en el, algo que le causó miedo, miedo de que Dottore, el hombre que lo torturo en su vida pasada, le hiciera algo peor a Furina solo por verlo sufrir a él.
Sycamore rápidamente generó una ráfaga de aire que lanzó a Furina, lanzándola lejos del peligro; Furina gritó, antes de quejarse, desde el suelo, Sycamore gritó mientras posaba sus codos contra el concreto. - Furina...! Corre! CORRE! -
Furina simplemente se quedó viendo al chico en el suelo; pedazos de material de su mejilla comenzaban a caer de su rostro, y su mirada denotaba dolor. Sycamore simplemente la vio, para cerrar sus ojos, y asentir.
- Ve Furina... enciéndelo... -
Furina presionó sus dientes; no quería dejarlo solo ahí, no contra aquella bestia disfrazada de hombre común, pero sabía que no había oportunidad de que Sycamore la dejara acercarse a ellos.
Furina simplemente corrió, levantándose con trabajos, hacia la puerta a la que se dirigían; Sycamore no pudo evitar soltar un suspiro de alivio, viéndola alejarse.
Entonces la risa del doctor inundó sus odios de nuevo. - Conmovedor... enserio conmovedor... -
¡SMACK!
Dottore dio una patada hacia el estómago de Sycamore, dando directamente en la heridas que tenía desde el incidente del Wangshu Inn; Sycamore gritó, mientras se sostenía con fuerza.
- Debo decir que pocas cosas me impresionan como tú lo has hecho, Marioneta... - Dottore tomó del cuello nuevamente a Sycamore, levantándolo del suelo mientras Sycamore se sostenía de su brazo. - Cuando Arlechinno nos obligó a recordarte por sus medios, no lo creí, pero era cierto... un ser que se borró del Irminsul... y que renació... -
Sycamore gruño, mientras intentaba gritar y decirle todo lo que podría decirle al hijo de puta frente a él, pero no podía, enserio que no podía. Dottore rio mientras presionaba con mas fuerza su brazo.
- Voy a disfrutar diseccionarte hasta el último de tus detalles... -
- V-V... -
Dottore rio, para así acercar al chico a su rostro. - Que dices, Marioneta? -
Sycamore gruño, para así levemente un brillo se esparciera sobre sus ojos. - V-Vete al diablo... -
Entonces Sycamore levantó su puño; Dottore pudo notar como una enorme cantidad de energía comenzaba a llenarse en sus tendones. Ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar cuando Sycamore soltó un enorme puñetazo lleno de energía anemo directo en el rostro de Dottore, sacándolo no muy lejos, con sus pies raspando el piso.
Sycamore cayó en el suelo, con su visión brillando en alto mientras sus dientes rasgaban entre sí; Levemente levantó su rostro, dejando ver una mirada de puro odio, y rabia.
Dottore lo vio, para así reír, y sacar el mismo una espada de su ser, una espada resplandeciente que venía de su misma muñeca. - Esa rabia en ti... la usarás como tu herramienta...? -
Sycamore no dijo nada, no le diría nada; antes quizás lo hubiera dicho, dicho todo sobre el odio que tenía hacia él, pero hoy? Hoy solo quería dejarle en claro con sus mismas manos como es que el se sentía.
Sycamore hizo su sombrero resplandecer en alto mientras sus ojos brillaban en fuerza descomunal; su sombrero desapareció, y una silueta de energía simulando una campana apareció detrás de él.
Dottore sonrió, mientras alzaba su espada a su rostro.
- Que sea un duelo entonces... -
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