Hacia Inazuma

- Baja con cuidado, si...? Extiende tus alas y deja que el aire haga su trabajo... -

- Así...? -

- Exacto... -

Los pies de Sycamore levemente comenzaron a tocar y hacer contacto con el pasto y la tierra que había en el suelo. Sycamore levemente dejó que sus alas se replegaran en su espalda, alzando su mano hacia Furina, tomándola lentamente de su palma para que esta bajara con sumo cuidado, como si de una princesa se tratase.

Furina agitó sus pies levemente, retrayendo sus alas y cayendo en el pasto junto al chico, inclinándose levemente antes de subir de nuevo, alzando sus brazos. Sycamore rápidamente la sostuvo en sus brazos para levantarla.

- Estas bien...? - Preguntó el chico; Furina asintió fuertemente.

- Estoy bien... estoy bien... - Dijo la chica mientras suspiraba levemente.

Sycamore la vio un momento, notando como parecía estar más agitada de lo normal; levemente miró de dónde venían sosteniendo su sombrero, antes de suspirar.

- Y sobre lo que ocurrió... estás bien...? -

Furina lo miró levemente, dejando que algunos de sus cabellos cayeran hacia su rostro. Levemente negó mientras suspiraba y bajaba su mirada, abrazándose a sí mismo mientras apretaba sus nudillos.

- Estaba dispuesta a dispararte... porque no nos creyeron...? - Sycamore se removió levemente. No estaba del todo acostumbrado a que alguien mostrara esa clase de preocupación por el, pero no por eso no la sentía bienvenida.

El chico sostuvo su sombrero, antes de cerrar sus ojos. - Es... muy pronto para sacar conjeturas... es mejor que nos pongamos en marcha... -

Furina levemente achicó sus ojos mientras mantenía su mirada perdida en el suelo. - Ell-Ellos creen que me secuestraste... ah-ahora somos fugitivos... -

Furina entonces volteó hacia el chico, conectando sus miradas con el levemente mientras sentía su temblar en su columna. - Porque... estás dispuesto a esto...? A que la gente te odie...? Por mi...? -

Sycamore no pudo evitar el preguntarse lo mismo, y es que apenas cuando Furina mencionó eso fue que vino a su mente su realidad. Fontaine ahora lo tenía como enemigo número uno por haber "raptado" a su Arconte, y posiblemente las demás naciones comenzarán a ponerse en marcha.

El chico bajo levemente la cabeza, mientras alzaba sus hombros levemente. - En Sumeru... una de las cosas que aprendes es que... el hacer lo correcto no siempre va a ser sencillo... -

Furina levemente levantó su mirada dejando que sus ojos fueran visibles por sus cabellos. El chico levemente conectó sus pupilas con las de ella, antes de acercarse levemente y hablar.

- No vine aquí porque creí que sería sencillo, o porque creí que esto iba a traerme fama, o que todos me amarán... - El chico levemente bajo su mirada, suspirando. - Crei... que si lo hacía, podría redimir... mi vida... -

Furina alzó sus párpados levemente mientras el chico se mantenía en su estado estático. Era la primera vez desde su viaje que el Caminante se abría de esa manera con ella, y es que realmente, Furina no conocía nada del caminante, nada más que su nombre, que era una marioneta, y solo eso.

Furina entonces bajo su rostro, y apretó su agarre en su ropa mientras cerraba sus ojos con fuerza. - Buscas paz... P-Porque crees que te la puedo otorgar...? -

El chico levemente levantó su mirada, antes de suspirar y alzar su hombro, tomando su mochila con un poco de fuerza. - No creo que esto me dé paz... al menos a este punto, ese ya no parece ser el camino por el cual inicie... -

- Y... cual es ese camino...? - Sycamore apretó su agarre, mirando levemente el horizonte lleno de árboles que los rodeaban enteramente.

Antes de contestar, levemente bajo su rostro hacia sus pies y movió sus dedos levemente como si esperara que estos le dieran su respuesta. Suspirando, habló. - Ahora mismo... mostrarte el mundo real... la mierda que es y el cómo enfrentarlo... y así puedas salvar a Fontaine... -

Furina sintió sus párpados levemente achicarse, notando como el chico se movió justo enfrente de ella mientras su mirada se mantenía llena de seriedad y algo de empatía. Furina retrocedió levemente mientras Sycamore la miraba.

- Estas en un mundo nuevo, que no conoces, y del que no tienes idea del cómo funciona, por mi... - Sycamore apretó levemente sus nudillos antes de hablar. - Entonces es mi responsabilidad mantenerte a salvo... -

Furina mantuvo su mirada conectada con la de él, con sus párpados brillando levemente con la amenaza de soltar algunas lágrimas traicioneras que no quería que salieran; ella era una arconte, alguien en la que su pueblo confía, pueblo que ahora estaba bajo amenaza de morir por una injusticia.

A menos que pudieran evitarlo; Furina festejó sus ojos con fuerza para evitar que las lágrimas cayeran, y asintió con una sonrisa.

- Entonces vamos... Sycamore... -

Sycamore le sonrió levemente, mientras asentía. - No llores. -

- N-No iba a hacerlo... - Dijo Furina rápidamente mientras comenzaba a limpiar sus lágrimas.

- Ajá... - Dijo el chico para así comenzar a caminar en conjunto de Furina. - Ahora... hacia donde hay que ir...? -

Furina levemente sacó la Gnosis, ahora con dos piezas enteras, y dos piezas faltantes. La Gbosis brilló en una dirección . - Hacia el... sur! -

Sycamore levemente achicó sus ojos, y bajo sus brazos. Parpadeo un poco antes de sacar el mapa de su bolso y comenzar a ver su ubicación, y su destino. Entonces cuando vio hacia donde se dirigía la línea trazada por el, no pudo evitar soltar un suspiro de irritación.

- Si... por qué no...? - Susurró Sycamore soltando un gruñido de desapego.

Furina levemente parpadeo colocando su mano en su barbilla. - T-Todo bien...? Hacia dónde vamos...? -

- Al peor lugar en Teyvat... - Susurró Sycamore suspirando, y guardando su mapa.

- Vamos a Inazuma... -

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

14 HORAS DESPUÉS

CORTE DE FONTAINE

- Un muchacho con sombrero, dices...? -

Clorinde levemente alzó su mirada con algo de ímpetu, sintiendo la fría mirada del gran juez de Fontaine clavándose en lo más profundo de su ser. Clorinde simplemente atinó a asentir, mientras guardaba levemente su arma en su bolsillo, y suspiraba.

- Furina... parecía estar dispuesta a... a que el chico se la llevara... - Clorinde explicó mientras bajaba su rostro levemente.

- Crees que está implicada en esto entonces...? - Dijo el juez de Fontaine mientras apretaba sus nudillos.

- Creo que está siendo manipulada... - Dijo Clorinde con una mirada dura. - Furina habló de que la Gnosis podría detener el diluvio de la nación... pero temo que esto solo sea un plan de aquel chico para obtenerla... -

Neuvillette levemente acercó sus manos a su rostro y presionó con fuerza sus nudillos, levemente cerró sus ojos, antes de hablar. - Porque cree eso, señorita Clorinde...? -

- Porque yo sé lo conté... -

Neuvillette abrió sus ojos levemente ante la llegada de una nueva voz que alzó en todo su esplendor en la oficina. Levemente notó como desde la puerta comenzaba a entrar una mujer, con ropajes distintos a los que veía en su nación, bastante finos y formales de colores blancos y grises, y un poco de rojo.

Los tacones resonaban por el cuarto, y se acercaban con calma hacia el escritorio en donde Neuvillette residía. La mujer levemente se detuvo al lado de Clorinde, y con una mirada estoica, miró al juez.

- E sabido del chico desde lo más cerca... y se que hace ya un tiempo lejano intentó lo mismo... - La mujer levemente sonrió mientras colocaba su mano en su barbilla. - Y no quisiera que eso se repitiera... porque Furina no es alguien que esté en las mejores condiciones mentales para poder decirle que no a alguien que perjura poder detener la profecía... -

Neuvillette achicó sus ojos levemente. - Furina no es ingenua... -

- Todos los somos en tiempos de crisis... - Dijo la mujer mientras miraba con sus ojos inyectados en rojo al juez. - Inclusive la arconte de Fontaine puede ceder ante el miedo... -

Neuvillette levemente volteó a Clorinde con una mirada estoica. - Quien es esta mujer, Clorinde? -

Antes de que Clorinde pudiera mencionar algo, la mujer se presentó formalmente. - Puede llamarme Arlechinno, su señoría... Soy la Cuarta Heralds de los Fatui... -

Neuvillette levemente presionó con más fuerzas sus nudillos. - Los Fatui no son un buen preludio para su presentación, señorita Arlecchino... -

- No esperamos que lo sea, su señoría... - Levemente Arlechinno se inclinó ante el escritorio. - Nosotros demostramos con acciones, no con palabras... -

Neuvillette levemente miró a la mujer, antes de suspirar, y bajar su rostro. - Sabe quién es el chico...? -

- Se lo que a hecho... - Dijo la mujer mientras volvía a colocarse en recto y miraba hacia abajo ante el juez. - Paso desapercibido ante Teyvat... - Mentía. - Pero ya a intentado robar una Gnosis... -

- Y triunfó...? - Arlecchino levemente sonrió.

- No... porque no le dimos oportunidad de hacerlo... - Mentía de nuevo, antes de levemente subir sus brazos y cruzarlos. - La Diosa de la Sabiduría puede confirmarlo si gusta... después de todo, ella trató de enmendarlo en el buen camino... curiosamente, su protegido desapareció al mismo tiempo en que todo esto ocurre... -

Neuvillette levemente apretó sus puños de nuevo en su mismo, antes de bajar sus brazos y torcer su mirada hacia atrás. Esto comenzaba a ponerlo entre la espada y la pared; sabía que Furina podía ser ingenua, pero confiar en un tipo que no conoce, y que proclama saber cómo detener la profecía? Furina no podía hacer eso sin una buena razón.

Clorinde levemente tosió, mientras miraba al juez. - Además de eso... - Agregó. - Furina mencionó que ella y el se adentraron en lo más profundo del Mar Primordial... y obtuvieron una pieza de la Gnosis hydro... -

- Todo parece estarle yendo por el camino que quiere el señor del sombrero, no cree...? - Arlecchino agregó. - Una Diosa vulnerable, una Gnosis rota, y ahora enfrentándose ante la guardia real de Fontaine y una caballera de los Favonius... -

Neuvillette comenzaba a perder los estribillos, pero no podía ser notado por ambas mujeres en la habitación; levemente el hombre se alzó en su asiento, y miró a la heraldo. - Podría darme unos minutos con la señorita Clorinde, por favor...? -

Arlecchino, cordialmente, asintió. - Desde luego, su señoría... -

La mujer levemente miró a la guardia, antes de sonreírle levemente y comenzar a caminar hacia la salida, donde cerró la puerta, dándoles entera privacidad a ambos. Neuvillette levemente se reposó en su asiento, antes de hablar.

- Clorinde... - La mujer levemente volteó. - Quiero... que contactes a los representantes de cada nación... -

Clorinde alzó sus ojos levemente. Antes de preguntar, Neuvillette cerró sus ojos.

- Estamos ante un caso de secuestro y manipulación a la arconte real de Fontaine... y no tomaremos riesgos... - Neuvillette levemente se puso de pie, intimidando levemente a Clorinde quien retrocedió levemente. - Desde este preciso momento, decretó que cada nación tiene vía libre a detenerlo... - Neuvillette alzó su brazo levemente. - Que todo Teyvat lo tenga como prioridad número uno... -

Clorinde se quedó un momento pasmada, antes de asentir, y colocar su mano en su pecho. - Si señor... - Clorinde dijo, mientras comenzaba a alejarse de la oficina del juez real de Fontaine.

Neuvillette levemente miró por donde Clorinde se retiraba, y suspiró pesadamente antes de mirar hacia el gran ventanal detrás de él. No estaba del todo seguro si confiar en una heraldo de los Fatui era la mejor idea que podía presentarse, pero ahora mismo, no tenía más opciones.

El hombre del sombrero ahora era un Fugitivo, no de Fontaine, sino de Teyvat.

La pregunta era, Por qué?

Por qué un chico de Sumeru querría arriesgar su vida, de aquella manera, secuestrando a la arconte y llevándosela lejos?

Y por qué Furina parecía que no quería ser encontrada?

...

I wish I knew you wanted me!
I wish I Knew!

I wish I knew you wanted me!
I wish I knew!

I wish I knew you wanted me!
What to do?

Oh, what you do?
Made a move!

Couldn't make a move!
If I knew!

I be with you!

- Y... como... cruzamos...? -

Fue lo único que vino de la boca de Furina mientras miraba con dos ojos d exponer y una mirada consternada como para llegar a Inazuma necesitaban más que caminar, no, necesitaban pasar por el enorme mar que separaba a las tierras de Mondstadt hacia la nación electro.

Sycamore tomó el puente de su nariz mientras gruñía; había olvidado el pequeño GRAN detalle de que Inazuma estaba a kilómetros de donde ellos estaban posicionados originalmente.

Retrocedió mientras gruñía. - Carajo... a quien mierda se le ocurre poner su nación tan alejado de todo...? -

Furina levemente miró con algo de ímpetu el mar, parecía más cristalino que el mar de Fontaine y eso era decir bastante para ella. No pudo evitar el sentirse levemente atraída por aquellas aguas que parecían tan claras y a su vez tan hermosas en sus ojos.

Levemente se agachó, sin escuchar los constantes quejidos y leves ideas que Sycamore detrás de ella intentaba congeniar buscando una forma de cruzar. Furina se agachó a la altura del mar, y levemente estiró su mano para intentar tocar el agua.

Sycamore, con la espalda dándole vista a Furina, gruñía mientras alzaba su rostro. - Quizás podamos robar un barco... escuché de una pirata que aún hace viajes a Inazuma de vez en cuando... - Levemente el chico colocó su mano en su barbilla. - O quizás solo tengamos que pedirles que nos lleven. El del clan de los Kaedehara seguirá trabajando con ella? Sería hipócrita de mi parte pedirle algo pero viendo la situación en la que nos encontramos yo creo que-

- Sycamore! Sycamore! Mira! -

El Chico reaccionó rápidamente, volteando hacia sus espaldas pensando que Furina pudo haber entrado en algún peligro mayor que ella que pudiera lastimarla. Grande fue su shock al ver que era todo lo contrario, Furina estaba fuera de peligro, pero lo más extraño es que ella DEBERÍA de estar en peligro, considerando que sus pies estaban tocando la superficie del agua como si fuera suelo liso.

Sycamore levemente se acercó, con lentitud y un rostro confundido, antes de levantar su mano y apuntar a sus pies. - Caminas... en el agua... -

Furina asintió con una enorme sonrisa. - Si! No es genial?! Yo tampoco sabía! -

Sycamore levemente alzó su rostro aún más confundido, balbuceando palabras sin sentido antes de congeniar una pregunta. - Eh... como carajo...? -

Furina alzó su rostro con una enorme sonrisa. - C-Creo que es la Gnosis! Mientras más juntemos las piezas! Más podré acceder a su poder! Y mira! Ahora puedo caminar en el agua! -

Furina dio unos pequeños saltos tal cual niña pequeña aprendiendo algo nuevo en su día. Sycamore simplemente se le quedó mirando con un rostro confundido que no salía de él, antes de suspirar y tomar su sombrero levemente.

- Supongo que eso tiene el suficiente sentido... - Dijo simplemente mientras ladeaba su cabeza. - Y... como se supone que pasé yo si tú ya puedes hacerlo...? -

Furina lo miró levemente, antes de reír con algo de burla y osadía. Sycamore torció su rostro levemente con una mirada desconfiada. - Y esa sonrisita que o qué...? -

An old cowboy
Went riding

Out one dark
And windy day...

Upon a ridge
He rested

As he went along
His way...

When all at once
A might herd of red

Eyed cows
He saw...

A-Plowing
Trough the ragged sky...

And up the cloudy draw...

- Sostenme bien para que no caigas, Sy-ca-more~ -

Sycamore gruño ante la burla de Furina, la cual simplemente lo veía con gracia y algo de coqueteo mientras caminaban por el agua; el chico sostenía con algo de leve fuerza la mano de Furina, permitiéndole a él de alguna manera poder caminar junto a ella en el agua.

Sycamore bajo su rostro, con sus mejillas totalmente rojas y una expresión de total vergüenza y rabia.

"Yo fui un Dios..." Fue lo que se dijo Sycamore en su mente mientras Furina sostenía su mano con calma, caminando por el agua hacia Inazuma.

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