El Juicio de la Eternidad
¡RAKATA!
¡RAKATA!
Las cadenas lentamente comenzaban a bajar por los orificios hechos en el suelo; empujando sus manos hacia la madera fina que había debajo de ella, Furina cayó de rodillas ante el enorme postrado de los enjuiciados, con sus manos envueltas en cadenas que la mantenían inmóvil en el suelo.
Furina lentamente levantó su rostro; lleno de lágrimas en sus ojos, vio como frente a ella en los asientos viéndola directamente en su peor estado, se encontraba no solo gente de Fontaine, sino de todo Teyvat; personas que conoció en su viaje de una manera mala, los arcontes postrados en el estrado superior, la viajera y sus compañeros, estaban todos mirándola, esperando su juicio.
Furina intentó retroceder, pero las cadenas jalaron con más fuerza, haciéndola caer al suelo de nuevo; entonces un bastón chocando contra el suelo resonó por todo el lugar; Furina levemente levantó su mirada con sus cabellos cubriendo el dolor de su rostro, mirando como postrado en su silla, con su bastón en mano, Neuvillette llamaba la atención de todos los involucrados en el juicio.
- Su atención! Les pido su atención! - Neuvillette llamó mientras alzaba su mano; todos rápidamente miraron hacia el soberano de Fontaine. - Damos inicio al juicio con la Desertora de Fontaine, Furina! -
Furina no pudo evitar cerrar sus ojos con fuerza luego de escuchar su nombre siendo dicho con tal reverberación; sonaba mal, sonaba ético, y sonaba terrible. Furina levemente levantó su rostro de nuevo con las cadenas cada vez jalándola aún mas hacia el suelo.
Furina resopló, con sus lágrimas cayendo ante la madera, enserio así es como debía terminar? Con la ironía de ser la culpada en un juicio? Furina cerró sus ojos con fuerza, no quería ver a nadie, a nadie más que a su esposo, el cual ya ni siquiera podía saber si seguía vivo o no.
- ESPEREN! -
Furina levantó su rostro rápidamente ante el grito ensordecedor de alguien desde las entradas de la Ópera; Neuvillette abrió sus ojos en leve shock al ver que se trataba de un soldado directo desde los calabozos... excepto que el soldado se encontraba con una flecha clavada en su pecho y un ojo con sangre cayendo en el suelo.
Todos soltaron sus propias reacciones al ver al soldado; la viajera levemente retrocedió al verlo tan demacrado, esto era obra de Sycamore? Estaba dispuesto a llegar tan lejos para lastimar de tal manera a alguien? Lumine levemente miró a Paimon, la cual simplemente sumió sus hombros en respuesta a su mirada.
- E-ESCAPARON... - El hombre caminaba, pero cayó al suelo al intentarlo; rápidamente Xiao se acercó a auxiliarlo, tomándolo de su hombro para intentar levantarlo. - EL... DEL SOMBRERO... VIENE PARA ACÁ... LIBERO A LAS DEMÁS PRISIONERAS...! -
Furina alzó su rostro, entonces Sycamore estaba vivo, y estaba luchando por ella? Cerró sus ojos con fuerza, dejando que más lágrimas salieran; su esposo venía por ella, y no dejaría que nada le pasara.
Neuvillette colocó una expresión más profunda, antes de alzar su mano hacia el estrado. - Viajera... le pido un último favor... - Desde su asiento, Lumine alzó sus ojos, viendo al soberano de Fontaine mirar ante el público con molestia clara en sus ojos. - Llévese a sus amigos... y detengan a los fugitivos... -
Lumine mantuvo su mirada fija, antes de cerrar sus ojos y asentir; detener a Sycamore y a las prisioneras era su prioridad ahora. Rápidamente miró a Xiao, Tighnari y Cyno, los cuales simplemente asintieron como respuesta.
Lumine comenzó a correr en conjunto de su recién creado equipo, corriendo hacia la salida mientras eran vistos por las demás personas dentro de la ópera.
Desde el estrado, Venti levemente sonrió, mientras sus manos eran apegadas a sus mejillas; levemente miró a Zhongli a su lado, el cual se mantenía con sus ojos cerrados, conflictuado.
Venti rio, para así alzar su mano hacia el arconte Geo, y palmear su brazo. - Acompáñame, Morax -
Zhongli levemente abrió sus ojos, viendo como el arconte anemo caminaba hacia la salida de los estrados superiores. - Que ocurre, Venti? -
Venti suspiró, con una sonrisa, mientras colocaba sus manos detrás de él. - Hay trabajo que hacer. -
Wanderers of the Water and the Wind presenta:
El Juicio de la Eternidad (PARTE 2)
¡SLASH!
¡KATRAPOOM!
- La lluvia se pone peor! Que ocurre?! - Layla cubría sus orejas con su capucha mientras escuchaba los relámpagos cayendo sobre los techos de los hogares de Fontaine y los ciudadanos corriendo de un lado a otro.
Sycamore cayó contra el suelo, con Nahida aún en su cuello sosteniéndose desde su espalda; el chico levemente cubrió a su madre con su propia capa que estaba levemente destrozada. - Es la profecía! Está iniciando! -
Sycamore levemente bajo con cuidado a Nahida de su cuello; la arconte dendro solo pudo ver en horror como la gente de Fontaine salía despavorida de sus hogares, intentando buscar un refugio, o alejarse lo más que podían de la amenaza del gran ciclón que se avecinaba.
Ningguang levemente gruño, colocándose al lado del chico. - Se nos está acabando el tiempo, tenemos que llevarte ahora hacia la ópera... -
Sycamore asintió, pero en cuanto iba a usar su ahora Gnosis para volar lejos-
¡RKTASHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
- AGH! - El cuerpo de Sycamore comenzó a deformarse como si de un glitch se tratase; su cuerpo se deformó entre miles de partículas, por un momento Sycamore tuvo la vestimenta de Scaramouche, y en un parpadeo tenía su túnica de Tatarasuna, solo para caer contra el suelo con su ropa destruida de Sumeru.
Yelan rápidamente se acercó, levantándolo del suelo con rapidez. - Sycamore! Que carajos fue eso?! -
Nahida rápidamente lo tomó de su brazo; el chico tenía una expresión de dolor, mientras sostenía su pecho con fuerza y juntaba sus dientes con desdén. Nahida habló, viéndolo con miedo. - E-Es la Gnosis! Tu cuerpo está demasiado destruido para soportarla! -
Layla rápidamente lo tomó de su espalda. - Sycamore! Retírala! Retira la Gnosis! -
- No! - Sycamore dijo en un gruñido; con una fuerza que logró destrozar levemente el concreto, hizo que su pie hecho enteramente de aire reapareciera. Levantó su rostro con seriedad, destrozado, pero brillante. - Aún puedo moverme... tengo que llegar hasta Furina... -
- No vas a llegar muy lejos así... - Ningguang dijo mientras lo veía temblar del poder guardado en su interior; hizo una leve mueca, antes de levantar su rostro.
- AHÍ ESTÁN! -
El grupo rápidamente volteó detrás de ellos con rapidez; los problemas no iban a acabar pronto, y el tiempo no estaba presente para intentar resolverlos. La Viajera, Lumine, estaba corriendo hacia ellos con Tighnari, Cyno, y Xiao siguiéndola de cerca, embistiendo contra ellos.
Sycamore se movió, pero rápidamente sostuvo su costilla; una punzada se hizo presente dentro de él, el poder de la Gnosis tenía que sostenerlo, pero no podía abusar de él; sus intentos estaban bajando a prácticamente solo 3, y eso no le agradaba.
Yelan rápidamente alzó su arco, haciéndolo brillar en azul mientras sus ojos obtenían un brillo similar. - Corre! Dirigiré a la ópera! -
Sycamore la miró; Ningguang gruño, mientras hacía aparecer su libro, y comenzaba a crear pilares Geo a sus lados que atraían escombros de todos los lugares posibles de Fontaine. - Yelan tiene razón! Tu eres quien tiene que llegar acá! Te cubrimos la espalda! -
Layla hizo relucir de nueva cuenta su espada, poniéndose en medio de las dos mujeres con una mirada llena de determinación. - Ve Sycamore! -
Sycamore se quedó viendo al trío de mujeres, dispuestas a defenderlo y a ganarle tiempo para llegar a su objetivo; pocas veces podía llamar a alguien amigo, contadas ocasiones en donde dejó su confianza en otra persona, pero esta vez, esta vez viendo a las mujeres dispuestas a ayudarlo, no pudo evitarlo.
Dejó su confianza en ellas, y asintió; rápidamente miró a Nahida, para así tomarla entre sus brazos, y de nueva cuenta comenzar a volar en el aire alejándose del campo de batalla. Yelan levemente sonrió, viendo a Layla por el rabillo de su ojo.
- Oye niña! - Layla levemente la vio. - Eres buena! estás interesada en una oferta de trabajo? -
¡KATRAPUM!
Sycamore esquivó con agilidad un enorme relámpago que impactó contra uno de los techos de la gran Fontaine; la lluvia comenzaba a hacerse peor, y el sonido de las olas y el agua comenzaba a ponerse cada vez más notorio, como si comenzaran a desbordarse.
Nahida apuntó desde la espalda del chico. - Ahí! Arlechinno le dio la Gnosis Hydro a Neuvillette! - Dijo mientras apuntaba a la cúpula de la Ópera.
Sycamore gruño. - Entonces se la quitaremos a la fuerza...! - Sycamore gruño aún más, sosteniendo su pecho con fuerza; no dolía tanto como el primer glitch, pero no era menos notorio tampoco.
Nahida levemente se aferró a él, viéndolo. - Hijo, si duele demasiado debes de-
- No es importante! - Dijo Sycamore mientras aumentaba la fuerza de su vuelo, con las gotas de lluvia cayendo sobre su rostro. - Mientras... descargue algo del poder...! Deja de doler! -
Nahida quería protestar, pero sabía algo sobre Sycamore que muchas personas no solían notar en el; por más dolor o sufrimiento, su cabeza se mantenía siempre en su objetivo. Simplemente se aferró a él aún más, abrazándolo desde su cuello.
¡KATRAPOOOM!
¡KRATAPOOOOOOOOOM!
Nahida se sostuvo con fuerza luego de que los relámpagos comenzaran a hacerse más presentes. - Los rayos están aumentando! - Grito Nahida.
Sycamore vio el cielo que se cernía sobre ellos sobrevolándolo; los relámpagos estaban cayendo cada vez con más y más fuerza y continuidad; algunos inclusive aparecían seguidos unos con otros, y ni siquiera eran relámpagos comunes, todos tenían una tonalidad violeta que los hacía lucir imponentes.
Entonces Sycamore entendió sobre que ocurría; rápidamente se movió, dejando a Nahida sobre su pecho, abrazándola con fuerza. - CÚBRETE! -
¡KATRAPOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!
Un enorme rayo eléctrico de color morado impactó directamente contra la espalda del chico, ocasionando que su vuelo fuera suspendido, haciéndolo caer junto al cuerpo de Nahida que el cubría con todas sus fuerzas y con toda su masa muscular.
Sycamore cayó en caída libre con Nahida en sus brazos, la cual se aferraba con fuerza a el; sin pensarlo dos veces, hizo brillar sus ojos de nuevo, y su pie de aire volvió a aparecer. Su cuerpo entonces emitió un brillo azul, emprendiendo un vuelo de emergencia que evitó que ambos se estrellaran contra el suelo.
Sycamore volo lo más que pudo, antes de que chocaran contra un pilar que ocasionó que ambos cayeran al suelo; Sycamore no soltó en ningún momento a Nahida, llevándose los peores golpes el mientras rodaban en el concreto.
Sycamore gruño con fuerza, dejando un poco su agarre con Nahida que rápidamente se separó para tomarlo de su rostro con sus diminutas manos; el rostro de Sycamore se había resquebrajado más, con su mejilla aún más abierta que lo que ya estaba anteriormente.
Nahida entonces miró detrás de ella; los relámpagos comenzaban a poco a poco formar una figura en el aire que descendía lentamente hacia ellos; aquella silueta comenzaba a tomar la forma de una poderosa mujer de figura imponente y envidiable.
Lentamente sus pies dejaron de brillar, y luego sus piernas, después su torso hasta los brazos terminando finalmente en su rostro; frente a Nahida y al caído Sycamore, se encontraba la Raiden Shogun, con su espada en mano mirando a los dos caídos.
Nahida soltó su respiración levemente; la Raiden Shogun acercándose lentamente a ellos la ponía nerviosa, pero no lo suficiente para desistir. La mayor virtud de Nahida, era su paciencia, y su voz.
Nahida solo mantuvo su mirada fija en la Shogun, mientras se ponía de pie, con Sycamore que temblaba mientras posaba sus palmas en el suelo, intentando levantarse. - No deseo hacer esto, Reina Menor... -
Nahida no respondió ante su comentario, simplemente cerró sus ojos ante la presencia de la Arconte Electro; Sycamore abrió sus ojos de par en par, con su pecho subiendo y bajando repetidas veces.
Intento subir, alzando sus brazos. - Nahida...! Corre...! -
Nahida hizo caso omiso; mantuvo sus ojos cerrados ante el poder de la Shogun. Sycamore posó su pie hecho de aire contra el suelo, intentando levantarse. - NAHIDA! -
Shogun simplemente se esfumó en un enorme rayo; aquel peligroso trueno se dirigía a una fuerza descomunal hacia Nahida. La Arconte Dendro simplemente cerró sus ojos, mientras de sus pies comenzaban a emanar luces y lianas verdes que comenzaban a rodear su diminuto cuerpo.
Sycamore se puso de pie enteramente, dispuesto a evitar que Nahida saliera lastima-
¡SLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!
El golpe nunca llegó a Nahida.
El chico se detuvo en seco, con el humo poco a poco disolviéndose ante su mirada; entonces fue cuando sus ojos vieron con shock como frente a Nahida se encontraban el Arconte Geo, el mismo hombre de ropas marrones, y el Arconte Anemo, el bardo de la capa; ambos con sus visiones falsas brillando en alto mientras rodeaban a Nahida con un enorme campo de protección que la envolvía en los colores del Anemo y El Geo.
Sycamore bajo levemente su mano ante la muestra de poder de los arcontes frente a él; Venti levemente volteó a verlo por encima de su hombro, con una sonrisa calmada. - Eres fuerte sombrerito! Pero trata de llegar vivo al juicio! -
Zhongli, sosteniendo el escudo como si fuera una simple trivialidad tomó el mando. - Nosotros nos encargaremos de la Raiden! Vete! -
Sycamore vio a los arcontes; el como Zhongli sostenía el escudo junto a Venti, el como Venti sonreía con confianza, y el como Nahida simplemente dio un paso al escudo, alzando su mano pequeña a este; el escudo entonces pasó a tener su tonalidad verde, esparciendo miles de raíces y ramas verdes de árboles por lo largo del enorme escudo creciente, creando así una enorme barrera que separaba a todo obstáculo de el.
Sycamore entonces gruño, otra punzada llegando a su estómago; el poder de nuevo se acumulaba. - N-No puedo! - Grito con dolor mientras sostenía su cuerpo. - Es demasiado! No puedo enfocarlo! No puedo-
- No lo enfoques... -
Venti volteó de nuevo a ver al chico; su voz calmada como la brisa de verano se escuchó como un susurro en su mente. Sycamore entonces comenzó a sentir una calma en su interior que dejaba de abrumarlo tanto.
Venti simplemente miró a Sycamore, y este de vuelta; parecía que todo el mundo dejó de existir en un santiamén para ambos. Levemente Venti susurró de nuevo.
- No pienses... siéntelo... -
"Eres mi héroe, Sycamore... eres mi esposo..."
Sycamore volteó levemente detrás de él; la voz de Furina resonando en su mente, como si fuera una luz en su propia oscuridad. Sycamore jamás fue adepto a adentrarse en sus pensamientos, porque sabía que en algún momento llegaría a la parte en donde se maldice sobre las cosas que hizo.
Pero esta vez solo sentía calma, solo sentía amor, solo sentía cariño; Furina comenzó a formarse frente a él, con su sonrisa hermosa, su figura envidiable, su cabello largo y sedoso, su sombrero y su traje elegante, todo en ella era perfecto para él.
Sycamore levantó levemente su brazo, intentando alcanzarla; la voz de Venti de nuevo susurró.
- No atormentes tu pasado... crea tu futuro... -
"Volvamos a casa, Sycamore..."
¡FRUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUSH!
Su mundo se deformó en un instante, antes de que su cuerpo fuera rodeado por una energía tan calmada y clara que jamás sintió; Sycamore salió disparado como si fuera un rayo de energía Anemo directo por la calle principal de Fontaine hacia la ópera.
La gente, los arcontes, carajo, todos vieron como un enorme destello azul viajaba a velocidades impresionantes de punto A, a punto B; Sycamore desde el centro del haz, miró hacia el frente, hacia la ópera, en donde Furina estaba encerrada, pero no por mucho.
Su vida era una mierda, algunas veces por cosas fuera de su control, otras veces por su propia obra; eso significaba que se rendiría a enmendar las cosas? No, eso significaba que todo lo que hacía era para cubrir los rastros de su pasado? No; la única razón, en su mente, el único pensamiento que todo esto llevó, fue simplemente ver sonreír a Furina de nuevo.
Vivir la vida de eternidad como marioneta con su esposa a su lado, eso era lo que quería.
Kabukimono había muerto en el fuego, Kunikusushi se perdió en el tiempo, Scaramouche había sido derrotado en la máquina, y El Caminante se perdió entre el desierto.
Pero Sycamore seguiría vivo, hasta que su cuerpo deje de funcionar, hasta que Furina diga que fue suficiente. Sycamore, desde el centro, vio cómo estaba a pocos metros de la cúpula, apunto de estrellarse contra esta en una bola de aire de gran impacto.
Simplemente cerró sus ojos, susurrando. - ..Por Furina... -
¡CRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!
Mona simplemente escucho el estruendo llegar a sus oídos, cuando levantó su rostro con fuerza, pero inclusive si quería verlo todo rápido, todo ocurrió tan lento como el tiempo; un enorme destello de luz Anemo llegó desde la cima de la cúpula de la Ópera, como un cometa atravesando directamente a ellos.
La luz perdió brillo, revelando el cuerpo de un hombre, un hombre que alzó su puño en alto, y su rostro denotaba rabia, y molestia; Yae Miko levemente vio desde el postrado a la marioneta acercarse peligrosamente contra el soberano; Fischl lentamente alzó su dedo hacia la marioneta, apuntando mientras los guardias se movían con toda su rapidez hacia donde el hombre impactaría.
Furina levantó su rostro; los ojos de su esposo encontrándose con los suyos, había venido por ella, como ella sabía que lo haría. Sus lágrimas cayeron, mientras las cadenas comenzaban a sentirse más apretadas.
Sycamore simplemente vio con lentitud hacia su objetivo; el soberano de Fontaine solo pudo atinar a levantar su rostro colocando una expresión de shock; su puño se alzó en el aire, siendo cubierto de una energía Anemo diferente.
Y Sycamore, volviendo el tiempo a su lugar, con rapidez, y silencio en el lugar, gritó.
- ELEMENTAL! BURST! -
¡SMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!
Un enorme humo fue creado en el interior de la ópera de Fontaine; Furina tuvo que agacharse para cubrir sus ojos con los grilletes que mantenían a sus manos presas, con la enorme ventisca y ola de polvo que se creó luego de aquel fatídico golpe de la marioneta al juez real de Fontaine.
Furina abrió lentamente sus ojos; achicándolos para evitar que polvo cayera en sus ojos. Su respiración estaba cortada y no podía ver a nada, o a nadie, simplemente se mantuvo ahí, a la espera de que algo ocurriera, algo, lo que fuera.
¡Scratch!
Entonces sus cadenas fueron cortadas.
Furina cayó al suelo, no pudiendo evitar sostenerse con sus pies de la caída; en el suelo, levemente abrió sus ojos; el humo no dejaba ver del todo bien quien estaba frente a ella, pero ella lo sabía bien, porque nadie más que él vendría por ella.
Furina alzó su rostro con lágrimas en este; una débil sonrisa se formó en sus labios, mientras veía como un cuerpo lentamente se lanzaba contra el suyo. Furina lo recibió en sus brazos, estando feliz de sentir su aroma una vez más.
Sycamore abrazo fuertemente a Furina, envolviéndola en sus brazos como si la fueran a separar de él de nuevo; Sycamore no pudo evitar soltar lágrimas, mientras enterraba su nariz en contra de su cuello, mientras Furina solo lloraba contra la capa azulada y destrozada de Sycamore.
Sycamore, sin separarse, susurró. - No me separaré de ti, nunca... nunca jamás... -
Furina, llorando, simplemente sonrió, mientras lo envolvía con fuerza. - Me salvaste... me salvaste... -
Sycamore, respirando fuertemente, negó. - Aún no... - Separándose con algo de temblor, y dolor, levemente Sycamore posó su frente con la de ella, antes de sacar de entre sus manos la pieza de ajedrez, la Gnosis Hydro, con lentitud, ofreciéndola a Furina.
Furina abrió sus ojos de par en par, mientras la Gnosis brillaba ante su presencia. Sycamore susurró.
- Acabemos la lucha... y volvamos a casa... -
Furina simplemente conectó sus ojos con los de él, antes de asentir, y lentamente tomar la Gnosis Hydro en sus manos.
- Acabemos la lucha... -
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top