Hyungwon entró corriendo hacia donde estaba Amanda, se agarraba la cabeza de frustración.

- ¡Amanda ayúdame! La he cagado.

- ¿Qué pasa? ¿Que te dijo ese imbécil?

- ¡No importa! Amanda necesito que vayas afuera y que les digas a mis guardias que yo ordeno que no golpeen al hombre.

- ¿Qué? ¿Cuál hombre?

- ¡Amanda! No hay tiempo...

Ella no espero explicaciones, salió lo más rápido que pudo pero había mucha gente estorbandole el camino, cuando abrió la puerta, sólo se quedó parada sin decir nada.

Hyungwon, quien estaba detrás de ella intento ver por qué se detenía y lo vio.

¿Lo habían matado?

- Creo que es muy tarde...

Susurró Amanda.

El sentía su corazón hacerse pequeño. Pero Amanda continuó y cumplió con el favor.

Los guardias dejaron a Hoseok en paz, pero ya habían hecho un desastre.

Amanda revisó a Wonho y supo que nada más estaba inconsciente, pero tenían que hacer algo por el, porque la herida de su cabeza estaba sangrando.

Decidieron que se irían de la fiesta sin que sospecharan nada, Amanda sacó el auto de Hyungwon lo más silencioso posible y subieron a Hoseok y A Rocky.

Pero luego de eso no sabían que hacer.

Hyungwon recordó el callejón donde lo había visto meses atrás. Ese era su lugar para dormir en ese tiempo asi que creía que lo mejor era dejarlo allí.

Condujeron hasta el callejón y entre los dos lo dejaron encima de una banca.

Hyungwon se sentía muy mal, lágrimas resbalaban por sus mejillas, a pesar de que Amanda ya había vendado la herida, sabía que todo eso era su culpa.

Lo vio tendido allí sobre una fría banca en mitad de la madrugada. Inconsciente, por su culpa.

Se abalanzó sobre el inconsciente Hoseok mientras las lágrimas seguían saliendo.

- Perdóname Hoseok, yo... yo no quería... Ojalá pudieras comprender... Perdóname.

Le repetía una y otra vez.

El seguía sin despertar pero se les acababa el tiempo. Amanda miraba la escena conmovida.

- Hyungwonnie... No quiero interrumpirte pero ha pasado casi media hora, debes volver a casa antes que lo noten. El estará bien, pero ocupo que me lleves al hospital veterinario para que un doctor revise al perrito ha de estar sufriendo mucho. No lo hagas esperar...

Hyungwon tenía los ojos rojos e hinchados del llanto. Pero tenía que actuar coherentemente.

Se levantó y prometió que iba a volver en cuanto pudiera.

Lo abrazó de nuevo y subió al auto.

Amanda se quedó con Rocky donde el veterinario para que recibiera la atención médica.

Hyungwon volvió a la fiesta intentando que sus lágrimas no fueran descubiertas.

Se encontraba con su padre de vez en cuando, ya estaba alcoholizado y al parecer el si estaba disfrutando de la fiesta.

Para Hyungwon había sido un infierno.

Pero la peor parte no había pasado aún...

...

Las cosas no habían estado bien por muchas razones, pero Wonho no pensó que algo estuviera así de mal.

Sentía calor.

Le dolía el estómago.

Le dolía la cabeza.

Más calor.

Intento abrir los ojos pero no podía.

Más caliente, quemaba.

¿Qué estaba pasando?

Su espalda ardía.

Intento abrir sus ojos, pero no veía con claridad.

Quemaba. Era insoportable.

Se despertó de golpe y volvió a su realidad, no tenía idea de cómo había llegado al callejón donde antes era su antiguo "hogar".

Pero había algo más importante de lo cual preocuparse.

Estaba en llamas literalmente.

La maldad de la gente era tanta, que los dueños de negocios hacían lo imposible para quitar a los indigentes de cualquier manera, pero lo hacían de madrugada, antes que alguien más viera lo mala gente que eran.

A alguien se le había ocurrido que la mejor idea era tirarle gasolina y prenderle fuego a lo que ellos creían que era un cadáver de un indigente.

Nadie les diría nada por eso, al final no tenían familia ¿No? La policía se lo llevaría en una bolsa y listo.

Wonho se sobresalto y gritó fuertemente, despojandose del abrigo con gasolina.

Lloraba amargamente, una parte del abrigo se había derretido sobre su espalda y ardía como el infierno.

El dolor era horrible, no entendía cuál herida le causaba más dolor externo pero lo que sí sabía era que lo que más daño le hacía era la herida interna.

De repente se sintió en depresión.

Comenzó a caminar como podía hacia la construcción donde se quedaba antes, mientras pensaba.

¿Por qué lo había abandonado su madre?

《No me quería》

¿Tenía razón la madre de Hyungwon?

《Claro que si, soy un maldito vagabundo y quizá hasta un ladron》

Mildred...

《Todo sería diferente mamá, te extraño》

Nicolas...

《No te hice daño, jamás fue así pero si estuviera preso ahora, no tendría que pasar por lo que pasé todo este tiempo》

Hyungwon...

《No creo que lo hallas hecho a propósito, pero me han dañado, yo no podría haber hecho lo que hiciste, creo que me gustas》

Rocky...

《Mi única compañía, no se que te hicieron, pero es mi culpa》

Hoseok.

《Jamás saldrás de esto, es tu vida, es tu destino ¿por qué insistes en cambiar el destino? ¿qué creiste? ¿que todo mejoraría? Esas cosas no pasan Hoseok, eres una escoria para todos, un maldito indigente o mejor dicho: un vagabundo comebasura》

Llegó a la construcción.

...

La fiesta por fin había "terminado" oficialmente, estaba casi amaneciendo y Hyungwon apenas acababa de safarse de su estresante padre.

Estaba angustiado por Hoseok, esperaba que estuviera bien, había llamado a Amanda y el perrito estaba fuera de peligro pero tenía que mantener un yeso y estar en reposo por un tiempo.

Estaría bien, ahora sólo faltaba que Hoseok lo estuviera.

Hyungwon salió como loco de su casa, se subió al auto que había dejado mal estacionado, y condujo lo más rápido que pudo.

Llegó al lugar, se bajó corriendo del auto y llegó al callejón.

Pero no había nada más que su antiguo abrigo ardiendo el fuego y las risas audibles de unos delincuentes que estaban por allí.

Debajo de la banca vio la mochila de Hoseok.

¿Dónde estaba?

Agarro la mochila y volvió a su auto, no podía estar tan lejos.

Condujo por las calles cercanas como un loco, pero no había rastros de él.

Nada.

Hyungwon estaba frustrado.

¿Y si le habían hecho algo?

No, no podía ser.

Llamó a Amanda porque el no podía pensar con claridad.

- Amanda, no está. Se ha ido o se lo han llevado, ya conduje por todas las calles cercanas y no está ¡Me voy a volver loco!

- Hyungwon calmate, necesitas pensar con claridad.

- ¿Qué debo hacer Amanda?

Sus lágrimas empezaban a salir de nuevo y su voz se cortaba.

- Primero que nada, necesito saber que ha pasado ¿Quién es este hombre y por que es tan importante para ti?

- No lo se Amanda, apenas hemos cruzado un par de palabras, pero... Pero hay algo en el... que... No lo sé Amanda.

- No te preocupes, te comprendo. Ahora necesitas buscarlo por donde lo hallas visto, intenta recordar los lugares.

- Mi casa...

- Pues ve y busca cerca de tu casa, seguro anda buscando su perrito. Encuentralo Hyungwon, necesita apoyo y lo sabes.

Cortó la llamada.

《Cerca de casa》 pensó Hyungwon y comenzó a conducir cerca de su barrio.

Amanda tenía razón. Estaba por allí.

Lo vio a lo lejos, ingresando a la construcción. Estaba casi arrastrándose.

Hyungwon avanzó rápido y se bajó del auto.

Cuando ingreso a la oscura construcción estaba todo oscuro, se maldijo internamente por olvidar el celular en el auto.

Se regresó al auto a buscarlo y de paso recogió la mochila de Hoseok.

Cuando volvió a la entrada, encendió la linterna y por fin pudo ver la estancia.

Pero Hoseok no estaba allí, avanzó hacia el segundo piso y tampoco estaba allí.

Su última opción era el techo del tercer piso sin terminar.

¿Qué pretendía?

Odiaba haberse hecho esa pregunta.

Porque odiaba la respuesta.

Lo vio allí llegando a la orilla de aquella construcción.

- Hoseok...

Susurró entrecortado.

- Hyungwon vete a casa.

- No quiero...

- Estas acostumbrado a que se haga lo que quieres ¿No es así?

- No es lo que piensas...

- Hyungwon no necesito disculpas, yo entiendo perfectamente la situación y lo que está a punto de pasar no tiene nada que ver contigo.

- No puedes hacerlo Hoseok...

- Venga, suelta las palabras de lastima que tienes para convencerme de no hacer las cosas.

- No es así.

- Pues si no es el caso... quiero que te retires, no quiero que te culpen de algo que no hiciste.

- No me iré Hoseok.

- Tienes que irte o quedarte a presenciarlo.

Hoseok dio un paso más cerca de la orilla.

- Primero dime ¿Por qué Hoseok? ¿Tan mala es la vida? Todos tenemos situaciones malas.

- Tus situaciones y las mías son muy distintas Hyungwon. Tus problemas son vanales, los míos son realmente serios.

- Yo... podría ayudarte, si eso te convence de no hacer lo que piensas... No lo hagas Hoseok...

El corazón de Hyungwon se encogía al verlo allí viendo hacia abajo.

- ¿A qué has venido Hyungwon?

- A buscarte...

- ¿Por qué? Tengo entendido que no me quieres cerca, no era necesario venir a decírmelo en persona.

- Hoseok... eso...

- Ya dije que no quiero disculpas ni palabras de lastima, merezco lo que me ha pasado.

- Tu no has hecho nada malo, yo si...

- Hyungwon, por última vez vete a casa.

Hyungwon se alarmó ante el tono de voz que Hoseok había empleado.

- ¡¿Quién demonios eres Hoseok?! ¿Por qué estoy aquí al amanecer pidiéndote de por favor que no acabes con tu vida cuando podría estar felizmente durmiendo en mi casa? ¿Por qué no puedo evitarlo? Dame una respuesta porque yo no la tengo. Pero se que tu si. Y si no la tienes, prometo que me iré de aquí y te dejaré tranquilo, pero se sincero...

Hoseok suspiró pesadamente y se quedó en silencio.

Las lágrimas de Hyungwon comenzaron a salir involuntariamente de nuevo.

No le iba a responder ¿Verdad?

- Bien... supongo que no hay respuesta, yo... solo...

Alzó las manos en señal de rendición y se dio la vuelta, su pecho dolía y las lágrimas salían cada vez más fuertes.

No podía creer lo que estaba haciendo.

A sus espaldas estaba un hombre que iba a quitarse la vida, pero le había prometido dejarlo tranquilo si no había respuesta, iba a cumplir su promesa.

Dio dos pasos y...

- Hyungwon.

Se giró a ver a Hoseok quien seguía viendo hacia el suelo, los rayos de sol comenzaban a salir iluminandolo un poco.

- Abre la mochila.

Hyungwon obedeció a la orden. Abrió la mochila.

- Busca en el bolsillo pequeño de adentro, allí hay algunas cosas, quiero que me digas lo que son.

Hyungwon seguía sin decir nada y obedeció.

Saco el primer objeto.

- Es una pulsera negra con una "N" en el centro.

- Es uno de mis tesoros, representa el dolor y fue uno de los motivos por los cuales tengo este estilo de vida tan miserable. Continúa.

Hyungwon estaba curioso y conmovido pero continuó.

- Es un pequeño conejito de peluche.

Hoseok apretó los ojos con fuerza y comenzó a llorar amargamente.

Hyungwon estaba más que conmovido, intento acercarse pero Hoseok le advirtió con la mano que no lo hiciera.

- No te acerques, no quiero tenerte cerca... el conejito es mi tesoro más preciado, fue un regalo de mamá Mildred... me la arrebataron... si ella estuviera todo sería diferente Hyungwon.

El corazón de Hyungwon dolía muchísimo, el no había pasado por pérdidas, no así. Tenía razón Hoseok cuando decía que no había pasado por las mismas situaciones.

- Saca el último Hyungwon.

Suspiró pesadamente, no sabía que más se podía encontrar allí.

- El tercero es...

- ¿Qué es Hyungwon?

- Un auto de juguete...

- Si, es mi último tesoro. No contaré su historia, por ciertos motivos.

Hyungwon miro el auto frente a sus ojos, y de repente sintió como una bofetada de recuerdos le atacaron inmediatamente.

- ¡¿Wonho?! ¡¿De verdad eres tu?!

- Eres un chico listo Hyungwon, se que llegarás lejos, no como yo, que al final tu madre tenía razón.

- Wonho... yo...

- Gracias por ser una motivación para mi por todos estos años, lo aprecio demasiado y también aprecio la ayuda que me diste mientras duró. Yo se que en el fondo eres el mismo niño de antes y que lo que pasó hace unas horas, no fuiste tú.

Hyungwon iba a hablar, pero de repente lo vio cerrar sus ojos y extender sus brazos de tal manera como si fuera a volar...

Estaba listo para irse.

Pero ahora era Hyungwon quien no estaba listo para dejarlo ir.

No ahora.

No así.

Hyungwon se acercó lo más rápido que pudo.

Pero Wonho desplomó su cuerpo en dirección al vacío...

Quizá ya era muy tarde.