Wonho caminaba muy lentamente hacia el callejón donde había dejado escondida su mochila.

Agradecía que fuera de madrugada y que no hubiera tráfico, sino seguramente alguien ya lo hubiera atropellado.

Su cuerpo caminando automáticamente, su mente vagando en recuerdos y sensaciones.

No sabía lo que sentía, pero le gustaba sentirse así, con esa sensación hogareña y calida.

Ver a Hyungwon había destapado la caja de recuerdos que mantenía sellada desde algunos años atrás.

Se acordó de su infancia, del origen de su sobrenombre, de ese pequeño niño que él anhelaba ver feliz, de cómo se molestaba por que alguien lo tratara mal, de Mildred, del orfanato, de su tesoro...

Hyungwon estaba tan diferente, tan irreconocible que si no recordara bien sus facciones no lo habría reconocido.

No estaba soñando ¿verdad? El era Hyungwon, su Hyungwon.

Suspiró, la madrugada fue mejor de lo que esperaba aunque aún se preocupaba por que no sabía si habían puesto a Hyungwon a salvo.

Llegó al callejón, sacó su mochila y guardo la comida, debía irse de allí antes que la gente de los negocios empezara a llegar y armaran pleito.

Empezó a caminar, sin rumbo.

...

Abrió los ojos lentamente ante los rayos de sol que golpeaban su cara, sus ojos pesaban, le dolía mucho la cabeza y apenas tenía fuerza para moverse.

Miró a su alrededor y vio que estaba en su habitación aunque no recordaba haber llegado allí.

Involuntariamente sintió la necesidad de bostezar, pero soltó un quejido cuando sintió un fuerte dolor en la barbilla.

Levantó su mano izquierda como pudo para ver de qué se trataba ese dolor pero en ese momento ingresó la mujer que lo había cuidado desde que era un bebé.

Ella ya era una anciana, pero para Hyungwon, Linda era el único ser en la tierra que merecía todo lo bueno del mundo.

- No te toques allí Hyungwon, te dolerá más si lo haces.

- Linda... ¿Podrías explicarme que paso?

Hyungwon hablaba como podía, Linda rodó los ojos en respuesta.

- Si evitas el alcohol seguro que te ahorraras muchos problemas.

- No me digas que me heri a mi mismo...

- Claro que no, pero saliste a la calle y al parecer te quedaste dormido de pie mientras llevabas botellas en la mano, las botellas se rompieron y caiste al suelo, un vidrio se incrustó en tu barbilla y tuvieron que hacerte una pequeña sutura.

- Vaya... pude haber muerto inconsciente...

- Lo mismo digo yo, pero te aprovechas cuando no estoy, no se ni porque sigo aqui, eres demasiado necio.

- Sigues aquí porque te necesito Linda.

- Claro que no, ya eres mayor, seguro puedes cuidarte solo, debería poner mi renuncia ya.

- ¿Qué? No, no, no... Linda tu no puedes abandonarme... yo... sabes que no podría, además ¿donde quedó la promesa de jamás apartarte de mi?

Hyungwon estaba al borde de las lágrimas, sentía que su mundo se iba a caer, pues para él Linda era su madre.

Linda río mientras lo miraba a punto de llorar.

- No te me pongas sentimental Hyungwon, seguro ya estás pasando mucho dolor como para que también crees dolor emocional. No me iré, pero más vale que me obedezcas, si no cumples tu parte de la promesa, yo no cumpliré la mía.

- ¿Qué te obedezca?

Hyungwon se sentó en la cama recibiendo las pastillas y el agua que Linda le estaba ofreciendo.

- Si, que me obedezcas. De ahora en adelante harás lo que yo te diga cuando yo lo diga. Te dejo solo un fin de semana y mira tuvieron que suturarte una herida que te hiciste solo.

Hyungwon se sintió torpe pero sabía que ella tenía razón.

- ¿Cómo es que llevando varias botellas solo me hice una herida?

- No lo sé Hyungwon, deberías revisar tus cámaras y ver lo torpe que te ves cuando estás alcoholizado, de verdad te ves ridículo.

Linda río nuevamente, no iba a cuestionarla, ya sabía que tenía razón.

Cuando se sintió un poco mejor se levantó de su cama, se dio una ducha y se fue al cuarto de seguridad, tenía que revisar las cámaras.

- ¿Eh? ¿Qué demonios...?

...

Sin quererlo, ni imaginarlo la situación de Wonho no cambiaba para mejor, a pesar de que los meses iban pasando, al parecer nadie quería contratar a un sucio vagabundo de la calle.

Era una noche fría y todo lo que tenía era un suéter roto y un par de hojas de periódico para pasar la noche.

No sabía que día era, ni que horas eran. Se sentía solo.

Comenzó a rebuscar entre la basura, no encontraba nada, ya llevaba dos días aguantando demasiada hambre nuevamente.

No quería volver al barrio de Hyungwon de nuevo, sabía que no era buena idea que Hyungwon lo viera de esa manera, era mejor que no lo recordara, al final el era un hombre rico, sus normas no le permitían estar cerca de gente pobre, mucho menos de un vagabundo comebasura.

Pero el hambre lo obligaba.

Caminó por la fría calle en la madrugada, temblaba de frío pero no podía hacer nada más que abrazar su mochila que también era su almohada y generalmente era todo lo que tenía.

Comenzó a pensar en Mildred, la vida sería muy distinta si ella estuviera.

Seguro estarían frente a una chimenea, bebiendo chocolate caliente en familia, quizá se hubiera sentido feliz.

Sabía que no era necesario tener que buscar en otros sitios, en el contenedor de casa de Hyungwon encontraría suficiente comida limpia.

Miro a su alrededor en busca de algún guardia pero no vio a nadie así que decidió acercarse.

Abrió el contenedor y rogaba al cielo poder encontrar algo para abrigarse.

Pero no encontró nada.

Siguió buscando y escucho un ruido.

Se giró rápidamente pero no vio nada. Pensó en que quizá era una rata.

Siguió buscando y el ruido se escucho de nuevo.

Así que decidió inspeccionar el lugar.

El ruido se escuchó más cerca y se acercó corriendo tan rápido como pudo con el arma en mano.

Cuando lo vio, se sintió tranquilo y sonrió. Guardo el arma.

Un pequeño perrito temblaba de miedo y chillaba por el acercamiento repentino de Wonho.

- Eh ¿que haces aquí pequeñín?

Wonho lo tomó en brazos y lo sintió muy frio, seguramente estaba buscando comida también pero era tan pequeño que no alcanzaba llegar a las bolsas.

- No tengo manera de cuidarte amigo, no tengo dinero y busco comida en la basura, pero tampoco puedo dejarte tirado aquí. Ya se te pondré un nombre... ¿que tal... Bobby?

El perrito lo miro, seguramente ese nombre no le gustaba.

- Mmm déjame pensar... ¿Bruno? ¿coco? ¿frodo?... ¡Ya se! Goku.

El perrito lo miro de nuevo.

- Eres más difícil de lo que pensé... te llamaré Rocky y así se queda, no me cuestiones.

El perrito parecía estar de acuerdo está vez. Wonho se sintió estúpido por charlar con un perro, pero bueno, era la única compañía que tenía y parecía entenderlo.

Terminó de comer y de recoger más comida, luego alimento al perrito y lo envolvió entre sus brazos intentando cubrirlo un poco con su suéter.

Comenzó a caminar hacia el callejón en el que dormía, ahora tenía un compañero y estaba feliz.

...

Hyungwon estaba boquiabierto, no entendía nada ¿era la misma persona de ese día? ¿a qué le temia? ¿Por qué buscaba en la basura? No parecía un vagabundo, además ¿que clase de vagabundo tiene un arma?

Odiaba sus cámaras de seguridad por no tener más iluminación.

Jamás pensó que en una de tantas noches de insomnio volvería a ver la misma silueta a través de las cámaras de seguridad.

Tenía que saber quién era y por que actuaba así.

¿Por qué había actuado con el así?

Odiaba tener tantas preguntas y pocas respuestas.

Se puso sus cómodos zapatos y salió corriendo, debía seguirlo.

Pero obviamente no iba a salir de su casa tan fácilmente, sus guardias se negaron a dejarlo salir sólo.

Así que inventó la excusa de que tenía insomnio y quería despejarse, que sólo saldría a manejar un poco.

Un guardia iba a acompañarlo y espero que aquella silueta no se halla esfumado por allí, quería saber quién era esa persona costara lo que costara.

Comenzó a manejar con las luces apagadas saliendo de las calles de su barrio seguro y miraba a todas direcciones.

No era tan difícil encontrar a un hombre con un perrito caminando por las solitarias calles de la ciudad a las 3 AM ¿o si?

Llevaba alrededor de 10 minutos manejando y comenzaba a desesperarse.

Tomó una calle que lo llevaría de nuevo a casa, giró a la izquierda y bingo.

En esa calle avanzaba la silueta que buscaba.

Trato de mantener una distancia prudente y ser lo más silencioso posible y lo siguió.

Lo vio entrar a un callejón, rápidamente Hyungwon se bajó del auto e iba directo al callejón pero fue detenido por su guardaespaldas alegando que esa zona no era segura y que no iba a dejar que se expusiera.

Maldijo internamente a la seguridad impuesta por su padre, estaba a unos pasos de saber quién era esa persona.

Volvió a casa memorizando el lugar donde lo había visto por última vez.

Algún día lo descubriría.

...

Un mes pasó y Rocky crecía sano, afortunadamente era un perrito fuerte pero el frío comenzaba a ponerse peor.

Había vuelto un par de ocasiones a aquel barrio, pero no lo hacía frecuentemente ya que había demasiada seguridad.

Pero quería ver de nuevo a Hyungwon.

...

Un maldito mes siguiendole la pista, apenas se había acercado a su casa unas dos veces más.

Todo lo que sabía era que se levantaba temprano de aquel rincón del callejón, se iba al río cercano, lavaba su ropa, esperaba que se secara mientras jugaba con su pequeño perro, recogía sus cosas y salía hacia alguna parte.

Ese día descubriría más sobre el, se sentía estúpido por seguir la pista de un vagabundo, pero allí estaba vestido "decentemente" entre la multitud, siguiendolo.

Lo vio acercarse a alguien, siempre se mantenía sonriente.

- Disculpe -dijo

- ¿Qué quieres? -le respondió secamente el anciano.

- ¿Podría decirme que fecha es hoy?

- ¿En qué mundo vives? Es 01 de Marzo.

Hyungwon miro su expresión, no pudo descifrarla. El empezó a caminar.

Lo siguió nuevamente en silencio, cuando él se metió al callejón de costumbre, Hyungwon se pegó a la pared para intentar escuchar sin ser visto.

- ¿Escuchaste Rocky? Así es... Hoy es mi cumpleaños ¿Te sientes alegre? Yo lo estoy, bueno, un poco. Extraño a Mildred justo ahora estaría llevando mi cupcake favorito y le agradarías mucho. Estoy seguro.

《Cumpleaños》 Pensó Hyungwon. Todos sus cumpleaños los había pasado en medio de alguna mega fiesta ¿Qué sentiría pasarlo en la calle?

- Por ser mi cumpleaños, hoy vamos al barrio rico, quien sabe quizá encontremos algo mejor para comer, ellos siempre desperdician buena comida.

De repente Hyungwon tuvo una idea.

Volvió a su casa cuando oscurecio. Se sentía cada vez más ridículo por pasarse el día entero espiando a un vagabundo. Pero estaba de cumpleaños y aunque sea lo haría pasar un feliz cumpleaños con buena comida ¿No?

- Soy un estúpido, soy un estupido, soy un estúpido...

- ¿Por qué dices que eres un estúpido Hyungwon?

- Ah, Linda... yo... sólo estaba pensando algunas cosas, en realidad necesitaba un favor tuyo.

- Claro, dime.

- Necesito que prepares mi comida favorita, que sea mucha... Ah, y un cupcake de chocolate.

Linda lo miro extrañada.

- Linda no me mires asi, te prometo que no es algo malo, en realidad es una obra de caridad...

- Uh, eso suena bien.

Linda se puso manos a la obra y Hyungwon estaba ansioso.

¿Vendría? ¿Comería lo que el había preparado de regalo?

No lo sabía, sólo sabia que se iba a decepcionar mucho de hacer algo por una persona por primera vez y que esa persona no lo recibiera.

Eran cerca de las 10PM y el frio estaba cada vez peor, Hyungwon temia que por esa razón el no llegaba, empezaba a sentirse mal.

Pero de repente lo vio llegar casi temblando.

La comida estaba fingidamente en la basura, puesto que estaba bien sellada y Hyungwon había revuelto algunas cosas para que pareciera que alguien había comido de allí.

Hubo muy poca emoción al ver la comida y el cupcake allí.

Estaba temblando.

- Mierda.

Hyungwon tenía sentimientos encontrados, una parte de el tenía pánico salir y que de nuevo le apuntara con el arma, pero otra parte quería llevarle abrigo.

No lo dejaría morir de hipotermia en su cumpleaños ¿o si?

- Al diablo con todo.

Tomó un costoso abrigo que tenía en su perchero y salió, diciendo a su gente de seguridad que tenía que recoger algo.

Y lo vio por primera vez consciente.

Sentía que lo conocía, pero no cabía la posibilidad, al menos no lo recordaba.

- Hola.