18.
Existen ciertas cosas que se anteponen a otras, inevitablemente debemos tener prioridades en nuestras vidas.
Pero que mal se siente no ser una prioridad para la persona que es tu prioridad.
...
Las demás personas en la sala de espera se dieron cuenta de la presencia de Hyungwon y corrieron para ver al bebé.
Wonho se apartó dando lugar a que los demás lo vieran.
Todos estaban demasiado ocupados contemplando al bebé como para darse cuenta que Wonho ya había salido del lugar, excepto Linda.
Ella lo siguió hacia afuera y lo encontró dentro del auto muy triste.
Wonho se sorprendió cuando ella le tocó el vidrio.
- Linda... deberías volver adentro, es de madrugada y está frío, podrías resfriarte.
- No ocultes lo que sientes...
- ¿Qué más puedo hacer Linda? No puedo competir contra eso que se está llevando acabo en ese pasillo.
- ¿Por qué lo ves como una competición? Además Hyungwon no ha dicho nada respecto a lo que hará después de aquí.
- Acaba de decírmelo sin palabras...
- Sólo debes darle tiempo, necesita procesar todo lo que ha pasado, es muy difícil para cualquiera.
Wonho iba a responder cuando se dieron cuenta que Hyungwon venía hacia afuera, Linda se apartó un poco del auto y decidió darles espacio.
Era tiempo de hablar, otra vez.
- Linda ¿Estas bien?
- Claro que si Hyungwon sólo vine a encargarle un par de medicamentos a Wonho... ya sabes las recetas que me dieron.
Hyungwon asintió y Linda ingresó al edificio.
Miró el auto y suspiró, dejó salir todo el aire de sus pulmones y luego inhalo y exhalo fuertemente en su camino al auto, como si eso ayudara a aliviar el dolor de su pecho.
Ingreso al auto en el asiento del pasajero. Wonho miraba para enfrente por sobre el volante.
- Hola...
- ¿Y el bebé? Pensé que estaba a tu cuidado...
- Lo tiene mi mamá o quizá Amanda, no se.
- Oh...
- Supongo que sabes porque estoy aquí.
- Creo que me hago una idea, pero prefiero que tu lo digas.
- Bueno... han pasado muchas cosas últimamente en mi vida que no se como tomarlas... Tu, Ámbar, el bebé, mi padre, la empresa... todo. Me sentía tan frustrado por todo que quería explotar, pero... llegó él a mi vida y... jamás me había sentido así ¿Sabes? Es esa típica sensación de primera vez que hace que te sientas nervioso y emocionado... Es tan hermoso y por alguna razón encuentro que se parece a ti.
Wonho lo miro serio y confuso.
- No querrás decir que soy el padre ¿verdad? Porque te aclaro que jamás he estado con una mujer.
Hyungwon rió ante el comentario.
- No dije eso, sólo... Es igual de bello que tú y justo ahora, no se que hacer...
- Haz lo que sea correcto Hyungwon y también lo que tu corazón diga.
Hyungwon tomó la cara de Wonho entre sus manos y acaricio sus mejillas con los pulgares, luego se acercaron lentamente y unieron sus labios en un beso lento.
Se separaron y unieron sus frentes aún con los ojos cerrados.
- Wonho... yo... te amo, pero... justo ahora necesito tiempo para pensar y procesar todo esto, me está matando y no quiero seguir dañandote con mis frustraciones...
Wonho ya lo sabía y se había preparado mentalmente, pero ninguna preparación era suficiente para hacer menos dolorosas esas palabras.
No dijo nada, sólo asintió.
Volvieron a unir sus bocas en pequeños besos que terminaron repartidos por sus caras.
Y al final un abrazo fuerte.
Quizás ese era el final de aquellos meses hermosos llamándolo su novio.
Quizá no iba a poder volver a vivir con él.
Quizá jamás volvería a tenerlo desnudo arañando su espalda y gritando su nombre en medio de un orgasmo.
Quizá jamás podría volver a ser "marcado" con sus besos.
Quizá jamás despertaria otra vez sintiendo el calor de su cuerpo y el aroma de su cabello impregnado en su nariz.
Quizá jamás volverían a aquella cabaña a compartir una cena mientras hablaban de mil cosas.
Quizá jamás podría volver a abrazarlo justo como estaba haciendo en ese momento.
Pero lo aceptaba, porque así es el amor.
Porque estas dispuesto a sacrificar mucho por la persona que amas, sin importar que eso te afecte de alguna manera.
Hyungwon había arriesgado su propia vida por salvarlo de aquel intento de suicidio ¿Por qué el no podría sacrificar un poco sus sentimientos para que él fuera feliz?
- ¿Wonho?
- ¿Hm?
- Promete que vas a esperarme...
- Hyungwon...
- Prometelo Wonho, prometeme que no vas a intentar acabar con tu vida otra vez, promete que vas a estar bien para que volvamos a estar juntos... ¿Promesa?
- Promesa...
Se soltaron sin saber si era para siempre o por ahora.
Hyungwon salió del auto sin mirar atras, volvió adentro y le envió un mensaje de texto con datos de una jugosa cuenta bancaria como sueldo por los meses que trabajó para él, la dirección de un apartamento lujoso alquilado y el lugar donde guardaba las llaves del lujoso auto negro que había en la otra casa.
Wonho creía que era demasiado, incluso pensó en no llevarse el auto de la casa lujosa, pero necesitaba uno.
Tomó un taxi a casa de Hyungwon y preparó sus cosas, una maleta llena de ropa que había comprado en su estadía en la casa de Hyungwon, su móvil, las llaves de su nuevo auto y lo único que había llevado a ese lugar: sus tesoros.
Cuando iba a salir de la casa donde vivió por los últimos 8 meses, decidió mirar el sitio una vez más.
Se dio cuenta que no tenía ningún tesoro actualizado de Hyungwon.
Excepto las caricias en su piel y el dolor de su corazón.
Tomó un taxi hacia la otra casa donde había compartido su momento más íntimo con Hyungwon y no pudo evitar sentirse peor en ese lugar.
Se subió al auto y comenzó a conducir hacia la dirección que Hyungwon le había dado.
Miró por el retrovisor e evitablemente las imágenes de los recuerdos le invadían la memoria.
No debía llorar, lo hacía por él bien de ambos, además había hecho una promesa aunque no estaba seguro de poder cumplirla.
...
Ya era casi mediodía y Hyungwon era el único que seguía en el hospital con Ámbar.
Todo había ido bien durante el parto así que podrían ir a casa pronto.
Ámbar dormía mientras él cargaba al bebé en brazos, lo seguía viendo y no podía dejar de pensar en lo que haría después.
No quería estar con Ámbar pero no podía reclamarlo su hijo, o eso creía.
Aún no se atrevía a abrir el sobre blanco que decía si era el padre biológico del bebé o no.
Acariciaba su pequeña carita y no podía dejar de pensar en Wonho y el parecido de sus facciones.
Una somnolienta voz lo sacó de sus pensamientos.
- Lo amas ¿Verdad? Aunque quizá no sea tuyo.
- ¿Podría alguien no hacerlo?
Ámbar no dijo nada, sólo asintió.
Quería poder explicarle de alguna manera a Hyungwon pero, quizá no era el momento, él se iba a enterar algún día.
- Hable con una amiga y ya tengo el apartamento listo ¿te importaría pedirle a alguien que lleve mis cosas y las del bebé para allí?
- Lo hago ahora mismo, deberías descansar más.
- Estoy bien Hyungwon... ¿Tú lo estás?
Hyungwon soltó una risa sarcástica.
- ¿Qué crees tu?
- Que me odias, pero no acabas conmigo porque amas al bebé... ¿irás a verlo después?
- Claro que si, todos los días después del trabajo, al final ya soy parte de esto.
Ámbar sonrió sinceramente en agradecimiento y volvió a dormir.
...
De alguna forma todo había vuelto a la antigua normalidad en la vida de Hyungwon.
Una casa sola, un trabajo aburrido y una muy mala relación de familia.
Pero el dolor en su pecho no se iba, odiaba dormir solo, odiaba no hablar, odiaba su normalidad.
Amanda casi se volvió loca cuando le contó lo que le había dicho a Wonho, pero no le cuestionó su decisión.
Odiaba no poder comer bien, extrañaba las largas charlas de la cena.
Pero ocupaba ese mismo tiempo para ir a ver al bebé.
Y poco a poco fue perdonando a Ámbar, aunque nunca se lo dijo.
Ella siempre intentaba hablar sobre Wonho pero él evadia el tema, no se sentía listo para hablar de ese tipo de cosas.
O quizá sólo era que no quería llorar enfrente de Ámbar.
...
H
abía sido un día ajetreado y a pesar de la ayuda de Amanda, todo parecía ser más difícil.
Salió de la empresa más tarde de lo normal y se subió al auto rumbo hacia un restaurante.
Por algún motivo, ese día Wonho estuvo todo el día en cabeza.
Había pensado en llamarlo y pedirle hablar o quizá solucionar las cosas pero nunca terminaba de recoger el valor suficiente.
Sabía que por su referencia, ahora tenía un buen trabajo y le iba bien.
Sentía que si le hablaba de nuevo solo iba a interrumpir su vida, era como quitarle la oportunidad de volar por su cuenta.
Pero la verdad era que lo necesitaba.
Un mes sin él había sido lo más cerca al infierno que Hyungwon había vivido.
Se detuvo enfrente del restaurante y escribió su número una y otra vez en el móvil, pero no enviaba la llamada.
Ingresó al restaurante y pensó en Ámbar.
Ella recibía muy poca ayuda durante el día y sabía que cuidar de un bebé no era fácil.
Decidió comprarle un poco de comida.
Volvió a su móvil, escribía una y otra vez algún mensaje pero al igual que con las llamadas, no envió ninguno.
Se sentía un estúpido.
Pagó la comida y volvió al auto.
Alejó a Wonho de sus pensamientos se dirigió a casa de Ámbar con la comida.
Ingresó al edificio que por alguna razón siempre se mantenía en silencio.
Tocó la puerta del apartamento dando tres golpecitos que retumbaron fuertemente por el lugar debido al eco.
Esperó un momento y no hubo respuesta.
Volvió a tocar de nuevo, pero nada.
Suspiró cansado.
Seguramente había salido sin decirle, no era la primera vez que pasaba.
O quizá estaba dormida, en los ultimos dias la había visto demasiado somnolienta.
Sacó sus llaves y comenzó a buscar la pequeña llave que Ámbar le había dado.
Luego vio su celular con una pequeña luz destellante.
Quizá era Wonho, debía ver el mensaje antes de entrar donde Ámbar.
Pero para su sorpresa, era un mensaje de Ámbar.
"Hyungwon ¿vendrás pronto? Espero que si, cuando llegues usa la llave, no podré abrir la puerta porque estoy ocupada, necesito que vengas"
Hyungwon fruncio el ceño en confusión, metió el móvil en su bolsa y continuó buscando la llave difícilmente ya que llevaba las bolsas de comida en las manos.
De pronto escuchó al bebé llorando.
Quizá el lo había despertado con los golpes en la puerta.
Se apresuró a buscar la llave hasta que la encontró.
Entró al lugar y los gritos del bebé se escuchaban en su habitación.
Hyungwon dejó las bolsas de comida en el salón, fue a la habitación del bebé y lo cargó en brazos.
Se fue a la cocina y preparó un biberón, agradecía que Ámbar le halla enseñado a hacerlo porque el bebé automáticamente se calmó.
Hyungwon lo dejó nuevamente en la cuna y salió de allí.
- ¿Ámbar?
No hubo respuesta, comenzó a caminar por toda la habitación, pero no estaba.
Miró el celular de Ámbar en un sillón, no había posibilidad de llamarla.
Fue a su habitación y estaba abierta pero no estaba allí tampoco.
Hyungwon decidió echar un vistazo al lugar hasta que vio la cama.
Un sobre blanco estaba allí, su nombre escrito con una hermosa caligrafía propia de Ámbar resaltaba.
Tomó el sobre y sus manos temblaban sosteniendolo.
Su corazón latía rápidamente.
Eso no era una buena señal.
No perdió más tiempo, metió el sobre a su bolsa y comenzó a correr por la estadía gritando su nombre.
Hasta que llegó al baño de la habitación.
Cayó de rodillas al suelo y las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas.
Intentaba hablar, pero sus labios temblaban.
Sacó su celular y marcó el número de Wonho rápidamente.
- ¿Hyungwon? Hola, ¿com-
- Ven ahora, al apartamento de Ámbar.
- ¿Qué pasa? ¿Estas seguro?
- ¡Ahora Wonho!
Y cortó la llamada.
Sus fuerzas también fallaron por la sensación abrumadora.
Sus ojos se cerraron y se desmayó.
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