14.

Un rayito de sol le pegaba directamente en la cara, se giró para buscar su móvil y se dio cuenta que eran las 8:42 AM del viernes.

Miró a su amado novio acurrucado entre sus brazos y besó su frente con una sonrisa.

Se levantó para poder darse una ducha larga, se desnudó quitándose la única prenda que había recuperado de la noche anterior y cuando se vio en el espejo se dio cuenta de los múltiples rasguños que tenía en su cuerpo.

Sonrió.

Miró su espalda en el espejo y se dio cuenta que los rasguños estaban por encima de las cicatrices de sus antiguas heridas.

Fue algo que significó mucho para él.

Era como si el presente dominara sobre el pasado en todos los sentidos.

Prosiguió con su labor y después de una larga ducha, recordó que sus maletas habían quedado en la puerta principal.

Bajó de la habitación y se rió al ver el estado de sus equipajes, todo estaba tirado por el suelo como si nada importara.

Recogió todo y se vistió.

Analizó la estancia y todo estaba hecho más o menos un desastre entero, así que se dispuso a ordenar y a buscar algo para desayunar.

...

Abrió sus ojos pesadamente a la luz del día.

Giró un poco la cara y se dio cuenta que Wonho no estaba en la cama, se sentía terriblemente mal.

Pensó en llamar a Wonho pero vio su celular en la cama.

Eran las 10:37 AM

¿Había dormido tanto?

Intentó levantarse pero un dolor agudo en la espalda baja lo invadió evitando que pudiera levantarse de la cama.

- Maldito seas Wonho.

Y se rió bajito.

- ¿Yo que? Buenos días para ti también gruñón.

Wonho besó la frente de su adolorido novio después de atravesar la puerta de la habitación.

- ¡Oye! Esa es mi frase... busca la tuya.

Wonho rió por el aparente mal humor mañanero que tenía su novio.

- Ya pensaré en alguna...

- Es demasiado tarde ¿Por qué no me despertaste antes? Tenía que ir a trabajar.

- Yo me desperté muy tarde también, así que de nada servía, además no pareces tener ánimos de hacer nada hoy.

- Tengo que decirle a Amanda que se encargue estos días de la empresa.

Wonho asintió y se fue hacia algún sitio.

Hyungwon tomó el celular y llamó a Amanda.

- ¿Hola?

- Hola Amanda.

- ¡Niño rana! Pensé que habías muerto ¿Dónde carajos estas?

- En cama aún, quiero que me cubras por el resto de la semana, no me siento bien, es como si un camión enorme me halla pasado por encima.

- Por casualidad... ¿Ese camión tiene por nombre Wonho?

- Pero que dices... claro que no.

- Hyungwon... acabas de decirme que estas en cama y por si no te diste cuenta estas llamando del celular de Wonho... así que a menos que sea enfermero no puedo pensar en otra cosa...

Hyungwon se sonrojo muchísimo y Wonho entró a la habitación sorprendiendose de ver a su novio de esa manera.

- ¿Era eso verdad? ¡Oh, Dios mío Hyungwon! Ni siquiera lo contradices...

Amanda comenzó a reír fuerte en el teléfono mientras Hyungwon seguía mirando a Wonho con evidente sonrojo.

Wonho se acercó y tomó el celular de sus manos, vio que aún estaba en línea con Amanda así que decidió hablar para ver de qué se trataba.

- ¿Hola?

- Oh, Wonho... Hola ¿Qué pasó con Hyungwon?

- No lo sé... ¿Qué le dijiste? Parece como si hubiera visto un fantasma...

- No es nada, sólo adivine la causa de su dolor corporal...

- Oh... eso...

- Si... Pero bueno, no los quiero interrumpir, espero que disfruten sus mini vacaciones...

- Gracias Amanda...

- Ah, Wonho...

- ¿Hm?

- No dejes a Hyungwon en silla de ruedas por favor ¡Te lo suplico!

Y Amanda soltó una enorme carcajada, seguidamente puso fin a la llamada más extraña que Wonho había tenido.

Miró a Hyungwon aún sonrojado y no pudo evitar poner una cara de risa y culpabilidad mezcladas.

Hyungwon miró hacia otro sitio para no caer en su trampa.

- Me siento asqueroso...

Todo rastro de sonrisa se esfumó de la cara de Wonho rápidamente y lo vio con evidente confusión.

- ¿Por qué?

No quería malinterpretar esas palabras porque le iba a doler demasiado pensar en que quizá Hyungwon no había disfrutado tanto la noche anterior como él pensó.

- Porque tu estas duchado y luces radiante mientras yo sigo aqui con sudor y ... otras cosas en mi cuerpo.

La duda de Wonho se esfumó en ese momento y le sonrió a su novio.

Se paró de la cama.

- Ya he pensado en eso cariño, he preparado la bañera para que puedas relajar tu cuerpo con el agua tibia.

- Me encantaría, pero no tengo ánimos de caminar justo ahora.

- ¿Quién dijo que lo harías?

- ¿Ahora que pretendes?

Wonho sonrió y lo cargo en sus brazos como la noche anterior cuando entró a la casa por primera vez.

- Debo comportarme como un buen recién casado en mi luna de miel... así que yo mismo te ayudaré a darte un buen baño relajante.

Hyungwon rió recordando la tontería del día anterior pero rodeó sus brazos alredor del cuello de Wonho y dejó que lo cargara.

Wonho lo limpio bien con una esponja y lo trato con muchísima suavidad notando los moretones causados en la noche anterior.

- Esto es injusto...

- ¿El que?

- Yo estoy aquí desnudo y tu vestido y afuera de la bañera.

- No puedo mojarme la ropa Hyungwon... Pero si te parece justo podría quitarme la camisa, así no te sentirás avergonzado de ser el único que está mostrando un poco de piel...

- Vale.

Wonho se sacó su ajustada camiseta blanca y la colocó en un lugar donde el agua no pudiera mojarla.

Hyungwon abrió la boca en respuesta.

No, no estaba asombrado por los músculos de Wonho, se dio cuenta de la cantidad de rasguños y moretones que su novio tenía en el cuerpo.

Wonho se dio cuenta rápidamente de eso.

- No te preocupes cariño estoy bien.

- De verdad lo siento, no pensé que fuera a dañarte de esa manera.

- Creo que fue justo... mira lo que yo te hice.

Wonho se rió en tono de burla y Hyungwon le tiro agua en la cara.

- Creo que nos excedimos ayer...

- Dijiste que era lo que querías ¿No?

- Pues... si.

- Entonces no hay nada de que arrepentirse.

Se dieron un pequeño beso en los labios.

...

Después de la ducha y el desayuno en la cama era hora de ponerse manos a la obra con lo que había prometido.

De hecho ya habían almorzado.

No es que le emocionara la idea de organizar una fiesta a la que había sido obligado a participar, pero era mejor que seguir órdenes.

- ¿Podrías ayudarme?

- Claro, pero sigo pensando que es hora de que te levantes de allí Hyungwon, son las 2 de la tarde y no te has movido.

- Para ti es fácil decirlo.

- Cariño...

Wonho se acercó al oído de su novio hablandole en un susurro.

- Seguro querrás sentir ese dolor más seguido.

Hyungwon agarró una almohada y la estrelló contra la cara de su novio.

- Estúpido.

- Así me amas... dime en que puedo ayudarte.

- En todo, no tengo idea de nada.

Wonho se acostó a su lado y comenzaron a elegir detalles.

No eligieron el típico color azul, eligieron un tono crema neutro acompañado de rosas de colores.

Una decoración elegante y para nada vulgar.

Creían que habían hecho un buen trabajo, claramente el resto de trabajo pasaba a manos de Amanda.

Ella se encargaría de hacer los trámites necesarios para lo que se iba a ocupar.

Terminaron pasadas unas dos horas de diálogo sobre la fiesta.

Cuando todo terminó Wonho suspiró.

Hyungwon claramente notó el cambio de actitud de su novio.

- ¿Pasa algo?

- En realidad sólo estaba pensando...

- Puedes hablar si lo deseas, creo que sé lo que estas pensando, pero me sentiría mejor si me lo dijeras. Es tiempo de hablar de ese tema.

- Tengo miedo Hyungwon...

- ¿De qué?

- De que cuando tu hijo nazca pienses en una familia "normal" y me quieras fuera de tu vida.

- Cariño... Eso no va a pasar.

- Es lo que tu dices ahora, cuando ese día llegue espero que sigas pensando igual.

- Lo haré Wonho...

- ¿Promesa?

- Promesa.

...

Después de la agradable tarde/noche sin hacer nada más que ver películas y darse besos, se había llegado el sábado.

Tampoco quisieron salir de casa y pedían comida a domicilio.

Hyungwon quiso tener un tiempo de calidad con Wonho, así que era momento de compartir un poquito de su pasado, aunque el día anterior Wonho había limpiado casi por completo la casa, no le había contado cada historia y recuerdo que escondía cada habitación.

Le mostró su antigua habitación y le contó como hacía pequeños aviones de papel que lanzaba desde su ventana al patio trasero.

Luego le enseñó la biblioteca, donde amaba leer libros interesantes que habían por allí pero casi siempre era obligado a leer cosas sobre economía.

Le enseñó la ventana del salón donde se sentaba por horas a ver para afuera a lo lejos como jugaban los niños del orfanato.

Deseaba salir, más no le era permitido.

Le mostró el patio trasero donde ocultó una pequeña tortuga que se encontró por allí, la cuidaba y la amaba, pero cuando su padre se dio cuenta terminó haciendo que se la llevarán lejos de allí.

Jamás supo lo que pasó con su tortuga, pero lloró por ella muchos días, recibiendo muchos insultos de su padre quien lo trataba de "marica" porque según él, los hombres no lloran.

Wonho escuchó detalle a detalle cada historia mientras caminaba de su mano, trataba de imaginarse la situación y se dio cuenta que a pesar de la cuna de oro en la que Hyungwon había nacido, no había tenido una buena infancia.

Sentía empatía por él.

Ambos habían sufrido en situaciones diferentes y sabía que si algún día llegaban a separarse, serían igual de débiles que antes.

El sábado llegaba a su fin entre un par de juegos, cosquillas y risas que inundaban la casa.

La nostalgia reinaba en la casa al terminar.

Ambos sabían que algo estaba a punto de cambiar para ambos, un hijo no era un juego, podría significar una separación definitiva o una unión para siempre.

Y ambas ideas los abrumaban.

O más bien la espera los estaba consumiendo poco a poco.

Sus besos no fueron apasionados esa noche, fueron necesitados.

Como si necesitaran sentir que el otro sentía el mismo amor.

No hubieron más palabras.

Se abrazaban y acariciaban como si fuera la última vez que se verían.

No sabían porque, pero un aura de melancolía los envolvía.

Quizá era por tocar el tema del pasado en la tarde o por lo que pasaría más adelante.

Ambos sintieron ganas de llorar, hicieron su agarre más fuerte.

Wonho besaba la cabeza de Hyungwon mientras el derramaba lágrimas silenciosas sobre la camiseta de su novio mientras susurraba "te amo"de forma casi inaudible.

Y Wonho solo podía responder con un "todo estará bien cariño"

Quería decirlo sinceramente, pero tampoco sabía lo que pasaría, sólo lo dijo por consolar las lágrimas de Hyungwon.

Las lágrimas se fueron deteniendo poco a poco y fueron reemplazadas por los suaves ronquidos del menor.

Las caricias de Wonho habían logrado calmar lo suficiente a Hyungwon, pero ¿Quien lo consolaba a él?

Dejó escapar un par de lágrimas silenciosas que iban a parar al cabello de su novio quien descansaba en su pecho.

¿Por qué lloraba?

¿Por qué costaba tanto ser feliz?

¿Por qué dolía amar a Hyungwon?

Tenía muy claro que en cualquier caso, él era la pieza sobrante en ese rompecabezas.

Y si por alguna razón no podría estar con Hyungwon, su última oportunidad a la vida se habría agotado.

Era la última vez que intentaría vivir.

Si no resultaba... tenía nada más una cosa que hacer.

Esta vez nadie lo detendría.

Pero en el fondo de su corazón aún esperaba que su novio lo eligiera, que eligiera una vida con él aunque no tuviera nada que ofrecerle, aunque todo a su lado fuera una mierda, tenía la esperanza de que Hyungwon se quedara con él.

Besó una vez más su frente e intentó quedarse dormido aunque ya eran las 4 AM y en menos de 4 horas tendrían que partir de regreso a la realidad.

¿Existe alguna manera de poder quedarse viviendo en la fantasía para siempre?

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