10.
- Me estás cansando con tu tontería Hyungwon.
El seguía igual de confundido.
- Bueno...
Comenzó a caminar para servirse un vaso con agua.
- No creí que tuviera un hijo tan tonto...
Hyungwon apretó el vaso de cristal entre sus manos con enojo.
- ¿Vas a hablar de una puta vez o no?
- Me estás colmando la paciencia... Pero bien, hemos venido a visitarte porque tu padre y yo estamos felices de que por fin actúes como el adulto que debes ser...
- Pues siempre he dirigido bien la empresa...
Hyungwon bebió agua para evitar perder la paciencia.
- No nos referimos a eso, nos referimos a que ya nos enteramos de que por fin estas tomando responsabilidad y buscaste a alguien para compartir tu vida.
Se atragantó con el agua.
¿Acaso su madre sabía algo de Wonho?
Comenzó a respirar con dificultad.
- ¿Cómo dices?
- No te hagas, ya nos enteramos y estamos felices por ello, queremos que todo se haga oficial.
Pensó en Wonho quien estaba igual de sorprendido y avergonzado que él.
- Mamá... todo a su tiempo.
- Claro que no, tendrá que ser pronto.
- No es necesaria la prisa...
- Pues las cosas entre más temprano se hacen, son mejores.
- Pues si, supongo...
Sonrió pensando en la hermosa posibilidad de poder decirle a Wonho todo lo que sentía por el, andar por allí tomados de la mano como cualquier par de enamorados.
La voz de su madre lo interrumpió.
- No sabes que feliz estoy de que por fin hagas cosas de hombres, pareja, hijos, familia. Todo será hermoso.
- Espera ¿Qué?
Ambos borraron su sonrisa mientras la mujer salía de la casa.
Volvió a entrar, pero esta vez no entro sola.
- Hola Hyungwon.
El vaso de cristal que sostenía resbaló por su mano cayendo inevitablemente contra la cerámica del suelo. Se hizo mil pedazos.
Wonho al escuchar el sonido del cristal, pensó en que estaban haciéndole algo a su amado, salió de su escondite y se acercó para verificar que estaba bien.
Pero nada estaba bien.
Se detuvo justo antes de llegar al lado de Hyungwon. No tenía que dar explicaciones, lo que vio ya era suficiente.
Hyungwon se mantenía inexpresivo ¿cómo se supone que debía reaccionar?
- Vaya... no es la reacción que esperaba...
- ¿Quieres que te aplauda o que?
- Calmate Hyungwon, yo no quería venir, pero me encontré con tu madre y tuve que hablar con ella y me trajo aquí.
- Sólo... di lo que tengas que decir...
Suspiró pesadamente.
- Bueno... Si lo que quieres es escucharlo de mis propias palabras... ¡Vamos a ser padres Hyungwon!
Y la pequeña rubia abrazó su delgado cuerpo.
Claramente el había notado su embarazo desde que entró, al igual que Wonho.
Pero confirmarlo con palabras era más terrible que verlo.
Hyungwon sólo vio hacia algún punto de la sala, inexpresivo.
Wonho agachó la cabeza y dio varios pasos atrás y salió del lugar disimulando las lágrimas que empezaban a correr por sus mejillas.
Hyungwon supo que Wonho se fue, pero no tuvo valor de verlo o de detenerlo... ¿Qué iba a decirle? Nada, no podía.
Miró a su madre sonriendo, al estúpido maleducado a su lado fumando, demostrando que le importaba una mierda la situación y luego miro a aquella despreciable mujer abrazandolo.
La empujó suave.
- ¿Por qué lo hiciste?
- "Hicimos" Hyungwon, yo no lo hice sola.
- ¡Estaba ebrio!
- Yo también...
- No te hagas la inocente ¡Lo hiciste a propósito!
Sin darse cuenta ya había tomado a la pequeña mujer por los hombros y estaba apretandola. Deseaba matarla allí mismo, ignoraba el propio dolor de su hombro.
Su madre se acercó a el y lo abofeteó en la cara.
- ¡Comportate Hyungwon! ¿Cómo te atreves a hacerle eso a la madre de tu hijo? Me decepcionas.
Otra vez esa maldita expresión, se la repetían seguido, ya sabía que los decepcionaba ¿Qué esperaban? ¿Qué mágicamente se convertiría en el hijo que deseaban solo por decirle eso?
Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.
Ninguna de las personas que estaban allí comprendían que lo estaban arruinando.
Su vida amorosa.
Su vida laboral.
Su vida personal.
Su vida pública.
Su juventud.
Sus planes.
Sus metas.
Todo.
Los odiaba.
La mujer volvió a hablar.
- Tu hiciste eso y ahora te vas a comportar como un hombre responsable, vas a cuidar a esta mujer y a tu hijo, te hagas cargo de todo lo que necesiten, vivirá en tu casa y después de que nazca el bebé van a casarse.
Estaba jodido.
- Yo...
- Tu nada Hyungwon, mañana tendrá su primer ultrasonido y vas a acompañarla, ya suficiente tuvo con encargarse de todo esto sola, han pasado meses y no has estado presente.
- Que vaya en taxi, no puedo manejar.
- ¿Y cómo vas a tu trabajo? Justo así como lo haces, irás con ella. Mañana traen sus cosas y más vale que prepares todo para la llegada del bebé, tienes apenas un par de meses.
Y la mujer salió junto con el maleducado quien ya había dejado la sala llena de humo.
La joven embarazada quedo en medio del salón frente a Hyungwon.
La vio y deseaba matarla.
Se acercó, no le importaba ir preso iba a golpearla.
Levantó su mano derecha con toda la furia acumulada de la reciente conversación.
Y justo cuando se disponía a dar el golpe más fuerte que daría en su vida, una fuerte mano lo detuvo.
Se giró y vio sus ojos ahogados en dolor, pero aún así estaba cuidando de aquella persona responsable de separarlos.
- No lo hagas...
Le hablo en un susurro, su voz sonó tan rota que él no pudo hacer nada más que obedecer.
Ámbar mantenía la cabeza gacha, no estaba al tanto de lo que él estuvo por hacerle.
Hyungwon se giró y quedó completamente frente a Wonho, ambos tenían los ojos cristalizados y el dolor les consumía el pecho.
Él solo quería abrazarlo y decirle que lo perdonara.
Pero no podía hacer eso enfrente de la despreciable persona que los acompañaba.
- Wonho...
- Yo manejaré y te llevaré a la cita de mañana para que la acompañes.
- No pienso ir...
- Es tu... tu hijo. Nunca abandones a un hijo Hyungwon... aún si no lo deseabas.
Entonces cayó en cuenta, Wonho no quería que el niño sufriera como lo hizo él.
Fue justo en ese momento cuando volteó a ver ese abultado vientre.
《Mi hijo...》pensó. Definitivamente estaba jodido...
...
Las cosas de Ámbar llegaron el lunes temprano, aunque no tenía muchas fuerzas Wonho ayudó a desempacar todo, aunque lo único que quería era dormir.
No había pegado los ojos en toda la noche y por lo que vio, seguramente Hyungwon tampoco había dormido.
Era un martirio estar en la habitación de al lado, sabiendo que ahora la compartiría con esa mujer.
Los había escuchado discutir por esa razón, pero al final la mujer se había puesto a llorar y él sabía que no era sano estar triste por el embarazo.
Así que cedió.
Seguramente ella lo abrazo toda la noche.
Odiaba pensar en ello, sabiendo que una noche antes fue él quien lo estrechó en sus brazos, espanto sus pesadillas y velo su sueño.
Fue sacado de sus pensamientos por la ruidosa mujer, quien estaba discutiendo con Hyungwon otra vez.
Para ella nada era suficiente, quería que Hyungwon vistiera diferente, en vez de apreciar que el se miraba perfecto así, y más importante aún: se sentía bien así.
Detrás de ella venía él con la cabeza gacha, no dijo nada solo dio la señal de que era hora de irse.
Wonho obedeció y preparó el auto.
Hyungwon no se sentó en el asiento del pasajero como siempre lo hacía, si no que se sentó en la parte de atrás.
A Wonho le dolió un poco más el pecho.
La ruidosa mujer entró y casi se sentó encima de Hyungwon, incluso lastimó su hombro adolorido que Wonho tanto había cuidado.
Wonho los miró a través del espejo. Ellos si eran una familia normal... Pero ¿Por qué no eran felices?
Quizá estaba siendo egoísta.
Suspiró pesadamente y arrancó el auto conduciendo en silencio hacia su destino.
...
- Y está pequeña mancha de aquí, es el bebé.
- ¡Mira Hyungwon, el bebé!
- Ah... si...
El doctor lo miró con comprensión. Era conocido de Hyungwon desde hacía muchos años, ese delgado joven siempre le contaba sus planes futuros, la emoción que le daba al pensar en ser jefe de la empresa de su padre y que esa noticia le llegara por sorpresa seguro que no era fácil.
Los dos hombres ignoraron la cara de molestia que puso la mujer.
- Bueno, ya hemos terminado. Puede irse a trabajar Hyungwon.
El doctor le guiño el ojo y el formó un pequeño "gracias" con sus labios por salvarlo de la situación tan incómoda en la que estaba.
Hyungwon seguía sin ánimos y así se fue al trabajo. Wonho por desgracia tenía que ir a dejar a la ruidosa mujer a casa...
Quizá la casa de ellos, ya no era parte de allí o eso sentía.
- ¿Como te llamas?
Wonho la miro subirse al asiento del pasajero.
- Wonho...
- Uh, lindo nombre para alguien tan guapo.
Él la ignoro.
- ¿Qué eres de Hyungwon?
- Su guardia personal.
- ¿Son muy amigos no?
《Pues justamente estábamos durmiendo abrazados totalmente en paz hasta que llegaste tu a jodernos la vida》 pensó.
- Si algo así...
- Que bueno, estaba buscando a alguien para que fuera el padrino en la boda.
Wonho bufó en molestia.
- ¿No crees que te estás apresurado?
- Claro que no, llevo en mi vientre al único hijo que Hyungwon podrá tener ¿No sabes que en la familia Chae solo se admite un hijo? Quieren que halla un solo heredero para evitar dividir la empresa y ese heredero está en mi vientre, por lo tanto Hyungwon tiene que casarse conmigo si o si.
- ¿Y si no quiere?
- Pues debe hacerlo igual, sería horrible que alguien tan reconocido de una empresa prestigiosa se viera envuelto en algún chisme de abandono familiar ¿no crees?
Y se rió.
Cada vez la odiaba más.
No dijo nada más y la dejo en la casa para finalmente conducir hacia la empresa de Hyungwon.
Se sentía lastimado.
...
- Amanda ¿Puedes hacerme un favor?
- ¿Hm? Si claro, dime.
Ella tecleaba en su computadora cuando Hyungwon entró a la oficina sin saludar.
- Ayúdame a planear un suicidio para que parezca un accidente.
- ¿Eres imbécil o que te pasa?
- A veces lo deseo, la verdad.
- Siempre has tenido malos ratos ¿Qué puede ser tan malo para que desees eso?
- Voy a ser papá...
Amanda casi se cayó de la silla cuando lo escuchó.
- ¡¿Qué dijiste?!
- Y esa no es la peor parte... Ámbar es la madre.
- ¿Esa maldita perra?
- Si...
- Estas jodido.
- Ni me lo recuerdes, me ha cagado los planes de futuro, todo. Y estoy seguro que lo hizo a propósito.
- Te veo y sé que hay algo más ¿Quieres hablar?
- Sólo tengo que decir tres palabras y entenderás lo terrible de la situación.
- Te escucho.
- Amo a Wonho...
Amanda no supo como reaccionar, ya sospechaba lo de Wonho. Pero no sabía que su amigo estuviera tan enamorado.
Se sentía fatal por el, lo peor era que no podía hacer mucho.
Wonho entró a la sala con un semblante parecido al de Hyungwon y el corazón de Amanda dolió.
Odiaba a la alta sociedad y sus malditas reglas, pero más que nada odiaba lo que ellos estaban dispuestos a hacer por obtener más dinero.
Esa perra iba a pagar por lo que le había hecho a sus amigos.
...
El tiempo se sentía tan malditamente lento cuando la ruidosa mujer estaba cerca y tan malditamente rápido cuando estaban solos.
Ya habían pasado un mes en ese martirio.
Ambos se deseaban.
Ambos querían estar cerca del otro.
Ambos se amaban.
Pero en cambio lo que pasa era que ambos se ignoraban.
Y ambos estaban cansados de Ámbar.
No paraba de discutir con Hyungwon.
Y no paraba de coquetear con Wonho.
Definitivamente ella era un asco de persona y lo único que los mantenía calmados era saber que había una pequeña criatura de 6 meses de gestación creciendo dentro de ella, que no tenía la culpa de nada.
Todo se había vuelto demasiado complicado.
Era un asco.
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