Dos chicos estaban en una habitación basándose de manera lenta mientras tocaban sus cuerpos de manera sucia, un castaño cerró los ojos al sentir los labios del pelinegro en su cuello y cómo le acariciaba el abdomen. Cuando iban a llegar a más la puerta fue tocada obligando a ambos hermanos a separarse y cambiarse de manera rápida, al abrirse la puerta una mujer de cabello negro vio a ambos chicos los cuales leían un libro juntos.

—Niños bajen ya es hora de comer. —les dijo.

—Claro mamá. —habló uno de los chicos.

La mujer abandonó la habitación de ambos chicos cerraron el libro y sonrieron al ver a su progenitora irse y cerrar la puerta se levantaron para verse un rato y darse un corto beso para salir de la habitación y bajar; ellos iba riendo mientras se daban pequeños empujones para ir a la cocina y comer con su madre la cena.

[...]

—Te va a gustar Daegu. —habló un hombre. —tiene hermosos paisajes y averigüé y tiene una academia de fotografía.

—Espero que sea lo suficientemente buena como lo era en Seúl. —miro un vídeo en su celular.

—¿No te sientes mal por dejar a tus amigos en Seúl? —preguntó el hombre.

—No. —miro a la ventana. —nos mudamos constantemente, así que no hay muchas personas que extrañar.

—Te prometo que está será la última vez. —le acarició la mejilla.

—Eso dijiste de las diez veces anteriores. —se rio. —cuando lleguemos hay que pedir pizza.

—Eso te iba a decir. —arrugó la nariz. —acomodar todo nos tendrá muy ocupados y no nos dará tiempo de cocinar.

El viaje siguió lento, al llegar al lugar ya eran como las diez de la noche y ellos se pusieron a descargar las cosas, Jimin llevaba una caja donde llevaba sus cosas y las puso en el suelo donde sería su habitación, su vista se dirigió a la venta la cual daba con los vecinos de al lado.

—Un nuevo comienzo. —susurro.

Al día siguiente los gemelos se prepararon para ir al colegio, cuando salieron se detuvieron al ver a un castaño el cual cerraba la puerta de la casa la cual según sus conocimientos estaba a la venta. Jimin al sentirse observado miró a la dirección de la presencia y se dio cuenta de que eran dos chicos iguales los cuales estaban parados viéndolo.

El castaño vio a ambos chicos ahí parados tomados de la mano, él solo se giró y siguió su camino para ir a la escuela, ambos gemelos lo siguieron a paso lento hasta que se detuvieron en un cruce de calle.

—¿Tú eres el nuevo vecino? —preguntó uno de los gemelos.

—Sí. —se acomodó su mochila. —soy Jimin, Park Jimin.

—Yo soy Min Agust y él es mi hermano gemelo Min Yoongi. —hablo el castaño.

—Es un placer. —dijo el pelinegro.

—Nunca había conocido a gemelos idénticos. —mostró su cámara. —¿Les podría tomar una foto? —sonrió. —es para mi blog.

Ambos chicos asintieron y Jimin les tomó una foto, su sonrisa creció al ver la fotografía y se las mostró a los gemelos los cuales sonrieron al ver la fotografía.

—Cuando la imprima les daré una copia. —los vio.