8

Los besos en su cuello ya no lo excitaban como antes, los toques en su cuerpo de igual forma todo era diferente, las imágenes del cuerpo de su vecino llegaron nuevamente a su memoria. Él se alejó de su hermano mientras se cubría el rostro no sabía qué le pasaba, no era correcto eso, él sentía atracción por su hermano, Agust vio confundido a su hermano no entendía qué pasaba, cuando él llegó la cosa se había vuelto caliente, pero ahora su hermano se miraba preocupado y confundido.

—¿Qué ocurre Yoongi? —preguntó Agust.

—Me siento cansado. —miró a su hermano. —perdón si te calenté por nada.

—No te preocupes hermano. —le sonrió. —mejor hablemos de lo que hiciste está tarde.

—Me la pasé haciendo mis tareas. —dijo Yoongi. —también hice unas tuyas.

—Ya veo. —se recostó en el pecho de su hermano. —sabes Jimin es un chico gracioso y divertido.

—Lo sé. —susurro. —¿Qué te parece si lo invitamos a nuestra pijamada?

Mientras ellos seguían hablando, un castaño miraba la fotografía donde estaban los dos gemelos y la acarició lentamente y la puso en un álbum de fotografías y lo comenzó a ver, sonrió al ver a otras personas ahí. Cuando escuchó un ruido cerró el álbum y lo guardó, él vio que la puerta se abrió dejando ver a su padre el cual le traía la cena, Jimin sonrió mientras miraba a su padre.

—Te traje la cena. —habló el hombre.

—Gracias papá. —sonrió.

—Jimin tu madre habló. —le dijo. —ella quiere verte.

—Sabes mi respuesta papá. —borró su sonrisa. —no quiero tener nada que ver con ella.

—No te obligaré. —se sentó en la cama. —pero al menos llámale para que se quede tranquila.

—Lo pensaré papá. —dijo.

—Cambiando de tema. —habló el hombre. —¿Qué te parece el lugar?

—Es agradable. —sonrió. —conocí a dos gemelos los cuales quieren ser mis amigos.

—Me alegro de que ya quieras hacer amigos. —lo vio. —me preocupaba mucho que no hicieras amigos.

—Ellos son agradables. —le dijo. —me hacen sentir cómodo y en casa.

—Me alegra. —se levantó y le dio un beso en la frente. —bueno te dejo descansar, pero te comes tu comida.

Jimin asintió y al irse su papá se puso a comer de manera tranquila hasta que su vista se posó en la ventana de su habitación, se levantó y miró a la de los gemelos, las luces ya estaban apagadas.

—Deseos, deseos. —susurro.

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