Capítulo 3:Fiesta I

Después de una semana de mucho estrés y exámenes puedo decir que toca tranquilizarse y divertirse, la semana en general ha sido una mierda, aguantando los mismos insultos de siempre, aunque al menos el jueves, San Valentín, recibí una carta de Jason, no me la esperaba, aunque yo también le envíe una a él tal y como me dijo.

Hoy es la fiesta en mi casa, hemos quedado todos a las 21:00 para comer todos juntos, aunque Jason me dijo que vendrá antes que los demás.

Me he tomado una ducha bastante larga y tranquilizante, miro el espejo que está frente a mi cama. Miro mi reflejo, no veo esa chica alegre y alocada que solía ser solo veo un cuerpo lleno de tristeza y decepción, una mirada vacía, melancólica, como un cuerpo sin alma. Miro el bote de pastillas que está en mi escritorio, mis piernas actúan solas levantándose yendo hasta el bote de pastillas, ni si quiera siento miedo solo quiero acabar con todo esto de una vez. Mis manos toman el bote, voy hacia mi cama, me siento mirando fijamente el bote, trago saliva antes de echar un buen número de pastillas en mi mano, cojo la botella de agua que está a mi lado, lágrimas salen de mis ojos, estoy decidida.

He pensado tantas veces en hacerlo, me he preguntado tantas veces ¿Qué pasaría si moría? ¿Si me escapaba de casa? ¿Si desapareciera me echarían de menos? ¿Llorarían mi pérdida? ¿Se quitarían un peso de encima? No tengo la respuesta, pero estoy a punto de tenerla, creo que ha llegado mi fin, espero haber dejado huella.

Iba a hacerlo si no llega a ser por la interrupción de Jasón, que oportuno, la sonrisa que tenía se le ha borrado de inmediato.

—Ariana por favor suelta las pastillas—Cierro los ojos y los vuelvo a abrir, mis manos tiemblan—Ariana te lo suplico—Su voz tiembla.

—Dame una razón para no hacerlo, estoy cansada Jason—Las lágrimas no dejan de salir—Toda mi vida está siendo una mierda no aguanto más, no aguanto estar ni un minuto más aquí, no tengo razones para vivir.

—Hazlo por mí, no soportaría perderte, tus amigas, tu familia—Niego con mi cabeza, el avanza hacia mí.

—No se de que amigas hablas y no menciones a mi familia—Me mira confundido.

—Hablo de África, Irina, Shaira, Aida, Abby, tu padre, tu madre, de mí—Se acerca a mí dejo que coja la botella de agua de mis manos—Te queremos Ariana, te quiero.

Coge las pastillas y las suelta en la cama, no se que decir, no asimilo lo que quería hacer, me abraza, tardo un poco, pero le correspondo el abrazo entre sollozos, se separa un poco de mí pasa sus manos por mis mejillas limpiando mis lágrimas.

—Me has dado el mayor susto de mi vida—Nuestras miradas se conectan—Prométeme que no lo vas a volver a hacer.

—Te lo prometo, prométeme tú que no se lo vas a contar a nadie—Levanto mi dedo meñique y se entrelaza con el suyo.

—Te lo prometo—Nuestras frentes se juntan.

Juntos nos tumbamos en mi cama, acaricia mi mejilla, estamos en silencio, me gusta tanto que sepa que en estos momentos no quiero hablar de lo sucedido, solo quiero olvidarlo y seguir con mi vida, supongo que no era mi momento.

—Porque no te vistes y yo mientras te observo desde aquí, tengo muy buena vista—Eso me hace sonreír, él me sonríe—Has sonreído—Se levanta un poco para dar un beso en mi mejilla.

—Eres un idiota.

—Pero este idiota te hace sonreír—Se inclina haciendo que nuestros labios se junten.

Pone unas de sus manos en mi mejilla profundizando el beso, su lengua se enreda con la mía, nos separamos por falta de respiración, junta de nuevo nuestros labios, pero esta vez es un beso rápido.

—Vístete antes de que venga alguna de las chicas, estaré abajo—Habla mientras se levanta.

—¿No te ibas a quedar?

—Demasiada tentación—Suelto una risa y le tiro un cojín que esquiva con facilidad, me señala con una mirada desafiante antes de irse.

Me gusta tanto esto, si me pudiera quedar en esta burbuja que creo todo sería mas sencillo y más feliz sin duda, estar con Jason hace que quiera seguir aquí, me valora y me quiere tal y como soy. Sonrío, pasar de la tristeza absoluta a la alegría es lo mejor que me ha podido pasar hoy, aunque estoy muy nerviosa con lo que pueda pasar en la fiesta, me quiero sentir cómoda y quiero encajar, seré yo misma sin tener que esconderme de nadie, sin miedo a ser juzgada y criticada.

No me arreglo mucho, me pongo unos pantalones vaqueros estilo mom, con una camiseta transparente negra con un sujetador del mismo color, no me maquillo.

Bajo las escaleras, voy hacia el salón, Jason esta con su móvil entretenido jugando a algún juego, voy a sentarme a su lado.

—Estás muy guapa—Le doy una sonrisa tímida.

—Gracias.

El timbre suena, me levanto yo a abrir, se escuchan risas femeninas así que supongo que serán las chicas, abro la puerta, efectivamente son ellas Aida trae una botella de Whisky y África trae dos de Ginebra, los chicos traían las bebidas así lo acordamos, la próxima vez si la hay será del revés. Las saludo a todas y entremos hasta el salón donde saludan a Jason y después comenzamos a hablar cómodamente. No pasa mucho tiempo cuando suena el timbre. Voy a abrir y esta vez obviamente son los chicos, ellos me saludan, aunque yo solo conozco a Dylan y Daniel, Jason presenta a los chicos.

—Este es Dylan—Los ojos de Dylan son azules, su pelo es moreno y es muy alto como los demás—Daniel—Es un chico rubio de ojos azules y pelo rizado—Ethan—Un chico alto de pelo rizado y moreno, de ojos color marrón.

Las chicas se van presentando mientras los saludan. Vuelven a llamar al timbre, supongo que o es el repartidor o es el amigo que ha invitado Irina, todas nos sorprendimos cuando nos dijo que iba a venir alguien más, pero nos alegramos mucho por ella. Cuando abro veo a un chico moreno, de ojos azules y muy alto, lo reconozco de inmediato.

—¿Caleb? —Es el hermano de Jason.

—¿Cuñada? —Me río, siempre me ha llamado así, él dice que Jason y yo estamos destinados a estar juntos, aunque creo que no sabe que somos algo.

—Tu eres el amigo de Irina, que pequeño me parece Wallehesik ahora mismo.

—¿No lo es? —Siento como unos brazos me abrazan desde atrás—Hola hermano.

Dejo a Caleb pasar, Irina se lo presenta a las chicas y los chicos ya lo conocen, Jason y yo estamos fuera sentados en el tranquillo de mi casa esperando al repartidor.

—¿Tu sabías que venía? —Él me sonríe.

—Si, me dijo la dirección a la que tenía que ir y sabía que era tu casa—Pasa su brazo por mi hombro.

—Digno de un acosador.

El repartidor llega entregándonos las pizzas, Jason me ayuda con las cajas de las pizzas, soltamos las pizzas en la mesa donde comeremos, vamos hacia el salón, todos están hablando, todo está saliendo bastante bien. Les avisamos de que las pizzas ya han llegado, todos vamos a la mesa, ponemos bebidas y vasos y abrimos las cajas de las pizzas. En la mesa el gran tema de conversación somos Jason y yo.

—¿Podéis dejar de hablar de nosotros? Como si no estuviéramos aquí.

—Es que es increíble Ari, mi amigo—Dylan nos señala a ambos—Con novia.

—No somos novios—Le respondo.

—Pues que yo sepa los amigos no se besan, no se lían—Jason casi se atraganta—Actuáis como novios.

En la mesa se instala un silencio que no tarda en desaparecer, Daniel empieza a contar cosas que nos pasaban en clase.

—Un día estábamos en clase y de repente oigo, fóllame Ares—Las chicas no pueden parar de reír y yo tampoco—Ariana literalmente lo grito, todos nos volteamos a verla.

—¿Quién cojones es Ares? ¿Le pones los cuernos a mi hermano, cuñada? —No puedo ni hablar de la risa.

—No, es un personaje literario que le encanta—Habla Jason por mí.

—Y si eso no es poco, el otro día estaba en clase y escucho, Alejandro abre la boca y me deja embarazada—Estoy como un tomate y además no puedo dejar de reír.

—Y eso porque no la visteis en primero, un chico le hizo una broma y le pego una patada en sus partes nobles, el pobre chico se tiro lo que quedaba de clase tumbado en el suelo, no podía ni andar—Daniel no para de contar anécdotas que me pasan en clase.

—Bueno ya, deja de contar lo que me pasa en clase, no me dejes más en ridículo.

Aunque prefiera esto a hablar de Jason y de mí, ya he pasado suficiente vergüenza por hoy.

Terminamos de comer, ha habido en todo momento cualquier tema de conversación absurdo y hemos creado un muy buen ambiente, esta vez puede que si funcione.

Cuando terminamos de comer recogemos todos, preparamos una mesa con palomitas, pringles de muchas clases y todo tipo de comida basura de ese tipo, ponemos en las mesas también los refrescos y el alcohol para que cada uno se sirva, Dylan enciende el gran altavoz que ha traído.

—Que empiece la fiesta—Pronuncia antes de encender la música.

*******

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top