VIII

Otra vez remarque una parte de la canción:

"Espero que mis piernas no se rompan"

Ya se estaba haciendo tarde y los negocios estaban cerrando, el sol se ocultaba en ese horizonte inalcanzable que fije como un objetivo imposible.
Mis piernas me empezaron a doler.

"Izquierda, Derecha, Izquierda, Derecha... Se nos hace la noche y no vamos a ver nada, ¿Te acordas como volver a casa?", Pensé

Ese "Alguien" me volvió a atrapar con su insaciable aroma y su irresistible canto en mi oído que reiteraba mi nombre...

"Luciano..."

Ya basta, Ronald McDonald, no voy a caer en tu trampa de payaso gordo y falso.

Entre la discusión con esa estatua de sonrisa espeluznante y la oscuridad que abrazaba el lugar, me perdí en el camino y tuve que pedir indicaciones.

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