BRENDA TENGO QUE DECIRTE ALGO
La mañana del día siguiente era muy fresca, en las noticias anunciaban que seguiría bajando y posiblemente nevaría, yo me encontraba en la estación Grand central, recargado a una pared con las manos atrás escondiendo una rosa, usaba una playera de cuello redondo color negro oscuro con estampado de un fénix color rojo en el frente, con una chaqueta azul marino oscuro desabrochada y un pantalón vaquero, a lo lejos divise a Brenda, quien apenas cruzaba las puertas de la estación, usaba una americana blanca con un jersey gris, unos jeans pre-rasgados color azul y una bolsa color granate, se acercó hasta mí, su respiración era acelerada, se notaba preocupada, cerró los ojos y respiro profundamente, los abrió y me miro a los ojos y antes de que le dejara hablar me acerque a ella y le robe un beso, ella quedo sorprendida, me retire y le dije agachando la mirada ligeramente mientras le entregaba la rosa.
-Te vez linda...
Ella sonrió, se abalanzó a mis brazos y me dio un beso más largo y más profundo que el que yo le avía dado, la abrace por la cintura y la alcé mientras me besaba, después de eso la baje y aun mientras me abrazaba me decía.
-Con esto me quitaste la duda de tu llamada, me tuviste preocupada todo el día de ayer, ¿me puedes explicar de qué se trata?
De pronto al entender lo que le hice pasar agache la cabeza y le suplique perdón por el malentendido pues yo avía tardado un buen tiempo en tomar valor para realizar esa llamada y al escuchar su voz me avía puesto nervioso nuevamente.
-De hecho creí que me avía salido bien la forma en la que te invite.
Ella viéndome desde una posición alzada por su enojo me contesta.
-pues ya vez que no... ¿entonces... adonde me llevaras?
Desde su enojo hasta antes de terminar la pregunta se avía tornado en alegría y curiosidad nuevamente, nos miramos ambos nuestras expresiones las cuales nos produjeron una alegría que termino en risa que hizo que la atención de las personas en nuestro alrededor se centrara en nosotros por un breve momento y después de eso le tome de la mano.
Salimos de la estación pues ese solo era nuestro punto de encuentro, pude haberla citado en otro lado pero que llegara hay era lo único que se me avía ocurrido como parte de mi plan, primero caminamos por las calles y en una esquina estaba un puesto de café, me pare y pedí dos vasos, uno con tres cucharadas de azúcar y un poco de leche en polvo, y el otro un descafeinado con dos de azúcar, mientras lo tomábamos nos dirigimos hacia el centro de Rockefeller, al parecer inaugurarían la pista de patinaje ese día. Ya en la pista notaba como ella se movía con naturalidad en el hielo, su forma de patinaje era majestuosa que me dejaba paralizado, como si me encontrara desnudo en medio del bosque en una noche nevada, ella tenía un brillo, al parecer desde pequeña cada año visitaba la pista de patinaje con sus padres en cambio yo, no me podía mover ni dos metros sin tener que poner las piernas como becerro recién nacido antes de dar un sentón hasta el suelo, ella se acercó con una sonrisa y me brindo su ayuda.
-estas bien.
- sí, pero no está saliendo como creí, se supone que yo debería de impresionarte a ti en este lugar.
-ven – tome su mano y me guio por toda la pista con cuidado, empezaba a disfrutar el patinaje, pues mi inexperiencia me hacía estar más a su lado, de pronto me soltó poniéndose ella enfrente mío y con la mano me animaba a llegar hasta donde se encontraba, me produce risa al recordar cómo fue que termine llegando a donde ella estaba, me dio su mano y puse fuerza para acercarme a ella, nos abrazamos y mientras dábamos vueltas volví a besarla, era como nuestro primer beso, desde que tocaba sus labios mis latidos aumentaban produciendo un placer y una excitación que me hacía querer mas y mis manos se movían solas guiadas solo por el momento y el sentimiento, notaba que ella también cedía al placer, sus labios pedían más, y yo jugaba con la comisura de ellos, volvíamos a olvidarnos del tiempo y también del lugar, ya teníamos tiempo que aviamos dejado de dar vueltas, la mire a sus ojos, esos ojos cafés claros que solo yo podía notar un brillo en ellos, me miraban con ternura, con ilusión..., con amor.
Faltaban dos horas para el atardecer y le pedí subir al mirador del Rockefeller, ya en el ascensor mientras subíamos nos mostraron una proyección de imágenes y luces que duro casi todo el recorrido hasta lo más alto, ella mostro asombro con el efecto de luces que nos proporcionaban entretenimiento hasta la parte más alta, mientras observábamos le tome la mano con fuerza, me voltio a ver con una sonrisa a la cual le respondí de la misma manera. Ya estando en la parte más alta, en frente nuestro podíamos observar el Empire State y detrás de mí se encontraba Central Park, la tomé de las manos, las miro y supo que avía algo.
-Tonny ¿estás bien?, te noto extraño.
-Lo siento Brenda, mis familia me ha pedido que los visite, ellos son de california y puede que tarde unos días por allá.
- pero no te iras para siempre, si fuera solo eso no tendrías que ponerte así.
-no quiero dejarte pero...
-puedes llevarme contigo si quieres..., pues ya las clases terminaran pronto, no abra problema que me retire antes.
Suspire mientras aun tomaba las manos de Brenda, ella se notaba nerviosa aunque me mostraba entusiasmo en su mirada para convencerme.
-lo siento, no puedes venir conmigo.
-¿pero... porque?- aflojo mis manos por un segundo y al notarlo volvió a apretarme y continuo mirándome.
- no te lo puedo decir por el momento, son asuntos familiares no tardare, prometo estar aquí lo antes posible, yo te aviso cuando llego.
Después de escucharme, se quedó callada, acepto por el momento pero supuse que eso le avía dejado más dudas sobre mí, el sol se ocultaba, pintando las nubes con una combinación de colores entre un azul un poco oscuro y anaranjado con rojizo, la abrace por la espalda y nos quedamos viendo la puesta hasta que se ocultó y la luna comenzaba a mirarse en el cielo ya al caer la noche bajamos y pedí un taxi para ella, le abrí la puerta, Brenda se encorvó para subirse al auto, se detuvo y regreso girando el cuerpo para abrazarme con fuerzas y besarme, yo la abrace aún más fuerte.
-te quiero, te quiero mucho Tonny.- me decía al oído mientras me besaba la mejilla.
-Yo descubrí este día que te amo más de lo que avía amado a alguien.- le conteste
Le di un beso en la mejilla y dos más a sus labios, se metió al auto y cerré la puerta, le pague al chofer y le pedí llevarla hasta su casa, el taxi se perdía de vista en la calle y ella volteaba a verme mientras pudo, al poco tiempo yo me dirigí a la reunión con mi familia.
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