━twenty: the death song
╭══❅•°•CAPÍTULO XX•°•❅══╮
EL CANTO MORTAL.
❝Acaba con los monstruos que están dentro de tu cabeza❞
━5 MESES DESPUES.
El océano se movía con gracia mientras el alba comenzaba a elevarse sobre la isla de Berk, los cantos de los pajaros que se despertaban igualmente se escuchó, más los berkianos seguían en sus camas ya que aunque el alba estaba dándole la bienvenida a un nuevo día, el sol aún no estaba saliendo de entre las nubes gruesas. El invierno se estaba acercando y ya se notaba el cambio en el ambiente debido a esto, el sol —sí es que se le veía— despertaba más tarde y la brisa otoñal no solía faltar.
Pero lo más hermoso era el color de la naturaleza, las hojas marrones que caían de los árboles adornando el suelo era una gran inspiración para cierta persona, y esa misma persona era la única fuera de cama a esta hora. Mientras Trueno dormía placidamente, Idunn se encontraba en la costa de la zona norte, al finalizar el bosque donde siempre solía escaparse desde que llegó a Berk y aunque buen escondite no lo era —porque Hipo siempre la encontraba—, le agradaba escuchar el golpe del mar, el viento entre las ramas y especialmente la paz que sentía ahí cuando no estaba volando.
Y esta vez no fue diferente, estaba recostada por una gran roca redonda del lado izquierdo, mientras el lápiz se movía agilmente por las hojas de su cuaderno. Dibujaba el bosque otoñal, tan quieto, tan perfecto como para no hacerle algo y eso era ilustrarla, igual con la poca luz que la luna ofrecía y ahora el alba. Porque sí, Idunn se encontraba en esta zona desde básicamente medianoche porque luego de veinte vueltas en su cama no logró conciliar el sueño, y aunque tuvo muchas ganas de ir a la casa de Hipo, no quería molestar su sueño —sabiendo que a él no le interesaría que lo despertase.
Era extraño, sus pesadillas habían parado, sus reflejos se volvieron más rápidos cuando alguien se le acercaba, incluso lastimó a Hipo una vez cuando el castaño intentó sorprenderla por detrás y ahora no podía dormir, simplemente el sueño no la tocaba. Pero lo más extraño es que, antes cuando tenía pesadillas e insomnio, se sentía horrible y bueno, ya conocen su pelea con sus demonios; en cambio esta vez se sentía bien y plena. Por lo que sus dudas eran imposibles de responder cuando su juicio se encontraba estable actualmente.
Levantó la mirada hacia los árboles para analizarlo antes de volver a detallar su dibujo, repitió sus acciones unas cuantas veces más antes de que un viento fuerte la sorprendiera moviendo las hojas de su cuaderno hasta las primeras páginas y al detenerlo con su mano paró en lo que sería sus inicios dibujando. Hace tiempo no abría esas páginas y sus ojos fueron a parar en el dibujo de una niña con el pelo trenzado que era tan blanco como las nubes, vestía un vestido azul. No hacía más que estar sentada bajo un pequeño arco de flores y la pelirroja recordaba que exactamente por eso la había dibujado, hace como unos doce años atrás cuando aún eran niños.
Idunn suspiró girando su mirada hacia el océano y más allá donde el cielo recién despertado se juntaba con ella, recordando que hace doce años le había prometido a Dhalia Gorm que regresaría por ella cuando supiera volar. Se recostó más por la roca pensando en lo que iba a hacer, no sabía que pasó con ella y su isla era una de las más peligrosas si quería meterse con un dragón bastante llamativo. Cerró su cuaderno y se masajeo las sienes antes de pararse, comenzó a caminar de un lado a otro, ¿si iba a una isla de cazadores, que posibilidad hay de qué despues de doce años ella aún la recordaría? O peor, que se hubiera convertido en lo que su padre y la mayoría en Vrede quería: una cazadora de dragones.
Idunn sabía muy bien como la presión de la gente podía causar estragos en una persona e irse significaría arriesgar a Trueno y a sí misma, por alguien que tal vez ya no la recordaba.
Mientras seguía pensando abrió el cuaderno de nuevo en la página donde estaba el dibujo de Dhalia notando como la hoja estaba a punto de salir, alzó las cejas impresionada que después de sobrevivir por tanto tiempo lo único roto era justamente donde había dibujado a su mejor amiga de la infancia. Miró el cielo por si los dioses querían darle alguna señal o algo, pero no supo sí fue casualidad o realmente alguien la contestó, cuando un viento fuerte azotó la costa rompiendo la hoja del cuaderno haciéndolo volar.
— ¡No!
Cerró la pequeña libreta antes de ir tras la hoja voladora, que para su suerte entró hacia el bosque y no cayó en el mar. La persiguió notando que se había quedado en una pequeña rama de un gran árbol, bufó antes de guardar el cuaderno entre sus ropas con intenciones de subir el tronco para alcanzarlo, no era realmente muy alto ya que solo debía estirarse un poco más cuando sus dedos tocaron el papel el viento volvió a llevarlo más allá, en una zona del bosque que aún no había explorado. Pero no se dio cuenta de ello ya que solo quería su dibujo de vuelta.
La hoja cayó al suelo junto a ramitas y hojas secas de los árboles, bajó una pendiente con agilidad y se encaminó hasta donde estaba su trabajo haciendo crujir lo que había sobre el suelo. Se puso de cuclillas agarrandolo y limpiando la suciedad que se le había pegado, sacó su cuaderno y con cuidado lo puso de vuelta en su lugar, hasta que escuchó un gruñido y algunos matorrales a unos metros frente a ella se movieron, se alertó parándose lentamente en su lugar más no hizo movimiento alguno. Otro gruñido fue escuchado y gracias a la primera y débil luz del sol el lugar fue iluminado mostrando con poca claridad lo que había: un dragón.
Este al notar que lo estaban viendo dio un paso hacia la claridad y fue ahí donde Idunn pudo detallarlo mejor. Era un dragón delgado y alargado, de color naranja amarillento con detalles en un azul brillante, poseía un cuerno nasal grueso y que se curvaba hacia adentro, sin contar los dos grandes y espirales cuernos —como los de una cabra pero mucho más altos— encima de su cabeza y finalmente dos crestas de color azul a cada lado de su fina cabeza que comenzaba a desplegarse cada vez más.
Era un Canto Mortal, uno bastante agitado.
— Hey, ¿te perdiste? —el animal colorido comenzó a respirar más fuerte sin dejar de mirarla de forma amenazante, pues sus pupilas estaban en una fina línea e Idunn conocía el temperamento de esta clase de dragones—. No quiero hacerte daño.
El dragón se paró contra sus dos patas traseras revelando su gran tamaño, era delgado sin embargo también sumamente alto que llegó a taparla por completo y le invadió un pánico creciente. Dio un pasó adelante sin tener intenciones de rendirse más el dragón lo tomó como una amenaza, así que rugió tan fuerte que tuvo que taparse lo oídos y ahogar su propio grito por el dolor que comenzó a sentir en sus tímpanos.
Más allá en el bosque, con Berk ya despertado, Hipo estaba caminando hasta la costa donde Idunn siempre se encontraba. Él sabía que la pelirroja solía irse ahí, cuando no la veía junto a Astrid, para dibujar por la calma que le daba, y fue ahí cuando escuchó el rugido que asustó a muchos pajaros y a él mismo. Se puso en marcha por el bosque otoñal hasta el lugar donde conocía que se encontraba el nido del Canto Mortal, grande fue su sorpresa al hallar a Idunn en el suelo con sus manos en su cabeza tapando sus oídos, esperaba que no le hubiera afectado su audición.
— ¡Alysanne! —exclamó el castaño llamando la atención del dragón quien parecía haber bufado al reconocerlo—. Tranquila, ella no te hará daño, es una amiga.
Ah, con que es un ella, era una dragona y una muy malhumorada. La ahora llamada Alysanne volvió a bajar al suelo mientras sus pupilas se dilataban al observar a Hipo más volvía su mirada de un segundo a otro donde seguía estando Idunn, sin confiar en ella en lo absoluto. El castaño le tranquilizó todo lo que pudo mientras también explicaba que la pelirroja era alguien importante para él y que no quería hacerle daño, para que luego la dragona volviera a bufar retrocediendo hasta los matorrales donde había estado antes. Hipo suspiró antes de acercarse hasta la chica, quien seguía en el suelo un tanto confundida por la situación, él le extendió sus manos para que ella las tomara, lo cual hizo, levantándola.
— ¿Estás bien? ¿Me escuchas? —preguntó un tanto preocupado, llevando sus manos hasta el cuello de la contraria para ver si no salía sangre de sus oídos y al ver que no como también que ella asentía, soltó un suspiro aliviado.
— ¿Por qué tienes un Canto Mortal escondido en el bosque? —preguntó esta vez Idunn—. No es su territorio.
Lo vio suspirar, bajar la mirada un segundo antes de mirar atrás para observar como Alysanne se acostaba bajo la débil luz del sol, avanzó hasta quedarse cerca de la dragona teniendo a Idunn de la mano.
— Era de una amiga, pero tuvo que irse y le había prometido que la cuidaría hasta que regresara, se mantiene por aquí ya que no es muy sociable y ella aún no ha regresado —puso una mueca mirando a la dragona colorida, Idunn pasó la mirada de la criatura hasta él y una sonrisa se posó en sus labios.
— ¿Era tu ex? —bromeó causando que Hipo se sobresaltara por tan inesperada pregunta.
— ¿Qué? No, no, no —se aclaró la garganta y su nerviosismo hizo que Idunn lo mirara con ojos entrecerrados.
— Pero fue algo, ¿no?
Hipo la miró luego de suspirar creyendo que encontraría algún tipo de molestia en su rostro, más lo que halló fue la más pura curiosidad. Ellos se habían confiado muchas cosas, no todas ya que las cosas nuevas de sus vidas solo surgían en alguna conversación, además Hipo no creía que fuera adecuado hablarle a su actual pareja sobre un antiguo amor platónico.
— Fue solo un amor platónico no correspondido —explicó moviendo ligeramente su cabeza, la pelirroja sonrió de lado—. Estoy bastante seguro que tampoco te hubieras fijado en mi hace algunos años.
— ¿Cómo estás tan seguro de eso? —alzó las cejas antes de desviar su vista azulada hasta la dragona que los miraba atentamente—. Según las declaraciones de Astrid me hubieras parecido muy tierno.
— Así que, ¿hablas de mi con Astrid? —una sonrisa comenzó a elevarse por sus labios al ver como ella se había quedado muda, ya que se había exhibido solita, la pelirroja tragó saliva antes de responder como si nada.
— Tal vez, ¿ella cómo se llama? —preguntó desviando la pregunta del otro quien evitó reírse, pasó su lengua por sus labios antes de responder.
— Dhalia, su nombre es Dhalia.
Y ahí fue la segunda vez que vio como Idunn se congelaba en su lugar en menos de diez minutos, sabía que la rubia había pasado por Berk hace cinco años y que la banda sabía quién era ella, que había ayudado a Hipo con Chimuelo y que luego se la llevaron sin dejar un rastro. Que hubiera sido un platónico de Hipo realmente no le importaba mucho más de que su mejor amiga de cuando era niña, era la dueña del Canto Mortal que casi la había dejado sorda momentos atrás.
Dio un paso hacia su costado para mirar a Hipo sin romper el contacto con sus manos.
— ¿Dhalia Gorm de Vrede?
— Sí, ¿la conoces?
— ¡Era mi mejor amiga! ¿Es su dragón? —el castaño asintió y la sonrisa de Idunn se extendió—. Consiguió un dragón, no puedo creerlo, creo que sé por qué no se fijó en ti —comentó acercándose a él, Hipo alzó una ceja con una sonrisa sellada esperando que continuara—. Le gustaba mi hermano, nunca me lo dijo directamente pero era bastante obvio.
— Ah, con razón, no podía competir contra alguien como Alistair —ella rió arrugando su nariz, de alguna forma la ponía feliz que Hipo se hubiera convertido en alguien muy cercano a Dhalia y que, supuso, gracias al castaño ella hubiera conseguido un dragón y no cualquiera, ya que un Canto Mortal no era fácil de entrenar, se sintió orgullosa. Hipo se mostró pensativo mientras miraba el rostro pecoso de la chica—. Tú eras la niña pelirroja de la que ella me habló.
— ¿Qué?
— ¡Sí! Ella me habló de ti, indirectamente, porque nunca dijo tu nombre pero lo hizo, me habló de dos niños gemelos pelirrojos que vivían en una isla de dragones.
— ¿Y hasta ahora te das cuenta?
— De hecho, lo andaba pensando desde hace tiempo —ella asintió con un mohín divertida antes de ponerse seria.
— Ella se acordó de mi —comenzó a negar—. No puedo dejarla en esa isla, le había prometido que iría por ella e Hipo, no me intentes detener.
— No lo haré —dijo con rapidez sorprendiendola ya que pensaba que no la dejaría irse, lo miró con los ojos entrecerrados abriendo la boca par decir algo pero Hipo añadió antes—: Y tampoco irás sola.
Una sonrisa se abrió pasó por los labios de la pelirroja agradeciendo el apoyo que le daba y honestamente, eso fue lo que la alegró más al saber lo cercanos que ambos eran por Dhalia y tanto Hipo como ella necesitaban ayudarla, se lo merecía. Idunn se puso de puntas para dejarle un beso en los labios, al separarse el azul y el verde de sus ojos chocaron haciendo sonreír de lado al castaño mientras que Idunn se mordía el labio, mantenía sus manos sobre el cinturón que estaba en su pecho el cual unía sus hombreras. Cuando Hipo volvía a acercarse para volver a unir sus labios, el bufido de Alysanne los hizo parar, giraron para ver el momento exacto en como la dragona rodaba los ojos al verlos tan acaramelados.
Ajá, amigos.
— Creo que hay que irnos —murmuró Idunn, ya que al estar tan cerca de él no necesitaba alzar tanto la voz.
— Estoy de acuerdo —dijo de la misma manera, la miró y con rapidez le robó un beso, Idunn sonrió encantada—. Está bien, Aly, quédate aquí —ordenó con la voz más fuerte para que lo escuchara, la aludida se limitó a gruñir como una afirmativa un tanto obvia.
Se volvieron a agarrar de la mano y con una última mirada hacia el Canto Mortal se alejaron hacia el bosque y la salida de este, para ir a avisar que irían a la isla de Vrede.
¡Hola! ¿Qué tal? Espero que bien uwu, ¡así iniciamos el acto dos! No saben cuan emocionada estoy por esto y todo el diabetes que voy a causar por culpa del que el hiccunn ya es canon, no me culpen, estos dos merecen darse amor 7w7
Tengo algunos puntos que aclarar, empecemos:
1. Dhalia Gorm, como ya lo dije en capítulos anteriores, le pertenece a mi querida Abby (IWhiteMoonI), todos los créditos a mi lady.
2. El nombre del Canto Mortal es una referencia próxima (lo verán en el otro capítulo) como también a Alysanne Targaryen de Juego de Tronos.
3. El cap no me gusta mucho pero espero que a ustedes sí ahre.
4. El uniforme de Hipo ya es el que se muestra en The Hidden World, que es mi fav por cierto y también el de Idunn mhm.
5. Disfruten los capítulos así que pronto se viene el drama.
6. Siganme en mi cuenta de Ig, estoy como _odinsdottir, ahí podrán enterarse de muchas cosas con respecto a la trilogía en la que está wttf, tal vez algunos adelantos y dinámicas entre Idunn, etc.
Sin más que decir, espero que les haya gustado, ¡nos leemos pronto!
Mag.
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