━twenty six: the light fury

══❅•°•CAPÍTULO XXVI•°•❅══
LA FURIA LUMINOSA.

❝Día y noche se encontraron; y se enamoraron❞

Esto es Berk.

Todos los dragones rescatados de la redada de anoche seguían al Alfa, Chimuelo se encontraba en la punta y el equipo dispersado entre la bandada de animales voladores. Quien seguía con más esmero al Furia Nocturna era un gran Destripador Carmesí, tal vez era su forma de agradecer el haber sido liberado o simplemente porque aquel pequeño dragón oscuro era su líder.

— Su hogar lejos de su hogar, un destino increíble con todo incluido y sin que tengan que pagar nada —presentaba Hipo mientras entraban en la ocupada ciudad, atestada de dragones y vikingos, era muy divertido verlo hablar y explicar a los dragones recién llegados además de lo emocionado que solía encontrarse por traer nuevos berkianos—. Así que acomodense y dejen sus preocupaciones atrás, el servicio es de altura, la comida flamante y los locales son sumamentes animados.

» Cualquier paraíso común y corriente cuenta con playas y sol, pero nosotros no, nosotros tenemos algo que nadie más puede tocar. Nosotros, amigos míos, tenemos dragones.

Los primeros dragones tocaron tierra seguido de los jinetes, los vikingos se acercaron para darles la bienvenida a los nuevos como también para ofrecerles comida y revisar si se encontraban en buen estado. Los jinetes se estiraron luego de haber estado mucho tiempo en la misma posición, pues habían ido muy lejos y estaban cansados. Idunn se deslizó por el ala de Trueno estirando sus brazos para luego quitarse el casco y dejar caer su rojiza melena, que estaba bastante largo a decir verdad, atada en dos trenzas cada lado dejando que del lado izquierdo cayera su largo flequillo —cortesía de Astrid—, también tenía unos cuantas rastas que Brutilda le había hecho. Al parecer a todos les gustaba su cabello y les encantaba hacerle peinados.

— Ay, de nada, fue un placer —habló un socarrón Patán moviendo sus manos, aprovechó en ponerle su casco, que imitaba la forma de la cabeza de Colmillo, a un niño que miraba asombrado a los dragones—. Acabé con cien atrapadores, ¡no! Miles de ellos.

— Tus chillidos fueron muy convincentes, eso les habrá asustado —dijo Idunn divertida antes de que los Thorston, quienes estaban a su lado, se rieran de la misma forma.

— Si, con su trasero en llamas —continuó la rubia burlona que la pelirroja no pudo evitar reír.

— ¡Mi gruesa barba casi se quema! —exclamó Brutacio indignado, Patán rodó los ojos y se alejó de ellos sabiendo que lo mejor que podría hacer sería ignorarlos. Brutilda hizo un mohín de cansancio por las veces que había oído aquello, pues lo único que su gemelo hacía era unir su largo cabello y fingir que tenía la barba que le faltaba.

— Ugh, solo... solo detente.

Idunn se limitó a negar antes de avanzar hasta Astrid quien tenía cara de pocos amigos, Patán fue a preguntarle a Valka que había opinado de sus tácticas poniendo la paciencia de Hofferson colgando de un hilo. Era claro que el pelinegro tenía un amor platónico en la madre de Hipo, todos lo notaban menos la mayor que pensaba cualquier cosa menos aquello. Y por el malhumor de Astrid, bueno, Idunn sabía que se debía a que casi los habían atrapado por culpa de lo poco sigilosos que solían ser. La pelirroja le palmeó el hombro al pasar a su lado causando que la rubia bufara, se dirigió entonces hasta su hermano quien estaba dándole mimos a un dragón que identificó como un Colmillo Afilado, este se veía algo cohibido por el toque cariñoso del jefe de Fair.

Alistair la miró desde el suelo, ya que estaba de cuclillas y alzó las cejas con una sonrisa. Al igual que Hipo, Al también estaba emocionado de rescatar dragones y llevarlos a Berk, lugar donde sabía estarían seguros. Por esa razón Idunn creía que se llevaban bien y le agradecía a los dioses por ello. Se sentó a su lado en el suelo para descansar sobre la hierba, Al le pasó su cantimplora de cuero que llevaba a todas partes por si tuviera sed y por supuesto que la tenía, lo agarró entonces para beber un trago.

— Creo que el verdadero héroe del día fue Chimuelo —apuntó el castaño luego de escuchar lo que su madre le decía a Patán, se lanzó hasta él para abrazarlo y comenzar a hablar de forma más cariñosa, mimos que el Furia aceptó gustoso—. ¿No es cierto, amigo? ¿Qué haríamos sin ti, Rey de los Dragones? ¿Qué haríamos nosotros?

— ¿Dejar de estropearlo? —preguntó primeramente Idunn antes de que Alistair la siguiera con otra pregunta.

— ¿Saber cómo trabajar todos juntos?

— Bueno, entrenar más duro para empezar, eso fue bastante descuidado.

— Salvajes —murmuró Patán por las palabras de ambos pelirrojos y la rubia. Astrid le dirigió una mirada que lo calló al instante.

— Ellos tienen un punto —interrumpió Valka poniéndose de pie ya que había estado controlando a los dragones recién llegados, tratando de tranquilizarlos—. Tal vez todos ustedes confían demasiado en sus dragones y no lo suficiente el uno con el otro.

— Ven, eso es exactamente lo que estaba diciendo. Escúchenla, muchachos —apuntó Patán haciendo fruncir el ceño al equipo, ¿cuándo supuestamente dijo eso? Caminó para ponerse a lado de Hipo quien analizaba las palabras de su madre antes de que el pelinegro le diera una nalgada, Idunn quien justamente estaba dando otro sorbo del agua se atragantó queriendo reír por aquella escena—. Sí, tu mamá está muy impresionada conmigo, soy como el hijo que siempre quiso.

Idunn soltó una risa cuando la tos la pudo abandonar, la cara de indignación de Hipo fue épica y como Patán lo decía como si hablara del clima para molestarlo era lo mejor. Alistair sonrió negando agarrando su cantimplora sin querer reír al igual que su hermana, aunque igual aquella sonrisa era burlona. Hipo la miró y achicó sus ojos.

— ¿Te quedarás ahí riendo y ya? —movió los brazos y hombros como era costumbre en él.

— Si, ese es mi plan —asintió antes de sonreír.

— Con una novia así para quieres más enemigos —contradijo Alistair divertido escuchando la queja de su hermana, al querer levantarse ella lo agarró por detrás y lo abrazó por el cuello, Hipo no puedo replicar nada, siempre le había gustado la interacción de los hermanos y los unidos que eran.

Luego del desastre que causó el juego entre Pescadilla —el pequeño bebé de Albóndiga, dragón de Patapez— y el Destripador Carmesí, que de grande también tenía de tierno al parecer, apareció Bocón quejándose de que para qué tenían al Rey de los Dragones si no había control. Con el gran dragón tranquilo gracias a Chimuelo, más quejas del vikingo sin una mano y las supuesta maldición que traía el pequeño Hobgobbler, quien a los Kerr siempre le habían parecido adorables por como ronroneaban, finalmente fueron a sus cabañas para cambiarse.

Alistair quedaba con Hipo las veces que solía venir a Berk, pasaba la noche antes de volver a Fair, también eso fue lo que los acercó más. Pues Alistair quería estar seguro que fuera el adecuado para su hermana y terminó encontrando un amigo nuevo.

Era ya pasado medio día cuando llegaron, habían ido mucho más allá de las zonas nubladas e incluso partiendo a la madrugaba tardaron igualmente, en consecuencia a eso morían de hambre. Idunn llegó junto a Astrid al comedor, desviando mayormente dragones a los que ya se le permitía entrar junto al resto, notó a Trueno junto a Tormenta en el fondo, tomaron sus platos con la sopa y fueron a sentarse en la mesa donde el resto ya se encontraba comiendo o intentando al menos, hasta en la mesa eran un desastre.

La rubia se sentó cerca de la esquina mientras Idunn a su lado, solo que del otro ángulo, Valka estaba cerca de ella dejando un espacio entre ambas, lugar que querían dejarle a Hipo. La castaña rojiza mayor le mencionó que tanto Astrid como ella habían hecho un buen trabajo a lo cual ambas sonrieron, a Idunn le encantaba tener una buena relación con su suegra, aunque de hecho fue su amiga antes de saber que era madre de Hipo. Poco tiempo despues llegó Alistair quien divertido mencionó que Bocón seguía quejándose con el ojiverde.

— Me impresiona que no le salga canas —habló aún en ese tono divertido sentándose entre Astrid y Patán, para claramente estar cerca de la rubia.

— ¿A quién? ¿A Hipo o a Bocón? —preguntó Brutacio quien estaba sentado del otro lado, los integrantes de la mesa se limitaron a reír.

Minutos despues escucharon la voz del vikingo rubio, exactamente como lo dijo Alistair, seguía quejándose. Mayormente en lo que decía Idunn debía admitir que tenía razón, seguían cargando Berk de dragones y la isla no era muy grande, ya no había tanto espacio como lo hubo al inicio, añadiendo que fácilmente podrían convertirse en un punto para los cazadores, es lo que pasó con Fair y no deseaba repetir aquello. Al reunir a los dragones en un solo lugar no sería tan difícil que los ataquen, al menos suponía que podrían ganar por la cantidad de criaturas voladoras que tenían de su lado, pero no podía relajarse como se debía. Tenía que hablar con Hipo, tal vez ofrecer Fair para enviar al resto de los dragones ahí, hablar con Alistair de paso aunque de seguro su hermano no pondría ningún problema.

— Se supone que son la generación que nos llevará al futuro —llegó Bocón sacándola de sus pensamientos, fue abruptamente interrumpida por el rubio cuando quiso beber de su sopa, ya que la empujó para sentarse a su lado quedando en medio de la joven pareja.

— ¡Pelea de comida! —exclamó Patán luego de que por un descuido, es decir una pelea entre Brutacio y Eructo por un pescado, haya terminado golpeando al pelinegro y así iniciando la famosa pelea entre los gemelos y Patán.

— ¡Thor, ayúdanos! —exclamó Bocón cuando parte de la sopa le llegó a su rostro, se quejó limpiandose mientras los demás lo ignoraban—. Es hora de dejar de preocuparse por los problemas de afuera... —agarró a Idunn por los hombros con el brazo donde le faltaba una mano y que ahora estaba siendo reemplazado por una cuchara de madera, la pelirroja gruñó esperando que la soltara ya que quería seguir comiendo, el rubio le hizo lo mismo a Hipo solo que a él lo atrajó hasta su pecho—. Y empezar a ordenar los que están justo aquí.

— Bocón, déjame comer —gruñó la fairiana fallando en intentar sacar el brazo fornido que rodeaba su cuello.

— ¡Está bien, está bien! Lo voy a pensar —murmuró rápidamente Hipo con voz ahogada por el fuerte agarre del vikingo.

— ¿Saben qué? Cuelguen las sillas de montar y cásense —dicho esto literalmente todo el salón quedó en silencio, el equipo dejó de pelear y la mayoría los miró. Idunn abrió los ojos quedando helada frenando cualquier movimiento para liberarse.

— ¡La palabra con "C"!

— Que asco, al menos que sea conmigo —enunció Brutilda antes de tirarle un plato con comida a su gemelo, el corazón de Idunn latió con fuerza con aquellas palabras que no abandonaban su cabeza y no ayudaba en nada que todos estén en silencio y expectantes a ellos tres.

— Empiecen a gobernar como una pareja real de verdad —continuó Bocón ahogando a Idunn, no con el brazo que seguía alrededor de ella, sus palabras eran más pesadas, fue peor cuando esta vez se dirigió a ella—. ¡Cásate con él, por favor! Eres de las pocas con sentido común por aquí. Contigo llevando los pantalones todavía hay esperanza.

— Dioses, Bocón, no —habló finalmente saliendo de su agarre, aprovechando que todo su peso fue hacia Hipo y a ella solo la estaba atajando con su protesis de cuchara, se puso de pie para irse pero antes de eso añadió—: No lo hagas más incómodo.

— ¡Idunn, no seas así! —exclamó yendo tras ella más Idunn rápidamente se pudo escapar, necesitaba respirar.

Salió del Gran Salón soltando un gran suspiro al tener más aire libre, el apetito se le había ido por completo y maldecia aquello, la sopa había estado deliciosa. Bajó los peldaños deteniéndose al final, la ciudad ya no tenía un transito libre así que era imposible ir a caminar como normalmente lo hacía, puso una mueca. Como invocando, Trueno apareció a su lado mirando a los dragones con sus grandes ojos dorados, aunque su pupila estaba dilatada así que poco o nada se notaba aquel bonito color, hizo un sonido con su garganta antes de mirarla curioso por la reacción que tuvo en el comedor.

— ¿Quieres ir a volar un rato? —preguntó luego de acariciarle su nariz, Trueno se puso recto abriendo más sus ojos antes de inclinarse para que se suba con más facilidad, Idunn sonrió pasando sus pies por la garra de su ala, su paleta y finalmente su lomo—. Estás muy grande, bebé dragón, vamos al cielo —acarició su lomo antes de sujetarse de la manija cuando el híbrido dejó de tocar tierra.

Respiró más relajada al estar ahí arriba, como siempre sin ataduras ni responsabilidades. Volaron con tranquilidad por encima de la isla y alrededores, no quería alejarse mucho pues solo quería pensar.

— Sabes, Trueno, sí quiero casarme —comenzó a decir mientras sobrevolaban el bosque, el dragón hizo un sonido entiendo lo que decía. Idunn siempre había encontrado agradable hablar con él cuando lo necesitaba, aunque no podía responderle como debía, ambos se entendían perfectamente—. Es decir con Hipo porque realmente nunca quise casarme, pero he cambiado mucho en este año que pasó y la mayoría de las cosas se lo debo a él. Lo amo y estoy lista, pero creo que él no.

» Una boda y estar casada es muy diferente que solo ser una novia, y Hipo, él... sé que me quiere de la misma forma que yo pero... —suspiró—. Él no piensa en el futuro, deseo que lo que esté, nada me haría más feliz. Pero necesito que él se de cuenta del muchacho quien es dentro, fuerte y confiado, seguro de si mismo. Él me ayudó en creer en mi misma, pero él no cree en si mismo... tal vez pueda esperar, ¿no? Tal vez lo ayude como él lo hizo conmigo.

Trueno ronroneó en aprobación a sus palabras, el híbrido siempre la apoyaba no importara que. Idunn sonrió y bajó su cuerpo para abrazar su cuello, quedando bajo las crestas que sobresalían de su cabeza.

— ¿Qué haría yo sin ti, bebé dragón?

Tiempo despues cuando el sol estaba en su punto más bajo, mostrando los colores del atardecer para darle paso a la noche, Idunn encontró a Hipo sobre una de las colinas más altas de la isla, la que daba vista a la ciudad y uno de los lugares en el que solían pasar juntos la mayoría del tiempo, era como su punto de escape. El castaño estaba de rodillas sobre el suelo mirando su mapa, tal vez de verdad estaba pensando en las palabras de Bocón, la pelirroja decidió acercarse a lomos de Trueno usando la corriente fuerte del aire que pasaba por esas alturas.

El joven jefe alzó la mirada al notar el cuerpo morado del híbrido, sonriendo de lado sin mostrar dientes al verla tan relajada y hermosa por la brisa que le golpeaba el rostro.

— Con que aquí te escondes de Bocón, eh.

— Ah, no tengo idea de lo que estás hablando —se excusó viéndola aterrizar. Bajó de Trueno y rápidamente fue recibida por Chimuelo quien le puso en mano la pierna proteica del castaño, que solía usarlo como juguete, inundado en su baba. Idunn puso un mohín por esto último antes de tirarlo de un lado, ambos dragones se pusieron a la marcha para buscarlo y cual perro entregárselo de vuelta—. Por cierto, Al decidió quedarse porque desapareciste toda la tarde, se irá mañana.

— Creo que Al solo me usa como excusa para quedarse —mencionó acercándose a él para limpiar la baba que quedó en su mano en el hombro de Hipo, quien frunció el ceño por no entender a que se refería—. Bueno, estaba pensando en lo que dijo Bocón y tiene razón, ¿sabes?

— ¿De verdad? —preguntó con cierta emoción y sorpresa mezcladas, la pelirroja se acercó hasta la orilla de la colina para caminar por el borde, la ponía orgullosa saber que podía hacer esto cuando antes se hubiera desmayado por ver la altura en la que estaba—. ¿Crees que tú y yo deberíamos...?

— ¿Qué? Oh no, no estamos ni cerca de estar listos para eso —suspiró sin mirarlo, pensando en las palabras que solo Trueno había escuchado, se mordió el labio antes de sentarse en la orilla cerca de él, Hipo suspiró asintiendo, fingiendo estar de acuerdo aunque muy en el fondo le decaía que ella dijera que no—. Me refería a todo esto, los dragones.

— Parece que todo el mundo sabe de nosotros ahora —suspiró.

— Mientras más dragones traigamos, seremos un objetivo más grande y eso podría ser un problema —continuó antes de que la pierna ensalivada cayera en su regazo, volvió a tirarlo al vacío mientras los dragones bajaban a toda velocidad para ver quien lo agarraba primero—. Te iba a decir algo que se me ocurrió...

— Yo también —murmuró llamando su poderosa atención, ¿también había pensado llevar a Fair algunos dragones? Idunn frunció el ceño girando su cabeza para observarlo. Lo vio observar la ciudad un segundo antes de fijarse en ella—. Papá solía hablar sobre de un viejo mito de marineros, de una tierra secreta en el borde del mundo donde los dragones vivían totalmente fuera del alcance.

— Los marineros son conocidos por sus historias fantásticas, tal vez exageradas —dijo en cambio volviendo su vista a la ciudad.

— Cierto —admitió antes de poner su mano sobre la ella, volviendo a llamar su atención—. ¿Pero y si es real? Podría ser la respuesta a todos nuestros problemas.

— ¿Y cuál es tu idea? ¿Mudar a todos los dragones allí? Ni siquiera sabemos si existe, Hipo.

— No, a todos nosotros.

— ¿De verdad? —alzó las cejas haciendo notar que no era una buena idea, mudar a todos a un lugar que podría ser o no real no sonaba factible, añadiendo que los berkianos no querrían abandonar su hogar. Hipo suspiró bajando las cejas notando el tono negativo de la pelirroja—. ¿Y obligarlos a abandonar su hogar de siete generaciones? El hogar que tu padre te dejó para proteger. Escucha, Hipo, sé que amas a los dragones pero necesitamos una verdadera solución —suspiró poniendo esta vez su mano sobre la de él al ver que había decaído más con sus palabras.

Ella lo entendía, había pasado por lo mismo cuando hubo sobrepoblación en Fair y los cazadores ya sabían de ellos, ¿qué hizo? Eligió a su gente sobre los dragones y los dejó ir, esperando y rezándole a todos los dioses que no les pasara nada malo.

— Mi idea era mudar a la mitad de los dragones a Fair, sé que Alistair no tendrá ningún problema en recibirlos —explicó—. Piensa en ello, ¿sí?

El castaño asintió, pues mala idea no era, ambos miraron atrás al escuchar como los dragones jugaban aunque Chimuelo no estaba queriendo compartir la prótesis guión juguete, sonrió al ver como Trueno le hacía ojitos a su ahora Alfa, sin embargo, el Furia no se dejaba.

— Lo pensaré —habló el castaño dándose la vuelta para darle la espalda a la ciudad—. O podríamos seguir el consejo de Bocón y casarnos, eso arreglaría todo —se encogió de hombros a lo que Idunn negó con diversión, él seguía pensando en eso, antes de que pudiera contradecirle volvió a hablar—. ¡Pero, oye! Si tienes dudas sobre tu servidor estoy bastante seguro que Patán está disponible.

— Siento decepcionarte pero Patán solo tiene ojos para tu mamá —sonrió divertida por el gesto ofendido de Hipo antes de reír ligeramente, el castaño la empujó sin mucha fuerza.

— Eso fue cruel, mi lady.

— Solo digo la verdad, tú quieres boda, tal vez podría haber una despues de todo —canturreó con una sonrisa inocente que no tenía nada de aquello.

— ¿Cómo te atreves? —la agarró de la cintura atrayendolo hasta él para hacerle cosquillas en forma de venganza, ella intentó salir de su agarre más él no se lo dejó—. Oh, no, no te vas a escapar esta vez.

Idunn reía tanto porque su cara de ofendido seguía presente como por las cosquillas que le estaba haciendo, la agarraba con fuerza y ella por tanto reír ni podía moverse. Su cabello cubrió su rostro, maldiciendo el hecho de que él ya sabía donde tenía cosquillas, gruñó queriendo salir de su agarre y sonrió cuando una idea le llegó. Aprovechando que su cabeza estaba sobre uno de sus hombros, solo dio la vuelta para acercarse a su cuello y morderlo de forma suave pero que fue suficiente para que él parara. Hipo jadeó frenando sus movimientos al no haber siquiera pensado que iba a hacer aquello, momento que Idunn aprovechó para salir de su agarre, empujarlo y subirse sobre él.

Ow, ¿te distraje, pecas? Yo gano esta vez —sonrió victoriosa viendo como las mejillas del contrario se volvían ligeramente rojas.

— T-Tú siempre ganas —murmuró algo nervioso, pues aunque Idunn solía ser bastante atrevida en ciertas ocaciones, nunca antes había hecho algo así.

— Sabías con quien te metías —alzó una ceja manteniendo su sonrisa. Hipo abrió la boca para decir algo, incluso pensó en inclinarse hasta ella para ver si podía ser algo atrevido con la pelirroja, muchas opciones pasaron por su cabeza con el objetivo de sorprenderla, sin embargo, no pudo cuando escucho un llamado a lo lejos y a Chimuelo, quien volvía con la prótesis, lo soltara y fuera tras aquella voz.

— ¿Oiste eso? —preguntó Idunn levantándose y ayudandolo para ponerse de pie, él asintió poniéndose la prótesis e intentar ir tras su dragón más el Furia ya había planeado hasta el otro lado del risco que daba hasta el bosque en busqueda del llamado—. Trueno, ¿nos ayudas a bajar?

El híbrido se inclinó para que se suba, mostrando que aceptaba la propuesta, ya con Idunn en su lomo caminó hasta la orilla donde Hipo se encontraba y volvió a inclinarse. La fairiana le pasó la mano para ayudarlo, el castaño la aceptó e imitó como ella solía subirse en su dragón, quedando sentado tras ella.

— ¿De verdad mi dragón acaba de abandonarme? —preguntó él con sorpresa agarrando la cintura de su novia cuando Trueno se lanzó por el risco.

— No te abandonó, deja de juntarte tanto con Al, se te está mudando el drama —negó llegando al suelo, no quería decirle que eso había pasado, pues Chimuelo no lo había mirado ni notado cuando fue hacia el bosque.

Trueno caminó unos pasos más antes del que el llamado se escuchara más cerca por lo que se detuvo. Ambos bajaron y siguieron los rastros de Chimuelo en silencio, pues no sabían con que se encontrarían, mientras avanzaban la noche había caído por lo que el camino no era tan visible. Llegaron hasta un claro y rodeando un árbol quedaron fascinados por lo que veían, ahí donde la luna daba había otro Furia Nocturna solo que de color blanco, se acercaron sigilosos para no alertar a ninguno pues parecían estar compartiendo un momento, fueron descubiertos cuando Hipo sin ver su camino rompió una pequeña rama caída llamando la atención de lo que supusieron era una dragona.

La Furia disparó una bola de plasma que fue a parar por el árbol que habian rodeado rompiendolo a la mitad por la fuerza ejercida, ambos se ocultaron tras otros troncos grandes que había antes de salir de sus escondites, no tendría sentido seguir ocultos cuando ella ya sabía que se encontraban ahí. Hipo fue quien salió más hasta el medio por la sorpresa y fascinación de estar viendo otro Furia Nocturna, tan ensimismado estaba que no notó como otra bola de plasma se dirigía hasta él. Idunn, quien tuvo un déjà vu por lo ocurrido hace un año con Estoico, abrió los ojos y actuó rápido, se lanzó hasta él para empujarlo del impacto mortal que terminó de vuelta por el tronco ya destruido.

Ambos se quejaron por el golpe que se dieron antes de que Idunn se ponga de pie pues aquella dragona parecía no confiar en ellos. Al ponerse de pie ayudó a Hipo a hacerlo pues él se habia dado un golpe mayor.

— Si, si, dile que somos amigos, no hay necesidad de matarnos.

La dragona se veía asustada por la presencia de ellos dos, en cambio a los que todos pensaban, los humanos eran más peligrosos y una amenaza en la mente de estas criaturas, lo cual era totalmente entendible. Así que rápidamente tomó vuelo para irse de ahí, aprovechando la libertad que aquel grupo de cazadores le habían dado, Chimuelo la intentó seguir subiendo a un árbol ya que no podía volar, como bien saben. Cuando llegó a la copa y para más sorpresas para la pareja, la dragona lanzó otra bola de plasma en el cielo estrellado y al pasar entre ellas desapareció, así sin más.

Ambos quedaron fascinados por lo que vieron, dándole el nombre de Furia Luminosa mientras Chimuelo quedaba viendo el cielo por si ella decidía volver, sin saber que el enemigo estaba mirándolos cual depredador y lastimosamente ellos eran su nueva presa.

¡Buenas! Espero estén bien uwu. Actualicé rápido, que impresión xd also estoy emocionada porque ya empezamos la peli y ya saben quien aparece despues de esta escena 👀

Also no saben lo que me costó cambiar las escenas de Astrid para que no sean iguales, ahí pueden ver la diferencia que hay entre el hiccstrid y el hiccunn, mientras Astrid es violenta, Idunn tiene otros métodos ahre 🌚

Also too, Astrid y Alistair, solo diré eso 🌚

En mi cuenta de instagram ya lo dije pero lo digo aquí de vuelta, encontré como sería el peinado de Idunn mencionado al principio, sería algo así:

Hasta el color del cabello es igual (si, ese sería el cabello natural de nuestra prota). La chica es una cosplayer y tiene muy buenos trabajos, si quieren ver más está en instagram como hannah_redfoxcloset.

Eso sería todo por hoy, espero les haya gustado, no se olviden de comentar y votar es importante para mi ☹

¡Nos leemos!

Mag.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top