- Capítulo 3: Deciciones equivocadas-

Ya llegamos al día de la semana que todos aman: Viernes.

Hoy comienzo mi primer día en la universidad privada de Kalos. Un centro de estudios muy 'importante' en el país. Recogí mi bolso y elegí un abrigo rosa pálido con gris para complementar mi vestimenta, me miré al espejo y comencé a preguntarme: ¿Es esto lo que realmente quiero hacer con mi vida?

Eso lo probaré hoy mismo.

Me despedí de mi madre, ella estaba muy feliz por mis logros. Pero, creo que yo no lo estoy... Estoy comenzando a confundir mis ideas.

Tomé un taxi, saludé al conductor amablemente con un«Buenos días» y me dediqué a observar por la ventana a la agitada ciudad. Ser una chica parisina no es fácil, todos esperan a una mujer diseñadora originaria de París.

Y yo quería cambiar eso.

Después de unas cuantas horas, al fin llegué a mi destino. Bajé del vehículo y decidida, entre a la universidad. Luego de caminar y caminar por todos los pasillos de este colosal institución, había encontrado mi salón de clases. No era la gran cosa, a mi parecer, solo relucientes pupitres de mármol y un pizarrón tan blanco coma la nieve.

Espero que no me toque este siclo con un profesor exigente y amargado. Ya saben, esos que parece que te odian a muerte. Después de unos 7 minutos de espera, el tutor entró al lugar. Todos se pararon de su sitio, yo sólo los observé e hice lo mismo.

— Bienvenidos alumnos, tomen asiento. —ordenó él, sin despegar la mirada de su libro de lectura—

Y ese fue el comienzo de un largo día.

Y de un grave error.

— ¿Alguien podría darme una tesis adecuada, coherente y concretea sobre una noticia actual que hayan escuchado o leído? —preguntó el hombre con una mirada seria. Nadie respondió a su pregunta.— ¿Nadie? Bueno, supongo que ninguno de ustedes quiere 15 puntos extras. —esto ocasionó que casi todos levantaran la mano.—

«¡Yo profesor!» «Yo puedo decirle una muy interesante» «¡Por favor deme la palabra!» Era lo que se escuchaban de los universitarios y nuevos compañeros de clase.

— ¿Que les parece si le damos la oportunidad a nuestra nueva alumna? Serena, dinos una tesis con las características que pedí. —se dirigió a mí con una sonrisa desafiante, pero con un toque de amabilidad. Y yo sólo me encontraba ideando diseños nuevos  y coreografías.—

— Emm... claro. —respondí con voz temblorosa.—

Y como era de esperarse...

Me equivoqué. Todos se burlaron de mí.

Esto... tal vez no era lo que yo realmente quería.

Mi verdadera vocación no era el periodismo, sino, el diseño.

Y tal vez luego me comience a enfocar en nuevos horizontes.

Por ahora... estoy perdida conmigo misma.

«Así que despiértame cuando todo haya terminado,

cuando sea más sabia y más vieja,

todo este tiempo, estuve buscándome a mí misma,

y no sabía que estaba perdida.» 

-Serena, la parisina que quería cambiar los estereotipos. 

~Fragmento 3 del diario de una soñadora.~

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