-Capítulo 12: Quédate-
—¡Ese era mi malvavisco, idiota!
—Claro que no —tomó el dulce, y posteriormente, lo elevó por encima de su cabeza, no permitiéndole a la de cabellos en tonalidades miel poder alcanzarlo—
—¡Kalm, baja eso ya!
Ambos con cafés descafeinados con crema, caminando como gente civilizada de la ciudad, peleando por un simple e insignificante malvavisco de fresa.
Las personas que transcurrían por aquellas calles ya les conocían: Kalm y Serena Yvonne, del otro desconocían sus apellidos. Futuros marido y mujer en el evento que se realizaría el próximo sábado, en el gimnasio de la ciudad Romantis.
De hecho, el día actual del calendario indicaba la fecha: Viernes 22
Esa tarde, se le fue dedicada a ambos, quienes adelantaron la tradicional Luna de Miel a sólo horas de unirse en matrimonio. A pesar de los reclamos de la mamá de la joven, con comentarios como: « Ay hija, ¿Cómo es que deseas adelantar esa fecha? » o «¡Entonces así cómo van a hacer las cosas que tienen que hacer como...-! » esta es la frase que fue interrumpida por la suegra de Yvonne, al no considerarla ''Apta Para Su Edad''. Más bien quiso decir, ''No apto para mencionar en lugares públicos con el centro comercial de la plaza''.
Perturbador, lo sé.
La joven de orbes azules se decidió por una carrera de tantas que le habían propuesto a lo largo de su vida universitaria: Diseñadora de vestuario, siguiendo una rutina compartida de presentadora de concursos de baile.
Nada mal, considerando el sueldo que le otorgaban semanalmente. Turnos completos para pagos con más de 4 cifras no era ningún desperdicio.
Con respecto al joven Kalm, era algo así como un intento de empresario. Aunque no se le podría describir con aquel empleo, ya que las cartas de renuncia volaban por toda su habitación.
Guiada por un corazón latiendo
Y ella ingresó. Vista como un ángel. El ángel que ya había recuperado sus enormes y bellas alas.
Podía volar nuevamente.
No sé decir dónde terminará el viaje
Caminando hacia ese altar. Con un conjunto que consistía de un largo vestido en tonos rosa pastel. Un moño alto sujeto con un lacito aperlado, un ramo de margaritas y hortensias púrpura en sus manos. Uñas con diseño clásico, acompañada de dos infantes gemelas, quienes la seguían y marcaban el rastro con los pétalos restantes de las ya mencionadas flores.
Pero sé por dónde empezar.
Sin saber que su destino seguía en duda.
— Sí, acepto
[ •°•°• ]
— ¿¡Qué Pasa!?
Humo
—¡Sólo llévatela y sal corriendo!
Llamaradas de fuego
— ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Que pasará con...-?
Gente gritando
Gente muriendo.
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