32
El lunes fue como un dèjá vu. Hablamos muy poco durante el día y dentro del set me evitó cuánto pudiera; sin embargo, nos encontramos una sola vez en el pasillo de los vestidores, el lugar completamente vacío y silencioso, y él no halló mejor cosa que hacer más que besarme. Jugueteó conmigo un rato, murmuró mi nombre en mis labios, acarició mi piel bajo la ropa, me sacó suspiros incontrolables y al oír voces cercanas a la puerta de entrada se alejó y salió, dejándome sin comprender nada mientras los muchachos que entraron me observaban y preguntaban si estaba bien. Por supuesto que no estaba bien al tener la mente revuelta y hecha un lío.
Y el martes fue un dèjá vu del dèjá vu anterior. La única excepción es que llegamos al hotel y cometí el error de quedarme conversando en el vestíbulo con los demás. ¿Por qué es un error? Porque Thomas también decidió quedarse y acabamos subiendo los dos solos dentro del ascensor. Apenas había oprimido el botón que indicaba el número ocho y me aprisionó contra la pared, estrellando sus labios con total brutalidad sobre los míos. Me resistí por un instante, tratando de alejarlo y de decirle a mi cerebro que ya era suficiente, mas no tardé mucho en hundirme en sus besos y tacto, pues mi cuerpo parece tener mente propia cuando él está cerca.
Esa misma noche desperté al escuchar la cama crujiendo a mi lado, el colchón hundiéndose y regresando a su forma habitual. Luego sus pies hicieron sonidos casi imperceptibles al hacer contacto con el piso alfombrado y oí tela sacudiéndose, de seguro era por recoger sus jeans o camiseta. Yo permanecí quieto en todo momento, mi espalda hacia él, haciéndole creer que aún dormía plácidamente cuando en realidad me dolía saber que se iría sin siquiera avisar. Pero yo le estaba permitiendo esto, yo le dejaba creer que podía acostarse conmigo siempre que se le diera la gana porque estuve de acuerdo con ser su amante, la persona que le brinda placer cuando lo necesita y después puede quedar todo en el olvido. Además, nunca volví a insistir con mis dudas. No inquirí nada más respecto a lo que había pasado días atrás, a pesar de que deseaba saber con ansias qué fue lo que le sucedió como para haberme tratado mal y haber aplazado su boda. Qué fue lo que transformó de forma radical su comportamiento conmigo. Qué fue lo que le hizo volverse tan distante, lo que lo llevó a verme como un objeto que utilizas para complacerte y al rato desechas.
Sé que no lo amo y sé que no estoy profundamente enamorado de él. Yo podría seguir mi vida al igual que antes, con un poco de esfuerzo, si él decide salir de ella para siempre, no obstante, esto comienza a doler cada vez más. Es como una lesión que no está siendo tratada de la manera que corresponde y empeora, ya que me he vuelto testarudo y quiero tener algo de él. Quiero sentir que, aunque sea por un segundo, está en mis manos; por más que ahora me transmita frialdad a la hora del acto sexual, quiero creer que el Thomas que conseguí ver hace unos días atrás sigue ahí, escondido dentro de esos penetrantes ojos cafés. Y me gustaría pensar que sus justificaciones son buenas y que a lo mejor lo puedo disculpar, sin embargo, hemos tenido sexo dos veces y no nos hemos dirigido ni una sola palabra de forma apropiada desde lo sucedido en el bar hace unos días atrás, cosa que acrecienta mi rencor. Él nunca pidió disculpas o reconoció haberse equivocado, y yo jamás le dije "sabes, da igual". Pero él piensa que sí lo dije y yo refuerzo sus ideas con mis estúpidas acciones y debilidad.
(...)
—¡Corte! —gritó Wes, sus manos haciendo movimientos horizontales de un lado a otro en el aire. Se puso de pie para hablarme desde la distancia— Dylan, ¿puedes concentrarte por favor? —Me miró fastidiado, aunque sé que intentaba no demostrarlo del todo.
—Sí, sí. Lo siento.
—¿Estás bien? Podemos parar, si quieres —preguntó al acercarse a mí con una mirada que ahora denotaba cierta preocupación.
—Ajá. Estoy de maravilla —contesté con una sonrisa falsa y cansada.
—No me convences. Diez minutos —repuso, su índice derecho apuntándome directo al rostro—. Ve y descansa un rato, necesito que estés con los pies en la tierra cuando comencemos a filmar de nuevo.
Asentí, él me sonrió con empatía y echó a andar hacia donde estaba el equipo de producción. Suspiré, pasándome una mano por la cara y frotando mis ojos en un intento por despertar del trance en el que me encontraba. No estoy triste, sí cansado, mas no es un cansancio físico; es mi mente la que se ha fatigado con el pasar del tiempo. Todo gracias a Thomas.
Decidí ir en busca de una botella de agua, así que me acerqué al gran toldo en donde algunos estaban sentados en las sillas de tela y mantenían una entretenida conversación. Saqué un envase de plástico transparente de la hielera posicionada a un costado, para luego beber una buena cantidad de agua como si deseara tragarme con eso la situación que me tiene tan abatido.
—Hey, Dyl —dijo Ki Hong desde su asiento junto a Kaya. Giré la cabeza en su dirección mientras retiraba la botella de mis labios—. ¿Estás bien?
—Sí —respondí de inmediato, una sonrisa tenue dibujándose en mis labios para corroborar mi mentira.
—¿Estás se..?
—Sí, Ki Hong —Interrumpí con un ruedo de mis ojos—, estoy bien.
—Okay. —Se encogió de hombros y regresó la vista hacia la muchacha a su lado.
Le di otro trago a mi agua y saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón; necesitaba distraerme y a veces no tengo más opciones que esto. Entretanto deslizaba mis dedos sobre la pantalla en busca de alguna aplicación que lograra divertirme, reparé en el número dentro de un pequeño círculo rojo que se hallaba sobre los mensajes de texto; entonces, recordé que hace unos días atrás mi teléfono había vibrado y yo decidí no preocuparme de ello. Con curiosidad abrí el buzón de mensajes, un nombre que hace meses no hacía su aparición presentándose ante mis ojos.
"Hola, ¿cómo estás?"
Fruncí el ceño, no entendiendo demasiado. Seleccioné el espacio en blanco y mis dedos hicieron un extraño baile por encima de la pantalla mientras pensaba en alguna posible respuesta para tan extraño e inesperado mensaje.
"Hola. Disculpa por responder recién, pero he estado algo ocupado y no me había dado el tiempo de revisar mi teléfono."
Bloqueé el aparato y tamborileé mi dedo índice en la tapa de este. Caminé a través de la hectárea, mi expresión seria y, lo más probable, repleta de confusión, y me dirigí hacia donde estaba el bosque. Todavía tenía cinco minutos libres, por lo que me senté con la espalda recargada en un gran árbol que se hallaba en la entrada, contemplando mi entorno mientras aguardaba a que el teléfono vibrara en mis manos. No pasaron más que segundos y recibí otro mensaje.
"No te preocupes, entiendo. Sé que te debe parecer extraño esto, pero quería hablar contigo."
Una pequeña sonrisa hizo camino entre mis labios porque acababa de confirmarme que ya no había enojo o cualquier sentimiento negativo por su parte. Algo bueno después de tanta pesadumbre.
"Bueno... Sí, es un poco extraño, pero es bueno volver a saber de ti, Britt."
Nunca me lo hubiera esperado. Siempre pensé que había perdido todo tipo de contacto con ella desde que le dije que no podíamos continuar lo nuestro, todo esto hace más de cinco meses atrás. Nunca fue su culpa y, la verdad, todo fue similar al tan cliché "no eres tú, soy yo". Sin embargo, sí era yo, porque ella ya no me causaba los mismos sentimientos de antes. Estuvimos alrededor de un año juntos y fue algo lindo mientras duró: aún mantengo los buenos recuerdos, mas fue solo eso. El tiempo transcurría y lo que al principio era felicidad, se transformó en insatisfacción. Besarla se sentía incorrecto y mi amor dejó de ser partícipe en nuestra relación, porque yo ya no la amaba.
Cuando le confesé la verdad, a pesar de haber hecho lo posible para expresar mis palabras de una buena manera, el mar de lágrimas cayendo de sus ojos azules y su voz quebrada preguntando una infinidad de "por qués" fue inevitable. Me sentí horrible al saber que le había roto el corazón sin ese propósito en absoluto. Le rogué que me entendiera, y ella me rogó que me quedara a su lado, luego, su llanto cesó, me dio una última mirada y desapareció de mi vista. Hice lo posible por comunicarme con ella día tras día, desesperado al no tener la menor idea de si estaba bien. Me calmé al haber confirmado su bienestar gracias a mi mejor amigo y resolví que sería mejor dejarla en paz, puesto que yo lo único que hacía era herirla.
"¿Cómo has estado?"
"Bien, filmando una nueva película. ¿Qué hay de ti?"
"Eso me contaron. Yo también estoy filmando... y es por eso que te hablé."
"¿Sí?"
"Síp. Resulta que quería contactarte hace un rato y supe que estás en Baton Rouge. Yo también estoy acá y me quedaré hasta fin de mes por unas grabaciones."
¿Eso significa algo? ¿Es solo un comentario o quiere que nos veamos?
"Ah... ¿Y cómo supiste que estoy aquí?"
"Tyler y Shelley."
"Oh, claro. No lo había pensado.", escribí rodando los ojos y riendo.
"¿Quieres salir? Podemos ir a tomar un helado y conversar, ya hace bastante tiempo que no nos vemos."
Leí el mensaje una y otra vez y pensé que sería buena idea distraerme. A Brittany le tengo un cariño inmenso y me ayudaría bastante el pensar en otra cosa que no sea Thomas. Solo sería una salida como amigos, si es que podemos hacernos llamar así, y yo por fin calmaría todo el alboroto que hay en mi cabeza.
—¡Los necesito a todos aquí, por favor! —exclamó nuestro director a través de su megáfono.
"Okay, genial. Te hablo más tarde y nos ponemos de acuerdo :)", tecleé rápido y me puse de pie para caminar de vuelta al lugar de la escena.
Al llegar, todos estaban dispersos y algunos tenían sus libretos en las manos mientras recitaban líneas y ensayaban. Thomas hablaba con Kaya, sus carcajadas llegando a mis oídos desde el par de metros de distancia, y me observó por un instante, esa maldita sonrisa aún plasmada en sus labios.
Mi teléfono vibró en mi mano derecha. Lo desbloqueé y leí el último mensaje recibido.
"Okay. Me alegro de volver a hablar contigo, Dylan :)"
Subí la mirada a Thomas una vez más y una idea atravesó mi mente en medio de la rabia que renacía, pero se desvaneció de forma tan fugaz como apareció.
《Solo amigos.》
No puedo hacerle algo así a Britt, yo no soy Thomas.
***
Saquen sus conclusiones y teorías respecto a todo, me gusta saber qué piensan jiji. Los amo y no puedo creer que ya van más de 1k de votos y 11k de lecturas. En serio, me emociona mucho fjkf. Por cierto, como hoy estuvo de cumpleaños Dyl, celebré escribiendo un one-shot de dylmas, peeero aún no está terminado, así que puede que lo termine el fin de semana y lo publique.
Besos para todos. xx
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