14
Thomas P.D.V.
-Al parecer nunca se dieron vuelta los papeles, ¿eh?
Me quedé helado al oír eso salir de su boca, pero él continuó su camino. ¿Por qué me lo estaba haciendo todo tan difícil? Sí, pasamos un excelente rato juntos y sacié todos mis anhelos al igual que él; sin embargo, eso fue todo, ya que me puedo dar el lujo de repetir la situación, arriesgando aún más mi relación con Bella. Yo la amo y Dylan es solo un hombre que me calienta, por tan vulgar que llegue a sonar eso. No siento amor por él, a excepción del cariño que le he tomado este último tiempo, puesto que no soy una persona insensible, y la atracción hacia él es exclusivamente sexual.
Su físico me deslumbra y echa a andar todas mis fantasías, sin embargo, no nos veo como una pareja. No nos veo de la mano paseando por las calles de alguna ciudad, besándonos con ternura o cuchicheando palabras amorosas y cursilerías, eso lo hago con Bella. Me imagino que él pensará lo mismo...
A veces no sé por qué me preocupo tanto, necesito refrescar mi memoria de vez en cuando para entrar en razón y darme cuenta de que no nos conocemos y no sé realmente qué tipo de persona es, al igual que él tampoco sabe sobre mí. Lo que pasó en ese lugar fue sexo y se mantendrá así. Fue un momento de diversión que, por más que quiera, no ocurrirá nuevamente; no puedo serle infiel a Bella una vez más, me sentiría como la persona más horrible que ha pisado este maldito planeta.
Suspiré y continué mi camino, esta vez sin Dylan en la delantera. Mi celular vibró en uno de mis bolsillos y contesté de inmediato.
-¿Hola?
-Thomas, ¿dónde diablos estás?
-Estoy en... -Observé a mi alrededor, relamiendo mis labios y pensando. ¿Qué excusa le daría a Wes por estar en el bosque? Sería extraño decirle que andaba aquí sin razón aparente.
-¿Estás borracho? Pensé que estabas con Dylan, ya que él también había desaparecido pero llegó recién de... Como sea, dijo que no te había visto. -Le agradecí mentalmente a Dylan por haberse quedado callado; por un instante creí que le contaría a todos algo de lo sucedido en forma de venganza.
《Okay, estoy siendo un poco exagerado.》
-Voy para allá, Wes -le anuncié en un tono cansado-. Por cierto, no estoy borracho.
-Bueno, bueno. Solo apresúrate, ¿sí?
-¿Cuál es el apuro? -Iba llegando cerca de la fogata y todo se veía igual a como estaba cuando nos habíamos ido-. Ya estoy acá, ¿dónde estás tú?
-Okay. -La línea quedó muda y luego el típico pitido continuo sonó. Me había cortado.
-¿Wes? -Verifiqué en la pantalla si la llamada se había terminado y guardé el teléfono en mi bolsillo.
Examiné el lugar a mi alrededor buscando a Wes entre todas las personas presentes, pero no se veía por ningún lado. Tampoco Dylan.
《Quizás dónde se habrá ido... No, Thomas. No te importa.》
Suspiré y me crucé de brazos sin saber qué hacer, hasta que de pronto un par de manos cubrieron mi vista. Estaban tibias y, al parecer, eran pequeñas.
-Adivina quién soy -habló una voz cantarina cerca de mi oído.
-¿Es esto algún tipo de tradición?
-¿Qué cosa? -Rió y yo también lo hice.
-Taparle los ojos a alguien en el día de su cumpleaños.
-Mmh... No lo sé, pero todavía no adivinas quién soy.
-Kaya, es obvio que eres tú.
-¿Kaya? ¿Quién es Kaya?
-Es una chica que si no me suelta ahora, tendrá serios problemas.
-Guau, qué rudo eres. Estoy temblando de miedo.
-¿Puedes soltarme?
-No.
-Agh. -Tomé sus manos y las quité de mi cara, para después dar media y verla riendo. Por lo menos tenía quién me hiciera sonreír en estos momentos; me sentía algo desanimado después de lo que pasó.
-Cálmate, gruñón. Y dime... ¿Te lo follaste?
-¡Cállate! -Ella rió a carcajadas y yo solo estaba alarmado por si alguien alcanzó a oír.
-Thomas, nadie escuchó. Quédate tranquilo, vieras tu cara de asustado.
-¡No hagas eso de nuevo! -le amonesté-. No sé si te has dado cuenta, pero no tengo intenciones de que los demás se enteren.
-¿Eso es un sí?
-¿Sí? ¿De qué hablas?
-¡Estás admitiendo que sí lo hicieron!
-Kaya, por favor, cállate. -Mientras más le rogaba que dejara de gritar, más lo hacía y concluí con que estaba pasada de copas-. ¿Cuánto has bebido?
-Thomas, no estoy ebria.
-Sí, claro...
-Hablo en serio -insistió con austeridad, su expresión transformándose a una que reflectaba el tono de su voz.
-Okay, okay. -Levanté mis brazos en señal de rendición-. Era una broma, por Dios. -Y volvió a sonreír, a lo que imité sus actos.
-¿Me vas a decir qué pasó allá?
-Nada... Aclaramos ciertas cosas y...
-Sí, claro... -me remedó.
-¡Oye! No me molestes.
-Entonces, di la verdad.
-Está bien. Sí, pasó "eso". -Hice comillas con mis dedos-. Listo, ahí lo tienes. ¿Feliz?
-Oh, Dios mío. ¿Y cómo fue? ¿Lindo? ¿Romántico? ¿Erótico? -chilló emocionada.
-Kaya, a veces no sé qué mierda tienes en la cabeza -comenté moviendo mi cabeza en forma de negación.
-Vamos, cuéntame. ¡Por favoooooor!
-Tuvimos sexo, salimos de ahí, llegué aquí y fin. Eso fue lo que pasó.
-Pero quiero saber los detalles.
--No tengo por qué darte detalles sobre mi vida sexual, además, no es como si me enorgulleciera contarte. -Noté como rodó sus ojos y se cruzó de brazos-. ¿Qué?
-¿Te gustó o no?
-Sí... -contesté inseguro- Estuvo bien, sabe lo que hace, pero...
-No me digas que estás arrepentido.
-Sí... Creo.
-Así que imagino que terminarás con Bella.
-¿Cómo? ¡No!
-Entonces, ¿por qué lo hiciste?
-Porque... yo quería y él igual. Está hecho y no pasará de nuevo.
-Pero te das cuenta de que la engañaste, ¿no? ¿O eres idiota y no puedes verlo? -Rodé mis ojos.
-Sí, sí -repliqué ligeramente irritado-. Mira, Kaya, ya tengo suficiente con Dylan y...
-¿Qué le dijiste?
-¿Ahora lo vas a defender?
-No, pero hace un rato lo vi pasar frente a mí y su cara era...
-Me da igual.
-¿Te da igual? -Sus facciones se llenaron de sorpresa, mas también había cierto enfado de por medio.
-No sé qué le pasa, actúa como si fuéramos algo. No entiende el significado de la palabra "sexo", al parecer.
-Lo dudo. Mira, no me voy a entrometer, sin embargo, piensa en lo que haces, por favor. Y en lo que dices. -La miré con el ceño fruncido, sin comprender a qué se debía tanto sermoneo.
-Kaya, tú sabes que te quiero, pero por qué me estás diciendo estás cosas cuando tú misma me apoyabas para que me acostara con él.
-Supuse que si lo hacías, no serías tan estúpido como para después fingir que nada pasó y seguir todo igual.
-¿Estúpido? -recalqué lo dicho por ella, una sonrisa irónica en mi rostro-Sabes, no quiero...
-Solo escúchame y no te molestaré más respecto al tema. Ya te dije que no me entrometeré. -Asentí, cruzándome de brazos-. Si piensas dejar todo tal cual está; muy bien, es tu decisión. Si piensas terminar con Bella, mucho mejor, porque no sé cómo te las vas a arreglar ahora para mirarla a los ojos.
En ese preciso instante, sentí como la culpa recorría cada centímetro de mi cuerpo. Eso no había pasado por mis pensamientos
-Y si piensas no terminar con Bella -Prosiguió- y dices que no se volverán a repetir tales acontecimientos, debes ser fiel a tus palabras. Nada más que eso.
-Ehm...
--¡Oh! Y una última cosa: piensa en Dylan, aun que sea un poco. Tú no eres el único que estará en problemas si alguien sabe de esto, ya que te recuerdo que él no es una persona que conociste una noche y después no verás nunca más en toda tu vida, si tienes suerte.
Odiaba saber que Kaya estaba en lo correcto. Puede que no conozca a Dylan del todo, sin embargo, nos seguiremos viendo.
《Agh, por qué tengo que ser tan imbécil.》
-Gracias, Kaya. Odio reconocerlo, pero tienes razón.
-Siempre tengo la razón, amigo mío. Siempre. -Me guiñó su ojo derecho y rió, yo solo puse los míos en blanco-. Otra cosa.
-Kaya, dijiste que no te meterías más en esto.
-Sí, sé lo que dije.
-¿Entonces?
-Es importante -Tragó saliva y se mantuvo en silencio por un par de segundos. Yo solo la observé atento-. ¿Él sabe que te casarás?
《Mierda. ¿Cómo fue que olvidé un detalle tan importante? 》
Mi mente se convirtió en un torbellino lleno de oraciones, personas y acciones ya realizadas. Qué acabo de hacer, eso es lo que más me preguntaba. Dylan me odiará y lo peor es cómo le digo... ¿Será necesario contarle? No puedo acercarme y hacer un comentario como: "Oye, ¿sabías que tuviste sexo con un hombre que, aparte de tener novia, está comprometido y se casará en un poco más de catorce días, contando desde hoy? ¿No? Bueno, ahora lo sabes."
Estoy jodido.
-No me digas que lo olvidaste.
-No. O sea, sí. No importa, ya le diré.
-Thomas, la mayoría acá sabe de tu matrimonio.
-Pero no todos.
-¿Te das cuenta de que se enterará igual? -me preguntó con sus brazos cruzados.
-No lo hará, yo le voy a contar.
-Le digas tú o se entere él, es algo grave. No tiene idea de que eres un hombre, prácticamente, casado.
-Pero no lo estoy.
-Te casarás pronto, muy pronto. ¿O ahora tienes intenciones de acabar con todo esto?
-¡No! Yo amo a Isabella y...
-¿De verdad la amas?
-¡Ahí vas de nuevo! -exclamé cabreado- Sabes, odio cuando me haces esas preguntas. Yo sé lo que siento y no tengo por qué demostrárselo a personas ajenas. Si tú lo dudas, allá tú. Es tu problema, no mío -me percaté del enojo en mi voz y hasta creí haberme pasado de la cuenta. Kaya me miraba seria, confirmando mis teorías, y sus grandes ojos azules emitían disgusto.
-Solo intento ayudarte -refutó con dureza-. No hay necesidad de que descargues conmigo tu frustración al no saber qué mierda sientes o quieres. Y sí, porque, ¿para qué te sigues mintiendo a ti mismo? Uno no le hace algo así a la persona que ama y después la mira a los ojos como si todo siguiera normal; además, si tanto dices amarla, no la dañarías de esta forma. Porque eso estás haciendo, Thomas, la estás apuñalando por la espalda -Exhalé y me pasé una mano por la cara.
-Kaya, lo siento, no fue mi intención. Es que...
-No importa. Solo piénsalo. -En ningún pareció cambiar su semblante, menos el tono que utilizaba al hablarme. Dicho esto último, dio media vuelta y se dirigió hacia Ki Hong.
Obviamente, no debí haber dicho eso. Me comporté con ella de la misma manera que lo hice con Dylan, y ninguno de los dos se merecía un trato así.
Las palabras de Kaya quedaron rondando en mi cabeza: "La estás apuñalando por la espalda", siendo esto lo que menos quiero. Amo a Isabella más que a nadie en este mundo, sé que la amo. O por lo menos, creo hacerlo porque quizás Kaya tiene razón y... No. Es imposible que mi amor por ella se haya desvanecido repentinamente. Solo estoy bajo mucho estrés y me dejé tentar con lo primero que vi; Dylan.
Si bien Dylan haya sido lo primero o último que podría haber visto, llego a la conclusión de que me habría tentado de todas maneras, conduciéndome hacia el mismo problema. Él es el único bastardo que me hace sentir así, nadie más, y lo que pasó en ese bosque no fue solo sexo. Sé que dije lo contrario, ya que en parte así fue; no obstante, me entregué a él y tengo la certeza de que nunca a nadie le hubiera permitido tocarme como él lo hizo. Ni con Bella sucedió todo tan rápido, hablando en temas sexuales.
《No era otra cosa más que tus hormonas, Thomas. Deja de darle tantas vueltas al asunto.》
Me giré y caminé hacia la improvisada barra que habían armado. Tomé una botella de vodka y me serví en un vaso, para después beber un poco menos de la mitad en un solo trago. Mi garganta ardió tanto que comencé a toser, la misma sensación bajando a la boca de mi estómago. Tragué saliva y di media vuelta, mirando hacia la fogata y los demás.
Muchos conversaban y bebían, algunos ya estaban bastante borrachos. Divisé a Kaya con Ki conversando animosamente; ella se sonrojaba y él la observaba como si fuera lo más hermoso que hubiera visto jamás. Deseaba eso. Poder estar tranquilo y tener una relación similar, pero no. Yo, Thomas Brodie-Sangster, tenía que echar toda mi relación por la borda en tan solo un par de segundos gracias a un exquisito hombre que con una simple mirada y unas cuántas palabras me tenía a sus pies. Y creo que eso llega a ser literal.
Tomé otro trago y caminé hacia un lugar mucho más apartado; el tronco en dónde había grabado la escena con Dylan, siendo también el lugar en dónde casi nos besamos. Me senté sobre este y seguí bebiendo, contemplando la oscuridad frente a mí y los demás a mis espaldas. ¿Qué iba a hacer ahora? Me conozco, sé que hay muchas probabilidades de que vuelva a ceder ante Dylan y sus encantos, pero también se merece una disculpa por cómo lo traté, al igual que merece saber sobre el matrimonio. Aunque tampoco quiero que lo sepa. No quiero que me odie por estar metiéndolo junto a mí dentro de un inmenso lío.
Ni siquiera sé si valdría la pena el riesgo de regresar a sus brazos, dándome por vencido y dejándome llevar por el placer. Pasarla bien un rato hasta que me aburra, sentirme distinto, porque puede ser eso lo que más llama mi atención sobre Dylan: es como si fuera una persona diferente, capaz de todo. Lo que siento por Bella es fuerte, mas suelo estar atrapado con ella. Es como si me restringiera de ciertas cosas que ni yo sé cuáles son. Sin embargo, por más que quiera, dudo que esa sea una gran excusa para volver a serle infiel.
No me entiendo. Nunca en mi vida pasó por mi cabeza poner los ojos en alguien que no sea Isabella, y ahora estoy hasta dudando de mí mismo y mi capacidad de aguantar las ganas de volver a repetir lo acontecido esta noche.
Bebí el alcohol restante y cerré los ojos con fuerza mientras el líquido se desplazaba por mi esófago, luego dejé el vaso de plástico en el piso. Apoyé los codos sobre mis muslos y la cabeza en mis manos, mirando hacia el horizonte y la oscuridad dentro de él. La música y voces resonaban en mis oídos, pero era como si estuviera en un mundo aparte, ensimismado en el enredo de mi mente.
Sin previo aviso, unas diminutas, tibias y suaves manos se posaron en mi cara, cubriéndome los ojos. Eran manos familiares, las cuales me hicieron recordar lo sucedido hace no tanto rato. Entonces, sonreí.
-Kaya, sé que estás molesta conmigo, pero deberías tener claro que me estoy hartando de este jueguito del "adivina quién soy" -hablé entre risas.
Por lo menos Kaya me había perdonado rápidamente y ya no estaría tan solo.
-¿Kaya? Creo que estás bastante confundido, amor.
O eso creía.
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