10
Dylan P.D.V.
—¿Trajiste el alcohol?
—Sí, está en mi mochila —le respondí a Kaya—. ¿Y la serpentina? —Ella asintió como respuesta.
—¿Globos?
—Sí.
—Okay, ¿y dónde fuiste a comprar todo eso?
—Hay muchas tiendas cerca del hotel y el alcohol lo saqué de mi habitación. No sé si te diste cuenta, pero todos tenemos un mini-bar —contesté y ella hizo una mueca.
—Me imagino que Ki Hong recordó traer la música y pedirle a Wes ese parlante que teníamos el otro día.
—Sí, me dijo que sí lo hizo. Hablé con él por mensaje hace un rato. De todas formas, le preguntamos cuando baje. ¿Thomas no sospecha nada?
—Nop —dijo marcando la "p—, nada de nada. No tiene la menor idea. —Sonrió enarcando sus cejas y yo le sonreí de vuelta.
Era extraño hablar con Kaya, siempre la veía al lado de Thomas y yo solía relacionarme mucho más con Ki, pero la conversación no era incómoda; quizás solo debo llegar a conocerla un poco más, ya que se ve que hay una gran persona en el fondo.
Pasaron un par de segundos y di la conversación por terminada, así que me apoyé sobre la van con mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta y dirigí la vista hacia la entrada del hotel. Kaya y yo éramos los únicos que estábamos acá esperando, al parecer habíamos bajado un poco más temprano. Suspiré y miré la hora en mi celular: cinco minutos para las once de la mañana y cinco minutos para que todos se encontraran arriba de la van y nos fuéramos camino a la hectárea, sin embargo, el tiempo pasaba demasiado lento para mi gusto. Me puse los audífonos y reproduje música en modo aleatorio mientras observaba mi entorno y trataba de entretenerme silbando la melodía de la canción que escuchaba.
No sé cómo, pero, sin razón aparente, Thomas apareció en mi cabeza al igual que esos molestos e insistentes avisos en mi computadora sobre el antivirus; nadie los llama, pero ahí están siempre que se da la oportunidad. Como sea, ese no es el punto. Lo importante es Thomas, persona que ahora suele ocupar una parte grande de mi cerebro y no sé si existe algún antídoto para que se acabe pronto.
Puede que sea mi culpa, en especial porque últimamente lo he estado provocando y, además, se ha vuelto bastante manipulable. Gracias a todo eso, retengo su rostro y todo lo que tenga qué ver con él en mi memoria. Estoy sediento de él y ya no sé si puedo aguantar mucho tiempo jugando a esto. Quiero poder besarlo, tocarlo y hacerle cosas que no me atrevería a mencionar en voz alta, y sé que tenemos pensamientos similares. Tal vez no es algo que tenga que ver con amor, pero el muchacho llama mi atención como ninguna otra persona lo ha hecho. Nunca en mi corta vida había puesto mis ojos en un hombre y, aunque es algo nuevo para mí, no se siente raro.
Desde el día del incidente en el ascensor sé que no puedo negar mi atracción por él. En realidad, yo no lo llamaría incidente; si no fuera por ello, no hubiera logrado acercarme tanto y también saber que no soy el único que se siente así. No sé qué haría si tuviera que reprimir todo por culpa del rechazo; posiblemente, pasaría mis noches masturbándome de manera frustrada mientras pienso en él y eso suena patético.
Mi ansiedad acrecentó con el pasar de los minutos. Quería ver a Thomas pronto, molestarlo un rato con mis insinuaciones inconcretas y, finalmente, conseguir lo que he necesitado por días: él. Estoy seguro de que no habrá rechazo, es casi imposible, viendo como se comportó conmigo la última vez y notando sus ganas por consumar todo esto... No, no habría rechazo.
La música se detuvo para seguir con la siguiente canción y, en ese pequeño instante de silencio, oí a Kaya decir su nombre. De inmediato levanté mi mirada; ahí estaba él. Usaba una camiseta gris junto a unos jeans azules, esta vez no tan ajustados. Hasta con la ropa más simple se veía como el hombre más hermoso que ha pisado este planeta. Dios, se me caía la baba por mirarlo tanto. Me quedé en el mismo lugar observando a los demás, que ya habían bajado, abrazarlo y felicitarlo por su cumpleaños. Quería ser el último en saludarlo, por lo que esperé. Uno por uno subían a la van apenas le daban sus felicitaciones. Ki lo abrazó y, antes de subir, se acercó a mí.
—¿Trajiste la música? — le pregunté.
—Por supuesto. Soy el DJ de la fiesta, hermano, ¿cómo crees que lo olvidaría? —Reí.
—Ki, eres el "DJ" —Hice comillas con mis dedos— porque estás encargado de traer la música en un pendrive. No eres exactamente la persona que hará los remixes y mezclará música esta noche.
—Qué mala onda eres, Dylan. Déjame soñar un rato. —Me dio una mirada molesta, mas sabía que era todo en broma. Los dos reímos al unísono.
—Okay, okay. Cumple tu sueño de ser DJ.
—Y seré el mejor, ya verás. —Replicó con un guiño de su ojo derecho, a lo que yo puse los míos en blanco y lo vi subirse a la camioneta rápidamente. Bajé el volumen de mi música y miré hacia adelante una vez más: Will era la última persona en abrazarlo, luego me acercaría yo y cumpliría mi cometido.
Will subió a la camioneta y Thomas me miró directamente a los ojos, sonriendo. En mi estómago se formó un nudo y una sonrisa emergió de mis labios. No esperé más y me acerqué, él permaneciendo de pie.
—Feliz cumpleaños, Tommy. —Lo saludé con una sonrisa.
—Gracias. —Asentí entretanto aprovechaba de observar sus encantadores ojos color chocolate. Siempre lograba perderme en ellos y no sé cómo—. Te ves bien hoy —comenté por lo bajo, mirándolo de pies a cabeza. Todo lo hacía a propósito, obviamente.
—¿Cómo? —Su voz sonó nerviosa. Reí suavemente al darme cuenta de que estaba consiguiendo lo que quería.
—Que te ves bien —reiteré, esta vez utilizando un volumen más alto en mi voz. Respiré profundo y alcé la vista para chocar con la suya—. Me atrevo a decir que te ves bastante guapo. —Le guiñé un ojo y noté como sus mejillas tomaron un fuerte color rojo.
—Eh... Gracias.
Una sonrisa tímida se dibujo en sus labios, haciéndolo ver diferente, mucho más tierno. A veces se veía como un chico adorable e inocente; las apariencias engañan, quizás. Me aproximé y corté la distancia dándole un abrazo, desde lejos no parecería más que un abrazo de felicitaciones. Él no me correspondía, posiblemente porque yo nunca había hecho este gesto afectivo y, si lo pensamos bien, es un poco extraño después de todo lo que nos ha pasado. En ese corto instante, acerqué mi boca a su oído y murmuré:
—Te ves perfecto. Te follaría ahora mismo si pudiera. —Mi voz sonó grave y me percaté del estremecimiento que provoqué en él. Después de eso, me separé para no levantar sospechas, ya que sería raro si nos quedábamos así por mucho rato.
—¡Oigan, par de enamorados! —exclamó Kaya desde la ventana— ¡Algunos de nosotros nos queremos ir! —Noté como Thomas rodó los ojos y no pude contener mi risa. Subimos al auto y no nos quedó de otra que sentarnos juntos, aunque no era una molestia para mí.
Thomas se había sentado al lado de la ventana. En todo el camino miró el paisaje y yo, a él. Por supuesto que tuve precaución y me fijé de que nadie se percatara de mis acciones; mas hubo un momento en el que se dio cuenta de que lo observaba y eso fue cuando fijé mi vista en su rostro. Estaba contemplando sus facciones, admirando la belleza que tenía frente a mí, por más cursi que eso suene, y si bien lo hice de reojo, me atrapó. Nuestras miradas se cruzaron y sentí mis mejillas aumentar su temperatura velozmente. El blanco crema de su piel había sido cambiado por un carmín y las comisuras de sus labios se curvaban hacia arriba; no conseguí mantener la mirada por mucho tiempo, puesto que me ganó la vergüenza, los nervios y otras sensaciones extrañas que nunca había sentido por él. Se sentía diferente, no era exactamente una tensión sexual la que estaba presente, según yo. Sentía ganas de besarlo en ese instante, pero no de manera hambrienta para luego pasar a tener sexo como tanto había fantaseado. Quería un beso, nada más. Acariciar su mejilla, su cabello, saborear su boca, tomar su ma...
《¿De qué mierda hablas? Suenas como una quinceañera enamorada del chico más guapo en su clase. Saca esos pensamientos tontos de tu cabeza.》
El vehículo se detuvo y supe que era hora de bajarse. Caminamos hacia los vestidores y nos cambiamos rápidamente a nuestros vestuarios. Ki Hong, Will, Kaya y otros más fueron a buscarme para hablar con Wes antes de empezar las grabaciones y de que Thomas saliera de su vestidor. Hablamos sobre la hora de la fiesta, que sería cuando él diera el día por terminado, y nos contó que trajo carpas al lugar como la vez anterior. También mencionó algo sobre una sorpresa que le tenía preparada, pero al parecer nadie tenía idea, incluyéndome. No dio detalles al respecto y no presté atención tampoco. Thomas apareció minutos después, por lo que Wes cambió el tema de conversación súbitamente, haciendo parecer que estábamos hablando sobre la película en todo momento. Los demás se veían serios y asentían "concentrados" en cada palabra; yo me aparté un poco del círculo porque iba a reventar de la risa. Cuando pareció que la charla había finalizado, todos caminaron en distintas direcciones.
—¡Okay, muchachos! —Nuestro director aplaudió para llamar la atención de todos antes de perderla por completo—. Hoy haremos tomas en el laberinto y el área, así que necesito que todos estén atentos y listos. Dylan —Me apuntó y yo me giré hacia él—, por la tarde, después de almorzar, trabajaré principalmente contigo en la caja para hacer las escenas iniciales. Al anochecer, filmaremos la fiesta en el Área y después, necesito que Thomas —Su dedo índice apuntó al rubio, que se encontraba a una corta distancia de mí—. y tú preparen bien sus diálogos para la escena más importante entre Newt y Thomas. ¿Entendido? —Los dos asentimos. Después Wes se acercó al cumpleañero—. Casi lo olvido, feliz cumpleaños.
Me quedé de pie mientras Wes saludaba a Thomas con un abrazo. Reaccioné segundos más tarde y fui con Ki para ensayar un poco nuestras escenas; no podía quedarme ahí mirando como un tonto.
Pensé que el día avanzaría con lentitud, pero entre tantas tomas, ensayos, risas y equivocaciones, el tiempo pareció irse en un abrir y cerrar de ojos. Pillé un par de veces la mirada de Thomas sobre mí, y él no la apartó. Mi pulso se aceleraba cuando eso sucedía y la ansiedad se volvía mayor dentro de mí. Quería que todo esto acabara pronto, así comenzábamos con la fiesta y podría saciar esta necesidad de sentirlo tan cerca como la última vez.
Terminamos unas tomas de la fiesta en el Área y era el momento de grabar la escena que tenía junto a Thomas. Los dos caminamos en silencio hacia el tronco, que estaba en el lugar de siempre, y nos sentamos sobre él. Yo tenía mi libreto, sin embargo, él solo sostenía su teléfono y tecleaba sobre la pantalla de forma continua. Exhalé exageradamente esperando llamar su atención, lo cual no resultó, así que solo me quedó esperar. Miré a mi alrededor y recordé la primera noche que pasamos juntos cuando nos emborrachamos; no le permití besarme, aunque era lo que más quería que hiciera y ahora creo que me arrepiento de ello. Lo que hice en ese momento fue ponerme en el lugar de su novia, pero qué más da, con suerte escuché su nombre una vez, no la conozco como para preocuparme por ella y, honestamente, me tiene sin cuidado. Suspiré otra vez, mas traté de pasar desapercibido. Observé al chico que se encontraba a mi lado y todavía no despegaba sus ojos de esa pantalla, cosa que me desesperaba, entonces aclaré mi garganta para captar su atención. Resultó.
—¿Mmh? —Me miraba a los ojos y algo me decía que se percató de mis intenciones, sin embargo, fingí no tener idea.
—¿Qué?
—No... Nada —contestó con el entrecejo fruncido y volvió la mirada al maldito teléfono.
—¿Con quién hablas? —Volvió a mirarme, la misma expresión de hace un rato en su rostro.
—¿Por qué?
—Ehm... Es que llevas harto rato ahí y bueno... —《Cállate, imbécil 》—. No importa, no debí preguntar —concreté. Me sentía avergonzado, así que para disimular saqué mi celular y miré la hora. Eran las siete de la tarde y Wes todavía no se manifestaba por el lugar para grabar la escena.
—No, no. —De inmediato giré mi cabeza, prestando atención a lo que tuviera que decir—. No te preocupes. Si es que te pone celoso, no hablaba con nadie —Y me guiñó un ojo. Me guiñó un maldito ojo en conjunto con una sonrisa ladeada, dejándome sin palabra alguna como respuesta. Después de medio minuto, mi cerebro al fin decidió funcionar.
—¿De qué hablas? ¿Celos? —Reí con ironía mientras bajaba del gran tronco de madera y me sentaba sobre el pasto, apoyando la espalda en él y mirando a Thomas hacia arriba—. Además, yo soy el que guiña aquí, no tú.
—¿Ah, sí? No tenía idea. Discúlpeme, Señor O'Brien.
—Te perdono, pero con una condición —Podía jurar ver un signo de interrogación dibujado en la cara del rubio. Reprimí mi risa, viéndolo guardar su celular en uno de los bolsillos de su pantalón; era el pantalón de Newt, su personaje, en realidad. Mantuve la mirada fija en él y una sonrisa cerrada en mis labios, mientras lo veía bajar del tronco para sentarse en el pasto junto a mí. Quedamos igual que la noche en la que nos emborrachamos, si bien dudo que él recuerde algo.
—Dime. —Sus ojos me contemplaban y notaba cómo sus pupilas se dilataban al hacerlo; lucían tan oscuros que si no fuera por el fuego de la gran fogata, podría haber dicho con seguridad que eran de color negro. Relamió sus labios y yo mordí el mío, deseoso.
—Es un reto.
—Bueno, me encantan los retos, Dyl. —Hablaba de forma tan encantadora, como si lo hiciera a propósito solo para enloquecerme.
—Te reto a besarme. —Las palabras salieron de mi boca con tal facilidad que siquiera sentí vergüenza o miedo de algún tipo de rechazo. Sus mejillas enrojecieron al mismo tiempo que sus ojos tomaron un brillo nuevo para mí, un brillo que no sabría describir con exactitud.
—¿Qué dijiste? —preguntó Ki, que justo iba pasando frente a nosotros.
《Mierda. Espero no haya escuchado.》
—Dije que... Ehm...
—Nah, no lo repitas. Te escuché perfectamente —el asiático reía, sus ojos rasgados volviéndose mucho más pequeños. Me sentí nervioso y me percaté de que Thomas se tensó.
—Estábamos bromeando, ¿cierto, Thomas?
—Sí —contestó rápidamente. Claro que estaba tenso.
—¡Vamos! ¡Hazlo, Thomas! Un actor bastante guapo y codiciado mundialmente por mujeres y hombres te está retando a besarlo, ¿te vas a acobardar?
—No, pero... Es que...
—Hola, chicos. Lo siento por la demora, pero estaba solucionando un problema. —Un silencio inquietante se hizo presente y la cara de Wes se transformó a confusión pura—. ¿Qué pasa?
—Wes, ¡tienen que grabar esto!
—¿De qué hablas, Ki?
—Dylan acaba de retar a Thomas a besarlo.
—Guau -Wes rió, imité sus actos pero estaba repleto de nervios y Thomas soltó una pequeña carcajada; ahora lucía un poco más calmado—. ¿Y por qué?
—Porque... —No supe qué responder. ¿Qué razón convincente podría decir aparte de que era solo una insinuación?
—Porque hablábamos sobre Thomas y Newt. Estábamos revisando el libreto y nos dimos cuenta de que si los personajes fueran pareja, esta sería una situación bastante "romántica". Entonces Dylan dijo lo del beso como broma, así que da lo mismo. Ahora, yo creo que deberíamos...
—Así que sí te vas a acobardar, ¿eh? —dijo Ki Hong, interrumpiendo a Thomas. La expresión del rubio era inigualable: boca entre abierta, cejas levemente fruncidas, ojos fijos en la nada. Le seguí el juego a Ki.
—Tranquilo, no muerdo —le aseguré con un guiño. Thomas me miró incrédulo, lo cual me hizo reír.
—¿Y bien?, ¿lo harás? —insistió Ki Hong. Thomas iba a responder, pero Wes decidió hablar.
—Okay, okay. Thomas, si decides hacerlo, que sea después de esta escena y lo grabamos porque será algo épico y quizás, muy gracioso. A las fans les encantará.
—Lo haré —informó con toda seguridad. Tragué saliva y sonreí.
—Está bien. Ahora terminemos de grabar esto, el tiempo avanza rápido y ya deberíamos estar terminando. —Los dos asentimos al mismo tiempo y yo observé a Thomas de reojo.
—Me quedaré por acá, tengo que ver esto. —Oí decir a Ki Hong.
En ese rato antes de comenzar a filmar, medité todo y me di cuenta de que no resultará como lo planeado; esperaba algo más privado, poder hacer ciertas cosas y... Agh. Creo que si no hay nada a mi favor, algo debo hacer para compensar.
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