4. ¿Quién es el héroe número uno?
—¡¿Quién es el héroe número uno?!
—Así que volviste. —Hibana tenía una sonrisa burlona en el rostro, mientras retaba a Katsuki. —¿Ya aceptaste que eres mi padre, imbécil?
—Aún no me lo termino de creer, enana.
—Como quieras. Entonces no hay respuesta para tí. —respondió ella, pasando los dedos por su boca como si cerrara un cierre y al final le mostró su precioso dedo medio con perfecta manicura y un anillo con el diseño de una corona.
—No eres la única que puede darme la respuesta. —gruñó él. Todo el mundo estaba en silencio sin saber qué podría ocurrir con dos personas con el mismo carácter explosivo.
—Papá, a diferencia de tí, yo sí acepto a las personas a mi alrededor, y les doy su lugar. Mis amigos no te dirán lo que quieres saber, si yo no quiero que lo sepas. ¿Cierto? —El resto de los viajeros asintió, el señor Bakugo se veía furioso y a ellos les resultaba divertido, incluso si no lo fuera, no le darían la espalda a su amiga.
—Disculpe, Bakugo-San pero no le responderemos por apoyo a Hibana. Haga lo que ella dice, no es tan difícil. —dijo el de ojos azules con una sonrisa algo socarrona en su rostro. —Aunque la respuesta no le gustará.
Daiki tarareó la última oración, y sus amigos se rieron en voz baja al oírlo.
—¡¿De qué mierda se ríen, bastardos?!
—You wouldn't understand.
—Sorry, debes ser del futuro para entenderlo.
—Uff, Bakugo haga lo que Hibana dice. Ahora me muero de ganas por conocer sus reacciones al saber la verdad. —A los chicos de la clase B, de verdad les pareció reconocer a Neito en ese gesto que tenía el chico del futuro, con los ojos entrecerrados y una clara provocación.
—¡Bien! ¡Eres mi hija! ¡Soy tu padre! ¿Ya estás feliz?
—Uhm, la verdad me sonó algo falso. —Hibana se quejó, Katsuki estaba empezando a soltar chispas de sus manos como si en cualquier momento fuera a explotarles la cara, la de ojos dorados reconocía eso como una verdadera señal de aceptación de su parte, a pesar de molestarlo tanto, su padre no había hecho ni un solo movimiento para hacerle daño, y eso era algo que debía reconocer. —Bien, acepto. Ya te dejaré de joder. Podemos hablar.
—¿Podrían decir el top diez de héroes? —pidió Deku, y Bakugo lo miró como si lo fuera a golpear.
—Claro, será mucho más emocionante de esa forma. —contestó el viajero de ojos turquesa. —Cuenta regresiva. Daiki, empieza tú.
—Héroe número diez. —El pelinegro sonrió con bastante emoción, antes de mirar directo a su papá. —¡Héroe Welder!
—¿Qué...? —Este día solo se volvía cada vez mejor. No solo descubrió que se casaría y tendría hijos con su crush inalcanzable, sino que también entraría al top 10 de héroes. ¡Al maldito top 10! Era un milagro que no se hubiera desmayado aún.
—¡Felicidades, Awase!
—¡Lo harás bien!
—¡Genial!
—Bien hecho, Awase-San. Felicitaciones. —le dijo Momo, y Yosetsu casi podía escuchar un coro de ángeles en su cabeza.
—Hero number nine. —Hanabi mostró con sus dedos el número nueve, al ver algunas caras confundidas. —Cellophane.
Sero no cabía de su asombro, y cayó al suelo por ser derribado a causa de los abrazos sorpresa de Mina, Kirishima y Kaminari.
—Hero number eight. —Teru se recostó contra el hombro del de ojos azules quién era el que estaba más cerca. Bostezando. —Battle Fist.
Kendo ahogó un grito de asombro, y fue apresada por un fuerte abrazo por parte de TetsuTetsu y felicitaciones de toda su clase. Incluso Monoma la abrazó de sorpresa y con emoción.
—Héroe número siete. —Hibana señaló y disparó de sus dedos un rayo en dirección a Denki que no estaba prestando atención. —Chargebolt.
—¡¿Qué?! ¡Chicos, entré al top! ¡Entré al top! —Y los cuatro se hundieron en un nuevo abrazo. Hanta y Denki parecían a punto de llorar porque ninguno de los dos creyó llegar nunca tan lejos.
—Héroe número seis. —Kane estaba saboreando con diversión lo que se venía, al ver a todos atentos a quienes podrían estar en el top tres. —¡Red Riot!
Mina chilló emocionada, abrazándose con fuerza a Kirishima que parecía estar a punto de llorar en cualquier momento, mientras Sero y Kaminari lo atraparon en un muy masculino abrazo de tres por estar juntos en el top.
—Diré el siguiente también, para que ya saben quién pueda decir el número uno. —dijo el de los tatuajes, y sus amigos estuvieron de acuerdo, aunque los del pasado se preguntaron a qué se refería. —Héroe número cinco: Tsukoyomi.
Tokoyami abrió los ojos en grande, siendo recibido por las felicitaciones de Tsuyu, y Shoji.
—Héroe número cuatro: Vendaval. —dijo Hibana, y hubieron muchas caras confundidas, excepto por Shoto y Katsuki que reconocieron el nombre. —Vamos, U.A es genial, pero tampoco deben suponer que solo ustedes están en el Top.
—Héroe número tres. —Teru se detuvo, y dudó un segundo, mirando en dirección a Kane. —Él aún no ha elegido su nombre de héroe en ese tiempo, si lo digo ahora, ¿Afectará eso la línea temporal?
—La verdad, ya no sé. Solo conozco lo básico de la teoría del viaje espacio-temporal, y eso porque King me lo explicó. —Suspiró el de ojos grises. —Mejor evitamos problemas, y solo dí su nombre personal.
—Dad! —Hitoshi miró a Teru, aún se le hacía demasiado raro que los gemelos lo llamarán de esa forma, pero de cualquier modo, sabía que se referían a él. —Eres el héroe número tres del top.
—¿Es una broma? —preguntó con una voz grave, Hitoshi no se lo podía creer, es que no, no podía, ni siquiera había pasado un día completo desde que fue aceptado en el departamento de héroes, aún no empezaba su entrenamiento. ¿Llegaría tan alto? ¿Eso era siquiera posible?
—No soy tan miserable como para bromear con algo así. —respondió el de ojos turquesa, quién se acercó a su padre, mirándolo a los ojos. —Lo has hecho bien, papá. Y aunque hayan muchas trabas y tropiezos en el camino, no dejes de esforzarte, puedo asegurar que vas a lograrlo.
—We are proud of you. —dijo Hanabi con una sonrisa muy bonita.
—Shinso es un ejemplo a seguir para una gran cantidad de personas cuyos quirks no son físicos. —comentó Daiki.
—¡Felicidades, Shinso! ¡Sabía que serías un gran héroe! —Kaminari le había saltado en la espalda, luego Midoriya, y Tsuyu también lo estaban felicitando, Kirishima le dijo que era alguien muy masculino, Monoma lo felicitó a la distancia.
—Héroe número dos. Suneater. —dijo Hanabi. Eijirō sonrió enorme al pensar en lo lejos que llegaría su senpai.
Izuku, y Katsuki estaban casi muriendo por saber quién sería el héroe número uno y símbolo de la paz. Kane estaba muriendo por ver sus caras al oír el siguiente nombre en la lista, tenía la cámara de su teléfono preparada para grabar el momento, y reírse el resto de su vida del padre de su mejor amiga.
Los demás no dejaban tan en descubierto lo que sentían, pero también estaban intrigado por ver lo que pasaría.
—¿Estás grabando esto? —preguntó Hibana con una sonrisa maliciosa.
—Obvio que sí, cariño. —respondió el rubio con mechones negros. —Este momento quedará para la posteridad.
—¡Habla de una jodida vez, maldita manufactura!
—¿Soy como una manufactura? —preguntó, el viajero pelinegro se levantó para ver con mayor seriedad al rubio, sus amigos se encogieron de hombros. —Vaya insulto de mierda, idiota.
Yosetsu se rió, su hijo era soez como él, aunque parecía mostrar más la faceta dulce, amable, y respetuosa de su madre.
—¡¿A quién le dices...?!
—¿Quieres que te responda? Siéntate y cállate. O se quedarán con la duda.
—¡Mira, hijo de...!
Yosetsu estaba a punto de levantarse e interponerse, no le asustaba Bakugo aunque éste pudiera explotarle la cara, pero no hizo falta, porque en el momento que sujetó por la camisa al pelinegro del futuro, este aprovechó la mala posición de los pies del rubio, echó su cuerpo hacia adelante y lo hizo perder el equilibrio. Daiki tomó a Katsuki por los hombros, giró sobre su eje, y lo derribó, estrellando la cara del de ojos rojos contra el sofá, los otros viajeros se habían levantado momentos antes solo para ver con sonrisas divertidas lo que ocurría.
—Qué decepcionada estoy. —contestó la de ojos dorados, agachándose frente a la cara de su padre. —Gameboy te derrotó en cosa de nada. Creí que eras más fuerte.
—¡Soy el más fuerte! —Katsuki hizo el intento de liberarse, cosa que logró fácil, ya que Daiki lo había soltado, y lo miraba con una sonrisa. —¡¿De qué mierda te ríes, bastardo?!
—No me río, Bakugo-San, eso fue muy emocionante. Usted es mi héroe favorito, y le tengo mucho respeto. —respondió, y eso sí que descolocó al rubio cenizo. —¿Ahora sí me dejara hablar?
Bakugo chasqueó la lengua, y miró hacía otro lado con desinterés.
—Eso en idioma de papá, es "No te mataré aún, continúa" —Se burló Hibana, y Bakugo estaba reconsiderando seriamente su decisión de no golpearla.
—Número uno del top. —Daiki cerró los ojos y sonrió. Mirando directamente a su madre. —Heroína de todo: Creati.
Hubo un segundo de silencio, Kane enfocó su cámara en dirección a todos los rostros de estupefacción que tenían los del pasado. Y Teru se levantó en dirección a la cocina porque no creía poder soportar los gritos que vendrían sin su café de la mañana.
—¿Qué? —Bakugo parecía haber entrado en cortocircuito, porque apenas parecía respirar. Midoriya estaba llorando al igual que Momo, aunque uno era de tristeza y otro de felicidad.
—Deku, no llore. La tía Momo es la heroína número uno, pero ella no es el símbolo de la paz. —dijo Kane, que había apagado la cámara. La revelación resultó mucho más sentimental de lo que cualquiera de ellos habría esperado. El de los piercings, se agachó junto al peliverde y le dió un par de palmadas en la espalda. —Usted es el símbolo de la paz.
Eso no ayudó mucho, Izuku empezó a llorar con mucha más fuerza aunque ahora estuviera sonriendo bastante confundido.
—Antes de que grites... —dijo Hibana, viendo las ganas que tenía su padre de explotar, le tomó de la mandíbula e hizo que la mirara. Dorado y rojo chocando con la misma chispa de fiereza y ella sonrió, sin malicia sino más bien un brillo orgulloso. —Papá, tu eres el símbolo de la fuerza. Y eso es incluso mejor que ser el héroe número uno.
—Tu eres el símbolo de la unión, papá. —dijo Hanabi, que desde hacía un rato estaba sentada junto a Shoto.
—¿Y eso qué es?
—Exacto, expliquen que hace rato ya me perdí. —dijo Tsuburaba y Kaibara se golpeó la cara, muy decepcionado de su amigo.
—Hace algunos años, bueno, en unos futuros años para ustedes, pasará algo parecido a lo que pasó en Kamino, será la caída de un símbolo de la paz. —explicó Daiki, que le había creado un pañuelo a su mamá y le estaba dando un abrazo, repitiendo cada tanto que sí era real, que ella sí era la número uno, que ella de verdad era increíble.
—Y la gente no lo soportará, se sentirán débiles y desprotegidos, porque sienten que perdieron aquello que los mantenía a salvo. Aún cuando con su pérdida, el mal también había caído junto a él. —continuó Hanabi, aunque ella no lo había vivido, todo lo conocía por la historia de sus padres y todo lo que le han contado de ese horrible día desde que llegaron a Japón.
—Deku, Shoto y papá, se proclamaron frente a la gente. —Hibana los estaba mirando a todos, aquel fue un día muy gris pero recordó algo, que desde entonces no se ha permitido ser olvidado.—“Aún no es tiempo de perder la esperanza..."
—“Aún queda mucho por lo que luchar...”
—“Por lo que somos, por lo que seremos, y por lo que queremos ser...”
—“Por todos aquellos que hemos luchado para llegar hasta aquí..."
—“No pueden rendirse, porque así como nosotros damos nuestra vida por ustedes, lo único que pedimos a cambio es que recuerden que también somos humanos.” —Terminó Teru, volviendo de la mano de Eri, y con una bebida energética de fresa en la otra.
—Suena lindo. —dijo la pequeña de ojos rojos.
—¿Verdad que sí? A nosotros también nos gusta mucho. —respondió Daiki, sonriéndole a la niña que se escondió detrás del pelimorado algo sonrojada.
—Le devolvieron la esperanza a las personas, y les recordaron que no importa que tan poderosos sean, también son humanos, que ustedes sufren, se lastiman, lloran y necesitan una mano ayuda. —dijo Hibana, mirando fijamente a Katsuki. —Que bajo el manto de “Símbolo de la paz" hay una persona que está dando todo de sí por las demás.
—Y que aunque sea un orgullo, también es un título muy pesado para una sola persona. —terminó Kane, fueron vagos con los detalles pero dieron la información que debían dar, y no más que eso. —Así nacieron los símbolos, los tres héroes que se proclamaron aquél día y fueron acogidos con los títulos que la gente les otorgó por lo que representan.
—Alguien que demuestre la fuerza de nunca rendirse ante nada, ni nadie. —dijo la de ojos dorados. —Eres tú, Katsuki. El símbolo de la fuerza.
—Alguien que lucha para demostrar que nada puede conseguirse solo, que no importa tu fuerza o poder, todos merecemos ayuda. —dijo Hanabi.
—Símbolo de la unión: Shoto. —completó Teru, sentándose en el suelo para jugar a las cartas con Eri.
—Y ya saben, alguien que nos dé la seguridad de que podemos estar tranquilos de tenerlo con nosotros. —Se rió Kane. —Símbolo de la paz: Deku.
—No lo entiendo.
—Oye, Eri. ¿Qué son ellos? —Teru se levantó del suelo, ignorando quién preguntó pero buscando darles un respuesta. Le pidió permiso a la niña, y ella aunque algo reticente aceptó que él pelimorado la levantará en brazos, dándole la altura suficiente para ver a todos los estudiantes dentro de la sala común. —¿Qué son ellos? O mejor ¿Qué es Deku?
—¿Deku? ¡Deku es un héroe! El me salvó, y me ayuda siempre que puede. ¡Deku y Mirio son mis héroes! —contó ella emocionada, y luego vió a todos los que estaban en la habitación. —Ellos también son héroes, ¡Todos son héroes!
—¿Ahora lo entienden? —preguntó el de ojos turquesa, sonriéndole a la niña, antes de mirarlos a ellos. —No importa el puesto en el ranking, si eso es lo que les importa, entonces mejor cambien de carrera ahora que están a tiempo.
Lo último lo dijo con una voz profunda, mirándolos con el ceño fruncido mientras Eri veía a otro lado a la chica con el cabello de tres colores que se parecía a su nuevo amigo Teru.
—Conocemos mucho de la vida de algunos de ustedes, y de otros apenas sabemos lo poco que la prensa y el internet dejan saber. La vida cambia y las personas se separan. —El de ojos azules se encogió de hombros restándole importancia. —Perdonen desde ya si no podemos responder con exactitud lo que quieran saber.
—Lo único que podemos asegurar es que desde el primer segundo en que ustedes salvaron a una persona... —comentó Hanabi, justo al lado de Eri que miraba entre los dos gemelos intentando descubrir el parecido. —Se convirtieron en héroes, los mejores héroes.
—Y no necesitan de ningún título o lugar en un top para confirmarlo, ya que eso no es más que un concurso de popularidad. —dijo Kane, viendo de reojo a su padre.
—Aunque no vamos a negar lo genial que se siente que te aplaudan y te adoren. No está mal que te guste eso, “Ser el mejor" no es una mala meta. —explicó Hibana. —Solo qué...
Hibana no pudo terminar, en la habitación se empezó a escuchar una canción en otro idioma, la mayoría no entendió, ni reconoció el idioma, pero los del futuro lo habían escuchado un montón de veces antes.
Era el bobo tono de llamada que Kane usaba en su comunicador. Nunca en la vida se habían sentido tan felices de escucharlo, porque eso significaba que los del futuro intentaban comunicarse.
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