Capítulo 5.


*Andrew*

Desde aquel último encuentro no habia vuelto a hablar directamente con Emma, solo la habia visto un par de veces en mis clases a las que asistía puntualmente y la verdad era que aunque intentara pasarla por alto ella se encargaba de resaltar, siempre participando y dando aportes muy acordes con el tema, es por esto que fue una de las estudiantes que tuve en cuenta para Invitar al club de literatura de la universidad.

Ese día, vi que entró en el salón con una coleta que dejaba libres algunos de sus mechones y me pareció oportuno comunicarle la noticia, así que esperé hasta el final de la sesión para hacerlo.

- Antes de que acabe la clase quería comentarles algo- Digo mientras recuesto mis manos sobre mi escritorio- Estuve leyendo las historias que me entregaron el lunes pasado y la verdad algunas me dejaron impresionado, aunque no puedo decir lo mismo de todos- Miro a un chico de las filas de atrás que no entregó su trabajo- Es por esto que he escogido a dos personas para que hagan parte del club de literatura de la universidad - Algunos se miran emocionados dado que entrar a alguna actividad extracurricular es un punto adicional en su hoja de vida - John Smith y Emma Meyer, con usted señor Smith me reuniré los los lunes al finalizar las clases en mi despacho y con usted señorita Meyer, me reuniré los viernes en el mismo lugar y a la misma hora, deben traer un nuevo capítulo de su historia.- Ambos estudiantes asienten con la cabeza sin ocultar su entusiasmo.

Ambas historias; las cuales eran la prueba para elegir a los que harían parte del club, tenían bastante potencial y estoy seguro que con algo de ayuda podríamos tener dos nuevos escritores publicados, aunque he de decir que cuando supe que justamente la historia de Emma había clasificado, recordé lo gracioso que había sido competir con esas preguntas absurda.

[...]

El viernes por la tarde, estaba esperando en mi despacho a Emma, sentía curiosidad por como continuaría su historia, pues básicamente trataba de una sociedad donde los descendientes del sol y la luna eran enemigos, pero dos jóvenes decidieron romper esa tradición al encontrarse perdidamente enamorados el uno del otro, por lo que no quieren ver su amor afectado por dicha enemistad. Innovador diría yo. Pocos minutos después alguien golpea en mi despacho.

-Adelante- Digo mientras espero con ansias ver a Emma.

Efectivamente es ella.

- Buenos días - Dice y sonríe amablemente.

- Siéntese por favor - Le indico la silla frente a mi escritorio, ella obedece y toma asiento- Bien, entonces empecemos, léame sus avances - Le digo y me relajó en mi asiento para escuchar su relato, ella empieza a leer.

"Althea era la futura aspirante al trono de la luz y la presión de ser siempre la mejor la habia perseguido desde niña, cuando su madre murió y supo que debía de hacer todo lo posible para que su padre no se sintiera solo y mucho menos decepcionado de ella"

Su historia transcurre por unos minutos más, hasta que hay una parte que llama especialmente mi atención.

"- ¿Enserio piensas retar a una hija del sol?- Dijo Althea a Adonis, un hijo de la luna.

-No te tengo miedo Althea, por muy intimidante que te creas se que detrás de toda esa máscara ridícula que la sociedad hace que te pongas, existe una persona igual a mi, eres una simple mortal- Adonis se cruza de brazos.

La chica ahora entiende porque existe la enemistad entre los hijos de la luz y de la noche, aquel chico era totalmente orgulloso, el sabía que  la ofendía al retarla y no se dignaba siquiera a reconocerlo, pero no tenía intenciones de dejar las cosas así, Althea iba a hacer que Adonis se comiera sus propias palabras"

Cuando Emma termina de leer esa parte hace una pausa para mirarme por un momento- Muy graciosa- Esto me hace saber inmediatamente que no era el único que recordaba con gracia la tarde de "retarnos". Cuando acaba de compartir el capítulo me acomodo nuevamente en mi asiento y la miro fijamente a los ojos.

-Interesante -Digo intentando decir algo que le deje claro que sabía que gran parte de su relato habia sido inspirado en nuestra conversación. ¿Quería jugar con indirectas? Bien.

- Me parece que es muy acertado su punto de vista de las personas competitivas - Me acerco a ella por encima del escritorio como si le fuera a contar un secreto -Diría que uno de sus personajes se me parece a alguien.

Su expresión sorprendida me confirma que ha entendido mi indirecta.

-Bueno pues... Tuve una gran inspiración para hacer a ese personaje, Señor Parker, en una persona que no soporta que le ganen en algo.

- ¿Ah si? ¿Podría decirme de quien se inspiro, Meyer? - Le pregunto fingiendo curiosidad, decido apoyar mis codos sobre la mesa para acercarme nuevamente.

- No puedo revelarle eso- Me responde sonriente mientras adoptaba la misma posición que yo, cosa que hace que estuviéramos a solo unos centímetros de distancia ¿Qué me ocurre? ¿Por qué no me alejo?

- ¿Por qué no? - Insisto, pero esta vez bajo mi voz.

- Porque... - Pasa saliva, mi cercanía la esta poniendo nerviosa.

-¿y bien?- La mire disfrutando de lo nerviosa que estaba. ( Y también de tenerla tan cerca)

- Porque si..- Dudó antes de responder - Porque si le digo que estuve pensando en usted mientras escribía, lo tomaría mal. - Su voz suena firme, sin ningún rastro de vergüenza. 

Una media sonrisa surca mis labios, no se porque pero estaba esperando que dijera eso, nunca antes habia estado tan interesado en doblegar a alguien, pero ella era como un cartel andante que me retaba a hacerlo.

-No lo tomaría a mal porque le diría que ya lo sabía- Le respondo aún con mi media sonrisa.

Me acerco aún más, tanto que si alguno de los dos habla nuestros labios se encontraran. Olía estupendamente y sus labios se veían realmente rojos y apetitosos.

Emma era como un imán, habia algo que me atraía en ella, algo que me pedía besarla sin control allí mismo, algo que me decía literalmente que empezara a verla como la chica extremadamente guapa que era. En ese momento me percaté de que llevaba una falda de jean que dejaba al descubierto gran parte de sus piernas, sería tan fácil quitársela y... ¿¡Pero qué demonios me pasa!? Era mi alumna, era simplemente eso, no podía de verla como otra cosa, jamás en mi vida habia sentido ese deseo por alguna de mis estudiantes y ella no sería la excepción.

Tan pronto como llegan a mi esos pensamientos que me hacen sentir culpable me alejo de ella, dejándola con la respiración agitada.

-Creo que hemos terminado, puede retirarse- Le digo sin ser capaz de mirarla a sus ojos miel.

Tomo una carpeta y finjo echarle un vistazo a su interior, esto hace que ella salga del despacho un poco fuera de lugar.

No puedo tenerla tan cerca otra vez. Lo que había pasado no se asemejaba para nada a alguna escena que había vivido antes, solo conseguí dejarme llevar, mi autocontrol podía debilitarse con ella delante.

¿Alguna vez han sentido esa sensación que se apodera por completo de ti? Pues eso mismo es lo que estoy sintiendo, algo que me incita a descubrir lo prohibido. Respiro profundo y me tapo la cara con las manos.

-Lo prohibido no atrae - Susurro para mi mismo y se que aunque no quiera admitirlo, esa es la mentira más grande del mundo.

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