Capítulo 48.

*Andrew Parker*

Llego donde Sammy y me bajo del auto con unas cuantas bolsas llenas de juguetes y ropa para recompensar la semana en la que no pude venir a verla, adicional a esto tomo en mi mano la pequeña caja morada que me entrego Emma hace unas horas para llevársela. Me alegra saber que mi hija y mi novia se aprecian. Al principio pensé que Meyer estaría celosa de alguna manera por Sammy, dado que muchas veces dejamos de salir o de estar juntos cuando iba a acompañarla al hospital o simplemente a estar con ella.

Comienzo a subir las escaleras hasta su piso y justo cuando voy a llamar a la puerta, esta se abre y tras de ella sale Perla poniéndose el abrigo para salir. Acordamos que cuando yo viniera a ver a Sammy ella no estaría presente para evitar discusiones o comentarios fuera de lugar delante de nuestra hija. Es el mejor método para que Sam no nos vea discutiendo.

-Ya me iba - Dice sin poder mantener la mirada.

-Tan arrepentida te sientes que no puedes mirarme a los ojos - Es hora de sacarme la espina.

-N-no se de que hablas. Permiso - Tartamudea un poco y da un paso para salir pero se lo impido.

-Me sacaron de Dickens ¿Contenta? - Sonrío burlón al ver su cara de sorpresa fingida - Pero me dieron un trabajo en Londres en una excelente universidad, supongo que debería agradecerte ¿No crees?

-Voy a llegar tarde - Vuelve a hablar y por un momento veo un rastro de felicidad en su rostro.

-Si crees que con eso conseguiste separarme de Emma, estás muy equivocada - Me río un momento y luego me acerco a ella para susurrarle al oído. Se pone rígida al instante. - Ya dejé que me jodieras la vida una vez, eso no va a volver a pasar, no ahora que tengo a una mujer que en realidad me ama a mi y no a mi billetera ¿Comprendes?

Me alejo y noto que su respiración se agita y no puedo evitar sonreír por seguir teniendo ese efecto en ella.

-Es increíble lo que puedes llegar a hacer para conseguir atención, no soportas dejar de ser el centro de atención.

-Es increíble como finges que me olvidaste cuando sabes perfectamente que aún me amas - Sus ojos azules me miran intensamente y una risa verdadera me ataca.

- Sammy es lo único por lo que estoy aquí, ya puedes irte - Digo mientras doy un paso y entro en el apartamento.

Perla sale por la puerta y antes de que la cierre por completo la detengo y la miro fijamente antes de decirle:

- Por cierto, deberías ser reportera, en realidad tomas el mejor ángulo de las personas ¿Viste como salió el rostro de Meyer en el video que grabaste? Simplemente hermosa- Ladeo un poco la cabeza - Y debo admitir que me veía muuy sexy, espero y no hagas cosas indebidas con ese video. Olvídame - Le guiño un ojo y comienzo a caminar hacia el cuarto de Sammy sin cerrar la puerta.

-¡Cállate! - Dice entrando nuevamente cerrando la puerta tras de sí - No tienes derecho a venir a mi casa y...

-¡Papi! - Sammy sale corriendo por el pasillo para abrazarme, la alzó y le doy un giro en el aire.

-Cielo - Susurro sintiendo la textura de su gorro de lana negro.

-Ya alisté la película y... - Se interrumpe mirando las bolsas - ¿Es para mí?

-Noo - Digo sarcásticamente rodando los ojos - Es para mi hijo imaginario.

-¡Gracias, gracias, gracias! - Grita dando pequeños saltitos mientras le entregó las bolsas.

-Samantha no saltes así, sabes que el doctor dijo que era malo, y tampoco grites, eso te agota ¿Bien? - La reprende Perla detrás de mí.

-Lo siento - Responde y luego aprieta los labios - ¿No te ibas ya mami? se te va a hacer tarde para tu cita - Sammy mira a su madre con una expresión angelical, pero puedo notar su pizca de irritación y de sarcasmo. Toda una Parker.

-Agh - Gruñe Perla. Al parecer no fui el único que lo notó - ¡Son igualitos! - Se da la vuelta y sale del apartamento sin siquiera despedirse.

Cuando estamos solos no puedo evitar soltar la risa que intenté contener y mi hija se une a ella.

-¿Sabes qué está mal hablarle así a tu madre? - Digo entre risas intentando calmarme.

-Lo siento - Me dice con una sonrisita maliciosa - Dejemos que mamá se vaya con su cita número doscientos, mientras tú y yo vamos a ver la peli.

-Sí señorita, pero debes hacer caso y no esforzarte mucho, Perla tiene razón.

-Esta bien - Me sonríe en señal de disculpa - ¿Puedo abrirlos? - Señala las bolsas con sus dedo.

-Adelante, pero esa cajita morada no es de mi parte, te la envió Emma.

-¿De verdad? - Dice alegre - Ella me cae bien, su cabello es muy largo - Habla distraídamente mientras abre el empaque.

Me siento a su lado mientras la veo batallar con el nudo de cinta morada.

-¡Un collar! ¡Es hermoso! Ahora voy a poder sorprender a todas las niñas del hospital y lo mejor... ¡Combina con mis ojos! - Exclama alegremente mientras vuelve a dar saltitos pero se detiene al instante cuando levanto las cejas - Lo siento... ¿Me lo pones? - Me entrega la cadenita con su nombre.

Lo tomo y ella se da la vuelta para que se lo ponga.

-Listo - Digo sonriendo cuando ella se da la vuelta para mostrarme - Te queda muy lindo cielo.

-Obviamente - Dice encogiéndose de hombros para luego reírse - Dile que muchas gracias papá.

-Lo haré.

-Y otra cosa más... Ella es buena persona y hacen muy buena pareja juntos, debo decir que no me da celos que estés con ella - Una pequeña sonrisa surca sus labios - Puedo estar tranquila sabiendo que eres feliz a su lado.

-¿Por qué tan filosófica? - Digo entre risas .

-No molestas papá - Responde cruzándose de brazos- Es solo que tengo a la extraña necesidad de decirte las cosas, como si no me quisiera quedarme con nada antes de que te vayas.

[...]

Aproximadamente cuatro horas después de ver películas, Sammy duerme plácidamente con su cabeza apoyada en mi pecho mientras yo acaricio su mejilla distraídamente. Fue increíble el tiempo que pasamos pegados a la pantalla burlándonos de los personajes. En realidad lo extrañaba, sus terapias y salidas al hospital nos habían impedido reunirnos.

Me levanto de la cama y la arropo con una manta, veo que sus mejillas están sonrojadas y sonrió, me alegra verla con algo de colores, últimamente está muy pálida. Salgo del cuarto para llamar a Emma pero suelto un suspiro de frustración cuando escucho la puerta abrirse y ver por segunda vez en el día a Perla, con la excepción de que está más irritada de lo normal. Al parecerle fue mal en su cita.

-¿Sigues aquí? 

-Sammy está durmiendo, baja la voz - Digo mientras me sirvo un vaso de agua en la cocina.

-¿Cuánto lleva durmiendo? - Pregunta con una preocupación repentina.

-Tranquila, no lleva dormida más de veinte minutos, además está sonrojada, hace tiempo no la veía así - Sonrío al recordar su pequeño rostro tierno. Perla también sonríe al imaginársela mirando a un punto indefinido.

-Voy a despertarla para que coma un poco de lo que le traje - Dice con un tono tranquilo.

Es increíble cómo hablar de Sammy causa el mismo efecto en ambos. Perla camina hacia el pasillo para ir a despertarla y yo aprovecho para escribirle un mensaje a Meyer, busco el contacto guardado como "insaciable" y comienzo a teclear.

-Salgo en 10mn para allá

-Un beso, insaciable.

-¡ANDREW! - El grito de Perla desde el cuarto de Sammy hace que todo mi cuerpo se ponga en alerta y salgo corriendo hacia la habitación.

-¿Qué ocurre? - Pregunto asustado cuando llegó con la respiración agitada.

-¡No responde! ¡Maldita sea! ¡No se despierta! ¡NO TIENE PULSO, ANDREW! - Dice gritando en lo que yo me acerco para tomar el rostro de Sam en mis manos.

-Cielo - La llamo cariñosamente - Cielo despierta, Sammy - Vuelvo a decir tomando su mano - Cariño, vamos, no es gracioso - Vuelvo a subir mi mano a su rostro pero me ataca el miedo cuando veo que la suya se desgonza sin mi apoyo - No Sammy, levántate...

-Por favor, no... - Dice Perla entre sollozos a mi lado. No le presto atención y sigo llamando a Sammy.

-¡Sammy! ¡Despierta! - Las lágrimas en mis ojos me dificultan la visión, pero aún así logró ver que sus mejillas ya no están sonrojadas, está muy pálida - Llama una ambulancia... ¡Llama una ambulancia ahora!

Perla comienza a marcar un número en su celular con dedos temblorosos.

-No me hagas esto cielo, aún nos falta ver la fábrica de chocolates  juntos ¿Recuerdas? - Sigo hablándole mientras las pequeñas gotas se deslizan por mis mejillas - No me hagas esto Sammy... Por favor... Cielo despiértate... ¡Por favor! Aún tienes que  jugar con... con los juguetes y... - Sigue sin mostrar ningún movimiento - Levántate y dime que es una broma, no voy a enojarme cielo...

Me atrevo a tocar la parte del cuello donde se supone que se siente el pulso. Nada. Luego en parte de la muñeca. Nada.

-Sammy - Susurro sin poder contener las lágrimas.

-Sammy, abre los ojos, cariño - Susurra Perla a mi lado sin dejar de llorar - Andrew dime que no es cierto, dime que es un mal sueño.

Por primera vez después de tanto tiempo la miro verdaderamente a los ojos, los de ambos llenos de lágrimas.

-Andrew - Vuelve a susurrar y vuelve a sumirse en el llanto mientras que yo solo puedo mirar el rostro de mi hija con sus ojos cerrados.

-No molestas papá - Responde cruzándose de brazos- Es solo que tengo a la extraña necesidad de decirte las cosas, como si no me quisiera quedarme con nada antes de que te vayas.

Recuerdo sus palabras y un fuerte ardor en el pecho hace que mi llanto aumente.

Al final te fuiste tu, al final fui yo quien no te dijo lo mucho que te amaba.

[...]

Minutos más tarde la ambulancia llega , no tengo ni idea de lo que les dijo Perla pero inmediatamente las personas uniformadas que de allí se bajaron nos dijeron lo mucho que lo sentían para luego comenzar a hacernos preguntas de rutina, o mejor dicho a mi, porque Perla no soportó y se fue a un lado de la sala a llorar.

-Tenía Leucemia - Arrastro las palabras porque no tengo fuerzas - Se suponía que su cuerpo estaba resistiendo, estaba mejorando.

-Entiendo - Dice el hombre de cabello negro oscuro mientras anota algo en una hoja - Nos encargaremos de todo, no tienen de qué preocuparse.

En ese momento agradecí extremadamente haber pagado un seguro en el hospital, no me sentía con ganas como para planear el traslado del cuerpo de mi hija. El hombre se da la vuelta pero lo detengo.

-¿Por qué? ¿Qué le ocurrió? - No me contengo y pregunto.

-Lo que voy a decirle puede ser fuerte - Me advierte con una expresión seria.

-Creo que no hay nada más fuerte ahora - Respondo secamente.

-En general, la muerte por cáncer ocurre después de que una persona se ha ido debilitando y cansando más a lo largo de varias semanas o meses. No siempre es posible predecir cuánto tiempo vivirá una persona. Pero algunos signos y síntomas frecuentes indican que está entrando en las últimas semanas y días de vida - Para un momento para que analice sus palabras -  Sammy estaba sufriendo de cansancio, constantemente necesitaba dormir  y por último está la perdida de peso y disminución de su masa muscular.

Asiento con la cabeza porque no me siento capaz de hablar y el hombre se da la vuelta y desaparece por el pasillo.

No se como asimilar esto, no tengo ni idea de como comprender el hecho de que ya no volveré a saludar a mi hija, de que ya no volveré a ver películas con ella, de que no volveré a escucharla diciéndome papá. Ya no más de sus bromas, de sus risas melodiosas, de su cara cuando se enojaba, de lo mucho que me reíamos juntos.

Todo eso terminó...

Sammy, mi hija, el tesoro más preciado de mi vida murió en mis brazos, murió conmigo y ni siquiera pude despedirme. La muerte por lo general no avisa cuando va a llega, uno cree estar preparado para las cosas pero todo es una maldita mentira. Ahora solo me queda el enorme vacío de que la perdí y también los reproches de no haber estado con ella a cada momento, de haber desperdiciado mi valioso tiempo con ella por discutir con Perla.

Como me hubiera encantado que abrieras lo ojos, que me digieras que habia sido una tonta broma tuya, pero no que te hubieras quedado con los ojos cerrados y completamente pálida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top