Capítulo 24.
*Emma Meyer*
Estoy al frente de la universidad Charles Dickens con un sentimiento de miedo y zozobra presente en mi cuerpo, pero no voy a permitir que gane. Tomo una gran bocanada de aire y comienzo a caminar dentro de la institución. Haré de cuenta que mientras esté aqui, nada malo podrá ocurrirme. Usaré el estudio como algo para alejarme de los problemas que están presentes en cada minuto de mi vida.
-¡Emma! Por fin podemos vernos- Dice Mía después de abrazarme - La universidad me está matando, tengo millones de trabajos pendientes y no sé por dónde empezar - Suspira agotada- ¿Qué tal estas? Te noto tensa.
-No, no es nada - Hago un intento de sonreírle - ¿Qué te parece si voy a tu casa y terminamos algunos trabajos? - No quiero quedarme sola, no en este estado.
-¡Genial! Entonces a las tres y cuarenta nos vemos en el estacionamiento - Mía suspira y se pasa un mechón de cabello detrás de la oreja - ¿He dicho cuanto odio la universidad?
-Cientos de veces - Respondo sonriendo, definitivamente esto es un gran apoyo para lo que me espera después.
[...]
-¡Una clase más y nos vamos! - Dice Mía a mi lado con la vista fija en un papel que tiene su horario - ¿Qué te toca a ti?
No miro mi horario porque me sé de memoria a qué horas debo ir a mi clase favorita.
-Interpretación y análisis gramático, con el señor Parker - Digo sarcástica.
-Pfff, Señor Parker... la clase más aburrida del mundo - Mía voltea los ojos.
Llego al aula donde tengo mi clase y me despido de Mía. Tomo asiento en la hilera de la mitad y hago un moño desordenado para quitarme el cabello esponjado de la cara, saco un cuaderno y un esfero de mi morral mientras espero que el aula se llene. Hasta que por fin entra Andrew, con ese elegancia que me atrajo desde el primer día que le vi.
El te hace sentir segura, piensa en el cuando estés al borde del colapso, es la única persona que no te recuerda a Iván...
-Bueno muchachos, buenas tardes - Saluda en cuanto ingresa al aula, los demás saludamos.
-¿Leyeron lo que les envíe el viernes? - Dice mientas acomoda sus cosas en el escritorio de enfrente, nadie le responde - Me alegra que siempre estén participando - Dice sarcásticamente -El día de hoy hablaremos sobre una obra costumbrista llamada "The semi-attached couple" o "Una pareja casi perfecta" ¿Podría decirme de que trata? - Dice señalando a un chico de cabello rizado y de anteojos redondos.
Comienzo a hojear mis apuntes para que no me coja desprevenida alguna pregunta.
-Básicamente de una pareja que se casa apresuradamente y que sufrirá una serie de problemas en su relación a causa de esto, matrimonio apresurado, decepción asegurada - Responde el chico con voz gruesa.
-Completamente de acuerdo- Dice Andrew sonriendo por el comentario final del chico - Ahora dígame ¿Qué clase de problemas?
-Mmm... Desconfianza, malentendidos y celos - Dice pensativo.
-Correcto, es una obra de una pareja disfuncional - Agrega mientras camina de un lado para el otro dando su discurso -Ahora bien ¿Qué les parece si la transportamos a la actualidad? Señorita - Señala a una joven que está sentada en la esquina izquierda del salón, lleva su melena rojiza recogida en una coleta alta, ella lo mira y se acomoda en su asiento preparándose para la pregunta - ¿Qué son para usted los celos?
- Los celos se dan en una relación cuando una de las partes se siente amenazado por una persona en particular - Suspira y vuelve a acomodarse en el asiento - Prácticamente es cuando nos sentimos intimidados por otra persona que habla con nuestra pareja.
-Bien - Dice Andrew animado por el tema, luego me mira a mí y me señala con su dedo - ¿Qué la pone celosa?
¿Acaba de preguntarme eso? No puedo evitar sentir algo de rubor en mis mejillas, aunque pienso rápidamente mi respuesta.
Que se encierre con una rubia en su despacho, aunque técnicamente no es mi pareja así que no cuenta, pero...
-Que... - Dudo un momento y me muerdo el labio - Que por ejemplo se encierre en un cuarto con una persona que no sea yo - Andrew sonríe enseñando sus dientes ¡Bingo! Captó la indirecta. Sonrío sintiéndome victoriosa.
-¿Y a usted? - Señala a otro estudiante de cabello oscuro que está a mi lado izquierdo.
-Que salga con otro hombre - Responde este totalmente tranquilo.
-¡Buu! ¡Que sexista! - Exclama la chica de cabello de fuego detrás de mí.
-Eso no es ser sexista - El chico se voltea para mirarla - Se llama ser celoso y lo hago muy bien, además de muchas otras cosas- Le guiña un ojo y le dirige una sonrisa ladeada.
Los demás nos reímos ante la escena, incluido Andrew, la chica de cabello de fuego voltea los ojos y se cruza de brazos.
-Continuando con nuestro tema... - Dice Andrew dándose la espalda para dirigirse al tablero.
-Un momento profesor - Interrumpe una chica de cabello marrón al otro lado del salón - No nos ha dicho que lo pone celoso - Toma un mechón de su cabello y lo enrolla en su dedo disimuladamente.
"Pfff, que mala estrategia cariño, así nunca lo vas a conquistar" pienso para mis adentros "Para conquistarlo tienes que caer encima de el con tan solo una toalla puesta"
Todos los estudiantes hablan apoyando a la chica de cabello marrón, Andrew se sonroja ligeramente y mira al suelo por un momento, luego vuelve a subir la mirada y sus labios se curvan hacia arriba mostrando una débil sonrisa.
-Que le baile sensualmente a un chico en un fiesta sabiendo que él le tiene ganas - Me mira por menos de un segundo y luego se da la espalda nuevamente - Pero ustedes aún están muy jóvenes para saber esto.
La clase se ríe del comentario del señor Parker, mientras que yo tengo una sonrisa estúpida en la cara.
- Pero el señor Parker tampoco se ve tan viejo ¿No? - Dice en voz baja una chica de cabello corto dirigiéndose a la persona que tiene a su derecha.
-Viejo o no, a mi me encanta - Alcanzo a escuchar que murmuran y luego sueltan unas risitas bobaliconas.
Pff...
Hay algo que me gusta particularmente en Andrew y es su capacidad para hacer de las cosas simples algo interesante, es por esto que no me siento saturada de él, al contrario; me siento atraída cada momento que paso a su lado, porque sé que siempre va a sorprenderme.
*Mía Parker*
-¡Por fin! -Digo eufórica - El día se me hizo eterno.
Desbloqueo la alarma de mi auto y me monto en el asiento del conductor, Emma se sienta a mi lado con expresión distante.
- Emma ¿Estás bien? - Le pregunto nuevamente, desde esta mañana la he notado algo extraña.
-Si, si, es solo que estoy agotada - Dice y sonríe ligeramente.
Se que algo no anda bien, pero tampoco quiero incomodarla, por lo que decido encender el auto y comenzar a andar en dirección a mi casa.
Cuando llegamos, ambas subimos a mi cuarto y nos sentamos en la cama dejando a un lado nuestras maletas.
-¿Quieres que pida algo de comer?- Digo echándole una mirada a mi celular.
-Me parece bien - Dice Emma recostada de espaldas en mi cama.
-Voy a pedir algo en una pagina de comidas de Instagram, te va a encantar - Digo mirándola y luego vuelvo a centrarme en mi celular.
Hago el pedido y pago en línea rápidamente. Minutos más tarde golpean a la puerta de la casa anunciándonos que acaba de llegar.
-Voy yo, tranquila -Dice Emma poniéndose de pie y dejando su computadora abierta.
- Vale - Digo sin levantar la vista del ensayo que estoy haciendo, sale por la puerta y escucho como baja las escaleras.
Pocos segundos después, su computadora comienza a sonar repetidas veces con varias notificaciones, al principio le resto importancia, hasta que es la mía la que empieza a sonar desesperadamente con varias notificaciones. Frunzo el ceño y abro la pestaña donde está mi correo electrónico, lo primero que veo son cuatro mensajes con unos asuntos que me dejan totalmente confundida:
1. ¿Realmente crees en ella?
2.¿Crees qué es como aparenta?
3. Emma no es quien dice ser.
4. Te está mintiendo.
Abro el primer mensaje y selecciono uno de los archivos adjuntos. Se despliega una foto que me deja totalmente atónita.
-Una pizza, una gaseosa y... ¿enserio pediste una ensalada? - Dice Emma desde la puerta de mi habitación con una caja de pizza y una bolsa blanca en la mano, giro la cabeza para mirarla y se que en mis ojos se ve lo desconcertada que estoy - ¿Qué ocurre? - Pregunta asustada.
- Emma ¿Qué es esto? - Pregunto señalándole la pantalla de mi computador.
-Mía, no se de que me hablas - Dice desorientada dejando la caja de pizza en el escritorio.
Se acerca y mira la pantalla, veo que sus ojos se llenan de lagrimas, se sienta en la cama y se tapa la cara con las manos.
-No otra vez ... - Susurra y el llanto se apodera de ella.
Me hago a su lado y la abrazo.
-¿Qué puedo hacer para ayudarte Em?
-Nada - Dice entre sollozos - Nada detiene a ese imbécil... Estoy atrapada Mía.
-Emma dime que ocurre... Yo puedo intentar ayudarte - Digo con voz consoladora.
- Si en verdad quieres hacer algo... - Se incorpora y suspira - Ayúdame a desaparecer... no lo soporto más - Me mira fijamente.
No veo ningún rastro de duda o de mentira, lo dice en serio, Emma quiere acabar con el sufrimiento que le causa quien quiera que sea la persona que envía esos correos amenazantes. Está acorralada.
-Ayúdame a desaparecer - Susurra con lagrimas en los ojos - Daño todo lo que toco Mía... - Vuelve a romper en llanto y a mi se me parte el corazón al verla tan destrozada.
¿Cómo la ayudo? ¿Qué puedo hacer? La abrazo y la aprieto contra mi. Me siento frustrada por no saber que hacer, pero debo encontrar una solución, debo impedir que lo que está en esos mensajes se difunda a más personas. Cierro los ojos con fuerza intentando pensar, pero lo único que viene a mi mente son las imágenes de Emma apunto de tener sexo con un hombre cuyo rostro no se distingue.
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