Capítulo 2.
*Andrew*
Llego a las nueve de la mañana a las instalaciones de la universidad Charles Dickens para poder alistar algunas cosas relacionadas con las pruebas que muchos jóvenes vendrán a presentar. Debo encargarme de tomar los datos de los posibles candidatos y luego enviarlos al lugar donde presentaran su entrevista. Me acomodo en mi puesto de trabajo y minutos después comienzan a llegar algunos jóvenes.
Aún recuerdo cuando tuve que asistir a mi entrevista en esta universidad, estaba confiado de que causaría una buena impresión y así fue, aunque no puedo negar que también estaba nervioso. Años después por mi excelente rendimiento y por mi ejemplar conducta logré empezar a trabajar como docente. Soy uno de los más jóvenes aquí, lo que en varias ocasiones me ha generado problemas, pero aún así he logrado mantenerme en mi cargo siendo uno de los mejores y a tan corta edad.
Termino de ordenar unas cosas y voy por una botella de agua para luego ubicarme nuevamente a esperar. Luego de asesorar a varios candidatos, una chica se va acercando al lugar donde estoy, se me hace conocida pero no recuerdo de donde o si me lo estoy imaginando.
-Buenos días, vengo a presentar la entrevista, me dijeron que debía venir aquí ¿si? - Me dice al llegar.
Al verla más de cerca se de donde la conozco, es la chica que me atendió en "novelscoffe" ayer. Parece que ella también se da cuenta de donde me conoce, dado que su expresión tranquila pasa a estar nerviosa.
- Si, aquí es , por favor indíqueme su nombre- Le respondo. La chica aún nerviosa parece no haberme escuchado - Su nombre por favor - Digo más fuerte.
-Claro, perdón... Eh mi nombre es Emma...Emma Meyer- Dice pasándose un mechón de cabello oscuro detrás de la oreja.
Después de pedirle unos cuantos datos más, le indico donde presentará su entrevista, no sin antes identificar que le cuesta mantener el contacto visual.
- Siga por aquí a la derecha y mucha suerte en su entrevista.
- Muchas gracias - Me sonríe tímidamente.
Ella se aleja de mi puesto de trabajo para ir a presentar su entrevista. Era evidente que se estaba muriendo de vergüenza, si me hubiera ocurrido lo mismo estaría de la misma forma, aunque lo bueno era que a pesar de ser bastante exigente y reservado con mis asuntos, no pensaba tomar aquella situación como algo personal simplemente lo dejaría pasar.
*Día de entrega de resultados*
Era el momento de conocer a las personas que habían ingresado a la universidad, previamente se les había enviado un correo donde se les informaba a los aspirantes si habían sido admitidos para cursar su carrera universitaria, por lo que ese día muchos de los admitidos vendrían a dar un tour por el campus e instalaciones de la universidad, en mi opinión era el día más emocionante para los que asistían y por eso mismo varios docentes nos ofrecimos para enseñar a los recién llegados cada lugar.
Lo interesante era la historia de las cosas que integraba la universidad, desde los hermosos cuadros hasta los curiosos monumentos del campus tienen algo para contar y me encanta ser participe de informar esto a los estudiantes.
A eso de las diez y media de la mañana ya hay un número considerable de persona mientras yo estoy sentado en una de las gradas esperando a que estén completos. Disimuladamente los observo detalladamente a todos y me daba nostalgia recordar cuando era yo quien esperaba ansioso por recorrer la universidad.
Minutos más tarde cuando todos parecían haber llegado, mi colega Grace y yo nos ponemos de pie para comenzar a dividir en dos grupos a los estudiantes de primer semestre.
-Buenos días, sean bienvenidos al recorrido por la universidad Charles Dickens, soy Grace Roberts y este es mi compañero Andrew Parker, nosotros seremos sus guías el día de hoy, así que nos dividiremos en dos grupos, llamaré a lista los que vendrán conmigo, si su nombre no está en las listas deben esperar el siguiente turno, comencemos - Dice y comienza a llamar a las personas que conforman su grupo.
Cuando termina se aleja con su grupo y yo empiezo a realizar el mismo proceso.
- Richard Smith - Alzó la mano un joven de tez blanca y cabello rojizo.
-Emma Meyer- Digo y veo como una chica de cabello azabache alza su mano, esta vez no me cuesta trabajo recordarla, la chica del "novelscoffe" Tengo que dejar de llamarla así si va a ser una de mis estudiantes - Bien, estamos completos, así que ya podemos empezar, síganme por aquí.
Caminamos hasta la entrada de la universidad y me detengo.
-Esta universidad se fundó el 13 de julio de 1981 por un joven que en sus inicios no había tenido mucho dinero, pero al que un día le sonrió el éxito cuando uno de los poemas que escribió lo hizo famoso y adinerado. Gracias a esto, decidió que quería enseñar a las personas a escribir y a expresar sus sentimientos en papel tal y como lo hacía él, por lo que construyó esta universidad. - Digo y hago una pausa para mirarlos - Cuando aquel hombre murió, su hija de 18 años heredó la gran escuela de escritura de su padre, y se las apañó para conseguir contactos que la ayudaran a convertirla poco a poco en un lugar donde no solo enseñaran literatura sino otros temas.
Pasamos una amplia sección de pinturas de arte contemporáneo y llegamos al comedor principal. Una de mis partes favoritas.
-¿Alguien sabe alguna frase célebre de Charles Dickens? - Pregunto mirando a mi grupo.
La chica de cabello azabache alza la mano nuevamente.
-Adelante- le digo mientras la señalo con el esfero que llevo en la mano.
-La felicidad es un regalo que debemos disfrutar cuando llega, según tengo entendido esta frase es el lema de la universidad- Responde sin mostrarse nerviosa.
- Exactamente señorita...- Digo para que mencione su nombre. Aún lo recuerdo pero quiero que lo repita ¿No es eso lo que hacemos los profesores?
-Meyer, Emma Meyer- Me recuerda.
- Excelente señorita Meyer- Vuelvo a decir- Como bien lo ha mencionado esa es una de las frases celebres de Dickens, lo que nos dice que debemos aprovechar las oportunidades cuando se nos brindan, tal y como lo es el conocimiento.
Intenté volver a mirar a Meyer pero una vez más, fue incapaz de mantenerme la mirada, tendríamos que trabajar en eso.
[...]
Media hora después había terminado de mostrarles las partes más importantes de la universidad. Habíamos hecho una pausa en la maravillosa biblioteca en la que todos habíamos interactuado contando las historias más divertidas que habíamos leído y finalmente los estudiantes comenzaron a irse, por lo que decido sentarme donde estaba en la mañana y descansar un poco los pies agotados por el recorrido.
-Disculpe, Señor Parker - Dice una voz frente a mi, por lo cual alzo la vista para mirar quien me habla.
-Señorita Meyer - Digo cuando mis ojos la enfocan.
- Así es- Responde sonriéndome, al parecer un poco incomoda - Yo... quería disculparme por... bueno, por lo de aquella vez.
-¿Aquella vez?- Pregunto alzando las cejas - Si lo dice de esa forma podría malinterpretarse.
-Es decir - Cierra los ojos y toma aire - No quiero que tenga una mala impresión de mi, me esforcé mucho por conseguir esta beca y no quiero que se vea afectado mi... es decir- Comienza a balbucear y asiento con la cabeza indicándole que ya entendí el mensaje.
- Ya que va a ser una de mis estudiantes quiero que pueda estar tranquila y sin ningún remordimiento por su...
-Imprudencia - Completa por mi - Prometo que no voy a volver a irritarlo si vuelve a la cafetería.
-De acuerdo - Asiento intentando contener una sonrisa.
-Bien - Responde claramente aliviada - Gracias, Señor Parker.
-Tenga buen día, Meyer.
Observo como se va a alejando por el campus de la universidad y sonrio negando con la cabeza. Qué chica tan extraña.
Y también imprudente, pienso irónicamente.
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