Capítulo 59
Elizabeth Brooks
— ¿Qué tal van las cosas por ahí? — pregunté con un hilo de voz, después de que dejara de escuchar los lloriqueos de mi mejor amigo — ¿Estáis todos bien?
— Todos te echamos de menos — confesó aún con dificultad — Los días se nos pasaron muy lentos sin ti. Diane está un poco mejor, pero sigue enojada contigo. Sabes que ella te quiere, Elizabeth
— ¿Y Wade? — solté. No quería preguntar sobre él porque sabía que dijera lo que dijera Adam me dolería, pero no podía ocultarlo más. Quería saber sobre él — ¿Está bien? ¿Ha pasado algo?
Mi mejor amigo se quedó durante unos segundos callado, pensando en que decirme. Un cosquilleo me invadió el estómago y comencé a sudar.
Algo iba mal y Adam no quería contarme
— ¿Adam? — susurré con el corazón bombardeando cada vez más rápido— ¿Que ha pasado?
— La banda está cayendo poco a poco mi amor — soltó con el tono de voz calmado. Cuándo me trataba tan cariñosamente era mala señal, porque eso llevaba a malas noticias. — Wade siempre solía llamar a Aiden sobre esta hora, pero hoy me pidió que lo hiciera yo.
— ¿Que está pasando Adam? —cuestioné gritando — ¿Qué pasa? ¿Por qué no me quieres decir? Dios...
Y rompí a llorar.
Era imaginarme que ese hombre que me había buscado bajo las piedras le había ocurrido algo, dolía. Dolía porque lo quería.
Y lo quería porque había sido lo suficientemente fuerte como para cambiar por él, no por mi.
Había cambiado por su futuro, él quería ser mejor persona.
Él merecía el cielo.
— Wade tuvo que irse, Elizabeth — soltó y sentí como mi corazón había dejado de latir — Se ha ido
No recuerdo cuando grité y se abrió la puerta donde minutos antes había salido Aiden con una sonrisa.
Unos brazos me envolvieron y me mantuvo. Mi corazón que bombardeaba con fuerza minutos atrás, se mantenía parado mientras lloraba sin consuelo alguno.
Me apretaron con más fuerza, y mi corazón volvió a bombardear despacio, con miedo.
Aiden enterró mi cabeza en su cuello, abrazándome con toda su fuerza.
Estaba de rodillas en el suelo, mientras que yo seguía en la misma silla donde me había dejado minutos antes.
Adam se escuchaba al otro lado del teléfono gritando y exigiendo saber lo que estaba pasando, pero no podía contentarle.
Después de unos minutos sin mover. Una articulación me escuché llorar. Me escuché lamentar. Me escuché susurrar el nombre de ese hombre del que me había enamorado una y otra vez.
— Tranquila pequeña — susurró Aiden dejando un beso en mi sien, intentando consolarme — Sea lo que sea que haya pasado lo arreglaré, te lo prometo. — Me abrazó con las fuerza, queriendo recomponerme — Haré lo que haga falta para solucionarlo — me prometió acariciando mi mejilla —
Lo miré a los ojos. Sus ojos transmitían amor. Transmitían lealtad. Transmitían sinceridad.
Sin poderlo evitar pasé mis manos por su cuello y lo abracé con fuerza, como él lo estaba haciendo minutos antes.
Este correspondió el abrazo y me alzó de la silla, como si fuera una princesa. Me quitó el teléfono de las manos y lo dejó en la mesa y comenzó a avanzar conmigo en brazos.
Su mano izquierda se posaba debajo de mis rodillas y la derecha en mi espalda, acariciándome.
Mi cara se encontraba escondida en su cuello. No paraba de llorar y de imaginarme cómo podía estar Wade.
La razón por la que se había ido.
Cerré los ojos con fuerza. Un dolor en el corazón me invadió y gemí.
No aguantaba esto más.
— Lo arreglaré, te lo prometo — volvió a susurrar Aiden en mi oído, cuando me escuchó — No dejaré que te dañen de nuevo — hizo una breve pausa y suspiró, derrotado — nunca más.
Cerré los ojos y después de que el me tumbara en una cama y me pegará a él, caí rendida.
Wade se había ido.
Justo como había hecho yo.
•••
— No sabemos lo que pasó — me desperté de golpe, escuchando esa voz.
Me levanté de la cama y corrí a abrir la puerta. En el pasillo no había nadie, pero sabía dónde estaba.
Podía notarlo
Corrí por los pasillos hasta llegar al sitio donde mi tristeza se había desatado.
El despacho de Aiden.
— ¿Pero se fue así, como si nada? — cuestionó está vez Aiden, que podía juraar que estaba sentado en su silla con los brazos cruzados —
— Llamó un antiguo cliente nuestro — contó Axel nervioso — Nos dijo que se había acabado eso de contar con nosotros en sus transportaciones — soltó un bufido — Y era el único que seguía contando con nosotros.
— ¿Alguien os está saboteando? — gritó Aiden —
— Eso creemos — afirmó está vez Seth con tranquilidad — Wade habló con nosotros y nos dijo que saldría, que había contacto alguien con él para hacer un trabajo — abrí la puerta y los cuatro me miraron — Pero este había pedido expresamente que fuera solo — añadió observándome —
Adam se levantó de golpe en la silla en la que descansaba. Se veía demacrado.
Comenzó a andar lentamente hacia a mi, y fue aumentando su carrera hasta que comenzó a correr por el despacho hasta llegar a mi.
Me alzó en brazos y me abrazó como jamás me había abrazado nunca.
Lo abracé con fuerza.
Yo también lo había echado de menos.
Después de que Axel y Seth me abrazaran al igual que Adam, me cedieron una de las sillas en las que estaban sentados.
Adam se posicionó detrás mía, quedándose de pie ya que había sido este el primero en darme su asiento.
— ¿Donde esta? — todos estaban esperando a que preguntara eso. Había escuchado parte de la conversación, pero no habían dicho por donde teníamos que comenzar a buscar — ¿Dónde? — volví a preguntar
Aiden carraspeó esperando una respuesta al igual que yo de mis amigos. Estos se miraron los unos a los otros dudosos en hablar.
Sabían que me iba a presentar fuera donde fuera, en busca de Wade.
Pero también sabían que era imposible de convencerme de lo contrario.
— Quedaron en una vieja cancha que está bastante alejada de aquí — habló después de un rato Seth— Le dijimos que le acompañaríamos, pero este se negó. Decía que era la última oportunidad que tenía para darle dinero a sus chicos. Y que le habían pedido expresamente que no fuéramos ninguno.
— ¿Pagar? — preguntó Aiden incrédulo — ¿Tenía deudas?
— No exactamente — prosiguió hablando Axel — Cada chico que vive con nosotros y que se compromete a estar en la banda, Wade le da una suma de dinero cada mes para así ayudar a sus familias. Ya que la mayoría se criaron en la calle
Sonreí satisfecha. ¿Quién ayudaría a hacer eso en este mundo? Wade. Detrás de esa cara llena de coqueteo y de mal carácter se encontraba un chico generoso y lleno de amor.
Aiden asintió y se cruzó de brazos, pensativo
— ¿Hace cuanto no lo veis? — cuestionó Aiden con el mismo semblante de siempre —
— Hace dos días —respondió está vez Adam — Por eso te llame ayer.
— Es cierto que siempre solía hacerlo Wade — afirmó Aiden levantándose — Habrá que buscarlo
Me levanté al igual que ellos, dispuesta a hacer todo lo que tuviera que hacer para traerme a Wade de vuelta.
Aiden negó con la cabeza y posó su mano derecha en mi hombro, volviéndome a sentar.
— Tu te quedas aquí — escupió elevando una ceja — No quiero que te muevas de esta maldita casa, Elizabeth.
Ya veremos.
¡Siento el retraso! He estado super ocupada.
Bueno, que me voy que me tengo que ir
#TeamWade
#TeamAiden
No es por nada, pero Aiden cada día me enamora más.
Bueno, hasta lueguito mozas hermozas
Sígueme en Instagram o te meto un palo por el pompis
@xrociy
Capitulo dedicado a todas las que cumplen este mes!
Me lo acabo de inventar ae
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top