Cuatro años atrás en una escuela privada de la cuidad, se encontraban un joven de 19 años en enfermería y otra en recepción, sentada en unos bancos apegados a la muralla, se encontraba con la mirada perdida en su propio enojo producto del suceso, hasta que poco después llegó su madre, tocándole el hombro y sacándola de sus pensamientos casi al instante.

–¿te encuentras bien querida?– preguntó la mayor, había terminado de hablar con el director, por lo que ya estaba al tanto de la situación.

–sí, lo hice por defensa propia, no tengo de que arrepentirme.–

Se levantó de forma brusca, su madre sólo la abrazó, respetando el espacio de la menor.

–lo sé, vamos a casa, Junio.

Junio Williams, era una chica introvertida, mayormente reservada y misteriosa, era conocida por su inteligencia y sus capacidades para poder aprender rápidamente, apenas con 16 años estaba cursando su ultimo año de preparatoria, algo que a muchos les había interesado de distintas formas, en especial a Haru Hashimoto, el deportista catalogado como el #3 de la escuela. Hashimoto siempre se metía en problemas por sus desastrosas bromas y su carisma era algo habitual de su personalidad, algo que le desagradaba a la menor, creía que era muy impertinente y poco serio. Este mismo estaba en una relación con una de las porristas del equipo, llamada Jin.

Ambas damas se retiraron del lugar, ya que debido al conflicto y la gravedad del mismo había quedado suspendida una semana al igual que el chico que aun se encontraba en la enfermería. Sin importar el mal entendido, no pudo impedir lo que vino a los meses después.

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Una tarde se encontraba Junio en una cafetería, en la cual trabajaba conjunto a su madre, Rose Blake, una señora amable y bastante suave, era un ambiente cálido y cómodo para Junio, entre estas se encontraban ofreciendo un trabajo de medio tiempo en el local, por lo que había mucho papeleo que hacer, al menos para la mayor, pero eso no impedía darle tiempo en familia a la ojiverde. Todo se encontraba tranquilo, hasta que alguien le llamó la atención al entrar producto de la campana arriba de la puerta principal, captando toda su atención, encontrándose con  el chico raro, Haru, con el cual había tenido aquel desagradable problema en la escuela, algo que no le puso muy de buenas, al ser una chica solitaria solía pasar desapercibida, nadie conocía lo que hacía o donde vivía, aunque eso implicara de que muchos generaran rumores de su persona, nunca se había interesado desmentirlo tampoco. Solo se limitó a dirigirse hacia la cocina antes de ser vista por su madre o por el extraño de la guitarra.

El peli castaño se acercó al mesón donde se encontraba atendiendo con normalidad una señora de una edad madura y cabello amarillo cenizo, esperó con nerviosismo en la fila para ser atendidos, aunque estaba tan centrado en sus pensamientos que lo tomó por sorpresa cuando se dio cuenta que ya era su turno, La señora Blake al notar su presencia le sonrió y le habló con total normalidad, entre murmuros la mayor hizo pasar a Haru hacia la cocina, logrando extrañar a la más baja.

Al toparse los tres Junio debió mantener su postura para poder entender toda la situación

-Junio querida, el es Haru, trabajará de medio tiempo con nosotras, hoy es su primer turno, ¿podrías ser tan amable de enseñarle como funciona todo?- preguntó la madre de forma inocente, recibiendo un leve "sí" de su hija, algo que la hizo sonreír. -seguiré atendiendo, cualquier cosa me buscan- dejó a los jóvenes solos en la cocina, cerrando la puerta a los segundos después.

-Eres tú- fue interrumpido por la más baja de forma rápida.

-Concéntrate en tu trabajo, por favor- Haru tragó en seco entre su nerviosismo, le daba intriga del actuar de la chica, aunque entendía que fuera de esa forma con él, suponiendo de forma torpe que era por razones meramente dirigidas al trabajo, pensando de forma errónea, puesto que después de un leve recorrido por el lugar la chica desapareció completamente de su vista.

"-Tal vez tenía cosas que hacer, trataré de hablar con ella en otro momento-" pensó al reflexionar al respecto del paradero de la chica, ya eran las 8 de la tarde y debía cerrar el local mientras la señora Blake se encontraba en su oficina, algo que no le molestaba, de hecho, sentía que así podía pensar con más calma mientras limpiaba, logrando que el tiempo pasara más rápido, dejó su delantal en un pequeño casillero que le habían asignado y tomó sus cosas para irse sin mayor dificultad, aunque mantenía la esperanza de que en cualquier momento se encontrara con la chica, cosa que nunca pasó, entristeciéndolo, pero llenando más su intriga hacia Junio, la extraña chica que captó su corazón.

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Fin termino capítulo 1