La visita sale mal

Tn: Bueno... -está en cuarto, siendo este ya pasado las 22h. Deuce está sentado en la cama que le corresponde-

Deuce: Deja de caminar de un lado para otro, mareas.

Tn: Es que... -se detiene- ¿Mareo?

Deuce: Desesperas realmente. ¿Qué tienes en mente?

Tn: Ya hemos estado algunos días paseando, han sido pocos, sí, pero ya es hora de que ves a mi madre y creí que esto me calmaría pero no fue así. Me divertí mucho.

Deuce: Y vaya que hubo fotos muy buenas.

Tn: Sí. Pero... Mañana iré a ver a mi madre y esperar cómo va a reaccionar.

Deuce: ¿Quieres que te acompañe? Digo, por si algo sucede.

Tn: Sí, por favor.

Deuce: Entonces, mañana vamos, después del desayuno. -ella asiente-

Se echan en sus respectivas camas. A la mañana siguiente ambos se despiertan y esperan su turno de ir al baño. Ambo se cambian en el baño.

Bajaron y salieron para tomar desayuno.

Ya ahí en el local es que se ponen a hablar.

Tn: Siento nervios por esto.

Deuce: Claro, es normal, no has visto a tu madre en mucho tiempo. Y el hecho de que se vayan a reunir... Pues, es difícil por la situación que pasaron, o más bien bien, pasaste.

Tn: Sí. -baja un poco la cabeza- Gracias por entender.

Deuce: Y ya verá Ace cuando vuelva.

Tn: Sí, estoy molesta con él.

Deuce: Y con razón.


Terminan su desayuno y al poco rato es que salen del local para irse a caminar un rato y después ir a la casa de Tn.

Llegan a la casa y Tn da un gran suspiro para intentar calmar sus nervios.

Se acerca a la casa y toca la puerta, lo mira pero hay silencio. Vuelve a tocar unas veces más hasta que alguien sale y es Rolando... Tn queda muy sorprendida que retrocede y Deuce lo nota de inmediato que se coloca un poco delante y pregunta por Emilia.

Rolando: ¿Hm? Oh Tn, cuánto tiempo sin verte, no has cambiado mucho que digamos. Le conté a tu madre que te vi en la ciudad y está molesta contigo ya que cuando desapareciste te estuvimos buscando muy preocupados.

Deuce: Queremos ver a la señora Emilia.

Rolando: ¿Y tú eres...? ¿Acaso su novio?

Deuce: Eso es lo de menos, queremos verla.

Rolando: Tn... Si quieres ver a tu madre, pasa... Sola.

Tn: ¿Eh? -susurra- No quiero entrar sola. -alza la voz y se muestra seria- No vine sola, así que no pienso entrar sola. Más bien, que mi madre salga, quiero verla.

Rolando: Si quieres saber si tu madre está bien, lo está. Y bueno... Qué haré, que se puede hacer, pasará está persona. -se hace a un lado-

Los chicos entran con precaución y Deuce poniéndose al medio de ambos por si sucede algo.

Cuando entran, ven una que otras cosas nuevas y otras en buen estado. Se sientan en el sillón y el hombre pasa a llamar a su pareja. Sube las escaleras.

Tn: Estos sillones son nuevos. -susurra-

Deuce: Bueno, tú conoces este lugar. -susurra-

Tn: Sí, pero jamás vi ese jarrón de allá. -señala y sigue susurrando-

Deuce: ¿Qué tal te sientes? -susurra-

Tn: Con nervios, no esperaba verlo pero era obvio que estaría aquí.

Deuce: Pero... Debiste decirle a Ace que lo viste en la ciudad.

Tn: No creí volver a verlo en la ciudad y así fue. Tampoco pensé que volvería aquí. Le diré cuando vuelva.

Deuce: Sí, es lo mejor.

La pareja baja las escaleras y ambos chicos se voltean y Tn se siente nerviosa.

Emilia: Así que al fin te dignas a verme. -dijo muy seria- Mala hija que tengo. Tú de lo más tranquila paseando por la ciudad y tu madre aquí, toda preocupada por ti. Te buscamos junto a la policía cuando desapareciste. -se acercó a los jóvenes pero estos se pararon-

Tn: Mamá... Tú... ¿De verdad me estabas buscando?

Emilia: Claro, si no fuera por mi pareja que se dio cuenta de tu ausencia.

Tn: (Demasiado bueno para ser verdad) -sintió decepción al oír eso de su madre- Mamá... Pero, ¿Qué hay de ti? ¿Realmente querías buscarme?

Emilia: Sabía que volverías, aunque no pensé que te desaparecerías así, de esa manera, como lo hiciste.

Tn: ¿Te preocupaste?

Emilia: Sí, eres mi hija. -se cruza de brazos-

Tn: Entonces... Mamá, me alegra oír eso de ti. -sonríe. Deuce atento a todo-

Emilia: Volverás aquí, ¿Cierto?

Tn: No puedo volver, ya tengo una vida en la ciudad, trabajo allá.

Emilia: Pero tu vida realmente es aquí. -baja sus brazos y se acerca más. Aunque lo que los separa es el sillón-

Tn: No mamá, mi vida ya no es más aquí, mi vida ahora es en la ciudad. Tengo amigos allá, un trabajo y...

Emilia: ¿Y entonces por qué volviste? -dijo molesta-

Tn: Volví para verte y... Saber de mi padre, quiero saber quién es mi padre.

Emilia: ¡Ese idiota! No necesitas saber de él, él jamás se preocupó por ti. -molesta- Soy yo quien estuvo viendo por ti.

Deuce: Sí, usted vio por su hija pero de qué manera. ¿Dejándola de lado? ¿Dejar que ande en afuera hasta altas horas de la noche? ¿Dejar que su pareja la ande acosando y según usted no le cree? Y dígame o dígale a su hija, ¿Qué hay de los estudios? Ya que no los pudo terminar ya que usted no estuvo atenta a ella. Ah, y con respecto al padre de Tn, es ella quien debe saber cómo es realmente él, quién es él. Una cosa es que usted haya tenido problemas con el hombre y otra sería el trato de ese hombre hacia Tn. Al menos debería conocerlo, saber quién es él y que la decisión sea de ella y no de usted.

Emilia: ¿Y tú quién eres? ¿Amigo o novio de mi hija? ¿Por qué te metes en este asunto que no te corresponde?

Tn: Él solo me está ayudando. Y sí, quiero saber quién es mi padre. Tengo derecho a saber quién es él. Después de todo lo que pasé a tu lado, quiero saber quién es mi padre, sólo dime su nombre.

Emilia: No te diré quién es él.

Tn: ¡Mamá! Pensé que al venir todo sería diferente pero no, todo es igual, sigues sin decirme quién es él. Pero, déjame decirte que lo averiguaré, sabré de él como sea.

Emilia: Ay por favor, ni sabes su nombre.

Tn: Terminaré por saberlo. ¡Ya lo verás!

Comienza a caminar pero Rolando se pone delante de ella y Deuce lo mira muy serio y toma de la mano de su amiga poniéndola delante de él para salir y éste agarra a Deuce del brazo.

Deuce: Saca tu mano de mi brazo.

Rolando: ¿O si no qué?

Emilia: Hija, estás aquí, no puedes irte. -se puso frente a su hija-

Tn: No pertenezco aquí y no obtendré nada de ti. No volveré más aquí.

Emilia: Hija mala. -se acerca para abofetearla pero Deuce suelta a su amiga y agarra el brazo de la señora-

Deuce: Ni se le ocurra. -dijo serio y algo molesto-

La mujer se suelta enojada y Tn retrocede. Luego, como el hombre sigue sin soltarle, con su mano libre y con qué había agarrado la muñeca de la mujer, le da un buen golpe en el rostro al hombre que lo tumba al suelo. Y es ahí que ambos jóvenes salen de ahí a toda prisa.

Se alejan de la casa y van directo al hotel.

Ya en el hotel, Tn se siente nerviosa no pudiendo creer lo que acababa de pasar.

Tn: Deuce, muchas gracias por ayudarme. Mi mamá sigue siendo ella después de todo. Creí que cambiaría pero no fue así. -lo abraza- En verdad, muchas gracias. Si hubiese ido sola o venido aquí sola, dudo mucho poder salir, pero me alegra que estés aquí conmigo. -deja de abrazarlo- Me alegra que me hayas acompañado en todo momento.

Deuce: Claro, ¿Para qué están los amigos?

Tn: Sí, y te lo agradezco. Sobre todo que le hayas dando un buen golpe a ese tipo. Se merece, aunque mucho más golpes debería tener.

Deuce: Entonces... ¿Qué harás con respecto a lo de tu padre?

Tn: Tengo la saliva de Kai. Sentí que es una buena persona. Mi corazón estuvo tranquilo cuando hablé con él. Y, por algo hay que empezar. Tendré que investigar a las parejas que tuvo mi madre ya que no recuerdo algunos. Y uno que otro me caía bien. Entre ellos, el mejor es Ulises.

Deuce: Lo pones a él por delante, casi juraría que solo le falta el altar jajaja.

Tn: Jejeje, puede ser. -ambos ríen- Bueno, mañana nos vamos.

Deuce: Sí, ya quiero volver. Este lugar tiene lo suyo pero no hay nada mejor que volver a la ciudad.

Tn: Sí, estoy de acuerdo.


Al día siguiente por la mañana es que se dispusieron a volver a la ciudad. Como son unas horas en la ciudad volvieron justo al mediodía.

Tomaron un taxi y primero dejaron a Tn y luego a casa de Deuce. Ambos se despidieron.

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