Una tormenta.

Corrió, corrió sin mirar atras, mojandose, sus lagrimas se confundian con la lluvia, corria hacia su casa sin saber por que, finalmente llegó a la puerta, quizo llamar, pero que diria? Como lo explicaria? Y si no lo extrañaban?

Desistió, solo se sentó viendo la lluvia caer, y entonces, su corazón empezó a punzarlo, poso su mano en el, otro punzon, que era? Cada vez dolia más, miro su reflejo en un charco, sus venas empezaban a notarse en su rostro, que estaba pasando? Solo sabía que necesitaba ayuda... Pronto...

***

Se había quedado en el suelo, inmovil, sin saber que hacer, se había cansado de llorar, el no sentia lo mismo, debía aceptarlo, debia ser fuerte, pero dolia.

La puerta se abrió de golpe.

-Z... Zim...- dijo una debil voz

-Dib?!-

El cuerpo demacrado del humano cayó sin previó aviso, y al instante el alién corrió a ayudarlo.

-Dib! Dib que?!... COMPUTADORA, AL LABORATORIO!-

La computadora atendió su llamado.

Ya abajo, Zim coloco al humano en la maquina y la encendió, la había usado cuando Dib cayó del techo.

El cuerpo del humano comenzó a restaurarse.

Zim sonrió, aun había esperanza.

Sacó al humano de la maquina.

-Estas bien?- dijo el alién

-Dib?- el chico no contestaba.

-DIB! HABLAME!-

-El no va a contestar- dijo la computadora.

-Que?-

-Su cuerpo... no volvera a reaccionar-

-No... NO!-

Se desplomó, el llanto lo asaltó de nuevo.

***

El crucero-boot aterrizo, el cementerió estaba desolado, el ataúd blanco arreglado por el alién para ser más espacioso necesito más espacio bajo tierra.

-Computadora... envía mi renuncia a La Inmensa-

-Pero...-

-Hazlo, junto con lo que voy a decirte-

El ataúd encajó perfectamente el el improvisado agujero hecho por Zim, observó la lapida.

"Aquí yace Dib M.
Amado hijo y hermano"

Zim acostó al humano en el ataúd, y luego, se acostó junto a el.

-Crucero- boot, autodestruyete en 10 segundos-

Zim retiró su PAK de su espalda.

Cerro la caja.

El crucero Boot se encargo de que la tierra los cubriera.

Adentro, el alien susurró.

-Estare contigo... por siempre-

La lluvia, y su acompañante, la Luna, fueron testigos de un alma que habia sentido el amor más puro que podia existir, ahora estarian unidas para siempre, porque aunque nunca se hubiera confesado, el... lo amaba...

Fin.