Vivimos en la constante ignorancia, creyendo que todo permanecerá igual, que nuestra felicidad y prosperidad serán eternas, pero eso no es más que una ilusión.

Mientras los avances de la tecnología nos llevaban al progreso, mayores eran los daños ocasionados; no medimos las consecuencias de nuestras acciones o simplemente las ignoramos, sin embargo todo tiene un límite.

Rápidamente las cosas cambiaron por completo y empezamos a vivir primero como nómadas buscando un lugar puro que no hubiese sido tocado por nuestra mano y después tuvimos que escondernos como fugitivos, huyendo del peligro.

Ahora una reducida población de la que formo parte, vive bajo tierra, no fue fácil adaptarse, hemos tenido que adoptar nuevas costumbres; aun así lo hemos conseguido y aunque han pasado 10 años, es difícil continuar escondidos.

Cada año se organizan expediciones a la superficie, aunque estas siempre terminan en fracaso ya que nadie regresa; esta vez yo me ofrecí de voluntario, supongo que quiero sentirme útil o al menos fingir que tengo un propósito.

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El traje de seguridad impide que pueda caminar cómodamente; los tres voluntarios salimos después de los rigurosos preparativos previos.

La tierra parece árida como cuando la abandonamos; Mary camina junto a mí, ella es una bióloga y la razón por la que está aquí es para recolectar muestras y estudiar si los niveles de contaminación y radiación han bajado en el último año.

Delante de mí camina Rick, él es físico, con un extraño aparato en mano para un análisis rápido del ambiente.

Y yo, pues yo me cargó el arma encima; los seres que habitan la superficie ahora son peligrosas mutaciones y hostiles a la presencia de otra especie, ya que nosotros ahora somos los intrusos.

A lo lejos se pueden observar los antes majestuosos edificios que habitábamos, nuestro destino.

Llegando allá, nos paramos justo en la avenida principal de la ciudad y la sorpresa nos invade, lo sé bien porque puedo ver los rostros de mis compañeros igual de sorprendidos y confundidos que el mío.

Las plantas trepan por los devastados edificios, enredaderas de un verde tan vivo que vagamente recordaba por la poca vegetación de la ciudad, ¿cómo puede eso ser posible?; entonces unas pequeñas gotas manchan el casco de mi traje indicando la llegada de una llovizna.

Mary de inmediato toma una muestra y verifica.

— No es ácida — afirma con asombro.

Justo después se oye un potente rugido que retumba por todas partes impidiéndome descifrar su origen.

— Debemos irnos — sentencio ante el inminente riesgo.

Observo al cazador doblando la esquina y fijando su vista en nosotros.

— No se muevan — les indico empuñando el arma.

Rick deja caer un tubo de ensayo que se fragmenta contra el suelo, anunciando a la criatura nuestra presencia. Esta alcanza a Rick con tal rapidez que apenas disparo el arma, él ya lo ha devorado en tan solo unos segundos; continúo disparando y le grito a Mary:

— ¡CORRE! — con desesperación.

Mary no tarda en hacerlo, pero la criatura parece no inmutarse con mis balas y se abalanza sobre ella, terminando también con su existencia.

No paro de disparar cuando la criatura empieza a acercarse a mí, lo hace tan lento que creo que quiere jugar un poco conmigo antes de devorarme.

Entonces un sonoro rayo choca contra el piso a unos pocos metros de ambos; como un reflejo me tiro contra el piso protegiendo mi cabeza.

Cuando el estruendo ha terminado, alzo la cabeza solo para descubrir que la criatura ha huido y ahora la decisión recae en mí...

"¿Debo contarles a los demás o no...?"

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